- Diario Los Andes (Mendoza)
- Domingo 8 de febrero de 2004
-
-
No
quisieron que estuviera en Cosquín
-
En tiempos de festivales veraniegos,
hay una estrella que destella por sí sola: Soledad Pastorutti. Sin dudas, es la
atracción principal en donde se presente y su carisma sigue intacto. Atrás quedaron esos
tiempos donde analizar el fenómeno Soledad se había transformado en un tema
recurrente para mesas de café, estudios de radio y redacciones de diarios.
Hoy, Soledad es una de las artistas más importantes de la Argentina: canta, escribe sus
canciones, actúa. Y siempre está en búsqueda de algo más. Ese plus será el que la
diferencie del resto, el que le ponga ganas para no quedarse quieta ni un instante, el que
la haga única en su estilo.
El viernes estuvo en el Festival de la Tonada y el viernes que viene estará en Feriagro.
Siempre vuelve a Mendoza. Y disfruta como pocos, porque tiene muchos amigos, mucha gente
que la quiere. Y en un alto de esa agitada vida social, Soledad se sentó a hablar con Los
Andes. Con la amabilidad de siempre, respondió a todas las preguntas, incluso aquellas
que le hacen fruncir la frente, como las que tienen que ver con el tema Cosquín o Isella.
Una Soledad auténtica contestó sin problemas, dejando incluso más de lo que se podía
pedir.
-Contame cómo viene esta temporada de festivales.
-Voy de aquí para allá como maleta de loco, porque tenemos catorce recitales en un mes
de veintiocho días. Con eso te quiero explicar que vamos a estar viajando por todo el
país.
-A eso hay que sumarle el festival que se hizo para concientizar sobre la donación de
órganos...
-Ese festival fue muy bueno pero hay que ver a partir de ahora, si verdaderamente fue un
éxito, hay que ver si la gente entendió lo que significa donar un órgano y si ya está
dispuesta a hacerlo. El tiempo dirá si esa movida fue buena.
-¿Porqué te sumaste a esa movida?
-Yo tengo una Fundación (FundaciónSoledad, www.fundacionsoledad.org.ar) en la que
venimos trabajando desde hace tres años, más que nada en asistencialismo en pequeña
escala. Siempre nos hemos asociado con gente como Cáritas, la Facultad de Odontología de
Rosario y con instituciones con las que se puede hacer campañas que tengan que ver con la
salud, con la educación y la educación sexual. En Rosario habíamos estado en una
campaña de este estilo -donación de órganos- y por eso nos convocaron desde el Gobierno
de la Nación para que la Fundación y yo estuviésemos presentes. Esta fue una muy buena
oportunidad para dar a conocer la Fundación y además porque mucha gente está conmovida
por el caso de Abril y necesita empezara a conocer lo que significa donar órganos.
-¿Te cuesta llevar adelante la Fundación?
-Cuesta bastante. Hay mucha gente que está dispuesta a trabajar ad honorem -gracias a
Dios, eso es lo que sobra...- pero a la hora de conseguir dinero para llevar adelante
alguna acción todo se torna más complicado. Últimamente, todo depende de mí, de mis
actuaciones y no queremos que eso pase. La Fundación tiene que tener libertad y vuelo
propio y por eso necesitamos sponsors que nos ayuden a cumplir con los objetivos. Cuesta
mucho llevar adelante esta idea, pero la vamos a seguir luchando...
-Hablando de dinero, ¿pasaste el mal trago de Cosquín?
-Fue medio feo. Se creó toda una historia y fue mucho más noticia que yo no estuviera a
que sí estuviera. Fue raro que una artista tuviera tanta trascendencia por no estar en un
lugar... Siempre tengo la ilusión de volver todos los años a los mismos festivales en
los que actúo y Cosquín es uno de esos. Para mí, no hubo predisposición de la
organización en convocarme.
-¿Sentís alguna persecución?
-No, no... Lo que pienso es este año se dio un Cosquín diferente donde se jugaron a que
algunos artistas no estuviéramos y eso no me parece mal. Lo que yo pienso es que si
alguien no quiere que yo esté en su fiesta no hay problemas pero después no se puede
salir a decir que soy cara y otras cosas, porque esos no fueron precisamente los motivos
por los cuales yo, este año, no estuve en Cosquín.
-¿Puede ser que tu enfrentamiento con César Isella también haya influido?
-No creo. Pienso que esta fue una decisión exclusiva de la gente de la organización. Al
principio se hablaba del tema económico, pero después me terminaron ofreciendo la noche
del martes pero ya se estaba vendiendo entradas para esa noche que estaba El Chaqueño
(Palavecino). Me pareció algo desorganizado y pretendí ir otro día. Yo quería ir el
domingo final pero este año se privatizó ese día, la gala, y se la dieron a Daniel
Nazer. Obviamente, este productor puso sus artistas y eso yo lo respeto.
-Vuelvo al tema Isella. ¿Cómo sobrellevaste esa cuestión?
-La verdad... No me gusta hablar de ese tema... Prefiero ser noticia porque canto y no por
responder a este tipo de cosas... pero no me puedo negar a responder. No es fácil este
momento. Estuvimos juntos mucho tiempo e hicimos juntos muchas cosas pero un día el
contrato que teníamos se venció y no estuve de acuerdo en renovarlo porque me parecía
que era hora de volar solita. A él no le cayó muy bien esta decisión pero este trabajo
es así: por ahí no te renuevan un contrato, un año trabajás con alguien y al otro año
trabajás con otro, siempre vas probando. Pero de mi parte siempre habrá mucho
agradecimiento hacia César.
-Cambio de tema. ¿Qué pasó con Rincón de Luz?
-El proyecto en Argentina ya terminó. Es Israel siguen al aire y va a terminar entre
junio o julio y hay una gran posibilidad de que en abril estemos por allá haciendo el
espectáculo con todos los chicos. Lógicamente que estoy muy ansiosa por saber la
respuesta de la gente y creo que ir para esos lados puede abrir muchas puertas. A mi
página de Internet (www.lasole.com.ar) llegan noticias y saludos desde allá, pero quiero
comprobar si es real porque a Internet mucho no le creo...
-¿Cómo viviste el trabajar en una tira diaria de televisión?
-Me costó muchísimo acostumbrarme y una vez que lo hice, terminó. Repetiría con gusto
la experiencia.
-Recién dijiste que no creés mucho en Internet. ¿Cuál es tu trato con la red de redes?
-Más que nada, Internet me sirve para buscar información pero no me pongo a chatear. Los
medios como Internet o el teléfono permiten que la gente muestre su lado más oscuro, que
digan cosas que no se animarían a decirlas personalmente. Cuando me pongo a chatear
encuentro mucha mentira, los tipos quieren abordarte al toque. Hasta que no se vea a
Internet como un medio de comunicación normal y no tan novedoso me parece que va a costar
ser sinceros.
-¿Pero imagino que contestás los correos que te mandan tus seguidores?
-Sí, eso sí. Los correos van a parar a una casilla; ahí hay gente que los lee y
después me pasan los que piden respuestas. Los saludos y todas esas cosas también me las
imprimen y me las mandan a mi casa.
-¿Qué música estás escuchando ahora?
-Llevo en el bolso el nuevo disco de (Alejandro) Lerner, Buen viaje pero
todavía no lo abro. Lo que sigo escuchando mucho es Elefante, que es un grupo mexicano,
que me gusta mucho. Y nunca dejo de escuchar folclore: Larralde, Orlando Veracruz.
-¿Y qué libro llevás en los viajes?
-Ahora estoy leyendo uno de Marcos Aguinis: Argentina, un país de novela.
-¿Cómo estás con tu novio?
-Con Jeremías está todo muy bien.