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Venta Andrés
Localización: Carretera Puerto Real - Medina Sidonia
Calificación: dos palaustres y medio
Después de varios meses de tregua obligada por la indigestión sufrida tras nuestra última visita tabernera, los también sufridos expedicionarios You decidieron desplazarse a otra de esas ventas que pueblan los arcenes de nuestras carreteras de la red secundaria e incluso terciaria. Se trata de establecimientos humildes, sin pretensiones de alta cocina, pero templos gastronómicos donde la calidad de los productos de la tierra va de la mano de la cantidad ofrecida por la generosidad de sus regentes.
En esta ocasión el objetivo de nuestra por tanto tiempo diferida "Operación güichi" fue la Venta Andrés, situada en un punto intermedio de la carretera Puerto Real - Medina Sidonia.

A ya pocos kilómetros de la bella Medina Sidonia, foco gastronómico de primer orden de magnitud del interior de la provincia de Cádiz, álzase altanera la Venta Andrés. Arquitectónicamente no tiene ningún misterio, se trata de la típica edificación de color blanco, con rejas en las ventanas de la primera y única planta, y donde un tejadillo de uralita acoge unas pocas mesas en el breve intermedio que separa el tórrido exterior canicular y el aún más tórrido interior, donde un par de ventiladores trabajan a destajo para disipar el efecto térmico que se ha colado por radiación.
Como suele suceder en estas ventas, las consumiciones son envidia de Pantagruel. En esta ocasión recomendaremos este establecimiento para realizar parada y no fonda, pero sí estación penitencial a la hora del desayuno o la merienda. Pero los misterios del Rosario que aquí se rezarán no serán dolorosos, sino gozosos.Las tostadas son sencillamente, inabarcables con la vista. Y si no lo creen así, vean, vean el espécimen que muestra a la cámara Juan Pablo, cual pescador orgulloso de la captura.
Nada podemos objetar al lomo en manteca colorá: Su majestuosidad alcanza instantes dignos de los dioses del Olimpo, suponiendo que aún sigan por ahí. Si Homero hubiera conocido la Venta Andrés, posiblemente los guerreros aqueos no habrían asediado Troya. Fácilmente untable en el recio pan de cortijo, los trozos de lomo ofrecen un efecto sinérgico a su ya exquisito sabor, difícilmente igualable por otra especie animal, vegetal o mineral. Auténticos filetes de lomo en el interior de la manteca.

Sin embargo, la manteca blanca decepcionó a todos los expedicionarios. Un excesivo punto de sal arruinó nuestras expectativas, elevadas ya al máximo tras la delicia anteriormente degustada. Una auténtica lástima.
A pesar de todo esto, nuestra visita resultó muy agradable, a tenor de la cara de satisfacción del Güé - Master (con camisa de cuadros azules y negros, a la izquierda de la foto).

Venta Andrés, nuestra recomendación del mes de julio. Desayunos y meriendas. No alcanza la majestuosidad de la Venta El Pollo, pero la visita sin duda  merece la pena.
Lo mejón: el maravilloso sonido del cuchillo al deslizarse sobre la manteca colorá y tropezar con los trozos de carne

Lo peón: la tonelada de sal de la manteca blanca