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Bodega El Gato
Calificación: tres palaustres
Localización: Villa de Rota
Este mes, los expedicionarios de "la taberna de You", dirigieron sus
expectativas vinícolas hacia la noble y bella villa de Rota. Situada en el rincón noroccidental de
la Bahía de Cádiz, esta bella ciudad, lamentablemente más conocida por albergar bases militares
que por la bondad de sus gentes, encierra dentro de sí una de las tascas más
típicas y a su vez más desconocidas de la zona: La Taberna El Gato.



Bodega El Gato: toda una institución en Rota
Recomendada por clientes habituales, la plana You decidió visitar la bodega "El Gato", centro recreativo y neurálgico del fermento uvero de Rota. Y bien sabe cada uno de los habituales que es verdad. Cuando la hipótesis se transforma en teoría por la comprobación in situ y experimental de la variedad y calidad de los caldos cultivados en barricas roteñas de la bahía, pasamos a otra dimensión del mundo tabernario... una dimensión donde se ha detenido el tiempo y los sueños se hacen por una vez realidad.

Tras su reja se vislumbran cada uno de los arcos  que encierran el cálido, pero a su vez fresco perfume frutal, que envuelve al visitante entre los aromas primarios de la baya y el olor a habano de los tertulianos del lugar. Es fácil encontrar visitantes llegados de lejanas tierras que, como fue el caso de la expedición You, son rápidamente arropados por los presentes estableciendo una comunicación sin restricciones con los presentes habituales.

La antesala a la bodega se convierte en una transición entre el bien y el mal; el ying y el yang; el cielo y el infierno; el verano y el invierno; la sequedad y la humedad. Esa humedad transubstancionada en alcoholes puede vislumbrarse cuando colocas el pie en el rellano y contemplas la oferta etílica tras la barra en piedra y encimera de madera. ¡Ponte otra!, y esa madera deja reposar sobre sí el polvo blanco de una tiza que es apretada por la mano sabia de su tabernero.

La decoración tipifica la bodega gaditana del despacho de vinos de
toda la vida, desde la cata in situ a la venta a granel, el buscador del
buen vino será capaz de degustar cualquier variedad que desee; desde el
moscatel de Chipiona a la Mistela, de oloroso a fino, de manzanilla
pasada a manzanilla muy fina. Todos y cada uno en su barril
correspondiente dignificando el poder del marco de Jerez, a temperatura
ambiente. Sin embargo, la refrigeración no es sólo de los americanos, y
cuando el visitante prefiera refrescar su gaznate además de su mente, no
tiene más que pedir su copita de su vino favorito salida del
"Federico" (que diría el Gran Eugenio).

Si como muestra vale un botón, admiren parte del tesoro vinícola que alberga esta magnífica taberna... fino, manzanilla, oloroso, cream, moscatel, mistela, Pedro Ximénez... se dan de la mano en este santuario.
Continuando con la variedad, destacar su oferta en dulces; no sólo
por lo que supone en sí la diferenciación otras bodeguetas en cuanto a
oferta, sino por su calidad. Sorprende su mistela, vino de variedad
garnacha típica del levante español y de majestuoso sabor. Ya pueden
leer si lo desean el artículo correspondiente en nuestro apartado "Las Cosas del Beber".

Muestren por favor atención suprema al Pedro Ximénez, caramelo no puede definir
verdaderamente su cuerpo pues su dulzor no llega al estatus
penibético que requiere su denominación.

Vean a los expedicionarios Yous haciendo una pausa durante su severísima auditoría.
Pero todavía no conocen el producto estrella que ofrece la Bodega El Gato; y aunque la parrafada pueda parecer cualquier anuncio de gran almacén,  es mera coincidencia lingual porque llegamos nuevamente a momentos de indefinición nebular sobre la variedad "Tintilla de Rota". No existen palabras terrenales que puedan, ni siquiera, sugerir el sentimiento altanero de la mescolanza oscura. Su paladar le estará eternamente agradecido si prueban un mínimo sorbo de Tintlla de rota. Pronto ofreceremos un comentario enológico en nuestra sección de bebidas.

Respecto al fino y la manzanilla... qué podemos comentar que no haya sido ya reiterado por una multitud de generaciones. En la Bodega El Gato se dan de la mano los dos vinos más conocidos del Jerez, rivales en el mercado pero buenos compañeros en esta Taberna. El orgullo sanluqueño y la tradición jerezano-portuense se manifiesta en todo su esplendor entre estos dignos muros roteños.
Y ustedes se pueden preguntarse si esto pudiera ser Jauja si los precios fuesen
los adecuados con la calidad; pues olvídense porque Jauja no existe,... lo que sí existe es el paraíso, porque en pocos lugares esta relación matemática-filosófica es mayor a uno, excepto en el Paraíso, es
decir, Rota. ¿Dónde podrían ustedes degustar un chato de vino de la tierra al irrisorio precio de cuarenta pesetas (ocho duros) si no es en este templo de la tradición y el costumbrismo? ¿Cómo podremos contar a nuestros nietos que en tiempos remotos... cuando el abuelo era joven existían locales como éste, donde podías degustar los caldos del país y entablar tertulia con los habituales sin sentirte extraño en absoluto, al mejor precio posible?

Observe su repisa, sus barriles, elija a granel o embotellado, que en bodegas el gato no es nada complicado, ¡perdón!, salió un pareado.
Los satisfechos expedicionarios posan con el botín  a la conclusión de la visita.
Lo mejón: La relación calidad-PRECIO

Lo peón: La relación CALIDAD-precio, ustedes ya entienden...