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Poetas mexicanos (I)

José Emilio Pacheco - Alta traición

N o amo mi Patria … 

No amo mi Patria. Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal) daría la vida
por diez lugares suyos, cierta gente,
puertos, bosques de pinos, fortalezas,
una ciudad deshecha, gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
(y tres o cuatro ríos) ■

José Emilio Pacheco |www.oocities.org/poesiamsigloxx |Poesia |18.07.2007

Francisco A.de Icaza - La sombra

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La Sombra - Dibujo personal

Í bamos hacia el Oriente … 

Íbamos hacia el Oriente,
Cara al sol; amanecía,
Y todo era luz al frente:
Nuestra sombra no sequía
Hoy con el sol en ocaso
Al proseguir la jornada
Una sombra prolongada
Va precediendo mi paso ■

Francisco A de Icaza |Mi primo libro de español |Poesia |15.08.2004

Amado Nervo - Éxtasis

C ada rosa gentil ayer nacida, cada aurora que apunta entre sonrojos … 

Cada rosa gentil ayer nacida,
cada aurora que apunta entre sonrojos
dejan mi alma en el éxtasis sumida
nunca se cansan de mirar mis ojos
¡el perpetuo milagro de la vida!
Anos ha que contemplo las estrellas
en las diáfanas noches españolas
y las encuentro cada vez mas bellas
Anos ha que en el mar conmigo a solas
¡Y aun me pasma el prodigio de las olas!
Cada vez hallo la naturaleza
más sobrenatural mas pura y santa
Para mi enredador todo es belleza y con la misma plenitud me encanta
La boca de La madre cuando reza
Que la boca del niño cuando canta
Quiero ser inmortal con sed intensa
Porque es maravilloso la panorama con que nos brinda la creación inmensa
Porque cada lucero me reclama,
diciéndome al brillar”Aquí se piensa,
también aquí se lucha, aquí se ama” ■

Amado Nervo |www.enciclopedia.com |Poesia |15.08.2004

Salvador Novo - El retorno

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Alameda - Dibujo personal

V ieja alameda triste en que el árbol medita, en que la nube azul contagia su quebranto … 

Vieja alameda triste en que el árbol medita,
En que la nube azul contagia su quebranto
Y en que el rosal se inclina al viento que dormita:
Te traigo mi dolor y te ofrezco mi llanto.
He vuelto. Soy el mismo. La misma sed que me aqueja
Y embelesa mi oído idéntica canción,
Y soy aquel que ama el minuto que deja
Un poco más de llanto dentro del corazón.
He vuelto a tu silencio otoñal, he buscado
Vanamente mis huellas entre todas las huellas,
Y mi ilusión es una hoja muerta de aquellas
Que estremecía el viento y que el sol ha dorado.
…Y mientras quiero acaso recomenzar la senda
Y un mal irremediable consume los destellos
Del sol, vieja alameda, y te guardo mi ofrenda,
Tú contemplas mis ojos y miras mis cabellos  ■

Salvador Novo |www. galeon.com |Poesia |15.08.2004

Alfonso Reyes - El llanto

A l declinar la tarde, se acercan los amigos; pero la vocecita no deja de llorar …

Cerramos las ventanas, las puertas, los postigos;
pero sigue cayendo la gota de pesar.
No sabemos de dónde viene la vocecita;
registramos la granja, el establo, el pajar.
El campo en la tibieza del blando sol dormita,
pero la vocecita no deja de llorar.
-¡La noria que chirría! -dicen los más agudos-.
Pero ¡si aquí no hay norias! ¡Qué cosa singular!
Se contemplan atónitos, se van quedando mudos,
porque la vocecita no deja de llorar.
Ya es franca desazón lo que antes era risa
y se adueña de todos un vago malestar,
y todos se despiden y se escapan de prisa,
porque la vocecita no deja de llorar.
Cuando llega la noche, ya el cielo es un sollozo
y hasta finge un sollozo la leña del hogar.
A solas, sin hablarnos, lloramos sin embozo,
porque la vocecita no deja de llorar ■

Alfonso Reyes |Revista:Letras Libres |Poesia |15.08.2004

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