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Economía y petróleo - Gerencia
Aprendizaje Continuo y Competencias en las Empresas
Exitosas Graciela A. Adrián Blanco.
Viernes, 14 de julio de 2000
El entorno en el cual se desenvuelven las empresas
venezolanas en la actualidad, tiene como características resaltantes la
presencia de viejos y nuevos competidores, la aparición rápida de
productos sustitutivos y de procesos de punta, una creciente fragmentación
del mercado, cambios culturales, sociales y políticos, un sistema
económico deprimido, y la innovación permanente y sistemática que
adelantan las empresas más competitivas. Para sobrevivir en este entorno,
se hace necesario contar con estrategias empresariales explícitas y
sólidamente diseñadas, con el fin de facilitar su implementación y a la
vez, posibilitar la adaptación de las mismas frente a los cambios que
vendrán, desarrollándose así una organización en continuo aprendizaje.
La brecha existente entre la capacidad de la empresa para formular y
ejecutar estrategias adecuadamente pensadas, así como para aprovechar o
contrarrestar las fuerzas que se están generando en el entorno, y su
capacidad para aprender del mismo, es grande y requiere ser disminuida con
prontitud. El reto es construir o fortalecer la capacidad estratégica en
el interior de la empresa. La creación o desarrollo de esta capacidad no
puede hacerse de manera convencional, generando solo unidades
tradicionales de planificación estratégica, o de entrenamiento dentro de
la organización. El momento exige más que eso, el momento demanda
flexibilidad, es decir, la capacidad de modificar decisiones adoptadas el
“día anterior” sin que ello genere mayores traumas, ni un indeseado
desalineamiento con la visión del negocio. Se requiere plasticidad para
enfrentar un entorno que sufre excesivas modificaciones, con velocidad de
vértigo en todos los frentes: económico, social, cultural y de innovación
permanente, y ante los cuales, las industrias no tienen capacidad de
control alguno. Es necesario que la organización como tal aprenda y este
aprendizaje ha de ser continuo.
Dotar de flexibilidad a la organización y a su proceso de liderazgo y
gerencia estratégica para incrementar su capacidad de respuesta y
aprendizaje, construir un escudo protector para enfrentar la turbulencia
del entorno exige un análisis cuidadoso de las habilidades de la empresa,
aquellas en las que la organización es particularmente eficaz,
reconociendo sus ventajas comparativas, así como sus desventajas frente a
los adversarios.
Hacerlo y sobre todo, mantenerlo, demanda poner las capacidades de la
empresa en tensión, desequilibrar la capacidad del sistema, romper con los
enfoques convencionales y más que nada, dedicarse a ello. Es decir,
dedicación a tiempo completo por parte de los líderes del negocio y de la
alta gerencia. Ello es lo que hace posible el proceso de modelaje y
construcción de organizaciones, con capacidad estratégica para respaldar
las acciones empresariales que le permitan competir y llevar la delantera,
en pocas palabras, ser una empresa exitosa.
La flexibilidad y la capacidad de aprendizaje, no son características
inherentes a la estructura, a los sistemas o a los procedimientos de la
organización, son características propias de su gente, son las personas
las que hacen posible la flexibilidad o la rigidez organizacional. La
capacidad de aprendizaje de una organización, está asociada a las
competencias que su gente posee. Las investigaciones realizadas por
nuestra firma, evidencian que las competencias que guardan mayor relación
con el proceso de aprendizaje organizacional, son las siguientes:
iniciativa, confianza en sí mismo, persistencia, y propensión al estudio y
a la investigación.
La evidencia conductual de la competencia de iniciativa, es “hacer por
adelantado y sin que te manden lo que hay que hacer”, apoyado en la
autoresponsabilidad y la autodirección. Es difícil pensar en una
organización que aprende, cuando el personal es bueno en la realización de
sus rutinas diarias y presenta dificultades para innovar y crear
alternativas diferentes de solución de problemas, o nuevas formas para
enfrentar los retos del entorno cambiante.
La manera de saber cuándo una persona posee la competencia de confianza
en sí mismo es sencilla, porque se evidencia una actitud de “yo puedo”, la
persona asume y se involucra directamente en la solución de los problemas
y conflictos, conoce sus fortalezas y debilidades, y actúa apoyado en sus
fortalezas para minimizar o resolver sus debilidades. Las organizaciones
en continuo aprendizaje están atentas a su autodiagnóstico, es decir,
identifican sus fortalezas y debilidades para ejecutar su planificación,
las organizaciones flexibles, “las organizaciones sabias”, reconocen
cuáles son sus principales activos humanos, cuáles son sus mejores
ventajas comparativas y trabajan fuertemente para convertir aquellas en
ventajas competitivas.
Una organización cuyos colaboradores no tienen la competencia de
confianza en si mismo, evidenciada en una baja capacidad de
autodiagnóstico, es una organización con una disposición al cambio mínima
y por ende, su parálisis y rigidez no soportaría el vértigo del entorno, y
“se quebraría” con mayor facilidad.
Otra característica de las organizaciones en continuo aprendizaje, es
la persistencia de sus colaboradores. Esta persistencia se evidencia, en
los esfuerzos reiterados y continuos que éstos realizan para lograr la
meta, venciendo obstáculos y dificultades una y otra vez, firmemente
enfocados en el logro del objetivo. ¿Cuántos “no se puede” son los líderes
capaces de aceptar?; ¿cuántas veces hay que realizar el trabajo, hasta que
se logren los estándares de calidad que la organización requiere?; ¿qué
tan “terco” hay que ser para que aprueben un presupuesto de una innovación
o nueva idea?; ¿qué tan constante es usted y por ende su organización, en
el seguimiento de los proyectos o actividades?. Al responder estas
preguntas, se puede descubrir qué tan persistente son usted y su
organización.
Por último, la competencia de propensión al estudio y a la
investigación se evidencia, fundamentalmente, en la búsqueda de
información útil para la solución de problemas organizacionales. Es ésta
competencia la más resaltante o de mayor peso a la hora de pensar en una
organización en continuo aprendizaje, porque ella esta asociada al proceso
de gerencia del conocimiento.
Los colaboradores además del deseo de innovar y crear, evidencian un
interés en buscar información, como por ejemplo: libros, artículos,
investigaciones asociadas, experiencias de aprendizaje, entrenamientos
operacionales, formación y participación en círculos de estudio,
culminación de estudios formales, desarrollo de nuevas tecnologías,
revisión de estándares históricos de la empresa, promoción de la
participación de las experiencias organizacionales en foros o
conferencias, participación en ejercicios colectivos de planificación,
ejercicios de autodiagnóstico tanto individuales como organizacionales,
estudios de clima, en fin, buscan y se enfocan en la obtención información
significativa para resolver problemas organizacionales, y promover el
valor del estudio y del conocimiento. Las organizaciones en aprendizaje
continuo aprenden de sus propias experiencias exitosas y de las no
exitosas también.
¿Quiere usted tener una organización flexible y que aprenda
continuamente?. Asegúrese de contar con una política efectiva de
identificación temprana de competencias en las personas que ya forman
parte de la organización, así como un proceso de selección basado en un
instrumento que garantice la identificación, captura y contratación de
colaboradores talentosos que evidencien las competencias de iniciativa,
confianza en sí mismo, persistencia, y propensión al estudio y a la
investigación, entre otras.
Socia Directora de ACA Consultores.
gadrianb@telcel.net.ve
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