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FILOSOFIA APLICADA
SECTAS DESTRUCTIVAS:
“We need to be
skeptical of utopianists who offer unreliable totalistic visions of other
worlds and strive to take us there. We need some ideals, but we also need to
protect ourselves from the miscalculations and misadventures of
visionaries”
Paul Kurtz, The New Skepticism (1)
UNA LISTA INCOMPLETA
El 18 de Noviembre de 1978, 923 miembros del Templo del Pueblo se suicidan
colectivamente en Guyana. El 19 de Abril de 1993, David Koresh y 87 de sus
seguidores, entre ellos 18 niños, mueren en el incendio de Monte Carmelo, la
granja-fortaleza de Waco (Texas), mientras el FBI intentaba un asalto al lugar
para terminar con un sitio armado de 51 días. En Octubre de 1994, son
localizados en una granja y tres chalets de Suiza los cadáveres abrasados de 48
miembros de la secta del Templo Solar. También fueron hallados en Quebec
(Canadá) otros cinco cuerpos, incluido el de un bebé, en similares
circunstancias. El 5 de Marzo de 1995, se registran 11 muertos y 5000
heridos en el atentado con gas perpetrado en el metro de Tokyo por la secta Aum
Shinrikyo. El 27 de Marzo de 1997 se produce el suicidio colectivo de 39
miembros de la secta Heaven’s Gate (Puerta del Paraíso), dirigida por
Marshall Applewhite. Los cadáveres, hallados en una lujosa mansión de San Diego
(California), estaban dispuestos boca arriba, como si durmieran plácidamente,
con un velo morado que les cubría el rostro y el torso en su
“viaje” hacia una nueva dimensión que alcanzarían al unirse a la
nave extraterrestre que, según ellos, seguía al cometa Hale-Bopp. El 17
Marzo de 2000, se encontraron 500 personas muertas pertenecientes a la secta
apocalíptica Movimiento por
EL PROBLEMA DE
Si bien las sectas constituyen un fenómeno cuya definición es, ciertamente,
compleja (3), la siguiente, adoptada en
“CULT: A group or
movement exhibiting great or excessive devotion or dedication to some person,
idea, or thing, and employing unethical manipulative or coercive techniques of persuasion
and control (e.g., isolation from former friends and family, debilitation, use
of special methods to highten suggestibility and subservience, powerful group
pressures, information management, suspension of individuality or critical
judgement, promotion of total dependency on the group and fear of leaving it),
designed to advance the goals of the group’s leaders, to the actual or possible
detriment of members, their families, or the community” (4).
Ahora bien, esta definición, aunque completa y descriptiva, a nuestro
juicio, no transmite con suficiente énfasis la dinámica de los procesos que se
verifican en las estructuras sectarias, o mejor aún, en las “relaciones
sectarias” (5). Este último enfoque basa su análisis en el dominio de la
psicología y no en el de la teología, filosofía, ideología o sistema de
creencias del grupo en cuestión. Como acertadamente señala Steve Hassan:
“mis marcos de referencia para valorar las sectas destructivas son los
procesos de influencia del control mental, hipnosis y psicología del grupo.
Observo lo que hace el grupo, no lo que dice” (6). Este enfoque es
sumamente práctico ya que preserva al eventual observador de las
intrincadas discusiones teológico-filosóficas -que se desarrollan en
“charlas”, confeeerencias”, “seminarios”
etc.- y, más importante, del programa de reforma del pensamiento que
actúa sobre él aún cuando pueda estar meramente observando “con sentido
crítico” un determinado grupo sectario.
En este sentido, M.T. Singer y J. Lalich destacan que el rótulo secta se
refiere a tres factores:
1) El origen del grupo y el rol del líder.
2) La estructura de poder o relación entre el líder (o líderes) y sus
seguidores.
3) El uso de un programa coordinado de persuasión antiética. (7)
EL LIDER
El líder de una SD es un individuo cuyo comportamiento, desde el punto de
vista de las patologías psíquicas, pone de manifiesto rasgos más bien
consistentes con el desorden conocido en la literatura psiquiátrica como
“psicopatía” (8). Asimismo son personas autodesignadas y
persuasivas que afirman tener una misión especial en la vida o poseer un
conocimiento especial; suelen ser determinados y dominantes y a menudo son
descritos como carismáticos, centrando en sí mismos la veneración de los
miembros del grupo.
Básicamente las SD tienen una estructura autoritaria, donde el
líder tiene la decisión única y final sobre todos los asuntos; tienden a ser
totalitarias en el control del comportamiento de sus miembros; suelen poseer un
sistema ético doble (uno para el líder y otro para los miembros, uno para los
integrantes del grupo y otro para relacionarse con individuos externos al
mismo); y se presentan como innovadoras respecto de la tradición y exclusivas,
afirmando que sus miembros son “elegidos”, “selectos” o
“especiales” -siendo “inferiores” los que
no pppertenecen a la secta.
De todas maneras, las sectas destructivas tienen básicamente sólo dos
propósitos: reclutar nuevos miembros (proselitismo) y reunir fondos (9), los
cuales, finalmente, estarán destinados a incrementar el grado de poder del
líder o líderes del grupo.
FACTORES PREDISPONENTES PARA SER CAPTADO
Los especialistas en problemática sectaria suelen repetir que prácticamente
cualquier persona puede ser captada por una secta sin es abordada en el momento
oportuno (10). Y este “momento oportuno” es la resultante de la
diversidad de elementos de predisposición caracterológica y muy especialmente,
de una serie de circunstancias sociales que sobrecargan, momentáneamente, los
niveles de ansiedad y/o estrés del sujeto, haciéndolo más vulnerable a la
manipulación emocional. Entre estos factores específicos o caracterológicos que
predisponen a un individuo para ser captado por una SD, esto es para ser
susceptible a la influencia de un grupo sectario, pueden mencionarse: ausencia
de propósito interno; baja tolerancia a la ambigüedad y la frustración;
desilusión respecto de la propia cultura; hallarse en un estado de crisis
(angustia), insatisfacción o inestabilidad a nivel educativo, profesional,
laboral, emocional, social, afectivo, etc.; idealismo ingenuo; ignorancia
respecto de los modos por los cuales los grupos pueden manipular individuos;
inmadurez e identidad no consolidada; inquietudes o especial inclinación por lo
desconocido, esotérico y misterioso; susceptibilidad a los estados de trance;
temores para enfrentarse a un mundo que se presenta como caótico. Creer que uno
NO va a ser captado (invulnerabilidad).
Ahora bien, el punto esencial es comprender que todos los individuos, o su gran
mayoría, son susceptibles, es decir vulnerables, a la seducción o
persuasión manipulatoria de los grupos sectarios; y que, contrariamente al
erróneo concepto popular según el cual los miembros de una secta son
“locos”, la evidencia proveniente de la investigación y de la
clínica fuertemente sugiere que la mayoría de los miembros de las sectas son
individuos relativamente normales, donde aproximadamente sólo un tercio de los
mismos parece haber tenido algún leve desorden psiquiátrico antes de unirse al
grupo y sólo alrededor del 5 al 6 % de ese tercio tenía dificultades
psicológicas serias antes de ingresar (11).
A IMAGEN Y SEMEJANZA: EL PROGRAMA DE REFORMA DEL PENSAMIENTO.
Esta seducción o influencia manipulatoria --o “programa
coordinado de persuasión”, o “programa de reforma del
pensamiento” (Singer), o “control mental antiético” (Hassan),
o la ya en desuso denominación “lavado de cerebro” o
“brainwashing” (Hunter)-- es un conjunto de métodos y
técnicas dirigido nada menos que a perturbar, trastornar y desestructurar la
identidad original o auténtica del individuo -comportamiento, emociones,
pensamiento-- y reconstruirla posteriormente a imagen de la del líder de la
secta, mediante un rígido control de la vida física, emocional, mental y
espiritual del adepto, suprimiéndose la singularidad y creatividad de la
persona (12).
El control mental practicado en las SD es un proceso social que fomenta la
obediencia, dependencia y conformidad, mientras que desalienta la autonomía e
individualidad, subsumiendo al recluta en un entorno que reprime el libre
albedrío. El dogma del grupo se convierte en la única preocupación de la
persona y todo aquello que no se ajuste a su rediseñada realidad resultará
irrelevante.
El proceso de reforma del pensamiento disocia la persona de su auténtica
identidad (“dissociated disorder”) y le confiere una nueva
identidad cuyo rasgo distintivo es la casi absoluta dependencia del grupo,
asimismo, el adepto aprenderá en este proceso a manipular y suprimir su antigua
identidad (13).
EGRESO Y RECUPERACION
Cuando una persona se encuentra bajo la influencia psicológica y social de
una secta, experimenta problemas tales como engaño (y auto-engaño),
debilitamiento, temor y desensibilización, los cuales entrelazados y actuando
conjuntamente, dificultan su salida del grupo sectario. Sin embargo, al fin, la
mayoría de los miembros abandonan sus sectas (14), y tienden a hacerlo de tres
modos: (a) por su propia voluntad motivados por la desilusión, el hartazgo y el
agotamiento (los “desertores”), (b) porque son expulsados por el
grupo, por ejemplo, debido a su inadmisible tono crítico hacia la secta y su
líder (los “expulsados”), y (c) mediante un procedimiento
denominado actualmente “exit counseling” o “asesoramiento en
el egreso o abandono” de la secta (15).
En cualquier caso, a cada una de estas modalidades de abandono, le seguirá, si
así lo decide el ex -adepto, un prolongado proceso de recuperación cuyos
ingredientes principales serán el tiempo, la disciplina y el coraje (16). El
objetivo primordial del trabajo de recuperación será salir de la
pseudo-personalidad o personalidad sectaria y reencontrarse con su identidad
original. Este proceso, a menudo muy doloroso, capacitará al ex-adepto para
comprender el programa de reforma del pensamiento al cual involuntariamente
estuvo expuesto y así el daño que la secta --el líder-- le ha provocado, para
hacer frente a los distintos estados emocionales y mentales post-secta;
para aprender a confiar nuevamente y para reconstruir (o construir) y soñar una
nueva vida (17).
UNA REFLEXION ADICIONAL
En el marco del estado de derecho propio de los sistemas democráticos, la
libertad de pensamiento y acción es, ciertamente, un aspecto fundamental e
incuestionable del sistema mismo.
En este sentido, la prohibición de las sectas destructivas, o su persecución
inquisitorial e intolerante, no constituye un medio aceptable para su abordaje,
consideración, tratamiento y legislación.
Sin duda alguna, las sectas destructivas en cuanto tales, es decir
destructivas, son una amenaza real para la construcción y sostén de una
sociedad abierta, libre y racional. Las SD, pues, amenazan las instituciones
legítimas, perjudican a nuestros hijos y separan a nuestras familias, son
violentas, conspiran, y son fraudulentas, nos arrebatan la libertad y
posesiones y escapan a la inspección del Estado (18).
Entonces, ¿qué debemos hacer? A nuestro juicio, prevenir mediante la
información y la educación en todos los niveles posibles de la vida social y
política acerca de su carácter netamente destructivo, de su presencia y
modos de actuar; estimular la investigación científica de estos grupos; y
propiciar su tratamiento legislativo con vistas al establecimiento de un marco
jurídico adecuado para su funcionamiento.
M. A. Paz y Miño lo expresa claramente cuando señala; “El derecho
fundamental de la libertad de creencia nos impele a respetar y tolerar
cualquier fe o ideología sea de tipo religiosa, filosófica y política. Pero cuando
una creencia o práctica está por sobre el valor de la vida humana tenemos el
derecho y el deber de opinar, aconsejar, advertir y protestar sobre los
peligros del fanatismo irracionalista al cual cualquiera de nosotros puede
caer si renuncia a la posibilidad de pensar y de razonar por su propia cuenta o
de buscar y encontrar una fuente más confiable y demostrativa de conocimiento,
para así buscarla en supuestas verdades infalibles, absolutas, esto es,
autoritarias y totalitarias” (19).
El peligro de las sectas destructivas reside en que, engaño mediante, atentan
contra el valor supremo de la vida humana: la libertad.
N O T A S
1. Kurtz, P. (1992). The New Skepticism: Inquiry and Reliable Knowledge. Buffalo, NY: Prometheus Books, 337.
2. Nos referiremos en este artículo únicamente a las denominadas “sectas destructivas” (SD) y no a las “sectas” en su sentido más general, según el cual una secta “no es más que un grupo de personas aglutinadas por el hecho de seguir una determinada doctrina y/o líder y que con frecuencia, se han escindido previamente de algún grupo doctrinal mayor del cual, generalmente, se muestran críticos” (v. Rodríguez, P. (1997). El poder de las sectas. Barcelona: Ediciones B, 44).
3. AAVV. (1993). “Les sectes en France”, en Les rapports Assemblée Nationale, 2468, Paris, 5-8.
4. “SECTA: un grupo o movimiento que exhibe una intensa o excesiva devoción o dedicación a alguna persona, idea o cosa, y que emplea técnicas de persuasión y control coercitivas o antiéticamente manipulatorias (por ejemplo, aislamiento de antiguos amigos y familia, debilitamiento, uso de métodos especiales para acrecentar la sensibilidad y el servilismo, intensa presión grupal, manejo de la información, suspensión de la individualidad o juicio crítico, fomento de la total dependencia del grupo y del miedo a abandonarlo), diseñadas para promover los objetivos de los líderes del grupo en detrimento, efectivo o posible, de los miembros, sus familias y su comunidad”. V. American Family Foundation. (1986). “Cultism: A Conference for Scholars and Policy Makers”. Cultic Studies Journal 3, 1, 119-20.
5. Singer, M.T. y Lalich, J. (1997). Las sectas entre nosotros. Barcelona: Gedisa, 36.
6. Hassan, S. (1990). Las técnicas de control mental de las sectas y cómo combatirlas. Barcelona: Urano, 152.
7. Singer, M.T. y Lalich, J. Idem, 36-37.
8. Para un desarrollo completo y satisfactorio de este enfoque, véase
especialmente, Landau Tobias, M. y Lalich, J. (1994). Captive Hearts, Captive Minds: Freedom and
Recovery from Cults and Abusive Relationships,
9. Singer, M.T. y Lalich, J. Idem, 40.
10. Véase para un tratamiento muy exhaustivo de la cuestión: Rodríguez, P.
(2000). Adicción a las sectas. Pautas para el análisis, prevención y
tratamiento.
11. Langone, M. (1988). Questions
& Answers.
12. Es decir mediante el control del comportamiento, el control de pensamiento, el control emocional y el control de la información (v. Hassan, S. Idem, 99-111.
13. Como se sabe, la literatura especializada sobre reforma del pensamiento
es muy extensa, como extenso resultaría en esta oportunidad un análisis
pormenorizado de este tópico. No obstante, se sugiere la consulta de: Singer,
M.T. y Lalich, J. Idem, 77-103; Hassan, S. (2000). Releasing the Bonds. Empowering People to Think
for Themselves.
14. Singer, M.T. y Lalich,
J. Idem, 276-292.
15. Giambalvo, C. (1991). Exit
Counseling: A Family Intervention. How to Respond to Cult-Affected Loved Ones.
16. Ford, W. (1990). Recovery
from Abusive Groups.
17. Landau Tobias, M., Lalich, J. Idem. El volumen completo está destinado a estos temas.
18. Singer, M.T. y Lalich, J. Idem, 105-122.
19. Paz y Miño, M.A., “Cómo prevenirnos de las sectas
destructivas”. Neo-Skepsis 2, p. 47.
JUAN DE GENNARO es investigador independiente de Buenos Aires, Argentina, especializado en sectas y en el análisis crítico y racional de los fenómenos religiosos y paranormales.
Correo electrónico: juan_degennaro@yahoo.com
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Resumen
Trata de los distintos componentes del fenómeno agrupado bajo la denominación “Sectas Destructivas”.
Abstract
It is about the different
components of the phenomenon defined as “Destructive Cults”.
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