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Bar Nebraska
Localización: Calle Muñoz Arenillas esquina con Brasil. Cádiz
Calificación: tres palaustres
En plena temporada caracolera, y después de una pausa de varios meses,este mes de Junio la Taberna de You se desplaza a una de las catedrales gasterópodas más célebres a este lado del Volga.

¿Dónde pueden acogerse a sagrado y con total garantía los numerosos cofrades de la Hermandad del caracol? ¿Dónde hacer la Estación de Penitencia más gozosa de la historia? ¿Dónde reconocer y agradecer in situ los innumerables milagros de la Creación?La respuesta es fácil: En el famosísimo y gaditano Bar Nebraska.
Detenga sus pasos, forastero. Ha llegado al Nebraska
Bar Nebraska. Los mejores caracoles a este lado del Río Grande
Vean al Güé - Master posando con el botín
En la confluencia de las calles Muñoz Arenillas y Brasil se yergue altanero y diminuto este establecimiento, que hace las delicias de los amantes de los gasterópodos terrestres de temporada. ¿Y qué hace en Cádiz un bar llamado Nebraska? Aún nos lo preguntamos. Pero en cualquier caso este topónimo estadounidense hace aún más reconocible y recordable el nombre de este güichi. ¿Dónde hemos quedado? En el Nebraska. Imposible equivocarse. De todos modos, si algún visitante nos puede desvelar el arcano del nombre de este bar, agradeceríamos que se pusiera en contacto con nosotros, bien utilizando el correo electrónico, bien visitando nuestro libro de visitas (y sugerencias y reclamaciones). Gracias de antemano.
Caracoles del Nebraska: Vestidos para matar (y llevar)
Cuando el afortunado visitante atraviesa las angostas puertas de este establecimiento por estas fechas, la duda, que normalmente atormenta al consumidor a la hora de elegir entre todas las sabrosas tapas que abarrotan la carta de nuestros bares, desaparece ante la majestuosidad de la especialidad de la casa: Cuando los cuernos (ajenos) hacen su entrada en el Bar Nebraska, la elección tórnase trivialidad y la angustia que emana de la indecisión, que acongoja tanto al esporádico expedicionario como al más recalcitrante parroquiano, se pierde como lágrimas en la lluvia. Pero no lloraremos como el último de los replicantes de Blade Runner, no: nuestras lágrimas sólo serán de alegría ante las emociones gastronómicas  que estaremos a punto de experimentar.
Sin embargo, en esta ocasión debemos apuntar un pequeño pero. Y es que las reducidas dimensiones del Bar Nebraska hacen bastante difícil la consecución de un trozo de barra o una mesita. Y nuestra visita no fue ajena a esto, que en su momento definimos como inconveniente. Pero la imaginación hace mucho para superar estos pequeños problemas. Dada la bonanza de la noche gaditana, decidimos irnos con los caracoles a otra parte, concretamente al mismísimo Paseo Marítimo, donde dimos buena cuenta de ellos con la brisa nocturna como aire acondicionado, la luna llena como iluminación y el discurrir de los paseantes como espectáculo añadido. Sería una vez más prolijo detallar todos los pormenores del consumo de estas criaturitas. Así que por esta vez, y aprovechando las fotos de exteriores, daremos una explicación gráfica que a buen seguro satisfará sus cuitas e inquietudes.
Los de You nos extasiamos ante la contemplación de los caracoles Típico procedimiento de chupar, comer y tirar Pelotazo de caldo de caracoles. El que vale, vale
Observación
Ingestión
Apurado d
Civismo ante todo, faltaría más
Para finalizar, una pequeña reflexión. ¿Existe el Hecho Diferencial Gaditano? Desde esta página creemos que sí. Pero no un hecho basado en asuntos sanguíneos (cuestiones de RH) o en sueños y delirios de grandeza de un pasado que sólo existió en la imaginación de algunos visionarios. Se trata de un Hecho Diferencial  fundamentado en el “joie de vivre” de sus habitantes, que impulsa a los mismos a exprimir el tiempo y extraer hasta la ultima gota de su jugo vital. Donde se goza de todos los días del año, buscando cualquier excusa en forma de fiesta o convocatoria para hacerlo. Sólo en Cádiz decenas de miles de personas se concentran en la Playa con premeditación, nocturnidad y alevosía gastronómica (véanse las famosas barbacoas del Carranza) Y sólo en Cádiz se podría inventar el primer “botellón de caracoles”. Esperemos que cunda el ejemplo. Por nuestra parte, repetiremos seguro.
Eliminación de residuos
Lo mejón: la espectacular sinergia caracoles - primavera gaditana

Lo peón: la brevedad de la temporada de su consumo.