EL CAPITALISMO ES IMPERIALISMO, EL IMPERIALISMO ES GUERRA

¡Qué cinismo! ¡Qué hipocresía! Cada día sobre la faz de la tierra millones y millones de seres humanos son explotados al igual que las bestias por salarios de hambre y otros tantos millones viven en la más total indigencia sin que esto repugne a las delicadas conciencias de los señores que hoy querrían convencernos de que el ataque a Serbia es una intervención de tipo humanitario dirigida a prevenir la masacre de la población civil de Kosovo.¡Ellos mienten impúdicamente!

¡En realidad, son siervos del capitalismo y obedecen exclusivamente a su lógica que es la lógica del máximo beneficio, la cual debe realizarse incluso a costa de pasar sobre el cadáver de la propia madre!

En realidad, la partida que se está jugando en los Balcanes es un momento de la confrontación actual entre las distintas potencias imperialistas para asegurarse el control y la gestión del petróleo, de la renta petrolífera y de los mercados financieros y comerciales. Es una confrontación feroz por el dominio del mundo.

Para impedir que se consolide un nuevo bloque imperialista capaz de contrastar su primado, los Estados Unidos instan a la ampliación de la OTAN al área entera de los balcanes y a los países del este de Europa. Ellos - luego de haber armado, uniformado, equipado al UCK (ejército de liberación de Kosovo)- pretenden, con la presencia estable de sus tropas en Kosovo, asegurarse el control del petróleo del Cáucaso, relegar definitivamente a Rusia (que aún sigue siendo la segunda potencia militar) al rol de mera comparsa y, quizá hay una cosa todavía más importante, a infligir un duro golpe a las aspiraciones europeas de desempeñar un rol imperialista autónomo.

Los europeos, a su vez, hacen buena cara a este malévolo juego y apoyan la acción militar de la OTAN sólo para no correr el riesgo de ser completamente excluidos de un área de tan vital importancia y en espera de darse, junto a la moneda, también un aparato bélico común.

La misma Serbia, que también se comporta como la víctima sacrificial, en realidad mira a explotar lo mejor posible su propia posición estratégica. Ejerce presión para asumir un rol de potencia regional que permitiría a su burguesía embolsarse una conspicua renta de posición. Precisamente para conseguir ese objetivo ella nunca ha vacilado en apretar el lazo en el cuello de todos los trabajadores, comprendidos los kosovares y, en el período de mayor crisis económica, no ha dudado en imponer el bloqueo a los salarios, no obstante registrarse una tasa de inflación del 2000%; en revocar toda forma de autonomía política y económica y en ahogar en sangre la rabia de millones de trabajadores.

Ni más ni menos de cuanto han hecho todas las burguesías del mundo. ¡Algunas en nombre de la "injerencia humanitaria"! ¡Otras en nombre de la "defensa de la Patria"! La lógica que incita a la guerra es la misma que incita al capitalismo a la búsqueda de la ganancia máxima a toda costa.

Para los verdaderos comunistas, por tanto, la elección de estar con uno u otro imperialismo, distinguiendo el más pequeño del más grande porque entre los dos males se debe escoger el menor, es falsa, oportunista y desviante. Todo apoyo a este o a aquel frente imperialista es un apoyo al capitalismo, es una traición a todas las esperanzas de emancipación del proletariado y de la causa del socialismo.

El único camino transitable para salir de la lógica de la guerra pasa sólo a través de la continuación de la lucha de clases, en Kosovo al igual que en el resto de Europa, en los Estados Unidos igual que en Rusia.

La solidaridad de los comunistas internacionalistas va, por tanto, sin titubeos y compromisos tácticos única y exclusivamente a los trabajadores kosovares y serbios que sufren el doble peso de la explotación capitalista y de las consecuencias dramáticas e inmediatas de la guerra imperialista.

Contra la guerra, Contra el capital por la continuación de la lucha de clases y por la reconstrucción del Partido Revolucionario.

Buró Internacional por el Partido Revolucionario

25/3/99