Un señor tenia dos hijos, Juana y José, que eran constantemente maltratados por su madrastra. Ella no les deba de comer, cuando veía que el padre venía, les pasaba con grasa la  boca para hacerle creer que sus hijos estaban bien llenos.

Un día ordenó buscar leña para matar dos chanchos. De pronto de les acerca una leona y con amenazas les hace mamar; posteriormente les dice que los chanchitos eran ellos, los niños lloran desconsoladamente. El animal les da una estrategia para salvarse de la malvada madrastra: el fonda esta hirviendo, la madrastra ordena a José ir por el cesto de chancaca, él disimula no saber obligándola a subir, cuando estuvo de regreso el niño corta las sogas cayendo aparatosamente al agua y suplicando que la saquen.

Los dos niños abren el vientre de la madrastra y sacan un espada y dos perritos: corren más que el viento y fierabrás; una vez  cumplido con lo recomendado por la leona, se marcharon. Cuando regresó el padre del viaje, encontró muerta a su mujer. Entonces desesperadamente llamó a sus hijos sin obtener respuesta.

José y Juana pasan la noche en casa muy hermosa. Por la mañana José se despide llorando de su hermana, la deja porque no podía caminar: estaba encantada.

Sale da unos pasos y al voltear la casa ya no está, desapareció. El se va desolado pensando en su hermana. Llega a una ramada y encuentra a una doncella sollozando, él le ruega que le explique el por qué de su sufrimiento. Ella le dice que se encontraba en aquel lugar para cumplir un pacto que su padre había hecho con el diablo. De pronto de escúchale rumor de la serpiente de siete cabezas, José se enfrenta al animal y dándole muerte con su espada y con la ayuda de sus dos perritos corta las cabezas y se lo encarga a fierabrás. La princesa feliz de la vida abraza a su futuro esposo: su padre había dicho que quien la salvara se casaba con ella. La princesa regresa a su casa. Entonces el rey hace llevar con bandas de música a José y organiza una gran fiesta en honor a su futuro yerno. Pero el rey le pide una prueba a José y éste muestra las siete cabezas de la serpiente que fierabrás había mantenido guardado en su estómago. José y la princesa se casan con una gran pompa.

De madrugada la princesa ordena a la criada arreglar el lecho de José. Ella odiaba tanto a José porque por su culpa habían dado muerte a su hijo, al hacerse pasar por el que había matado a la serpiente y salvado a la princesa. Coloca alfileres en el lecho, al acostarse José se le incrustan los alfileres por todo el cuerpo y queda adormecido

La princesa llora amargamente porque creía que su esposo había muerto.

  Hacen un buen entierro a José. La princesa encierra a los dos perros, éstos no querían ni comer y aullaban día y noche. Una noche cavaron un hueco, se salieron y se fueron al panteón, sacaron a su amo los alfileres y el volvió  a la vida. Como a las ocho de la mañana José llega a la mansión, la princesa llora de alegría y felicidad aferrándose a su esposo. Los dos perros le dicen a José: hasta aquí te hemos acompañado, quedas convertido en un rey, ahora nos vamos. José corre a agarrarlos, pero ellos se convierten en dos palomas blancas, alzan vuelo y se pierden en  el azul del cielo.

 

 

 

Atrás