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Bodeguita Don Conejo
Localización: C/. Palacios. El Puerto de Santa María
Después de varios meses de inactividad, forzada por razones que no vienen a cuento, los de You hemos retomado las buenas costumbres tabernario-internautas, y de este modo  volvemos a la carga con más energía que nunca para propagar nuestro particular apostolado: La defensa de la tasca como bien cultural, amén de sus ya conocidas virtudes enológicas y costumbristas.

Y si como muestra vale un botón, sirva esta humilde opinión para arrancar esta tercera época de La Taberna de You, tras el ímpetu de los primeros años y la etapa de transición de los últimos meses, caracterizada por la inconstancia y la dejadez. Quede aquí manifestado nuestro propósito de enmienda y no volvamos a caer en la tentación. Amén.
Puntuación: Dos palaustres
Racioncita cortesía de la casa. El que vale, vale
Vean al Güé-Master dispuesto (y vestido) para degustar la consumición del día.
En la céntrica calle Palacios del Puerto de Santa María se levanta, tímida y como el que no quiere la cosa, la Bodeguita Don Conejo. Pocos son los que tienen constancia de su existencia. La taberna, situada casi al final de la calle, pasaría desapercibida de no ser por un humilde cartelón que avisa al expedicionario más despierto.

Nada más traspasado el umbral de la puerta, uno recibe esa agradabilísima sensación de hallarse como en casa. Inmediatamente, el olor a vino y comida alertará su pituitaria, pondrá en marcha el mecanismo de la insalivación y del apetito, y le obligará enseguida a pedir la primera de las muchas consumiciones que hará en este local.

Iremos por partes. ¿Qué podemos beber aquí? ¿Necesitamos repetir esta pregunta a estas alturas? Vino, por supuesto. Todas las maravillosas formas en las que puede manifestarse el néctar de Baco tienen cabida en la Bodeguita Don Conejo, desde los nobles caldos visitantes de la Rioja y la Ribera del Duero, hasta los altaneros vinos locales, en sus cuasi infinitas encarnaciones: Fino, Amontillado, Cream, Moscatel, Pedro Ximénez... todos tienen su huequecito en esta taberna.
Juan Pablo en plena consumición de Oloroso Ídem, flanqueado por los pretorianos José Ángel y Juan
Mención especial merece el Oloroso "Juan Pablo", especialmente celebrado por todos nosotros, más por su coincidencia onomástica con nuestro sonriente amigo y socio de esta página, que por su calidad. Vean si no al susodicho en el centro de la imagen, flanqueado por un Juan degustando un Juan Pablo como Dios manda, y un José Ángel luchando por aparecer en el encuadre de la instantánea...

En cualquier caso, un oloroso con tal nombre debe ser celebrado con alegría y joie de vivre, mereciendo una visita periódica para su degustación. Sobre todo si es acompañado por alguno de los platos que se sirven en esta taberna...
´Bodeguita Don Conejo. Una alternativa costumbrista de ocio  para todos los días de la semana.
¿Qué se puede comer aquí? Pues como toda buena tasca, un poquito de todo. Independientemente de los ya tradicionales aperitivos friós en forma de chacina y queso bien "sudao", el regente de Don Conejo sorprende con la originalidad de sus guisos, que aglutinan como buena koyné gran parte de los aditamentos y especímenes típicos de Cádiz.

Verbigracia, la el guiso del día abunda en cloruro sódico de las magníficas salinas de San Fernando. La carne en salsa destaca por su exaltación del aceite de la Sierra de Cádiz y sus papas aliñás son profusas en vinagre de Jerez. Tamaña exageración en los aliños sólo puede ser recibida con la alegría típica que un buen You manifiesta al encontrar los sabores tradicionales en la adocenada cocina de la hostelería moderna, preocupada en dar más de lo mismo y cada vez más caro...

¿La decoración del lugar? Nada del otro mundo, pero con la nobleza de las puras intenciones del tipismo tabernario. Unas fotografías de época y tres o cuatro cuadros ocupan las paredes de este recinto. A destacar la reproducción en forma de retrato (con escaso acierto, por cierto), del rostro de una de las más grandes artistas del Siglo XX. Que viva España y Jerez, y que viva Lola Flores, que preside uno de los rincones de esta taberna. A destacar también la particularísima interpretación del cartel de la Feria de este año que han logrado algunos de sus parroquianos. De este modo, en el 90% del espacio libre del cartel han escrito las tapas del día, algunas reales, otras, ¡ay! imaginarias, con todo el "animus iocandi" del mundo, como debe suceder siempre en la patria chica de Don Pedro Muñoz Seca.

Acompáñese con la cortesía de su tabernero, que siempre que hemos ido nos ha obsequiado de alguna manera, bien con vino, bien con raciones. Por todo lo anterior, no podemos concluir sino recomendando la asistencia a la "Bodeguita Don Conejo". Sus vinos, sus raciones, y su segoviano regente les acogerán con los brazos abiertos. Y muy posiblemente también lo haremos nosotros, cada vez más asiduos de esta tasca durante nuestras escapadas You.
Lo mejón: El ambiente distendido y la amabilidad de su regente.

Lo peón: La hipertensión producida por el excesivo salado de la mayoría de sus guisos.