Ante la muerte del Papa Juan Pablo II

 

Por el Respetable Hermano Hugo Estrella T.

 

Los medios de comunicación social nos han atosigado últimamente con las escenas de dolor –y sobre todo curiosidad- de los fieles que lloraron en Roma la agonía, prolongada mas allá de la muerte de Karol Wojtila, también conocido como papa Juan Pablo II.

Respetamos el dolor de quienes quieren ver en él a una persona buena, comprometida con la Fé y el Dogma de su Iglesia, lo que no discutimos por pertenecer al ámbito personalísimo de las creencias.  Pronto dejarán de sufrir ya que el grupillo de Cardenales o príncipes de la Iglesia (lo que demuestra lo moderno de la institución) decidirá por ellos, los creyentes, quien ha de ser su jefe Espiritual (lo que demuestra su respeto por la voluntad de la grey o sus convicciones democráticas).

Pero mas allá de la vida interna de la Iglesia Católica Romana, que ojalá solo a ella atañera, como debe ser con toda religión que no se inmiscuye en política, tal como les manda el Concilio Vaticano II, es importante hacer conocer las relaciones entre la Iglesia Católica Apostólica Romana y la Masonería. Y ver cuál es el sentir de los masones con respecto a este difunto señor.

Antes de pasar a los documentos que hablan claramente sobre lo que los masones opinan respecto de Wojtila, dejo un último y personal comentario, ya que me duele la falta de espíritu crítico de algunos comunicadores y analistas que, prendidos del espíritu propagandístico de la situación (en Argentina se llama cholulismo) renuncian a ver el lado oscuro de la figura que tanto lamentan.

Dicen de JP II que fue un incansable luchador contra el totalitarismo, defensor de la vida y la humanidad.  Es verdad, por una parte, que en los últimos lustros de la Guerra Fría el Vaticano usó de sus canales político económicos para canalizar ingentes sumas de dinero de la CIA a fin de desestabilizar el despótico régimen de Jaruzelski en Polonia y apoyar al émulo local de nuestro José Ignacio Rucci, Lech Walesa.  Walesa fue luego un Presidente de Polonia, y su gestión fue como en un ejercicio de política ficción podriá haber sido la Presidencia Rucci en Argentina.  Casi llegó al despotismo, se encerró en su megalomanía, persiguió a la oposición y luego de ser derrotado por los socialistas es hoy repudiado por la opinión pública mayoritaria de su país, y convenientemente olvidado por el Vaticano. Parece que lo utilizaron como un adminículo cuyo uso prohíben a nivel de pareja...

Pero si bien JP II le brindó ese importante servicio a su país natal, ¿que tal repasar un poco su acción en el nuestro?

El abanderado de la Humanidad, el representante del Cristo doliente y defensor de la VIDA, asumió el trono de Pedro en 1978, en la cumbre de la orgía de sangre que enlutaba a la Argentina y otros católicos países como Chile y Paraguay.  Su Ministerio tan fuerte e inconmovible a pesar de los poderosos, como en el caso de su condena al aborto o el divorcio, seguramente se hubiera sentido muy fuertemente en los regímenes militares.  Jorge R. Videla era tan obediente a la iglesia que hasta mandó construir una capillita en la Presidencia de la Nación, en la Casa de Gobierno.  Algo que en dos siglos de historia jamás se hubo hecho. 

Los obispos argentinos bendecían las armas, los centros de tortura y daban consuelo espiritual a los asesinos. 

Juan Pablo II fue muy firme en defensa de la vida, y detuvo esta locura. 

¿O no?

Reiteradas veces el Nuncio Apostólico se reunió con Videla y sus seguidores para manifestar la preocupación y el desagrado de la Iglesia por esta actitud anticristiana, llegando a negarle la comunión, como se le ha negado a las madres solteras y a los divorciados. Además de la condena pública de SS JP II, quien actuaba con un tomístico justo medio político en el “mundo materialista”.

¿O no?

Y todo recordamos su reunión y apoyo a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, cuando visitó la Argentina en 1982, y luego de orar y llorar con ellas por la conmoción que le causó saber el dolor  propio y el de sus hijos, hizo de vocero frente al presidente General Galtieri y le exigió respuestas ... ¿O será que la memoria me traiciona?

De ser así, de haber confundido algo, hablemos de algo mucho mas cercano, como el juicio que afrontó Pinochet, y que probó ante el mundo el horror de sus crímenes.  SS sumóse seguramente a la condena y el horror de todos los que ignoraban lo sucedido, pero según los medios de comunicación Pinochet recibe comunión semanal y tiene su propio cura en su residencia de “Los Boldos”.  Sin ser un experto en Eucaristía me pregunto ¿cómo se le puede brindar ese sacramento a tremendo criminal?.  Ah! Debe ser que por su sincero y público arrepentimiento por el dolor causado, ¿verdad?

Los niños se escandalizan, y quien lo haga debe cargar una piedra de molino al cuello y ser lanzado a las aguas, dice una infortunada cita bíblica, como nos recordó el beato Baseotto.  Cientos de curas (comenzando por el padre Grassi), obispos y hasta un Cardenal empezaron a tomar cursos acelerados de natación, ya que nada debe escandalizar mas a un niño que ser abusado sexualmente  por un guía espiritual.  Pero no.  Es el Ministro de salud argentino el que debe contener la respiración, mientras el principal responsable por el encubrimiento de cientos de estos casos ayer daba la Misa en San Pedro ante los dolientes y purpurados.  Mientras que SS JP II, en una de sus últimas actividades públicas, ratificaba la competencia del beato Baseotto y no lo forzaba a desdecirse de lo dicho.

Quien esto escribe no será popular ni querido por los católicos fundamentalistas o seguidores de la prensa comercial, pero sabe leer, y tiene algo de memoria.  Ello le ha valido la violencia en la Logia que presidía, que fuera brutalmente asaltada y saqueada.  Múltiples amenazas, que luego de estas líneas seguro habrán de repetirse, y la inacción de la justicia provincial de Córdoba que ha recibido las denuncias oportunas al respecto y nada ha avanzado.  Pero me he juramentado por la verdad y por la Libertad, y es por ello que continuaré.

A los lectores, en definitiva, los invito a leer la nota que sigue, publicada en la revista SÍMBOLO, órgano oficial de la Masonería Argentina en su edición de Diciembre de 1986, páginas 36 a 40.

Y un clarísimo mensaje de nuestro muy respetable Hermano Jorge Carvajal Muñoz, Gran Maestre de la Gran Logia de Chile.