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Taberna La Garrafita
Localización: Esquina del Comandante Ruiz Marcet. San Fernando
Calificación: Dos palaustres y medio
En el mes de Abril los de You se desplazaron a San Fernando con la finalidad de recabar información gráfica y vivencias enológicas de los típicos güichis de la Isla de León.

El origen de la palabra güichi se pierde en la noche de los tiempos. Para nuestros visitantes ajenos a la realidad de la Bahía de Cádiz debemos recordar que este vocablo hace referencia a la taberna típica llena de viejos y parroquianos habituales, que con su tertulia habitual y sobre todo su paisanaje hacen de estos lugares santuario donde encontrar refugio.
Taberna La Garrafita. Pasen y vean
Toda la esencia del güichi isleño queda perfectamente patentada en "La Garrafita". La esquina del Comandante Ruiz Marcet deja sus belicosos galones para transformar su recuerdo en fermento uvero del triángulo de las Bermudas enológico y gaditano.
Y es que "La Garrafita guarda en el recuerdo todas las caracterísitcas fundamentales de la originaria tasca de mediados de siglo en la Isla, pueblo sin viña propia, que recoge los mejores caldos vecinales: Chiclana, Chipiona y Sanlúcar son sus compañeros de piso.

Con sus pequeñas barricas, La Garrafita sustenta al barrio de San Ignacio del mejor Moscatel chiclanero o de la inefable Manzanilla sanluqueña. Este templo regentado por el Dios Baco abarca una amplia variedad de subproductos de la uva.
¡Qué duro es ir de tascas! Pero somos unos profesionales
Destacan nuestras señoras madres, su vinagre de yema, complemento culinario sólo destinado a paladares exigentes y culturizados por el conocimiento de los requisitos del fruto de la parra.

El recinto en sí posee una densidad compañera que entremezcla el olor polifenólico con la sudoración del esforzado transeúnte de la vía cañaílla. Su primera parada en el barrio a media mañana no puede dejar ausente la copa de Arroyuelo o de Pedro Ximénez; opaco como la noche y dulce como el amor. La combinación enológica con la butifarra o la morcillita; toda ella en la inmensidad de un gancho sobre caliche que cae cada vez que su maestro descuelga la guita para ofrecer, a modo de tapa a la clientela, hace de esta acogedora esquina el piscolabis perfecto previo a la ingestión alimentaria de las dos de la tarde.

Salteado con cervecita, frutos secos y, en ocasiones, arroz a la cazuela (inicios pregonados por el vecino de Yahvéyou Don Jacinto), La Garrafita ha migrado de la venta a granel de caldos al hábito mescolado tapa-copa o copa-tapa como prefieran, destacando la "sobriedad" y gracia de los asistentes a la tertulia continua e iluminada por la Plaza del Cristo.
Lo mejón: El continuo trasiego del regente al suelo en busca del gancho caído.

Lo peón: Aquí me dejaba yo el sueldo que no tengo.