Cuando seamos grandes,
no nos olvidemos que para las noches
se hicieron los cuentos,
y los reyes magos,
y los duendes buenos;
de que sólo hace falta
cuando llega el sueño tener
bien a mano la voz de un abuelo.

No nos olvidemos que en una
vereda cabe un mundo entero,
de risas y ruedas,
que no hay mar tan nuestro como el
de la acequia, que con dos pedales,
de una bicicleta, lo que queda lejos
siempre queda cerca.

No nos olvidemos de las
maravillas que guardan adentro,
las cosas sencillas, los viejos cajones,
la flor, la semilla.
La vida es un viaje y es cuestión
de vida sentarnos al lado de la ventanilla.

Cuando seamos grandes va a ser
muy bonito tener como amigos a los
animalitos y gritarles cosas y entender
sus gritos, y explicar los vuelos por
el infinito (los grandes
no entienden a los pajaritos).

No nos olvidemos cuando seamos grandes
que un beso es un modo de
quedarse en alguien, que siempre
es horario para acariciarse,
que el amor es todo, que ternura
es madre, que hay que estar
temprano cuando se hace tarde.

Cuando seamos grandes no nos
olvidemos de la fantasía, del sol
y los juegos, y los cumpleaños,
y el circo viajero, los payasos tristes,
los muñecos buenos, la hermosa
costumbre de decir:

¡TE QUIERO!




Enviado por Salvador.
¡Gracias Amigo!

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