Declaración de la LIGA SOCIALISTA INTERNACIONAL
sobre IRAK
- Con la invasión de la coalición imperialista comenzó
en Irak una guerra de liberación nacional. Hace 21 meses las tropas
imperialistas entraban triunfantes en Bagdad, proclamando el cese de las operaciones
militares. Cuando se desbandó el ejército regular de Hussein,
la continuidad de la resistencia militar fue sostenida por milicias y grupos
armados que enfrentaron a las tropas imperialistas con métodos defensivos
de carácter guerrillero y terrorista. Desde entonces más de
mil soldados de la coalición imperialista y centenares de miembros
de la nueva policía colaboracionista del gobierno de Allawi, han muerto
en enfrentamientos con la heroica resistencia del pueblo iraquí. A
pesar de la ofensiva militar contra las ciudades de Najaf y la reciente destrucción
de Fallujah, que costó a la resistencia armada y a la misma población
civil una enorme cantidad de muertos, las acciones armadas de las milicias
continúan en varias ciudades y en la propia Bagdad, demostrando que
el ejército de ocupación no ha logrado aplastar la resistencia
ni consolidar su dominación militar.
- El objetivo inicial del imperialismo era instalar un gobierno títere
tras una ocupación sin plazos y que le garantizara el dominio absoluto
del petróleo, pero la acción de la resistencia armada y la movilización
de masas, llevó a que las fuerzas de ocupación hayan tenido
que optar por hacer concesiones a casi todos los sectores de la burguesía
iraquí, y adelantar la convocatoria a elecciones para una Asamblea
Nacional, con la esperanza de desactivar la resistencia y el reclamo de que
las tropas imperialistas se retiren.
El apoyo a esta política del principal dirigente shiíta, el
ayatolláh Al Sistani, le permitió a las tropas imperialistas
lanzar la ofensiva contra Najaf, bastión de las milicias dirigidas
por el clérigo shiíta Al Sadr, logrando su capitulación.
El cese de la acción armada de las milicias shiítas de Al Sadr,
y el apoyo de Sistani al proceso electoral, dejó limitada la resistencia
armada a las milicias sunitas que operan principalmente en el llamado “triángulo
suní”.
- Con la ofensiva sobre Fallujah, lanzada inmediatamente después
de la reelección de Bush, el imperialismo buscó quebrar la resistencia
suní y destruir su verdadero sostén, la solidaridad activa y
la simpatía de una parte importante del pueblo iraquí. Por esta
vía tratan de asegurar el cronograma que conduzca a las elecciones
del 30 de enero, como forma de comenzar a cerrar políticamente los
triunfos militares contra la resistencia, imponiendo un régimen completamente
subordinado a los intereses imperialistas. Sin embargo, y a pesar de que este
plan cuenta todavía con el apoyo de la burguesía shiíta,
la consecuencia inmediata de la devastación y la masacre provocada
por las tropas yankys ha sido que una gran cantidad de partidos sunitas están
reclamando la postergación de las elecciones, y que crezcan las dudas
sobre la capacidad del imperialismo para poder concretar unas elecciones que
le den “legitimidad” a un nuevo gobierno.
- Ante esta situación reiteramos que estamos incondicionalmente
por el triunfo del pueblo iraquí en su lucha por la liberación
nacional del yugo imperialista.
La liberación nacional de Irak y las necesidades de los trabajadores
y el pueblo, no se resolverán con el cronograma imperialista y sus
elecciones controladas a punta de fusil. Con un gobierno surgido bajo la bota
imperialista, persistirán las condiciones de miseria, opresión
y explotación del pueblo iraquí.
Una Asamblea Constituyente, verdaderamente libre y soberana, sólo podrá
ser instaurada tras la derrota y expulsión de las tropas de ocupación.
La burguesía sunita ha estado en el poder con el régimen de
Saddam Hussein imponiendo una dictadura de terror contra los trabajadores
y el pueblo irakí, oprimiendo a las minorías nacionales kurdas
y a la mayoría shiíta. La burguesía shiíta liderada
por Al Sistani, ha demostrado bajo la ocupación imperialista su afán
por colaborar con el invasor, apoyando al gobierno colaboracionista y las
elecciones que pretenden realizar bajo su control. Es por eso que sólo
un gobierno de los trabajadores y el pueblo, tras la expulsión de las
tropas de ocupación, puede garantizar elecciones verdaderamente libres
y democráticas para una Asamblea Constituyente y, terminando con la
opresión y la explotación, responder a las necesidades urgentes
del pueblo irakí.
- Llamamos a los trabajadores irakíes a organizar comités
obreros y populares, que formen sus propias milicias armadas, que tomen el
control de los pozos petrolíferos, las principales fábricas,
centros de abastecimiento, preparen la huelga general insurreccional y llamen
al boicot de las elecciones del 30 de enero. ¡Abajo el gobierno colaboracionista!¡
Ninguna colaboración política o militar con el imperialismo!
Las milicias obreras y populares, subordinadas al control de los comités
obreros, deben actuar en unidad de acción con el resto de las milicias
antiimperialistas hasta la expulsión de las tropas de ocupación.
Llamamos a los trabajadores y al pueblo shiíta y a las minorías
kurdas a romper con sus direcciones burguesas que colaboran con la ocupación,
a sumarse a la lucha por la expulsión de las tropas imperialistas,
reforzando la lucha por el derecho a la autodeterminación de las minorías
nacionales.
Llamamos a los pueblos árabes a luchar por la apertura de las fronteras
con Irak, a apoyar con armas y hombres la lucha del pueblo Irakí contra
el imperialismo y a movilizarse para exigir a sus gobiernos que rompan relaciones
con el gobierno títere irakí y reconozcan como fuerza beligerante
a todos los grupos de la resistencia que combaten contra el imperialismo.
Los comités obreros y populares también deben impulsar la movilización
del conjunto de las masas irakíes para impedir que las tropas imperialistas
y la policía colaboracionista del gobierno de Allawi, mantengan en
la cárcel a los luchadores que enfrentan a las tropas de ocupación.
¡Por la libertad inmediata de todos los encarcelados por las tropas
invasoras!¡Abajo la farsa judicial del imperialismo!¡juzgamiento
y castigo de Sadam Hussein y la cúpula de su gobierno por tribunales
obreros y populares!
Abajo el plan imperialista llamado de “reconstrucción”
que no es otra cosa que el pillaje y saqueo de las riquezas nacionales por
los monopolios imperialistas!
- Esta guerra, ha puesto en evidencia, no sólo la disposición
a la lucha del pueblo irakí, sino el papel de los partidos y direcciones
burguesas, tanto shiítas, sunnitas, como también los dirigentes
de la ANP y OLP, que no han luchado consecuentemente contra el imperialismo
y que han aceptado el cronograma imperialista o los planes de paz contrarrevolucionarios,
como la “Hoja de Ruta”, traicionando la heroica resistencia de
los pueblos iraquí y palestino.
Por eso, le planteamos a los trabajadores y al pueblo pobre y oprimido, la
necesidad de construir un partido obrero revolucionario internacional, que
se coloque a la cabeza de la lucha por la liberación nacional de Irak
y la destrucción del enclave imperialista de Israel, que luche contra
el plan imperialista para todo Medio Oriente, por la revolución socialista
y la Federación Socialista de los países árabes, que
es la única salida definitiva para los trabajadores y el pueblo y la
garantía para el respeto de los derechos de las nacionalidades.
- Los trabajadores de los países imperialistas se han movilizado
contra la guerra. Amplios sectores del pueblo, en Europa, EE.UU. y en todo
el mundo se pusieron en movimiento. Este fue un gran paso adelante, pero como
ha demostrado la experiencia, para detener la maquinaria bélica imperialista
no basta con la entusiasta movilización callejera de la juventud “antiglobalizadora”
y la manifestación del pacifismo honesto de las capas medias del pueblo.
La ofensiva imperialista no se limita a aumentar la opresión sobre
los pueblos semicoloniales. Los propios trabajadores norteamericanos y europeos
están sintiendo en carne propia la constante pérdida de derechos
y la rebaja en su nivel de vida. Un triunfo imperialista en Irak no hará
sino profundizar el ataque de las respectivas burguesías contra los
trabajadores de los países metropolitanos. La clase obrera debe tomar
en sus manos la bandera de la unidad de los trabajadores y los pueblos oprimidos.
La única manera de golpear duro, es impulsar la huelga general, poniendo
a la cabeza de lass reivindicaciones de la clase obrera la exigencia del retiro
de las tropas imperialistas, especialmente en los países que mantiene
tropas de ocupación.
Denunciamos como agentes del imperialismo a las burocracias sindicales que
frenan la movilización de la clase obrera y a los dirigentes de las
organizaciones obreras y populares que, con la excusa de la condena al “terrorismo”,
se oponen a la justa lucha de los pueblos oprimidos.
- La lucha contra la agresión imperialista a Irak y Palestina es parte
de la lucha contra los planes de ajuste del FMI y de los gobiernos nacionales
de América Latina que los aplican.
Llamamos a los sindicatos, organizaciones de desocupados, de
campesinos sin tierra, a las organizaciones estudiantiles y de derechos humanos
a retomar la movilización por la derrota y expulsión de las tropas
imperialistas y en apoyo a la lucha del pueblo iraquí y del pueblo palestino.
© Liga
Socialista Internacional - 2005