Diario Clarin Domingo 18 de julio de 1999 Folclore made in Miami Sorpresa: quienes gustaban de Soledad tal como se le ha escuchado hasta ahora, pueden ir poniendo sus barbas en remojo. Los 12 temas y los 40 minutos de Yo sí quiero a mi país, su tan mentado disco grabado en Miami bajo la tutela del productor Emilio Estefan, marido y mentor de Gloria, son, como se esperaba, el claro y confeso intento de ampliar las fronteras comerciales del fenómeno de Arequito. Cuya seducción, sabido es, se basa en su carisma escénico y su encanto adolescente. Atractivo que no depende tanto de la música como de su personalidad. En este disco distinto la voz de Soledad se oye distinta. La mezcla ha colocado a la cantante en un plano sonoro no tan crudo y frontal como en producciones anteriores. Y un criterio más riguroso al grabar ha evitado sus habituales altos porcentajes de desafinación, aunque a costa de su espontaneidad y fiereza. Pero el punto clave es el concepto general del producto, que se traduce en el repertorio elegido y, sobre todo, en los arreglos. Yo sí quiero a mi país podría llamarse Yo sí quiero al mercado latino. Con esa intención, las características originales de Soledad, su rusticidad, euforia y voltaje festivalero, son diluidas y reorientadas hacia ese sonido latin sudaca, internacional y "pintoresco", que resume desde Miami a las diferentes músicas de Latinoamérica. Al servicio de este plan, todo puede mezclarse. Zampoñas, charangos y quenas con bongoes, trompetas y acordeón. Introducciones símil zamba con climas de balada, huaynos con toques funk. Lo primero que se oye es una mezcla de guitarras, requintos, zampoña y latin percusion, con acordeón y todo, que introduce y acompaña a Yo sí quiero a mi país, un tema del... cubano exiliado Estefan. Un charango dispara El bahiano, un inverosímil lance tirado hacia el mercado ... brasileño. ("...en la playa de Ipanema/ se encontraba un doctor de puesto superior (sic) con su hija Lorena"). El clásico Amarraditos y el inoxidable El humahuaqueño, en versión entre Cadillacs y Alonsitos, forman la cuota de temas viejos. Un amago chacareroso marca la introducción de Cómo será, compuesto y arreglado por Kike Santander, una canción de amor con guiños sexys. Roberto Blades, hermano de Rubén, logró colocar Mi consejo, un valseado con guitarras tercereando y mucha percusión. Por su parte, César Isella, manager de Sole, puso Un amigo, una flor, una estrella. Otros autores lograron subirse al tren: el inefable Jorge Calandrelli, respetado músico de jazz y baladas, Jorge Rojas, de Los Nocheros, y el uruguayo Yabor, de quien rescataron algunos segmentos para un popurrí de candombes adaptados al esquema Miami. Dice el Diccionario Larousse: Híbrido: (...) procreado por dos individuos de distinta especie. Fig. Formado por elementos de distinta naturaleza u origen. Mal definido. Dice un diccionario imaginario: Popclore: Dícese de lo que queda del folclore en manos marketineras. Hay varias formas de alcanzar proyección internacional. Apostar al híbrido popclórico es una. Debe haber otras mejores.