¿Por que lo hizo?


Al pasar un joven por una casa de empeños, notó que el prestamista, parado a la entrada, llevaba de solapa, una hermosa insignia masónica, luego de corta reflexión, el joven se dirigió al prestamista: "Veo que lleva una insignia masónica. Sois masón también ?".

“Me encuentro en una apremiante necesidad de dinero. Usted no me conoce, pero al ser ambos masones tal vez lo induzca a prestarme 25,00 dólares que, bajo palabra, le devolveré en 10 días.

Tras pensativa pausa y viendo al joven de buen aspecto pulcro y bien vestido y en la confianza de que era masón, el prestamista decidió prestarle el dinero. Días después, conforme a lo convenido, el joven devolvió y ahí terminó la transacción.

Meses más tarde, el joven se iniciaba en una Logia. En realidad, no había sido masón cuando requirió el préstamo. Mirando alrededor de la segunda parte de la ceremonia, vio al prestamista. Confundido, esperaba no haber sido reconocido y al cierre de la Logia intentó retirarse sin ser visto por el prestamista, pero éste lo había reconocido y se le acercó sonriendo y con un fuerte apretón de manos, le dijo: "Bien, veo que después de todo no era usted masón cuando me pidió el préstamo".

Avergonzado el joven tartamudeó: "No, no lo era, pero permítame explicarle, había oído que los masones eran caritativos y estaban prestos a ayudar al hermano en desgracia. Aquel día no necesitaba los $ 25,00, tenía suficiente dinero en mi billetera, pero al ver que usted llevaba una insignia masónica, quise averiguar si las cosas que había oído de los masones eran ciertas. Al concederme el préstamo, me convencí de que eran ciertas y quedé tan impresionado que presenté mi solicitud a esta logia y aquí me tiene. Espero me perdone haberle mentido".

El prestamista contestó: "No se aflija. Yo no era masón el día que le presté el dinero, no debería haber llevado la insignia que usted vio. Momentos antes había dado un préstamo a otra persona quien, como prenda, me la dejó y la vi tan bonita que la puse en mi solapa. En cuanto usted se fue, me la quité, no quería que otro más me pidiera dinero pensando que yo era masón".

"Cuando me pidió usted los $ 25,00 recordé haber oído que los masones eran honrados, probos, cumplidores de sus compromisos. Para averiguarlo consideré que $ 25,00 no era mucho arriesgar, así que el día que usted devolvió el préstamo exactamente como se había comprometido, lo que me convenció que era cierto lo que había oído de los masones, lo que me animó a presentar mi solicitud a esta logia. Esta noche yo fui el candidato iniciado anterior a usted”.


  ¿Cual es la real enseñanza que encierra este relato?
Regresar a la página anterior
Comentarios a esta lectura