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Silvia Pinal-Soy muy aventada y en mucho he sido pionera

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Silvia Pinal - Foto: Revista: Siempre!

Aunque la conversación se centra en mucho de lo que la señora Pinal ha logrado en materia del derecho de intérprete, también aborda lo que ha enfrentado como mujer en un mundo machista y no pocas veces misógino. Estas declaraciones a Valdés Medellín bien podrían resumir el largo devenir de la señora Pinal: "Disfruté mucho y sufrí mucho". 

Espero a Silvia Pinal en sus oficinas en Televisa San Angel. Inevitablemente, la memoria se me vuelca en remembranzas, ya que es la segunda vez en que me encuentro con ella para una charla periodística. La primera fue en 1983, cuando la actriz acababa de montar La señorita de Tacna de Mario Vargas Llosa. Fue una experiencia única hablar con la señora Pinal de tantísimos temas: Luis Buñuel y el surrealismo, las películas Viridiana, El ángel exterminador, Simeón del desierto.
“Todo mundo cree que Buñuel era así como muy rebuscado en sus indicaciones para dirigir y no —me dijo en aquella ocasión la también productora teatral y televisiva—. En realidad él te dejaba ser, y tú creabas; así hice la creación de Viridiana y de Simeón del desierto, que parecerían muy difíciles. Y fueron difíciles por la responsabilidad que yo sentía de actuar bajo la dirección de ese monstruo sagrado del cine que era Buñuel, pero no porque él fuera rígido conmigo”. Eso fue hace casi 25 años.
Hoy, la actriz se encuentra grabando el exitoso serial televisivo Mujer, casos de la vida real que ha iniciado una nueva modalidad como “miniserie”. Llega por fin la entrevistada. Llena de energía, como siempre se ha caracterizado, dotada de una simpatía y una amabilidad desbordantes. Nos saludamos. Le comento que vi la miniserie y me pareció muy lograda, le pregunto qué tal la respuesta del público.
“Ah, nos ha ido muy bien, gracias a Dios —me responde al tiempo en que me dice que ya tiene mucha hambre—. Ay, es que estoy grabando desde temprano y ya hace hambre. Pero le decía, va muy bien el programa, el público siempre lo recibe bien y es algo que agradezco y me compromete a seguir haciendo cada vez mejor las cosas”.
Hablamos de que siempre ha sido pionera. “Sí, siempre me ha tocado jugar ese papel, en muchos casos” —confirma—. “Por ejemplo, fui la primer mujer en ganar en 1988 el puesto de presidente de la ANDI (Asociación Nacional de Intérpretes) a un imperio de hombres como José María Fernández Unsaín, Roberto Cantoral y Jorge Neri, por sólo mencionar a algunos”.

Rompí un tabú en la ANDI

Gonzalo Valdés Medellín.- Me llama la atención su expresión imperio de hombres. ¿Cuál fue su experiencia ante esto?

Silvia Pinal- La primera impresión que tuve es que yo como mujer estorbaba, pero como soy muy aventada, y le digo, siempre se me ha dado el ser pionera, pues entonces enfrenté el reto. Disfruté mucho y sufrí mucho. Tuve ciertos problemas pero todos se pudieron resolver. Además, el hecho de haber sido la primera mujer presidente de la ANDI fue muy importante; se rompió el tabú. En ese entonces había muy pocas mujeres ocupando puestos de alto nivel.
La lucha por el derecho de intérprete —que es a lo que se aboca la ANDI— siempre ha sido muy ardua,  porque los artistas intérpretes siempre hemos padecido una desigualdad muy grande. Y en el momento en que fui dirigente de la ANDI era una desigualdad tremenda; y aunque tenía espías de mi propio equipo, se lograron muchas cosas.

G.V.M.- Usted ha tenido experiencia como asambleísta, diputada y senadora. ¿Cómo recapitula estas actuaciones suyas?

S.P.- Mientras estuve en la ANDI, y fui diputada, asambleísta y senadora, hice una cosa muy importante en la Ley de Cinematografía. Siendo presidente de la Comisión de Radio y Televisión, logré que se modificara una de las cláusulas, que era la cláusula final —los legisladores le llamaban la cláusula Pinal—; rogaba a los diputados, me les hincaba para que me ayudaran. Entonces pusieron unas palabritas que eran muy importantes para nosotros los intérpretes: se protege la transmisión. Y eso solo fue un gran logro, porque la palabra transmitir es lo que avalaba nuestros derechos en televisión. Porque exhibir concernía únicamente a los derechos emanados del trabajo en cine. Así, se defendió perfectamente la Ley de Cinematografía y se contempló por primera vez el derecho de intérprete dentro de  la Ley de Cine, Radio y Televisión.
Yo fui mucho de defender el derecho de intérprete y, como me tocaba defenderlo, sacaba mi espada y a pelearme con Cantoral (líder de la Sociedad de Autores y Compositores de Música), con Fernández Unsaín (entonces presidente de la Sociedad General de Escritores de México), con quien fuera. Es muy difícil defender el derecho de autor. Pero todo esfuerzo vale la pena.
Y mire, precisamente, me acaban de dar un premio a nivel mundial, un premio maravilloso, en Ginebra, por parte de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, debido a mi labor.

La Fundación Banquells

G.V.M.- Premio merecidísimo, pues también es cierto que usted ha sido una notable defensora de los derechos del intérprete en el cine, al grado de que no dudó en enfrentar al mismo Emilio Azcárraga Milmo. Cuéntenos de esa circunstancia.

S.P.:- En aquel entonces, los intérpretes tuvimos problemas con las empresas, porque no querían pagar las películas, y nunca han querido pagarlas, sea dicho de paso.
No me quedó más remedio que ir a hablar directamente con Emilio Azcárraga Milmo, con quien siempre tuve una muy buena y estrecha amistad, y le platiqué de la precaria situación en la que con frecuencia se ven inmersos los actores mayores, de la tercera edad, que participaron en muchas películas que se seguían —y siguen— explotando. Le pedí que nos las pagara. Me respondió que no podía, que ya les había pagado a los productores por ellas y le comenté que eso era vergonzoso, porque los productores nos querían pagar 10 centavos por película del 9 por ciento que nos tocaba, para repartirlo con los músicos.
Pero no, que no, que no pagaba, dijo, pero que iba hacer algo para compensar esa situación. Y me dijo: “A ti te regalo un dinero y tú ve cómo lo repartes con los viejitos, pero el dinero te lo regalo a ti, no se lo regalo a la ANDI, ni el cheque va a salir a nombre de la ANDI”.
Y acepté, porque yo ya tenía la idea de crear una fundación no lucrativa para los actores mayores, que incluso quise hacer dentro de la ANDI, pero nunca pude, ya que los abogados me dijeron que la ANDI era únicamente para recaudar y pagar los derechos de intérpretes, y los estatutos no lo permitían.
Decidí hacerla por fuera, y vi la oportunidad idónea en la oferta de Azcárraga. Cuando terminé mi gestión, en 1995, fundé la Asociación Rafael Banquells. Se le puso ese nombre porque acababa de fallecer Rafael, quien además era parte importante del proyecto, empezamos a ayudar a los viejitos y seguimos ayudándolos. Pero esto nació de la ANDI, fue una idea muy linda y yo estoy muy agradecida.

En política no le caes bien a todos

G.V.M.- ¿Cuál es su valoración del trabajo en la política?

S.P.:- La política en general es una carrera muy dura. No le cae uno bien a todo el mundo. Y debe uno tener cuidado de quienes lo rodean, porque muchos se aprovechan del nombre y prestigio que tiene uno para beneficio personal. Es un trabajo muy ingrato. Claro, yo no me puedo quejar. He estado relacionada con el ambiente político y gracias a eso pude lograr pequeñas, grandes victorias, a favor del derecho de intérprete.

G.V.M.- Se están celebrando los primeros cincuenta años de la ANDI. ¿Qué nos dice al respecto?

S.P.:- La gestión más reciente, de Humberto Zurita, que ya concluye, ha sido una gestión muy limpia, seria. Le ha ido bastante bien. Humberto ha sido un líder correcto y ha luchado mucho también. Ha tenido que sacrificar familia y trabajo, y es lo que uno tiene que hacer cuando se compromete y acepta una responsabilidad como ésta. La ANDI ya tuvo un cambio al convertirse en Sociedad de Gestión Colectiva y fue una lucha tremenda y muy importante. Soy pionera de la ANDI. Mi credencial es la número 15 y no la he soltado. Sigo manteniendo ese número.
Me acuerdo que hace medio siglo nos reunimos en un teatro y se propuso crear esta asociación, y pidieron que se levantaran quienes quisieran formar parte y yo fui la número 15. Ya como presidente de la ANDI creo que mi gestión fue importante, pues en ella se sentaron las bases para lo que ahora se está viviendo. Todos los principios tienen una puerta abierta, y si se trabaja bien, se sigue progresando.

Silvia Pinal es un libro abierto. Hay muchas preguntas y temas que al entrevistador se le quedan en el tintero, y el tiempo es corto, aunque cómo quisiera desentrañar sus vivencias en el teatro, en el cine, en la televisión. Su relación con personajes clave en el siglo XX mexicano: Pedro Infante, el ya citado Buñuel, Diego Rivera, Luis Alcoriza, Ernesto Alonso, Manolo Fábregas…
La señora Pinal nos ha honrado con una entrevista, pero nos promete una nueva cita. Aquí hemos dado un atisbo a su experiencia en la política que es, sin duda alguna, una de las páginas más aleccionadoras en la vida una mujer, figura protagónica, brillante, de la cultura y el arte en México: Silvia Pinal  ■

Dejame un postit! | Correo Gonzalo Valdés Medellín |Revista Siempre!|Articulo |20.05.2007