San José de Ocoa, capital de la Provincia del mismo nombre, la cual se inicia formalmente como "Provincia Ecoturística" con la Ley 151-04 del 5 de abril del 2004, cumplirá 200 años en el 2005.

Una de las cosas que más llaman la atención, a parte de la limpieza del pueblo, son su gente: de color blanco o claro en su mayoría. La coquetería de sus mujeres, desde niñas, al desfilar por las calles  -o dar la consabida vuelta al parque-  es definitivamente más avanzada que el promedio de los habitantes de otras poblaciones dominicanas.

Esta pequeña ciudad, de menos de 500 mil metros cuadrados, se encuentra a 27 kilómetros del cruce desde la autopista Sánchez, la que une Santo Domingo con el Suroeste de la isla. San José de Ocoa, o OCOA, está franqueada por dos ríos y ubicada sobre suaves colinas a unos 500 metros sobre el nivel del mar.

Para el turista, la visita al parque será mandatoria. A su alrededor, se encuentran como es común en los pueblos dominicanos, el Ayuntamiento, la Iglesia Católica y diferentes establecimientos tradicionales como restaurantes, sitios de baile, oficinas, entre otros.

Una de las ventajas del pueblo es que se puede recorrer a pie sin peligro. Aún cuando el tráfico es intenso  -sorprendente para un pueblo de unos 70,000 habitantes-  los fines de semana, es agradable el ir y venir por su clima suave. La gente es sumamente amable, la legendaria cualidad de los dominicanos, por si se pierden. No obstante, algunos sitios de baile quedan alrededor de un kilómetro, por lo que tendrá que usar los muy populares motoconchos, pequeñas motocicletas o scooters donde le llevan por alrededor de un dolar americano.

Una de las cualidades más extraordinarias de los ocoeños es su amplio sentido comunitario, realmente un modelo en el país. Entre las organizaciones más relevantes están la también legendaria JUNTA DE DESARROLLO, la Fundación Ecológica Ocoeña y el nóvel CONSEJO PROVINCIAL DE TURISMO.
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