Diario La Nacion Lunes 25 de septiembre de 2000 Festival Argentino de Música y Cine: buena repercusión de público LONDRES.- "Ellos nos vencieron en el fútbol. Nosotros los vencimos en la guerra. Allí comenzó la rivalidad entre Gran Bretaña y la Argentina... Nosotros conocimos la Patagonia, a Jorge Luis Borges y a los epigramas surrealistas. ¿Pero la música? ¿Qué le puede ofrecer un país como la Argentina a la nación que vio nacer a los Beatles, los Rolling Stones y los Sex Pistols?" Así abrió la crónica de la prestigiosa revista Time Out, que anunció la presencia del Festival Argentino de Música y Cine en Londres. Y sí, suena un tanto fuerte, pero parecería ser una de las miradas que reflejan el sentimiento inglés acerca de esta muestra que se llevó a cabo en el Barbican Centre de la capital británica, este fin de semana. Aquí, organizado por las secretarías de Cultura y de Turismo de la Argentina, se presentó un puñado de artistas de la música popular, el tango y el rock vernáculo, en un espectáculo sin precedente. Porque la Argentina copó, al menos por dos días, el barrio bautizado Barbican y dejó impregnado el brumoso aire británico con postales hasta aquí inéditas: Soledad Pastorutti levantando de sus asientos al por demás recatado público presente -conformado, en su mayoría, por argentinos residentes en Londres y por ingleses curiosos y hambrientos de experiencias sonoras exóticas- e instalando lo que bien podría denominarse "el ponchorazo" -"ni bien subí me dijeron que no me olvidara de revolear el poncho porque había mucha gente que estaba esperando eso", dijo la joven de Arequito luego de su movilizador concierto-; León Gieco, quizás el artista que más conmovió a la audiencia, dedicando "Sólo le pido a Dios" a los jóvenes combatientes argentinos que m urieron en la Guerra de las Malvinas; Divididos, provocando un pogo salvaje ante la mirada incrédula de los ingleses más intelectuales que deambulaban por esta especie de centro cultural inmenso; parejas bailando tango o chamamé, según la ocasión, en medio de punkies y caballeros de gala y bastón. Como si Buenos Aires se hubiese mudado al corazón de Londres.