Sebastián Jans
Desde hace bastante tiempo que estaba con el escondido deseo de poder dedicar parte de mis preocupaciones y esfuerzos masónicos, a desarrollar un trabajo relacionado con las religiones y el concepto de Dios, no por mero capricho, sino por que es un tema de gran importancia y permanente debate en nuestra sociedad contemporáneo, y en esta época postmoderna. ¿Acaso el tema de Dios y las religiones no ha sido siempre un problema de debate en la sociedad, en cualquier tiempo y lugar? se preguntarán Uds., tal vez con un gesto de ironía. Desde luego que comparto la convicción de que es un tema muy antiguo. Mas, siempre tiene elementos nuevos, y yo creo que más de alguno encontrará en esta plancha algo que le hará ver la vigencia de un tema que, por viejo, sigue nutriéndose de sabia nueva.
EL CONCEPTO DE RELIGION Y LAS RELIGIONES
Conocemos como religión (1) al conjunto de asociaciones que ligan a los creyentes con una concepción divina determinada. El vocablo se hace extensivo también a una congregación, instituto y organización constituida con relación a una fe o credo (v.gr. religión católica, religión judía, etc). Religiosidad, sería entonces la expresión del credo, a través de las múltiples expresiones sociales y culturales.
Al hablar de religión, entonces, nos referimos concretamente a una fe organizada en torno a la idea de la divinidad, con doctrinas, ritualidad y dogmas definidos. Las religiones serían, por lo tanto, las expresiones de como los credos se han instituido formalmente en el seno de cualquier sociedad.
Las diversas concepciones de la divinidad han provocado la multiplicidad de religiones y sus complejidades. No en vano, Charles Guignebert (2) señala que "cuando se ha tomado el trabajo de estudiar de cerca dos o tres religiones, de desmontarlas, por decirlo así, pieza por pieza, y también de darse cuenta exacta de los modos y el alcance de su acción, se le descubren seguramente principios y órganos análogos, aspiraciones comunes, la misma ambición de regir la sociedad, de normar la vida de los individuos y otras relaciones aún, y, sin embargo, cada una tomada en si mismo, presenta una fisonomía particular".
De tal modo, cada religión desarrolla sus propias características, su manera de ser y de obrar en consecuencia, sus aplicaciones especificas y originales a la vida social, familiar e individual, al pensamiento y a la acción, al punto que, las diferencias que de ello devienen, la distinguen y la separan, haciéndose mas notables y mas esenciales que sus semejantes. Cada religión, producto de esta connotación, reclama para sí la verdad y la razón, lo cual se explica porque, como dice De Grandmaisón, " si la religión renuncia a tener razón se suicida".
Todas las religiones tienen ciertas vinculaciones en su raíz, ninguna cae del cielo, sino que cada cual nace de una iniciativa particular o de una necesidad general, para luego nutrirse de lo que el medio en que se encuentra la provee. En el desarrollo de sus fundamentos siempre hay una endosmosis, en la cual, una religión logra penetrar ciertos factores hacia otra. Paralelamente, en la medida que una religión transita por el mundo de los creyentes, se advierten ciertas expresiones sincréticas, donde se manifiestan evidentes conciliaciones con elementos dogmáticos de otras religiones. Pero, a partir de esas conciliaciones, surgen nuevas lecturas y nuevas interpretaciones que alejan lo convergente.
LAS RELIGIONES ANTIGUAS
Los orígenes de las religiones antiguas se encuentran en el animismo y en la adoración totémica. Alguien dijo que el hombre "adora lo que teme y teme lo que no se explica". Lo cierto es que, parece ser la muerte, lo primero que despertó el temor y la preocupación del hombre por darse una explicación mas allá de lo que le era cotidiano.
¿Que ocurría al morir? ¿Que pasaba con sus seres queridos que habían muerto?. Sin duda, ello lo llevó a aventurarse en el sentido de la trascendencia, y se afirmó en que la vida no podía terminar en la simple muerte, sin proyectar al espíritu hacia otras condiciones. El culto a los muertos, fue el primer culto hacia lo desconocido. Embalsamo cadáveres, y les proveyó de todo lo necesario para un largo viaje. Eso es lo que nos demuestran los hallazgos arqueológicos. Si los espíritus permanecían en algún lugar, allí se instalaron tótems o signos de la morada de ellos, convirtiéndose en lugares de culto. Si a ese espíritu o anima se le definió poderes especiales, pronto sería convertido en una especie de deidad.
Del animismo particular de un grupo familiar o tribal, se fueron construyendo asociaciones con las de otras familias o tribus, constituyéndose en animismo cultural, en que se asignó un lugar a lo muertos, donde reinaba un espíritu mayor o regente, el que ya tuvo connotación de dios. La asociación con otro tipo de inquietudes permitió la variedad de dioses y se fue conformando el politeísmo, donde siempre se destacó un "dios de los muertos".
Por una deformación de nuestro cultura occidental, influida por la visión hegemónica cristiana, a las religiones antiguas se las ha tipificado habitualmente de "mitología", esto es, fábulas o tradiciones alegóricas de la gentilidad, con un claro perfil pagano. Sin embargo, aquello que hoy calificamos de mitológico, fue la fe y la profesión religiosa de civilizaciones y pueblos que alcanzaron un profundo desarrollo espiritual, al punto que fueron capaces de ser fundantes de nuestra propia civilización (no olvidemos al respecto a Grecia y Roma, y su aún permanente latencia en nuestra vida cotidiana).
Los primeros antecedentes religiosos del hombre, superado el animismo, se encuentran en Mesopotamia, 30 siglos antes de Cristo, civilización ubicada entre el Tigris y el Enfrates, en la fértil medialuna que actualmente corresponde a Irak. Esta civilización desarrolló la escritura cuniforme y el trabajo en metales; tuvo una activa vida comercial y construyó ciudades de gran trascendencia: Ur, Assur, Nínive y Babilonia.
Su religión fue de carácter politeísta, siendo sus dioses más importantes Tamuz, Marduc e Ishtar. Construyeron enormes templos en forma de torre para adorarlos, siendo el más famoso el de Babel, que es mencionado en la Biblia. En ellos existe ya una clase sacerdotal constituida, encargada del culto y de la administración del templo. La importancia que tiene la religión en esta civilización, se puede apreciar en el célebre Código de Hamurabi, en escritura cuniforme, en uno de cuyos acápites señala: "Todo aquel que atente contra la propiedad del templo, o bien ofenda a un dios será ajusticiado."
Egipto desarrolló también un culto politeísta, con templos majestuosos y una clase sacerdotal fuertemente articulada, y en donde del faraón o emperador era reconocido y venerado también como un dios mas, entre los otros. Los dioses mas importantes fueron Ra, en el imperio antiguo; Amon, en el imperio medio; y Amon -Ra, en el imperio nuevo. En esas tres épocas también predominó, sin embargo, el culto a Osiris, rey de la fertilidad y de los muertos, así como a Isis, Horus, Anubis y Hathor.
Grecia, en tanto, tuvo una multiplicidad de dioses bastante prolífica, cuya característica era que se vinculaban con los hombres; de la misma forma, aquellos hombres que sobresalían por su heroísmo, adquirían condición de semi-dios. Según las creencias griegas Zeus dirigía el mundo y era el padre y soberano absoluto sobre todos los dioses. Su hermano Poseidon reinaba en las mares y su hermano Hades era dios de los muertos y de los infiernos. Estos dioses fueron adoptados por los romanos que los identificaron con otros nombres, y que asociaron a los primitivos dioses etruscos. La religión romana era sencilla y práctica, funcionando como un contrato entre el dios y sus fieles, con derechos y deberes mutuos.
Así como las civilizaciones mencionadas en las riberas del Mediterráneo, primó el culto politeísta, también en otros pueblos, tales como los persas, cuyo dios más relevante fue Mitra, los frigios (Cibeles y Atis), los fenicios (Baal y Melcaste), etc. Mención especial merecen las concepciones religiosas del Asia Mayor, que aún perduran en su vigencia.
En las civilizaciones pre-colombinas de América, también se dio el politeísmo, predominando siempre un Dios Supremo o creador, entre la diversidad de deidades locales, que fue Quetzacoatl, Huiracocha, Mamitú, Ngnechen, u otro. En general, los dioses más importantes estaban asociados al paisaje, la geografía o la climatología: el dios sol, la diosa madre tierra, la diosa del agua, el dios del viento, etc. que tuvieron sus nombres particulares de acuerdo al desarrollo de cada pueblo. Aztecas, Mayas e Incas tuvieron clases sacerdotales poderosas y realizaron una arquitectura adorativa a las deidades, y asociaron el conocimiento al dominio de la fe, de este modo, el sacerdote poseía parte importante del acervo científico de esas civilizaciones.
En síntesis, las religiones antiguas se caracterizaron, por ser politeístas, y se apartaron del animismo primitivo en la medida que constituyeron clases sacerdotales y desarrollaron una arquitectura especifica, es decir, construyeron templos.
LAS RELIGIONES CONTEMPORANEAS.
a) EL JUDAISMO
Los orígenes del judaísmo se encuentran en las raíces mismas del pueblo judío, en que Abraham, impuso la idea de un Dios único. Eran tribus seminómades de Mesopotamia, que lograron reconocer como propia esa idea del dios único, y a las cuales, posteriormente, Moisés les despertó una conciencia nacional, unificándolas también en torno a la fe en un solo dios.
Los rollos de la Tora, o los cinco libros de Moisés, constituyeron la ley y doctrina escrita del pueblo y su fuente de interpretación ética y de su espiritualidad. El Talmud o "aclaración", fue redactado mucho mas tarde, incluyendo allí las innumerables reglas morales y las practicas que deben regular la vida del creyente judío. El Talmud es el estudio de la realidad de la ley escrita a partir de la ley oral, es decir, es la interpretación de la ley de Moisés. En tanto religión, el judaísmo es una religión única para un pueblo único. El Talmud señala expresamente, en ese sentido, que Dios, la ley judaica y el pueblo, son uno solo. En esto obviamente, se diferencia del cristianismo o del islamismo, que tienen naturaleza universalista.
El Gran Rabino de Chile, en una conferencia dada hace algún tiempo (3), planteó que la fe no es el único camino para llegar al judaísmo. Según su planteamiento, es un modo de vida sobre la base de valores espirituales y morales, que tienen una manifestación exterior religiosa. Tanto así que, para un judío, la creencia en Dios puede llegar a ser menos importante que las relaciones y valores sociales exigibles al pueblo de Dios, es decir es mucho mas importante lo interpersonal; esto porque el judaísmo pone mas acento en los mandamientos que en la idea misma de Dios. Desde este punto de vista, a su juicio, no se trata de vivir en la religión, sino con la religión. Mas que creer en Dios, lo importante es que haya espiritualidad.
Destacó, por lo tanto, el rol cumplido en el siglo XII por Maimonides o Moshe Ben Maymon ( 1135 - 1204 (d.C.), autor de la "Guía de los Indecisos", donde intentó conciliar su religión con la filosofía de su tiempo, introduciendo el aristotelismo entre otras influencias. Así, da forma a la interpretación del judaísmo a partir de lo hebraico, donde no interesa el cómo de las cosas, sino el por que de la creación. El judaísmo religioso no es entonces un culto en el espacio, sino en el tiempo.
En nuestro cuerpo material, (señala la fe judía), se encuentra el hábito divino, lo cual se expresa en la creatividad humana, en su espíritu. La conducción de la espiritualidad dentro de los marcos de la ley de Moisés, es de agrado de Dios y acerca al individuo a su gracia.
b) EL ISLAMISMO
El Islamismo es la mas joven de las grandes religiones contemporáneas universales, siendo la segunda en el mundo en cuanto a su número de adeptos. Tiene muchas cosas en común con el judaísmo y el cristianismo: su carácter monoteísta, sus conceptos de paraíso e infierno, reconocer como profetas de Dios a Abraham, Moisés o Jesús, etc.
Islam significa "sumisión", esto es, la más absoluta sumisión al Dios único y poderoso: Allah, y su doctrina fue fundada por el profeta Mahoma o Mohammed. Este nació en La Meca, Arabia Saudita, en el año 571 de nuestra era y murió a los 61 años. Huérfano en su infancia, vivió en la pobreza. A los 24 años casó con una rica viuda, llamada Kadigha, lo que le permitió dedicarse a la meditación y al estudio, optando por defender el monoteismo frente a los viejos cultos politeístas de las tribus arábigas. A través de sus parábolas amenaza a los infieles con el Juicio Final y el fuego del infierno, en tanto prometió el paraíso para los creyentes más fieles a Allah.
Según las escrituras islamitas, durante su meditación en la Montaña de la Luz, a los 40 años de edad, Mahoma recibió el mensaje del arcangel Gabriel, el enviado de Dios, en que este le comunicó que era el profeta elegido por Allah. El Corán ("La Lectura") es la única norma que rige a los muslimes o musulmanes (es decir, a los leales o fieles). Allí se interpreta la fe, se explica la historia de esta e incluye un código penal y las reglas de vida del creyente. También se definen las cinco columnas de la fe: 1) recitar la profesión de fe. 2) Orar cinco veces al día. 3) Dar limosnas, equivalentes a la 1/40 ara parte de las ganancias. 4) practicar el ayuno en el mes de Ramadán. y 5) Efectuar la peregrinación a La Meca a lo menos una vez en la vida.
Sin ningún intermediario, el muslime o creyente fiel, cumple con su fe y responde solo ante Allah. Cinco veces al día, los islamitas oran en dirección a La Meca, lugar donde se encuentra la Kaaba, una construcción cuadrada, en cuya pared se encuentra la sagrada piedra negra que fue bendecida por Mahoma. Visitar ese lugar, al menos una vez en la vida, es obligación de todo creyente, que al llegar en peregrinación debe realizar siete vueltas en torno a la Kaaba y después besar la piedra.
La simpleza de los contenidos del islamismo, es lo que ha provocado su enorme difusión, entre los pueblos más pobres del mundo, a juicio de quienes han estudiado su desarrollo. La profesión de fe del muslime no puede ser más elocuente: "Allah es grande!; Lo reconozco, no hay ningún Dios, excepto Allah!; Lo reconozco, Mahoma es el enviado de Allah!".
El desarrollo religioso del Islam, sin embargo, ha logrado dar corrientes distintas: Shiítas y Sunnitas. Los primeros con un gran desarrollo teocrático, cuyos exponentes más relevantes lo constituyen los musulmanes iraníes, cuya fe tiene un profundo fundamentalismo integrista. Los segundos, más seculares, se encuentran proyectados mas hacia el continente africano y hacia el Oriente Extremo (India, Pakistán, etc.).
Hoy, el islamismo se extiende desde las riberas del Atlántico hasta los limites de China, y desde el Mediterráneo hasta el Indico, penetrando hacia los Balcanes y hacia los bordes de Rusia, cubriendo cuatro continente. En Asia, se enfrenta al hinduismo, en su penetración hacia el sureste. En Sur Africa mantiene una dura pugna con el cristianismo, en tanto en el vértice del Mar Rojo y el Mediterráneo, su enemigo es el judaísmo personificado en el Estado de Israel.
c) RELIGIONES HINDUISTAS
En el Extremo Oriente, teniendo como centro generador a la India, predominan tres grandes grupos religiosos: el Brahmanismo, el Hinduismo y el Budismo. El primero de ellos en emerger es el brahmanismo, aparecido hace mas de 3.000 años, y su nombre deriva de la adoración al Dios Brahma, deidad suprema, considerada el alma del mundo. De este culto surgió, posteriormente, el llamado hinduismo, o religión de la India, de carácter politeísta, en la cual predominan, entre millares de dioses, Brahma, Sirva (el destructor y regenerador) y Vishnu, el conservador del mundo.
A decir de esta fe, de Brahma emana el Atman o alma humana, que busca a través de constantes transmigraciones o reencarnaciones, unir su alma al alma universal. Por medio del ascetismo y la meditación, el hombre alcanzaría el conocimiento de la divinidad, siendo sus reglas más importantes el autodominio, la no violencia y la compasión hacia todo lo viviente. Los fundamentos de la religión hinduista se encuentran en los libros Vedas.
El budismo surgió 400 años antes de Cristo en la península índiga, y fue predicado por Buda, el iluminado, un príncipe hindú que se hizo monje mendicante. Sin embargo, el budismo fue desplazado en la India por el hinduismo hacia el año 1000 de nuestra era quedando mas afincado en China, Japón y el Tíbet, constituyéndose en la religión de mayor presencia a nivel mundial, pese a su especifica circunscripción en esa región planetaria
Está dividido en dos tipos de culto: el Hinayana o pequeño vínculo, que predomina en el sudeste asiático y que se caracteriza por su simpleza; y el Mahayana, o gran vínculo, asentado en una firme organización religiosa y sacerdotal. La doctrina expuesta por Buda, se funda en cuatro verdades sagradas: 1) El dolor existe permanentemente en el ser humano. 2) Lo que provoca el dolor es la "sed de vida" que tiene el hombre en cada uno de sus actos y pensamientos. 3) El dolor puede ser suprimido cuando la "sed de vida" es apagada. y 4) El camino para enfrentar la vida es la "vía media" o "sagrada vía octuple", que señala: fe cierta, decisión cierta, lenguaje cierto, comportamiento cierto, vida cierta, aspiración cierta, pensamiento cierto y anonadamiento cierto.
En la doctrina budista no hay ningún dios ni ningún sistema de castas, y sus mandamientos son estrictamente humanos, con un gran respeto por los seres vivos. "No matarás ningún ser viviente", dice una de sus normas. Cree en la reencarnación y el premio para cada espíritu que haya superado esas transmigraciones es el Nirvana, o anonadamiento final, que lleva a la paz y pone fin a las reencarnaciones.
d) EL CRISTIANISMO
Tiene sus orígenes en el judaísmo y en las profecías que plantearon la venida de un mesías o redentor del pueblo de Israel. Si bien la existencia de Cristo ("el Ungido") para algunos tiene elementos discutibles (4), lo cierto es que, el mensaje y la prédica de Jesús, recogida por los Evangelios, es el factor articulador de una nueva profesión de fe que surge en medio del Imperio Romano, y a través de este se extiende por el resto del Mediterráneo.
Es Pablo quien le da forma y contenido al dogma, y el que lo universaliza, haciéndolo compatible, con las distintas realidades culturales expresadas en el Imperio. La adhesión a la nueva religión de los emperadores romanos, a partir de Constantino, permitirá el desarrollo institucional de esta y logrará su difusión continental europea, consolidada en la Edad Media, a través de Carlo Magno y otros emperadores.
Luego, el descubrimiento, conquista y colonización de América, permitió su proyección hacia lo que se conoce como América Latina. De igual modo, lo propio ocurrió con la colonización de Africa y Asía, en el siglo pasado, por parte de los imperialismos católicos (Bélgica, Francia, España, Italia y Portugal).
En lo sustancial, el cristianismo plantea que Jesús es el enviado de Dios, el mesías, el hijo de Dios, el cual vino a este mundo a morir crucificado para, a través de ese sacrificio, liberar al hombre de sus pecados. Su acto de redención, entonces, es una alianza con el hombre de fe, en la cual este, a través del Credo y la observancia de los mandamientos, es decir, la ley de Moisés interpretada por Cristo, obtiene la Gloria Eterna o el acceso al Reino de Dios.
Constituyen elementos fundamentales del cristianismo, que fundan su carácter, los misterios de la Trinidad y de la concepción mariana. El primero, que define a Dios como único, pero, a su vez constituido por tres personas: Dios Padre, Dios Hijo (o sea Jesús) y el Espíritu Santo. El segundo misterio santo, que permite la concepción del Hijo de Dios en el vientre de María, por obra y gracia del Espíritu Santo.
Consecuencia de la distinta interpretación de la fe, y ligado a las pugnas inter-organizacionales del clero y los poderes políticos, el cristianismo se dividió a través de los siglos en tres grandes iglesias o poderes institucionales: la Iglesia Ortodoxa de Oriente; la Iglesia Católica o Romana, predominante en el Centro - Sur Europeo y América Latina; y el protestantismo, dentro del cual se ha dado una infinita variedad de cultos, que ha predominado en el Norte Europeo, y en la América Anglo - parlante.
NUEVAS VISIONES RELIGIONES
El mundo actual nos permite observar que, progresivamente se han ido haciendo patentes nuevas visiones religiosas, fundadas en percepciones distintas a las conocidas tradicionalmente. Con fuerte impacto social, en algunos casos, han sido advertidas como amenazas para determinados valores culturales, nacionales, religiosos, políticos, etc.
En el caso de Chile, ciertos sectores han expresado gran preocupación, por ejemplo, frente a la emergencia de la Iglesia de los Santos de los Ultimos Días o "mormones", de los Testigos de Jehová" o del llamado Movimiento Teocrático. En Argentina, durante la dictadura de Videla, Viola y Galtieri, los Testigos de Jehová tuvieron serios conflictos con el régimen, por acusaciones de ser apátridas y no reconocer ciertos valores nacionales. En Estados Unidos, muchas veces se han levantado voces para denunciar a la llamada "secta Moon", religión constituída por una especie de profeta oriental y que cuenta con grandes recursos económicos. Al margen de los dogmas que promuevan estas confesiones en particular, lo cierto es que han sabido difundirse ampliamente, contra poniéndose en sus fundamentos con aquellas más tradicionales, aun cuando incluyen aspectos relevantes de aquellas. Obviamente, parece predominar cierta raigambre judeo-cristiana, presentando interpretaciones que constituyen la base de su especificidad.
Sin embargo, conviene tener presente varios fenómenos, que se desprenden de estas nuevas visiones confesionales. Uno de los fenómenos que han denunciado con insistencia ciertos personeros de la Iglesia Católica, especialmente, es el referido a la proliferación de las sectas, la cual se ha hecho evidente con mas fuerza en Occidente, pues, allí se manifiesta mas patentemente el contraste de estas con religiones oficiales o con mas fuerza institucional y orgánica, especialmente con la Iglesia Católica.
Hacia Oriente en cambio, el carácter mas segmentado de las religiones en una realidad muchas mas natural y menos preocupante para las organizaciones confesionales más desarrolladas. Incluso, para un brahmanista hindu, la Iglesia Católica en su país podría tener carácter de secta, atendido su menor desarrollo.
Pero, ¿qué entendemos por secta ?. Un tipo de definición, sería que es una reunión o congregación de personas que siguen una misma doctrina. Sin embargo, la definición etimológica se extiende a aquella que dice, que es una doctrina religiosa que se aparta de la comunión principal. Sectario, en tanto, sería una persona o individuo intolerante, fanático, intransigente en sus ideas. Obviamente, el segundo es un concepto más extensivo, puesto que se utiliza no solo en lo religioso, sino también en la política y otras actividades humanas.
Podríamos decir, a la luz de nuestra realidad cultural, que ha sido tradición que la Iglesia Católica califique de secta a toda religión en desarrollo que oponga discusión respecto de su doctrina. Tal es su actitud por ejemplo, frente a las múltiples iglesias evangélicas que han proliferado en los últimos 20 años en nuestro país, y que culturalmente hemos asumido sin quererlo.
Nos asiste, empero, la obligación de ver el tema con mas rigor, dada nuestra naturaleza y doctrina. Una buena definición de secta podría ser, entonces, que estas son organizaciones de naturaleza mesiánica, excluyentes, intolerantes, fanatizadas e integristas, cuyo acento se da en una praxis muy compromitente y riesgosa para la estabilidad social. Al respecto, tenemos ejemplos dramáticos como es el suicidio masivo de la secta de Jones en Guyana, hace algunos años, o la secta parapetada en una granja norteamericana, en 1993. En el mismo orden, podemos agregar el culto a Khali, en la India, o los adoradores satánicos que se han dado en la cultura norteamericana, o el Vudú Haitiano, a modo de ilustración.
Distinto es el caso de las religiones en desarrollo, o cultos menores, que constituyen aproximaciones diversas al concepto de Dios y de expresiones de fe, que provocan un sano estimulo a la pluralidad, en una suerte de democratización de los creados, y que inhiben las articulaciones fácticas de poder confesional, que pueden poner en peligro la libertad de conciencia y que conllevan explícitamente el riesgo del totalitarismo como ha ocurrido en Irán y como se manifiesta en aquellos países donde hay "religiones oficiales".
Empero, tengamos presente, que la división entre las sectas y las religiones se ha ido haciendo cada vez más difusa, producto de la multiplicidad de cultos menores que presentan características sectarias. Con el ánimo de ilustrar respecto de los nuevos cultos o religiones en desarrollo, he tomado el ejemplo de la iglesia Testigos de Jehová, credo que tiene una presencia de no más de cuarenta años en Chile, y que se advierte con un paulatino crecimiento en distintos estratos sociales y culturales.
Esta religión, al igual que otras de irrupción en las últimas décadas en el país, tiene sus orígenes en Estados Unidos, en un grupo de raíz protestante llamado "Estudiantes de la Biblia", formado en los alrededores de 1860. Este grupo se fue consolidando en su concepción teológica y en su interpretación bíblica, y a partir de 1935 pasan a denominarse "Testigos de Jehová", sobre el fundamento de que "Dios tiene nombre propio: Jehová", tal como se lo indicó a Moisés y Abraham, y, al igual que los fieles de la antigüedad, ellos le sirven como sus testigos. Sostienen esa visión en la lectura bíblica de Exodo 3:15, Salmo 83:18, Génesis 12:8 e Isaias 43:10. Este credo afirma que Jehová fue quien inspiró las sagradas escrituras y consideran que el Nuevo Testamento es la continuación natural de las Escrituras Hebreas o Tanakh. Para ellos Jesús es el Mesías anunciado por los profetas, en cumplimiento del pacto establecido por Dios al castigar a la especie humana por el pecado original. Rechazan, sin embargo, el que Jesús sea Dios mismo, o el Dios Hijo - y en consecuencia, el concepto trinitario del cristianismo - señalando que "ningún pasaje de las Escrituras contiene esa doctrina blasfema".
Por lo tanto, aceptan que Jesús trajo la redención a través de su sacrificio, en cumplimiento de la ley Mosaica, y que este es el encargado de gobernar en la Tierra cuando los muertos sean llamados a la vida eterna, según lo indica el Salmo 37:29 y Daniel 2:44. Para este credo no existe un alma inmortal o transmigrable, y cuando alguien muere "de hecho su existencia termina". La vida eterna o la resurrección depende de que Dios se acuerde de los que le han sido fieles y los resucite, por lo que confían en que su religión les permita la vida futura en el Reino de Dios.
En definitiva, no se consideran cristianos, no utilizan la cruz como símbolo, y se abstienen de emplear imágenes en su adoración. Es mas, niegan reconocimiento a cualquier tipo de imagen adorativa, ya que consideran que la Biblia es clara al respecto (Exodo 20:3-5 y Juan 5:21). Por extensión, no observan ninguna festividad religiosa ni patriótica o conmemorativa, ni reconocen liderazgos políticos, sociales o culturales, en suma, nada que implique "una forma de adoración idolátrica". Esto último fue la fuente de conflictos entre este credo y la dictadura militar argentina, pues, aquellos se negaban a rendir honores a la bandera o cantar la Canción Nacional.
Los Testigos de Jehová existen en todos los continentes y se agrupan en 65.000 congregaciones o comunidades de base. Estas congregaciones locales se agrupan dentro de un país en distritos, que son regidos por un Comité de Sucursal, que reúne los distintos distritos del país. En Estados Unidos, en tanto, se encuentra el Cuerpo Gobernante, entidad superior encargada de dirigir la iglesia en el mundo.
Entre sus actividades deben realizar 5 reuniones semanales, donde las congregaciones de base actúan como núcleos de estudios bíblicos, en un plan de carácter mundial simultaneo, que permite que cada tema tratado se haga al mismo tiempo en cada congregación de cualquier parte del mundo. Su principal centro editorial es la Watch Tower Bible and Trast Society de Pensilvania. A la luz de las implicancias doctrinarias de este credo, no hay elementos que permitan suponer que constituyen una secta, aún cuando cualquiera pueda discrepar de su contenido teológico.
Como nuevas visiones religiosas también podemos considerar a gran parte de las religiones protestantes, en Chile, puesto que su difusión, en su país predominantemente católico, ha adquirido mayor latencia en las últimas décadas. La existencia en Chile de los protestantes se hace presente en la segunda mitad del siglo pasado, con la llegada de los primeros comerciantes de procedencia europea a Valparaíso, y luego, con la llegada de los colonos alemanes al sur del país, especialmente en la zona de la Frontera.
Luteranos, metodistas y anglicanos fueron las presencias más notorias, a las que después se suman los bautistas. De estas influencias se forman, posteriormente, cultos chilenos y adquieren un desarrollo lento, pero progresivo. Sin embargo, es en los últimos 20 años, cuando comienza a observarse un crecimiento notable, producto de la llegada al país de las influencias de pastores norteamericanos y de la difusión televisiva de programas de identidad "evangélica" o protestante. La multiplicación de templos y de nuevas entidades religiosas, ha provocado una enorme expansión de estas, al punto de contarse medio millar de confesiones religiosas legalmente constituidas, abarcando un tercio de la población.
Su ritualidad, en general, se caracteriza por un servicio religioso sencillo y directo, compuesto por una parte dedicada a cantar loas a Dios; un sermón, que constituye lo central; y la realización de la "cena", en que se reparte simbólicamente el pan y el vino. También consideran una parte para recibir la presencia de nuevos adeptos a la fe.
En el amplio abanico de congregaciones de este tipo, destacan las iglesias luterana, bautista, metodista y metodista pentecostal. Algunos de ellas realizan procesiones y propaganda permanente de carácter callejero, en tanto otras efectúan sus actividades exclusivamente dentro de sus templos. Dentro de este gran grupo de religiones evangélicas o protestantes, se encuentra un grupo un tanto sorprendente, que ha destacado por su accionar, mas que por su fe, pero, que - por lo mismo - se distancia del resto por su forma de hacer en relación a su fe.
Se trata del Movimiento Teocrático, surgido en los años 80 y conocido a través de una activa propaganda mural, similar a la usada por los movimientos políticos proscritos durante la dictadura. Una de sus características es estar integrado por jóvenes y estudiantes, y por la vehemencia en la expresión de su fe. Entre sus fundadores se encuentra un ex-miembro de un grupo de ultraizquierda, que señala haber encontrado en la fe una respuesta a su vida. Durante el período previo al plebiscito de 1988, manifiestan abiertamente su oposición al régimen de Pinochet, y luego adhieren al movimiento político que apoya la candidatura de Patricio Aylwin. En los cuatro años posteriores, se destacaron por varias acciones de hecho que tuvieron connotación publica, y que demuestran cierta conducta intolerante y violenta. Una de ellas fue cuando volcaron una carga en las puertas de una revista que había tenido juicios críticos respecto de sus actividades. La carga estaba compuesta por desperdicios y basura. En general las otras congregaciones evangélicas los consideran sectarios y violentos.
Distinto es el caso de otra congregación, conocida por su nombre de "Encuentro con Cristo", cuya sede principal se encuentra en la Plaza Egaña de Santiago. Formada por descendientes de colonos suizos y alemanes, se caracterizan por su ecumenismo y permanentes relaciones con católicos, anglicanos y otras congregaciones protestantes. Su actividad principal, aparte de los servicios religiosos, está en los estudios bíblicos, en el apoyo a la juventud, a la familia y al matrimonio. Esta congregación ha creado sedes en el sur de Santiago y mantiene permanentes lazos con iglesias de Suiza, Estados Unidos, Australia y América Latina.
Mas institucionalizada aún, es la Iglesia Metodista Pentecostal, cuyo templo - catedral se encuentra en el sector de Estación Central de Santiago, y que tiene filiales en distintos lugares de la capital y del país. En su sede central se realiza anualmente el Te Deum Evangélico, al que concurre el Presidente de la República en vísperas de Fiestas Patrias.
Para terminar esta breve exploración por las nuevas visiones religiosas, no podemos obviar la presencia de la Iglesia de los Santos de los Ultimos Días, mas conocidos como "Mormones", cuya característica principal ha sido una presencia lograda a través de una gran inversión en templos. Ello es posible de constatar en distintos puntos del país y en la visible actividad que realizan sus "Helders" o misioneros. Sus orígenes y dirección superior se encuentran en Estados Unidos, y su sede en la ciudad de Saint Lake City. El fundamento de su credo también se encuentra en la interpretación de la Biblia, pero, a partir de la aparición divina que habría tenido su fundador.
Obviamente, resulta muy difícil hacer un cuadro completo de las distintas nuevas visiones religiosas, y más extenso aun plantear todos sus fundamentos, pero, por lo menos, lo expuesto permite tener una perspectiva general de lo que ellas significan.
TENDENCIAS ACTUALES EN TORNO A LA RELIGIOSIDAD
En la religiosidad contemporánea muestra fenómenos que convienen analizar, para entender de mejor forma, como el hombre se aproxima a su fe en el mundo de hoy y cual es su asociación socio-cultural con el concepto de divinidad que sostiene.
Parece ser un lugar común, dentro del análisis sociológico de los años recientes, reconocer que existe una tendencia muy fuerte en el mundo occidental hacia la espiritualidad. La lectura que hacen los pensadores de inspiración confesional, respecto de ese diagnóstico, es que el hombre y la sociedad, cansados de los errores sustanciales del modernismo, tienden hacia la búsqueda de la espiritualidad religiosa.
Mi impresión personal discrepa con respecto a ese diagnostico, por que percibo que son otras tendencias las que predominan, especialmente el consumismo y el exitismo, especialmente en la sociedad chilena que ha sido extraordinariamente permeable a los efectos negativos del postmodernismo, tales como la apatía y la indiferencia, el individualismo y la estandarización ideológica. Mas, es justo reconocer, que la fidelidad religiosa, en la actualidad se ha hecho mas fuerte, en comparación con lo que ocurría hace 20 o 25 años, especialmente en los jóvenes, que descubren en la religiosidad, la canalización de sus inquietudes mas sentidas.
Empero, creo que la búsqueda de una espiritualidad, en su sentido genérico, aun se expresa muy segmentariamente - focalizada - por lo menos en nuestra realidad nacional. Y lo que se ha expresado no solo dice relación con lo religioso, sino también con otras opciones, tales como el orientalismo y otras vertientes. En todo caso - insisto - creo que no hay un fenómeno realmente masivo, societal si se quiere, que objetivamente permita sostener la existencia de una tendencia profunda hacia lo espiritual con perfil religioso.
Lo que sí podemos comprobar, es que el ateísmo como expresión social, ha experimentado una disminución notable, al punto que lo que existe ahora es, mas bien, un agnosticismo muy relativo. La existencia de Dios es ahora menos discutible que antes.
Una tendencia que, sin embargo, se advierte peligrosamente en el ámbito de la religiosidad es el integrismo o fundamentalismo, que supera los márgenes de cualquier religión en particular. El fundamentalismo surgió como fenómeno visible, al menos conceptualmente, con la emergencia de la clase sacerdotal que derrocó al régimen del Sha de Irán Reza Pahlevi. La instauración del régimen teocrático, encabezado por el Ayatollah Khomeni, permitió que, para una parte del islamismo, la religión debía copar todos los ámbitos de la vida de una sociedad y de cada uno de sus miembros. El fundamento de la religión pasaba a ser entonces el fundamento de toda la vida social.
Como consecuencia de esto surgieron en todo el Levante, movimientos políticos que asumieron la impronta teocrática, con un fuerte contenido sectario y violentista, confrontados violentamente con todo movimiento político que tuviera una connotación laica (ej. de esto ha sido lo ocurrido en Irak, Argelia, El Libano y otros países). A medida que este fundamentalismo fue identificado, y el concepto ha sido cultural y epistemiologicamente aceptado, se ha podido reconocer el fenómeno en otros credos. Así, ha podido comprobarse la misma tendencia en ciertas religiones evangélicas o protestantes, en ciertos segmentos de la Iglesia Católica, y en hechos que han ocurrido dentro de la Iglesia Ortodoxa. Mención especial merece cierto catolicismo de elite que se ha robustecido bajo el Papado de Juan Pablo II.
El fundamentalismo, a juicio de los estudiosos del tema, es "la salida hacia la seguridad y la armonía de fundamentos absolutos escogidos por uno mismo" (Thomas Mayer). Ante esos fundamentos debe abstenerse cualquier cuestionamiento, para que ellos puedan sostenerse absolutamente, "todo lo demás debe relativizarse, para que (aquellos) puedan permanecer inmunes a la relativización".
Para quienes han estudiado el fenómeno del fundamentalismo, este es un producto inherente a todo ente dogmático, donde el segmento menos secular siempre será más inseguro y vivirá mas intensamente los temores que rodean la fe. Ello escapa, por lo tanto, a cualquier rasgo cultural, social o económico, por lo que el integrismo puede darse entre los ilustrados como entre los ignorantes.
Otro elemento de relevancia, en este breve análisis sobre las tendencias actuales de la religiosidad, es el ecumenismo, que se expresa en situación distinta al fenómeno anterior. A pesar de que existen fuertes tendencias y hechos que robustecen el integrismo dentro de los credos, también existen dentro de ellos sectores que se expresan en favor de la tolerancia, la universalidad, la relación secular y la búsqueda de puntos de encuentro.
El ecumenismo tiene algunos hitos importantisimos en los últimos cincuenta años. Dentro de la Iglesia Católica, por ejemplo, durante el Papado del Paulo VI, se consolidan hechos que favorecieron el reencuentro, especialmente con el judaísmo y los protestantes. Expectativas de profundización se vieron en su sucesor, cuyo efímero gobierno eclesial impidió conocer resultados. Bajo el actual Papado de Juan Pablo II, por el fuerte predominio de los sectores conservadores de la jerarquía católica, el ecumenismo no aparece como una línea trascendente en la política vaticana. En el campo de los credos cristianos no católicos, se han producido también hechos importantes y la propia creación hace años del Comité Mundial de Iglesias, es una prueba de un ecumenismo real.
El ecumenismo en Chile, tiene una cierta tradición, que parte con el "lacuncismo" ( por el Sacerdote Lacunza) en los tiempos de la colonia. En el mismo sentido, vale destacar los Te Deum Ecuménicos efectuados el gobierno del V..H.. Salvador allende (Q..D..E..O..E..), que constituyeron episodios de gran significación para la existencia de la tolerancia religiosa en nuestro país.
LAS DIVERSAS CONCEPCIONES DE DIOS
Históricamente, la mayoría de la Humanidad ha tenido inclinación por el culto politeísta, donde cada uno de los dioses gobierna una parte de la existencia del creyente. Por cierto, cuando hablo de "mayoría", no me estoy refiriendo a la cuantificación de culturas o civilización, sino a espíritus o individualidades.
Sin embargo, el politeísmo tiene un elemento comunicante con el monoteísmo, cual es el reconocimiento a un Dios Creador o causa primera. Este rasgo común se da al comparar los credos antiguos con los más contemporáneos, o al comparar, entre ellos, los distintos credos que en una época particular se expresan. Posiblemente fue ese factor el que culturalmente pudo inducir a la formación de los credos monoteísta, que prefirieron desprenderse de la multiplicidad del politeísmo primitivo.
El otro rasgo que parece hacerse mas patente en las religiones contemporáneas, es el concepto de la vía de salvación, que implica la adherencia a la fe y a las leyes religiosas de cada credo. La observancia rigurosa de los preceptos del credo, siempre enunciada como la única llave para acceder al beneficio de una vida nueva mas allá de la muerte, vía la resurrección, la transmigración o la superación de etapas hasta alcanzar una Gloria Eterna u otro status; en definitiva, la liberación del espíritu o alma de la prisión carnal o del cuerpo finito.
Sin embargo, constituye siempre un misterio de más difícil definición, la especificación del concepto de Dios. El "Yo soy el que Soy" del Dios que le habla a Moisés en el Sinaí, es nítidamente la identificación del problema que deseo plantear. Desde luego, la imagen popular de un Dios antropomórfico, influenciada por la concepción greco-romana, es el recurrente de un tipo de visión que busca acercar a la comprensión del hombre común un concepto de Dios, que por sus implicancias siempre se torna inasible.
Es posible que lo antropomórfico en la imaginaria en torno a Dios, dependa efectivamente del desarrollo cultural y civilizacional de los individuos que creen, dándose un mayor apego a las formas en la medida que exista un menor desarrollo cultural. Sin embargo, esta afirmación también puede ser muy relativa o infundada en la medida que sea el concepto de cultura el que entra en discusión. ¿Por que habría de ser menor la cultura de los griegos a la nuestra? ¿Que parámetros ocuparíamos para llegar a esa conclusión?. Los griegos aun influyen en nuestra propia cultura, y son referencia para toda nuestra civilización. Sus dioses eran no solo corporalmente antropomórficos, sino que también sentían y actuaban como seres humanos, con sus virtudes y defectos.
Considerando los elementos ya expuestos en esta parte, parece ser que las concepciones de Dios o de los dioses, podrían agruparse en torno a tres grandes ideas:
a) La visión panteísta: Que señala que Dios y el mundo son una misma cosa, o bien, que Dios es la esencia íntima del mundo que nos rodea, siendo nosotros parte de la divinidad misma.
b) La visión deísta: Que predominó en gran parte de la Ilustración, la que indica que Dios no puede intervenir en la marcha del mundo, el que está regido por las leyes de la naturaleza.
c) La visión teísta: Que establece una constante intervención divina en el mundo, y que plantea la comunión permanente entre el creyente y la divinidad. Es la concepción predominante en el mundo contemporáneo en sus distintos credos religiosos.
Estas concepciones a veces se les encuentra puras, y en otras ocasiones tienen cierta mezcla. Al respecto, no debemos olvidar que no hay un credo estrictamente puro en una formulación, en los contenidos que lo conforman. De hecho, todos tienen un carácter sincrético, tanto en su origen como en su desarrollo, porque cada religión no es sino producto de muchas influencias, que provienen no solo de religiones sino de sectas particulares, que no fueron capaces de evolucionar hacia un nivel superior. Es mas, en la medida que una religión se hace "popular", se torna más permeable a la aceptación de los resabios que otros credos - anteriores y/o contemporáneos - van dejando en el acervo socio-cultural mme atrevo afirmar incluso que la religiosidad popular es lo que hace más imprecisa una concepción especifica de Dios, que exprese de consumo el conjunto de los credos que tienen una misma raíz.
La universalidad de una fe, vale apuntar, descansa precisamente, en su capacidad de integrar a sus dogmas propios, lo que constituye todo acervo menor de creencias, manifestadas muchas veces dicotómicamente. Universalidad puede ser entonces una consecuencia de la sincretización. La Iglesia Católica es un buen ejemplo de ello, desde sus orígenes hasta hoy. Obviamente, eso permite abundar en la imprecisión sobre el concepto divino.
Refractariamente, a la popularización y la vulgarización de los credos, se han planteado aquellos que han considerado a la religión y la concepción de Dios, como un asunto de elegidos, constituido sobre fundamentos esotéricos. Es lo que buscó, en algún momento del pasado el gnosticismo, en la perspectiva, de hacer de la fe o del credo, un conocimiento solo transferible a quienes estuviesen preparados, mediante una formación previa, para recibir los secretos o "el conocimiento". En esa tendencia se inscribe el famoso y anatemizado teólogo egipcio de los inicios del cristianismo, Orígenes (siglo III) y su símil Clemente de Alejandría, que acogieron muchas de las herencias conceptuales de las escuelas iniciatico-religiosos del helenismo y de las civilizaciones levantiscas anteriores. Sobre esos fundamentos, sus exégesis o interpretaciones de la Biblia, los llevó a ser condenados por el Sínodo de Constantinopla, bajo el Papado de Virgilio (siglo VI).
A pesar de su carácter esotérico, el teólogo Orígenes, que trata de ser reivindicado por algunos teólogos católicos actuales, combatió, sin embargo, el ataque del intelectual platónico Celso (siglo III), quien en su obra Sermo Verax, efectuó una dura denostación intelectual contra el cristianismo de su época. En una de sus acusaciones, Celso señala que, mientras los griegos aceptaban iniciados en los altos misterios religiosos a gente de un cierto rango intelectual y moral, con una predisposición y educación determinada ("a quien tiene las manos limpias y la palabra sabia, a quien esta limpio de toda suciedad"). los cristianos, en cambio, no establecían condiciones previas, e incluso las evitaban. "Escuchemos a quienes llaman - dice Celso -: al pecador, al poco inteligente, al pueril, a los desheredados. Esos son los que obtendrán el reino de los cielos", afirma que los cristianos invitan incluso a despreciar el esfuerzo intelectual: "no busques, la fe te salvará".
En su refutación Orígenes defiende el cambio que en los desheredados provoca la fe en Cristo, y los consideró dignos del mensaje que reciben. Sin embargo, en sus demás trabajos aboga por un sacerdocio iniciativo y por una concepción de la espiritualidad que defiere sustancialmente de los dogmas que prevalecieron en el cristianismo posterior, por ejemplo, en lo relativo a la pre-existencia de las almas, es decir, la existencia espiritual anterior a esta vida. Estos temas, por cierto, dan para un trabajo especifico, sin embargo, lo he traído en esta ocasión, con el propósito de demostrar que las concepciones de Dios, en las distintas religiones, tienen que ver con aspectos culturales y con la propia religiosidad que los grupos humanos crean, según su herencia y experiencia. De tal modo que, la mayor o menor definición de Dios - en su abundamiento racional - depende entonces del ejercicio intelectual de quienes profesan la fe, especialmente de quienes la promueven, mas ello no tiene que ser asumido como conteniendo un trasfondo de Verdad, aun cuando lo que cada cual proclame como resultado de su fe, sea el descubrimiento de la Verdad.
Lejos de un ánimo peyorativo, vale recordar la reflexión de aquel pensador jónico, que afirmó que, si los bueyes quisieran hacer una figura con la imagen de Dios, la harían con una fisonomía de buey. Esto nos dice, en definitiva, que cada concepción de Dios, será de acuerdo a la mente que la conciba.
¿ EXISTE UNA CONCEPCION MASONICA DE DIOS?
Al abordar este tema, conviene dar un vistazo a los antecedentes históricos, como una forma práctica de aproximarnos sin dilaciones. Nos dice nuestro V..H.. Eduardo Phillips, en un importante libro que recopila parte de su labor de investigación masónica (6), que en las antiguas Constituciones masónicas - se refiere a las anteriores a la redactada por James Anderson, en 1723 -, el masón estaba obligado a ser fiel a Dios y a la Santa iglesia, y a librarse de toda herejía.
El manuscrito Coke, cuya data se supone de principios del siglo XV, y que sirvió de sustento para las constituciones anteriores a 1723, establece una invocación religiosa dirigida a la Santísima Trinidad, entre otras reglas importantes.
La formación de la Gran Logia de Londres, en 1717, y la constitución de Anderson, romperán con esa tradición. La explicación de por que ocurre esto, se encuentra en los hechos históricos dentro de los cuales se forma la Gran Logia, en 1717, hito reconocido como el comienzo de la Masonería Contemporánea. Ambos hechos, la fundación de la Gran Logia y la Constitución de Anderson, se producen consecutivamente a dos momentos históricos.
El primero, el triunfo de los liberales y el ascenso al trono inglés de Jorge I, de la dinastía Hanover, luterano, que puso fin a los esfuerzos restauracionistas de los Jacobistas católicos escoceses. Al respecto el H.. Phillips nos dice: "El renacimiento de la Antigua Fraternidad no fue solo obra del aire renovador que parecía alentar en todas partes. Mas bien fue la culminación de un proceso que, en mas de un aspecto, se identificaba con la Reforma, y que, en consecuencia, tenía su peor adversario en la Iglesia Romana (...). No tenía así nada de extraño que fueran dos hombres formados en el espíritu de la Iglesia Evangélica, James Anderson, nuestro padre Constitucional, y Juan Teófilo Desagulier, los mentores más activos y visibles en el movimiento renovador de las logias masónicas londinenses. Anderson era presbiteriano y Desagulier hugonote".
El segundo momento histórico relevante, en la situación intelectual de la época, marcada por la emergencia filosófica y científica de grandes pensadores del siglo de las luces: Talaud, Newton, Locke, Bacan, Collins, etc., y que influyeron hacia el deismo, hacia el laicismo y hacia concepciones más liberales del hombre.
Es difícil que un hombre de la cultura de Anderson, hubiese escapado a esas influencias intelectuales. De allí que, según nuestro H.. Phillips, era natural que se apartara de los viejos manuscritos y adaptara el texto de una nueva Constitución a sus creencias religiosas o a las ideas predominantes de su época". Anderson suprimió de su Constitución la invocación a la Santisima Trinidad y el juramento de fidelidad a la Santa Iglesia (católica). De este modo, eliminó todo factor discriminatorio con relación a las demás confesiones y sustituyo la obligación religiosa por una obligación moral, señalando expresamente: "Todo masón, por su condición de tal, esta obligado a obedecer la Ley Moral", agregando mas adelante: "Aunque antiguamente los masones estaban obligados a profesar la religión dominante de su país, cualquiera que ella fuera, hoy en cambio, se considera más prudente obligarlo tan solo a profesar aquella religión que todo hombre acepta, dejando a cada uno libre en sus particulares opiniones". La obligación la entiende, siendo "hombres probos, rectos y de intachable honradez, cualquiera que sea la fe o la religión que los distinga".
Las reacciones que provocó la constitución de Anderson, por parte de los afectos a la dinastía destronada, y por ende, de aquella masonería católica y escocesa, fue de indignación. Comder, un masón de esa línea, citado por el H.. Phillips (7), diría al respecto: "En su obra, el Nuevo Testamento y la tradición de la Santa Iglesia son enteramente ignorados. La parte más importante de las viejas Constituciones manuscritas es dejada deliberadamente de lado. Hago alusión a la invocación a la Santísima Trinidad, que en cada caso, precedió a la Leyenda del Oficio".
Sin embargo, este no ha sido el único episodio histórico trascendental en esta materia, en la historia de la Francmasonería. La masonería inglesa, había sido, como hemos visto, el adalid en la libertad de espíritu, desde el momento que superó las obligaciones religiosas para sus miembros. Sin embargo, emancipado ya de la influencia católica, cobijó paulatinamente en su seno la influencia anglicana al punto que se fueron recuperando muchas de las tradiciones rituales de antaño. La masonería francesa, en cambio, ayer influenciada por el catolicismo, ahora absorbía el movimiento intelectual del siglo XVIII y XIX, acogiendo el laicismo y la libertad de conciencia, con la misma fuerza que un día lo planteara Anderson.
Es así como, en 1877 el Gran Oriente de Francia acordó suprimir en su ritualismo toda invocación al Gran Arquitecto del Universo, siendo el indicador de aquella propuesta el teólogo protestante Federico Desmous, declarando que "la Masonería tiene por principios la tolerancia mutua, el respecto a los demás, y a sí mismo y la absoluta libertad de conciencia". En respuesta a esa decisión, la Gran Logia Unida de Inglaterra, que había resultado de una fusión de dos Grandes Logias en las cuales se había dividido la originaria Gran Logia de Londres, resolvió desconocer al Gran Oriente de Francia como poder masónico regularmente constituido, produciéndose la discrepancia que hasta hoy pervive.
De lo expuesto, en estos dos hechos históricos, podemos comprobar que el tema de Dios y de la religión, es uno de los aspectos más polémicos que han existido en el seno de la Francmasonería Universal, dividiendo a los HH.. en posiciones tan contrapuestas que hacen revitalizar la lúcida visión de James Anderson el emitir su Constitución masónica.
La verdad sea dicha, es que, el tema de Dios no podría estar ajeno jamás a las preocupaciones de la Francmasonería, porque es un tema central del hombre, desde sus orígenes como especie, tan vigente hoy como ayer. Lo que sí debe estar alejado de sus templos, es la discusión religiosa como tal. Nadie puede traer a la serenidad de nuestras prácticas, la propaganda tendenciosa de su fe, por muy legítima que ella pueda pretenderse, ni aún a modo de propuesta.
La Constitución de la Gran Logia de Chile, señala taxativamente en uno de sus artículos, que nuestra orden aleja de sus templos las querellas religiosas y políticas, recogiendo de este modo las herencias más puras del espíritu que imperara en la fundación de la Masonería Especulativa. Cada cual con su fe y cada cual con sus ideas políticas, los miembros de nuestra Orden se congregan, día a día, para efectuar sus trabajos, expresando el amplio mosaico de sus convicciones. Ergo, el tema de la divinidad es un tema que ha podido ser analizado copiosamente, en nuestra historia masónica nacional. Ningún masón, sin embargo, ha dado una respuesta concluyente sobre la existencia de Dios y su relación con el hombre. Tampoco ningún miembro de nuestros Talleres ha dado la respuesta definitiva sobre su inexistencia. Constatamos, que los masones no escapamos a las limitaciones del ser humano.
De allí que, en nuestra Orden nadie puede ufanarse de ser creyente absoluto. Tampoco puede existir un ateo. Ambas posiciones cierran toda posibilidad a la duda y la búsqueda de la Verdad. Ambos se arrogan detentores de la Verdad, y caen en el dogma. Sin embargo, al penetrar en la F..M.., en sus contenidos velados por símbolos y en sus definiciones esenciales, comprobamos que nuestra Orden se aproxima permanente y decididamente a una Concepción de Dios.
El manifiesto del Congreso Masónico de Lausanne, efectuado en 1870, es indicativo: "La masonería proclama, como proclamó desde sus orígenes, la existencia de un principio creador, bajo el nombre de Grande Arquitecto del Universo".
En su articulo 2°, la Constitución de la Gran Logia de Chile, nos señala en el mismo sentido: "Proclama al GADU como principio generador y como símbolo superior de su aspiración y constitución ética". Abundando en el tema, nuestro H.. Desiderio Arenas (8) nos decía: "La filosofía, la religión y la ciencia, han sido los elementos conque los investigadores han articulado sus esfuerzos desde puntos de vista diferentes, por alcanzar el conocimiento de Dios, de la Verdad, de la Causa Primera... Nuestra Orden nos invita, nos estimula a la búsqueda de la Verdad, es su intención que hurguemos en nuestra propia conciencia, que investiguemos reflexivamente de acuerdo con nuestros conocimientos, inteligencia, espíritu de estudio, interés por el tema y personalidad de cada uno de nosotros".
Así, a medida que avanzamos en nuestro quehacer, en nuestro estudio y en nuestra búsqueda, profundizando en la gradualidad simbólica de nuestra Orden, la simbología del GADU se va haciendo mas patente, invitándonos a un mayor y más profundo esfuerzo tras la búsqueda de la Verdad.
Creo que la masonería nos dice que Dios existe. Podrá ser como causa primera, como principio generador, o como sea que lo percibamos o conceptualicemos. Podrá ser de manera deista, teísta o panteísta. Sin embargo, creo que la masonería no dice que Dios debe ser judío, cristiano o musulmán, simplemente nos dice que hay Dios, y que cada cual debe tratar de descubrirlo a su modo y según sus conceptos y maduración de conciencia. Por esto muchos versados HH.. se han preguntado mas de una vez si somos una religión. Por cierto, no se trata de vagar en la socorrida raíz etimológica del "religare" latino.
Ridell A. Kelsey (9) un masón norteamericano traducido por nuestro V..H.. José Lerner (Q..D..E..O..E..), señala al respecto que, "cuando comparamos la masonería con la religión, si bien encontramos que tienen muchas facetas comunes, sus objetivos y propósitos no son los mismos (...) la masonería no es, una iglesia en pos de reformar pecadores, como tampoco es el sustituto de una institución de culto y devoción. Los hombres religiosos van a la iglesia para adorar a Dios, pero a nuestras Logias concurren a aprender verdades morales y la forma de aplicarlas en la vida diaria". Mas adelante agrega, sin embargo, que "si hay masones que estiman que la Orden es SU religión, es motivo de honra y no de descrédito".
Obviamente, a veces creemos percibir que hay HH.. que parecieran extraviarse, en cuanto al carácter del camino que la Francmasonería una vez les ofreciera al iniciarlos, y quieren convertir nuestros rituales y doctrinas en expresiones de culto; unos con fe, otros con refractaria desconfianza. Sin embargo, ello no es mas que la obnubilación de quienes, a veces, parecen ser cegados temporalmente por la luz masónica.
Nuestra Orden no es un lugar de devoción divina, a pesar de que nuestros trabajos se ofrecen a la gloria del GADU. Nuestra ofrenda al GADU es la recordación de que Dios es el principio y fin de las cosas, pero, asumiendo la debilidad de nuestras certezas. La vida es un camino que nunca termina de recorrerse, y nuestras convicciones son solo aproximaciones a la verdad, que pueden desmoronarse como un castillo de arena junto al mar. Al ofrecer nuestros trabajos a la gloria del GADU, estamos diciendo cada vez, que estamos solo en el comienzo de la duda. De hecho, no hemos podido definir a Dios y la representamos en un símbolo.
El objeto de nuestra Orden, sin embargo, es la devoción al hombre, de fidelidad a la oportunidad que Dios le ha dado, para descubrirse a sí mismo y descubrir la divinidad, tal vez. De allí que lo superlativo de lo masónico sea el hombre -individual y social, microcósmico y astral -. Somos como aquel extraño filósofo - Diógenes - que buscaba al hombre por las calles de Atenas, con un farol en la mano. Somos como él, seguramente, tal vez con la secreta esperanza de que al descubrirlo en su integridad, podamos encontrar a Dios.
CONCLUSION
La impronta filosófica que se establece después de haber indagado en torno al "¿qué somos?", es la interrogante del "¿de donde venimos?". Frente a esta duda, adquiere relevancia el tema que en esta ocasión nos ha ocupado, porque tiene dos perspectivas que dicen relación con el grado: uno, por su importancia social, y dos, en relación con la duda misma del de donde venimos, expresado en los símbolos que nos rodean.
Al preocuparnos del alcance social que tienen las religiones, posiblemente lleguemos a la conclusión que definitivamente la sociedad humana es un conjunto ordenado por creencias (religiosas, políticas, morales, etc). Por cierto, hay quienes pudieran discrepar con ese juicio, en el campo de la filosofía (Marx, por ejemplo).
Obviamente, creo que las creencias juegan un papel trascendental en el hombre y su sociedad por lo que masónicamente debe tenerse una actitud frente a ellas, especialmente con las de naturaleza religiosa. Al respecto, vuestros objetivos como compañeros masones, en el seno de la sociedad, deben ser asumidos por una actitud que considere:
- respeto irrestricto a todos los credos,
- contención de toda manifestación dogmática,
- neutralización de los fanatismos,
- promoción del ecumenismo,
- y, buscar el eclecticismo como camino de encuentro con la verdad.
En lo que se refiere a nuestros trabajos, en tanto, debemos buscar incesantemente en la profundidad esotérica de nuestros símbolos.
Busquemos a Dios, permanentemente, en los arquetipos que la F:.M:. nos propone, recordando aquella frase de Henry Franck (10): " Nadie conoce la Verdad, pero es mejor buscarla y no encontrarla, que jamás haberla buscado".
* * *
Citas.
1)
Del latín religio2) "El cristianismo antiguo". Fondo de Cult.Económica. México 1956.
3) "Humanismo Judaico" 24 /agosto/89. Hotel Galerías Nacionales. Organizada por la R:.L:. "Prometeo".
(4) En nuestra O.. por ejemplo son interesantes algunos trabajos del V..H.. Eduardo Phillips Müller
(5) "La Iglesia Católica en la encrucijada de la modernidad". Diario La Epoca Enero 23 1994.
(6) "A LAS PUERTAS DEL TEMPLO" Eduardo Phillips Müller. Ediciones Pentalpha - 1987.
(7) Ob. Cit.
(8) Revista Masónica. Año LX. # 5-6 1983
(9) Revista masónica Año LXX. N° 1-2 - 1993
(10) Citado por Desiderio Arenas A. Ob. Cit.