Publicada por
EDICIONES DE FILOSOFIA
APLICADA
Modernización y tradición:
Una
perspectiva humanista y racionalista
de
la secularización
y del cambio de papel
de
ésta y de la religión en la sociedad
Kjartan Selnes
Sociólogo de
Resumen
El autor explica como en la
economía global los procesos de modernización afectan las sociedades
tradicionales especialmente en el contexto religioso. Además analiza el
fundamentalismo y compara las diferentes perspectivas hacia el establecimiento
de prácticas humanistas seculares en países industrializados y en vías de
desarrollo.
Abstract
The author
explains how in global economy the modernization processes affect traditional
societies especially in the religious context. He also analyzes fundamentalism and
compares the different perspectives towards the establishment of secular
humanists practices in industrial and underdeveloped countries.
La
situación mundial en años recientes ha propiciado un amplio espacio en el cual
la religión es un tema básico para el estudio de las tensiones continuas entre
tradición y modernidad. El resurgimiento del fundamentalismo islámico en las
políticas del Medio Oriente, la aplicación de teologías de la liberación
cristianas a situaciones políticas en América Latina, la intensificación de
asuntos Iglesia-Estado en los Estados Unidos, la tragedia iraní de dictaduras
religiosas y terrorismo, las confrontaciones hindú-islámicas en India, los
escalofriantes sucesos de horror en la ex Yugoslavia, en fin todos estos hechos
ejemplifican la interrelación de la religión y la vida política y económica de
las sociedades modernas o en vías de modernización. Aunque la situación de las
religiones y su desarrollo son bastante diferentes en las diversas sociedades y
culturas, es necesario mirar más allá de una determinada sociedad para entender
el gran impacto de la modernización relacionada con los cambios sociales. Las
interdependencias globales de las sociedades altera dramáticamente tanto sus
mecanismos internos como las formas en las cuales se relacionan unas con otras.
La situación de la interdependencia global resulta de los procesos a través de
los cuales todo el mundo ha llegado a ser parte de un sistema económico y
científico-tecnológico.
Mientras
en un pasado no muy distante la mayor parte de la actividad económica era local
o regional, esta situación de interdependencia económica ha venido abarcando a
todas las sociedades, continentes y últimamente al mundo entero.
Esta
visión de una situación económica global es difícil de imaginar.
Esto
significa que decisiones tomadas en lugares distantes por gente poderosa
desconocida afecta en muchos aspectos la situación económica cotidiana de uno.
En las sociedades tradicionales la mayoría de las relaciones económicas se dan
en la comunidad y las transacciones son cara a cara: producción, compra y venta
de todo lo que uno necesita se establecen en la comunidad inmediata.
Las
personas de los países en desarrollo del Tercer Mundo tienen una experiencia
muy específica en esta interdependencia económica global. Sus economías se
desarrollaron inicialmente como colonias de las naciones del Primer Mundo y el
legado colonial, frecuentemente, hace muy difícil la independencia económica,
social y política. Más aún, los países en desarrollo son, casi siempre,
totalmente dependientes de los poderes económicos internacionales para sus
mercados, préstamos para su desarrollo y tecnología importada. Normalmente
estos países tienen pocos productos de exportación (normalmente recursos
naturales, como minerales o unos pocos productos agrícolas cosechados a gran
escala), no pudiendo (ellos) ponerles sus propios precios para su venta en la
economía internacional.
«Desarrollo»
en estos contextos frecuentemente significa sólo que los países del Tercer
Mundo permitan que las corporaciones multinacionales construyan fábricas,
extraigan recursos naturales y paguen impuestos reducidos a cambio de dar
empleo a un cierto número de trabajadores no capacitados o semi-capacitados. La
fragilidad y la unilateralidad de este tipo de «desarrollo» está ligada a una
total dependencia sobre una vasta economía mundial en la cual los países en
desarrollo casi no tienen o no tienen apuntalamiento económico.
No
sólo son consideraciones económicas las que inciden en esta visión global, sino
también los aspectos políticos influyen en las estrategias mundiales. Los
políticos (y consecuentemente decisiones militares) de un país están conectados
muy estrechamente con su posición en la economía mundial y sus relaciones
económicas con otros países en esa economía. Esta conexión no es algo simple,
pues las corporaciones multinacionales normalmente abarcan varias agencias
gubernamentales y no necesariamente tienen que ser leales a alguna de ellas.
Bueno,
pero ¿dónde están las tradiciones religiosas y culturales en esta semblanza?
En
general, la historia reciente sugiere que las sociedades nacionales llegan a
ser más fuertes por sus culturas religiosas y tradiciones que por su estructura
económica y de poder cuando devienen en interdependientes a un nivel global.
Cuando esto sucede, el miedo de perder su identidad y la continuidad de sus
tradiciones históricas y socioculturales aparece en diferentes grupos de esas
sociedades. El proceso de modernización desafía los modos tradicionales de
hacer las cosas. Por un lado, la religión es parte del contenido de sus
tradiciones culturales, por otro lado y simultáneamente, es una actividad
continua, una productora de símbolos y estructuras que le dan significado y
dirección a la vida de las personas y representa cierta seguridad y estabilidad
confiable ante las confusiones de un cambio. La modernización es para la
religión no sólo un desafío sino también una amenaza. El papel de la religión
en los países en desarrollo es ciertamente complejo. Muchos países del Tercer
Mundo desean un desarrollo económico pero temen ser culturalmente (así como
política y económicamente) rebasados en el proceso de modernización. Para
reafirmar sus distinciones religiosas, esos países en desarrollo tratan de
mantener su identidad cultural. De acuerdo a la investigación sociológica
existen cuatro tipos de respuestas religiosas ante la modernización:
1.
tradicionalismo, el cual trata de mantener el mito de un ideal pasado y enfatiza
la autoridad de patrones tradicionales; 2. revitalización, el cual trata de
regenerar la tradición introduciendo nuevas aproximaciones a viejos conceptos;
3. sincretismo, el cual combina nociones tradicionales con nuevos conceptos
(frecuentemente de otras tradiciones culturales); 4. milenarismo, el cual crea
el mito de un ideal futuro, algunas veces combinado con acciones concretas que
desembocan en ese nuevo mundo.
En
Africa, por ejemplo, ha habido un incremento dramático en el número de nuevas
religiones, caracterizadas por protestas simbólicas y la reafirmación de
continuidad con sus tradiciones culturales. Igualmente, muchos grupos islámicos
están experimentando con varias versiones del Islam que podrían ayudarlos a ser
parte del mundo moderno sin abandonar su herencia cultural.
Para
transformar las sociedades constructivamente -y no menos para transformar las
sociedades tradicionales- es necesario tener un profundo entendimiento de la
religión en su sentido sociológico y cultural. Las religiones han existido en
todo tiempo y en todas las culturas y la ilustradora creencia de que cuando el
conocimiento científico crezca más entonces las creencias religiosas
desaparecerán como una ilusión revelada o una superstición, se ha probado que
no es tan simple como eso.
A
continuación señalaré algunas funciones generales sociales y culturales de las
religiones:
1.Paradigmáticamente
el cambio social de las religiones tiende a apoyar al status quo; no obstante,
eso también puede activar y movilizar a la gente como un facilitador de cambios
revolucionarios, aunque normalmente se da para restablecer algún tipo de orden
previo.
Existe
inherentemente a la religión un aspecto conservador. La religión puede evocar
un sentido de lo sagrado precisamente por el respeto de las tradiciones de los
creyentes y su continuidad. Los símbolos religiosos enganchan a los creyentes a
través de experiencias propias con un significado derivado de la tradición del
grupo, y las creencias religiosas tomadas como verdades absolutas construyen
una fuerza vigorosa en contra de nuevos modos de pensar. Las prácticas
implantadas por medio de la tradición como caminos aprobados por dios son
altamente resistentes al cambio. Cuando las fuerzas para el cambio llegan a ser
muy fuertes y se ven como una amenaza, las tendencias absolutistas y
fundamentalistas en las religiones tienden a ser activadas.
2.
La religión ha sido, históricamente, una fuente esencial para legitimar el
liderazgo político, esto debido, en mucho, a las afirmaciones religiosas que
conforman una gran base de autoridad. El prototipo es el profeta o el líder
carismático inspirado por dios. La religión puede ser un instrumento poderoso
para reglamentar élites para crear obediencia y subordinar a la gente,
legitimar su posición privilegiada y justificar diferentes tipos de
explotación. La razón esencial para la efectividad de la religión en estas
materias es que las afirmaciones religiosas de autoridad, insights
especiales o conocimiento no están considerados controlables por la razón crítica
y empírica pues (la religión) está construida en la revelación y otras fuentes
irracionales para sus afirmaciones de conocimiento y de autoridad.
En
los procesos de modernización y del desarrollo racional de las sociedades el
cambio más importante es la organización de la vida social en diferentes
sectores, la diferenciación de las sociedades en campos distintos de actividad
gobernadas por reglas efectivas y valores; por ejemplo, la creación de un
sistema de mercado efectivo, el buen funcionamiento de un sistema legal justo,
y demás. Esto, en ciencias sociales, es llamado diferenciación institucional de
la sociedad y se refiere generalmente a los procesos a través de los cuales las
esferas institucionales en la sociedad llegan a estar separadas unas de otras,
cada una con una ejecución institucional de funciones especializadas. Por
ejemplo, las funciones religiosas son establecidas en instituciones especiales
«religiosas», separadas de otras instituciones como las educativas, las políticas
y las económicas. La imagen contrastante detrás del concepto de diferenciación
es que en sociedades más simples, las creencias, valores y prácticas de
religión influyen directamente en el comportamiento de todas las esferas de
existencia y la religión es difundida en todos los aspectos de la sociedad. En
sociedades diferenciadas las cortes y los sistemas legales, el control social y
el control de todas las desviaciones del comportamiento son independientes de
la religión, también el sistema médico, la definición de enfermedad y la
terapia. La religión llega a ser relegada más y más a la esfera privada. El
deseo de significado y pertenencia del individuo deben ser dados en la esfera
privada.
4.Además
de la diferenciación institucional las sociedades modernas se desarrollan en
las llamadas sociedades plurales y multiculturales en relación a una situación
social en la cual no hay una sola visión del mundo o estilo de vida cultural
que sea un monopolio. El pluralismo afecta enormemente la situación de la religión
en la sociedad. Donde diferentes visiones de la realidad coexisten y compiten
como alternativas posibles, la credibilidad de todo es indeterminada. La
situación plural relativiza las diferentes visiones de la realidad en
competencia y les quita su situación de ser algo que debe darse por descontado.
El impacto de la situación plural es tal que las diferentes visiones de la
realidad en la sociedad compiten por su legitimidad. Ni una sola visión tiene
una legitimidad no disputada como para que una persona expresándola
autoritariamente pueda ser tomada seriamente. En una situación plural, las
visiones de la realidad y las afirmaciones autoritarias compiten; el resultado
es la difusión de fuentes de legitimidad entre muchos agentes sociales. Las
afirmaciones competidoras pueden recurrir a fuentes sagradas o casi sagradas de
autoridad. Las dificultades para alcanzar un consenso de valores a nivel social
en una sociedad plural podrían ser severas. Pero por otro lado, esto allana el
camino para un modo de pensamiento más racionalista y científico que demanda
criterios claros y evidencias empíricas para las afirmaciones de la verdad y
argumentación racional para afirmaciones de autoridad.
5.
Modernización implica racionalización. El concepto de racional no es nada
simple, podría haber diferentes tipos de racionalidad, y podríamos caer en la
trampa de definir la racionalidad con una mentalidad demasiado estrecha y
sobre-simplificar y monopolizar el concepto.
Racionalización
en el sentido sociológico -y en este contexto- es el proceso por el cual
ciertas áreas de la vida social son organizadas de acuerdo al criterio de los
medios para lograr fines (o funcional) de la racionalidad. La mentalidad
racional involucra apertura hacia nuevas formas de hacer las cosas (en contraste
con lo tradicional).
6.
Dentro de la investigación sociológica sobre modernización, la racionalización
y la secularización a veces
son señaladas por muchas personas como un proceso que involucra lo que se le ha
denominado con una famosa frase: la desilusión por este mundo.
Este
es un rasgo de la racionalización que socava el sentido personal de los
individuos de significancia y pertenencia: La desilusión por la vida se refiere
al proceso por el cual las cosas tomadas con admiración y reverencia son despojadas
de sus cualidades especiales y se convierten en «ordinarias». La ciencia
racional propicia la desilusión al explicar un fenómeno natural sin referencia
a una idea o categoría no natural. Un fenómeno previamente atribuido a un
milagro es reinterpretado por la ciencia racional como algo natural. El rasgo
esencial del proceso de racionalización no es ni con mucho las explicaciones
particulares del fenómeno sino la creencia de que todos los fenómenos pueden
ser explicados racionalmente. De esta manera la ciencia racional socava otros
modos de conocer.
El
proceso de racionalización ocasiona una dicotomía entre interpretaciones
«serias» y «no serias» (las explicaciones racionales son serias y otras formas
de explicación no lo son). El estilo cognitivo adecuado a las estructuras
burocráticas modernas en la esfera pública y utilizadas en ciencia, medicina,
leyes y demás no es compatible con el estilo cognitivo de la religión -la cual
por contraste, permite referencias a un reino trascendente, empíricamente no
verificable y acepta «experiencias» no diferenciadas como un camino válido de
conocimiento. El proceso de racionalización significa que el modo racional de
cognición se aplique a todas esas esferas institucionales que «realmente
importan» (por ejemplo, aquéllas que son serias); otros modos de cognición (por
ejemplo fantasía, juego, religión) son vistos como adornos de la vida privada
(por ejemplo, como no serios).
7.
Como he sugerido varias veces, el proceso de modernización implica y tiene como
consecuencia necesaria la llamada secularización,
la cual puede ser de-finida simplemente y en este contexto, como la liberación
del individuo, la cultura y la sociedad de la autoridad religiosa y de las
normas dogmáticas religiosas. Y esto sucede generalmente en todo el mundo en el
devenir de la modernización. La contraparte del proceso de secularización
es el frecuentemente súbito y dramático surgimiento del fundamentalismo como
una reacción a la modernización. El florecimiento de los movimientos
fundamentalistas pude normalmente ser considerado como un síntoma de crisis
profundas, y que los tiempos de cambios son tan rápidos que creen caos,
confusión y estrés entre la gente.
La
secularización -como un
proceso de racionalización y adaptación de la sociedad al desarrollo científico
y tecnológico- se da también al interior de las propias religiones como una
forma de liberación de dogmas inmutables y postulados absolutistas; como un
movimiento desde las interpretaciones literales de los textos sagrados y las
tradiciones hacia lo simbólico, lo metafórico y lo alegórico, así como la
elaboración de métodos histórico-críticos dentro de las teologías. Cuando uno
interpreta los textos sagrados y las tradiciones simbólicamente, uno al mismo
tiempo admite que hay varios modos de describir lo sagrado y lo espiritual -lo
cual por principio es considerado como indescriptible- y uno admite que otras
religiones tienen sus formas -diferentes formas- de representar la
trascendentalización de lo sagrado. Esto abre la posibilidad para un tipo de
tolerancia ecuménica transrreligiosa. Este movimiento en las propias religiones
reformula, reinterpreta y racionaliza a las religiones desde adentro -lo que
también podríamos decir que humaniza-, sucediendo entonces en contra del
trasfondo de muchas experiencias que las religiones a pesar de todas sus
irracionalidades y otros defectos tienen valores fundamentales y funciones
culturales, sociales y psicológicas positivas. En las religiones las personas
son capaces de expresar cosas no expresadas en la racionalidad de la
cotidianeidad o en un discurso científico. La religión es considerada como un
tipo de lenguaje expresivo. Los conceptos de religión y de religioso son
complejos y no hay un consenso unánime entre los especialistas sobre una definición
mínima que comprenda la gran variedad de elementos que son tomados como
religión y religioso. Tres dimensiones básicas parecen ser generales: a)
Referencia a una dimensión espiritual, muchas veces definida como sobrenatural,
superhumana, supersensual, de otro mundo, que trasciende a la realidad
empírica. En esta dimensión normalmente existe algún patrón más o menos
personalizado de dioses y espíritus o algún tipo de fuerzas o energías de tipo
espiritual. b) Sistema de dogmas, tradiciones y símbolos a los que se tiene fe.
c) Concentración de tipos especiales de sentimientos, experiencias místicas,
piedad relacionada a un concepto de santo, de sagrado.
En
el campo de lo religioso estas dimensiones podrían ser interpretadas de
diferentes maneras, por razonamientos filosóficos y teológicos y también por
proyecciones psicológicas y pensamientos míticos expresando dimensiones
arquetípicas del subconsciente humano. Cuando uno observa con más detalle estas
materias uno muchas veces encuentra que la línea divisoria entre las visiones
del mundo secular y del mundo religioso no es tan drástica como algunos, por
razones conceptuales y de organización quisieran que fuera. La realidad está
llena de sombras flotantes y cambios graduales, la recortamos y tratamos de
ponerla en compartimientos nítidamente diferenciados.
Antes
de terminar esta exposición haré un pequeño comentario sobre el fenómeno del
fundamentalismo:
El
fundamentalismo moderno surge como una tendencia global, desde mediados de los
setentas, tanto en sociedades tradicionales como desarrolladas con diferentes
religiones y sistemas de creencias, incluso el hinduísmo -lo que sorprendió a
algunos expertos porque al hinduísmo no se le considera que tenga una teología
y dogmas elaborados. La tendencia y mentalidad del fundamentalismo también
prevalece en las ideologías no religiosas y en movimientos tales como: el
ortodoxo marxismo-leninismo y en algunas partes del movimiento ecologista. Al
fundamentalismo se le puede ver como una reacción de anti-modernismo, anti-ilustrismo,
anti-humanismo. Es un rechazo y un abandono del diálogo respetuoso y razonable.
La esencia del fundamentalismo no es el contenido de los pensamientos sino
cierta actitud hacia como esos pensamientos son absolutamente ciertos y no es
permitido su escrutinio crítico y discusión, son sostenidos por ser cierto tipo
de revelación e introspección de élites religiosas o ideológicas, más allá de
la duda. Dudar es ser un traidor. Es una cierta actitud hacia cómo las verdades
son dadas y quién tiene el poder y el derecho de establecerlas.
Cuando
en todo el mundo surge el fundamentalismo, los setentas, es un tiempo de crisis
y de criticismo radical del establishment
y preocupa la dirección de la tecno-industrialización y el desarrollo
económico. La crisis ecológica deviene, obviamente. La televisión propicia que
la información de todo el mundo esté disponible para todo el mundo. Una crisis
cultural de los modelos de modernidad, la duda del progreso a través de la
ciencia y la tecnología llega a ser cada vez mayor. El fundamentalismo es una
cierta combinación de sistemas de creencias dogmáticos y activismo político.
En
todas las culturas, religiones, visiones de la realidad, ideologías, hay
variantes abiertas y liberales y actitudes dogmáticas cerradas con variantes
intelectuales imperialistas, monopólicas. Variedades laxas y variedades
estrictas. Un sistema ideológico es transformado en una variedad
fundamentalista cuando trata de separarse e inmunizarse a sí mismo de los
procesos de diálogo crítico con otras ideologías y monopoliza la verdad
combinada con una fuerte dominación con todos aquéllos que se resisten.
Fundamentalismo
es exactamente lo opuesto al humanismo, como lo son el totalitarismo y el
autoritarismo. Modernización es vivir con muchas incertidumbres, que es también
el espíritu de la ciencia, donde la probabilidad y la corroboración empírica es
la evidencia para las afirmaciones de la verdad. Modernidad es libertad de
escoger entre alternativas y responsabilidad por la elección y es también no
seguir dogmáticamente tradiciones y prescripciones autoritarias. La libertad de
escoger podría provocar una ansiedad agobiante en la vida de muchos en
circunstancias inciertas. Nosotros tenemos la frase: El vuelo de la libertad,
el escape de la libertad.
El
fenómeno del fundamentalismo puede ser interpretado y explicado en diferentes
niveles: psicológico, sociológico, político y cultural. El fundamentalismo es
visto como la fe en una certeza absoluta, mientras, en el cambiante mundo
moderno lo principal es la incertidumbre, por lo que podríamos describir las
condiciones y los motivos para que se dé el fundamentalismo en esos aspectos de
la siguiente manera: 1. Psicológico: la inhabilidad de intolerancia abierta a
muchas situaciones estimadas y a las condiciones cambiantes para su propia
identidad. 2. Sociológico: La inhabilidad de crear una identidad en una
sociedad plural y cambiante. 3. Político: La inhabilidad de enfrentar el
relativismo político de la democracia y la validez universal de los derechos
humanos. 4. Cultural: El vacío de la mentalidad moderna ante la confusión del
pluralismo y el relativismo.
Ahora
bien, regresando al papel de los movimientos humanistas y racionalistas en esta
transformación mundial de las sociedades por la modernidad, diré algo acerca
del humanismo en Noruega para compararlo tentativamente con mi percepción de la
situación en países como India.
Este
año
No
voy a entrar en detalles aquí, pero quiero señalar tres factores determinantes
para este crecimiento, los cuales tienen una importancia y validez
transcultural: primero, nuestra identidad explícitamente no religiosa o
secular; segundo, nuestro compromiso ético social por encima del nivel de
partido político; tercero, nuestra alternativas seculares a las ceremonias
religiosas en relación con acontecimientos que marcan etapas en la vida tales
como nacimientos, celebraciones para ponerles nombre a las personas, festejos
de entrada a la edad adulta, ceremonias de matrimonio y funerales. Todo esto
significa que tenemos identidad explícita como organización preocupada por las
mismas necesidades de ceremonias de vida como por las cuestiones generales
existenciales y éticas que atienden las religiones. Tenemos la función de dar
una identidad social organizada a mucha gente en la sociedad moderna plural y
multicultural, donde entre otras cosas, las religiones son autores dominantes.
Hay
y han habido diferentes términos para nuestros movimientos en diferentes
países: humanistas, librepensadores, librerreligiosos, librespirituales, racionalistas,
secularistas, escépticos, ateos y otros.
Para
mi conocimiento, aquí en India tienen por lo menos seis organizaciones bien
establecidas: 1.
Y
¿qué hay respecto a las tareas de los movimientos humanistas y racionalistas en
el Tercer Mundo similares o no a sus organizaciones en los así llamados países
en desarrollo? En la invitación a esta Conferencia Racionalista Internacional
me llamaron la atención las siguientes líneas:
«La
gran mayoría de la población india está inmersa en la superstición y la
ignorancia y afianzada a ellas por las tradiciones. Para romper estas cadenas y
crear una base para el progreso social y el desarrollo nosotros tenemos una
amplia variedad de actividades tales como luchar contra la superstición, el
sistema de castas y otros males sociales, la promoción del temperamento
científico y el secularismo; ayudar a la gente a liberarse de las religiones
organizadas; tratar de construir un sistema despojado de cualquier dogma
religioso o suposiciones arbitrarias de autoridad; luchar en contra del
fundamentalismo religioso por todos los caminos legales; promover matrimonios
interreligiosos, etc. son algunas de ellas.»
Bueno,
en Occidente no tenemos el mismo tipo de problemas de luchar contra lo mágico,
brujas, malos espíritus y demás, pero esta lista de desafíos es también
relevante en diferentes grados en los países en desarrollo. Pero permítanme
decir esto: La mejor manera de abolir la superstición es mejorar el bienestar
material y las condiciones de vida de la gente. La religión muchas veces tiene
funciones importantes para las personas que están en malas condiciones. La
mejor arma en contra del sistema de castas ha probado ser la industrialización,
no los argumentos morales e intelectuales. Cuando las personas viven en malas
condiciones, necesitan consuelo que la ciencia no puede dar en el mismo grado
que la religión: el significado de las enfermedades, el sufrimiento, el dolor,
la desesperación, infelicidad, pérdida, muerte. Me enfoco a esto porque todas
las investigaciones sociológicas muestran que los factores básico determinantes
para cambiar la religión o la ideología es el desarrollo económico y
tecnológico de las sociedades y sus niveles de bienestar. Poniendo esto en
términos más simples: Si las condiciones prácticas de las personas son
satisfactorias y racionales entonces su modo de pensar deviene en satisfactorio
y racional. Por supuesto esto también opera en sentido contrario.
Como
miembros organizados de
Uno
de los aspectos esenciales del humanismo es definido como lo contrario al
totalitarismo, autoritarismo, particularismo, fundamentalismo, etnicismo,
racismo y similares. Y positivamente humanista es la autodeterminación y la
autorrealización de la variedad creativa de vida.
Luchar por esos valores parece ser un desafío de trabajo práctico inmenso para nuestras organizaciones en la situación global presente, debemos colaborar todos, intercambiar experiencias y tomar una responsabilidad global. Gracias por su paciente atención.
(Ponencia
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