Las bases del coaching


Coaching significa hacer aflorar el potencial de una persona, de forma que consiga hacer cosas que antes no era capaz de realizar. Su principio básico enfatiza el "ayudar a aprender", como opuesto al enseñar, por tanto, no se trata de que el que sabe, llegue y diga qué hay que hacer. El objetivo es que el discípulo aprenda a encontrar por sí mismo la solución a sus problemas. Para conseguirlo, el coach necesita actuar de una forma determinada: dar y pedir feedback, motivar, adaptar su estilo de dirección a la madurez del discípulo, y sobre todo, necesita dominar una herramienta: el arte Socrático de hacer preguntas. Precisamente ese es uno de los aspectos más difíciles de manejar para quienes se enfrentan por primera vez con la misión de realizar coaching: formular las preguntas adecuadas, tener la paciencia de callarse, aguardar la respuesta y actuar en consecuencia. El presente informe pretende servir de ayuda a quienes han de realizar sesiones de coaching. Para ello, se han dividido dichas sesiones en cuatro fases, se han establecido los objetivos básicos para cada una de ellas y se ha tratado de ofrecer una guía de preguntas que puede usar el coach para guiar a su discípulo en la búsqueda de sus propias soluciones.

Decía Socrates (el coach por excelencia) que no existe el enseñar, sólo existe el aprender. Socrates ayudaba a aprender haciendo preguntas y dejando al otro encontrar la respuesta; se veía a sí mismo como una "comadrona del conocimiento": una matrona ayuda a dar a luz, pero no da a luz. De la misma forma, él creía que se puede ayudar a la gente a comprender, pero que no se puede hacer que la gente comprenda… sutil, ¿verdad? El coach o entrenador ha de adoptar una postura similar de "comadrona" que ayuda a desarrollar habilidades, ¡sin olvidar que no es él quien las desarrolla, es su entrenado!

Esto último puede parecer algo obvio pero en la práctica no lo es tanto, porque obliga a actuar al entrenador de manera diferente a como suele funcionar el resto de las personas Estamos acostumbrados a decir a los demás qué tienen que hacer (algunas veces hasta explicamos el cómo), suponiendo que lo que está claro para nosotros ha de estar igualmente claro para los demás (ver www.melcrum.com/communication/articles/04.htm). Y eso no es coaching. Si nos limitamos a hablar, a dar instrucciones, nuestro objetivo de desarrollar personas se pierde por el camino.

    Recuerde:

  1. Un coach puede ayudar a ganar un partido, pero no es quien sale al terreno de juego.

  2. Si este texto sirve para algo, es simplemente para conseguir que donde antes usted hubiera hablado, ahora formulará una pregunta y dejará que su entrenado llegue a unas conclusiones y tome decisiones. Si son acertadas o no, es algo que ya se trabajará luego.

La estructura de las sesiones de coaching

Divida las sesiones de coaching en cuatro momentos principales:

  1. Establecimiento de objetivos

  2. Exploración de la situación real

  3. Búsqueda de opciones

  4. Toma de decisiones

    A continuación, se presenta una guía de objetivos y preguntas que podrá utilizar el coach en cada una de las fases. No se trata de emplearlas de manera rígida, sino como facilitadores en la búsqueda de soluciones.

El establecimiento de objetivos.

   Bien. Ahí está usted, con su entrenado delante, dispuestos a comenzar una sesión de coaching. Invariablemente, se comenzará estableciendo los objetivos que pretenden alcanzarse con la actividad de coaching.

    Si es del entrenado de quien parte la iniciativa, es él quien debe definir los objetivos (con su ayuda, claro). Si es de usted de quien parte la idea, ha de procurar que el entrenado se sienta "propietario" de los objetivos por los que va a trabajar. Es fundamental para el éxito del programa conseguir un acuerdo sobre las metas. Algunas preguntas útiles pueden ser:

Posible diálogo para comenzar si la iniciativa parte del entrenador:

La exploración de la situación actual

El coach dedicará un especial esfuerzo para que su entrenado describa la realidad de forma objetiva. Sabe que es verdad lo que dijo Pessoa "La vida es lo que hacemos de ella. El mundo que vemos no es el mundo, sino lo que somos". Hay tantas formas de interpretar un problema como gente interpretándolo. Por ello, invertirá parte del tiempo de la sesión tratando de comprender cómo su discípulo entiende la situación, siguiendo con cuidado sus razonamientos. Eso quiere decir que no saltará enseguida para decir que "¡Vas en la dirección equivocada!".

El coach escuchará, tomará notas, y después sacará a relucir los aspectos que él crea conveniente para el éxito de la tarea, siempre en forma de pregunta. Por ejemplo, si el entrenado ha omitido o ha pasado por alto aspectos importantes, el coach podría preguntar:

Para explorar la situación actual, el entrenador puede emplear preguntas como:

La búsqueda de opciones

    Ahora se trata no de encontrar "la respuesta correcta", sino listar el mayor número posible de alternativas. Se busca cantidad, no calidad. Cuantas más opciones posibles se tengan, más fácilmente se encontrarán las adecuadas.

    El coach ha de procurar que sea el entrenado quien emita las opciones. Una vez que se haya sugerido una opción, el entrenador tiene prohibido (y evitará que el entrenado caiga en el error de) decir cosas como las siguientes,: "Bueno, no, eso no puede hacerse", "No puede resolverse haciendo eso", "Nunca aceptarían algo así". Ahora no es el momento de hablar de eso: ya se sabe que lo más habitual es que lanzarse a formular alternativas y, prácticamente al momento, rechazarlas porque no nos parecen convenientes. Los expertos en solución de problemas saben que es necesario separar el momento de emitir alternativas del momento de tomar decisiones.

    Ante un bloqueo en la generación de opciones, el coach no ha de dar la respuesta, sino enfocar la conversación empleando preguntas del tipo:

Lluvia de ideas

Es conveniente que el coach fije las siguientes normas con su entrenado a la hora de generar alternativas.

  1. Cuanto más opciones, mejor

  2. Elimina la crítica

  3. Combina diferentes opciones

    Si observa que se las salta, interrumpirá a su discípulo amablemente: "Creo que ahora nos deberíamos concentrar en buscar alternativas, ya valoraremos luego si son adecuadas".

La toma de decisiones

Es el momento de tomar las decisiones relacionadas QUE HAY QUE HACER, COMO, CUANDO, DONDE Y CONTANDO CON QUIEN. Pueden ser de utilidad cuestiones como:

Conclusiones

Como otras herramientas en la gestión empresarial, la idea del coaching no es nada nueva. Cuando Goethe dijo "Trata a un hombre tal como es, y seguirá siendo lo que es. Trata a un hombre como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser", estaba recogiendo la esencia del coaching.

Es fundamental que el entrenador tenga una visión más optimista que la habitual sobre el potencial de las personas, y no emplee la crítica o el reproche en su relación con el entrenado. En el coaching de tareas, el entrenador ha de pensar en su discípulo en términos de su POTENCIAL FUTURO, no de su DESEMPEÑO en el PASADO.

El coaching persigue dos objetivos clave cuando se emplea para mejorar el desempeño: por un lado, involucrar a la persona en la acción que va a comenzar, conseguir que la haga "suya", y por otro, tratar que el entrenado sea autosuficiente en el proceso, reuniendo por sí mismo la información relevante y tomando decisiones. Esto hace que la principal forma de comunicación entre coach y entrenado adquiera forma interrogativa. Gran parte del éxito de los programas descansará en la habilidad de hacer preguntas y escuchar. Si uno se limita a decir o contar qué y cómo hacer las cosas, está negando la inteligencia de las personas. Preguntando, la ensalza.

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