DENGUE

Es una enfermedad producida por un virus que se transmite por la picadura del mosquito Aedes aegypti, quién también transmite el virus de la fiebre amarilla y que también es conocido como "mosquito patas blancas". Ocurre en las regiones tropicales, hábitat natural del mosquito.
SINTOMAS: la infección por este virus puede producir el Dengue y la Fiebre hemorrágica dengue. En ambos casos los síntomas aparecen luego de un período de incubación (tiempo que transcurre entre el ingreso del agente infeccioso y el momento de aparición de los síntomas) de 5 a 8 días. El dengue se presenta con fiebre y escalofríos de aparición brusca, dolor de cabeza y en la región posterior de los ojos al moverlos, dolor en la región lumbar y malestar general que obliga al enfermo a permanecer en cama. El dolor en las articulaciones es particularmente intenso y la fiebre puede llegar rápidamente a superar los 39,5 grados centígrados. Los ojos se encuentran enrojecidos y en la cara se presenta un brote diminuto de color rosa pálido. La fiebre puede durar 48 a 96 horas y posteriormente desaparece dejando al enfermo sudoroso; este período sin fiebre dura alrededor de 24 horas cuando aparece una nueva oleada de temperatura elevada acompañada con los síntomas que ya notábamos y es característico en esta segunda fase de la enfermedad la aparición de un brote rosa pálido por todo el cuerpo, excepto en la cara. La planta de las manos y de los pies se observan enrojecidos e hinchados. Tenemos entonces que lo más característico del dengue es la fiebre elevada, los dolores intensos y el brote (exantema). No ocurren muertes en los casos del Dengue, a diferencia de lo que ocurre con la Fiebre hemorrágica dengue. Después de un caso de Dengue, la persona queda inmunizada contra el virus por un período de 1 año.
El médico sugiere realizar varios exámenes, entre ellos el cuadro hemático, donde se observa una disminución de los leucocitos (leucopenia) y en el examen de orina encuentra albúmina (albuminuria). La enfermedad puede confundirse con otras fiebres, como la del tifus, la fiebre amarilla, la fiebre por garrapatas, la fiebre por paludismo, etc.
El tratamiento consiste en reposo completo en cama, EVITAR TOMAR ASPIRINA (el médico sugerirá el acetaminofén, paracetamol, codeína u otro medicamento) para disminuir la fiebre y el dolor; insistirá en tomar abundantes líquidos para controlar la deshidratación producida por la sudoración y la fiebre.
En los casos de Fiebre Hemorrágica dengue, los síntomas aparecen, como en el caso anterior, de manera súbita: fiebre alta, escalofríos y dolor de cabeza. Es más frecuente en los niños menores de 10 años; pero, a diferencia del Dengue donde se presentan intensos dolores en las articulaciones y los huesos, los niños presentan dificultad para respirar y diarrea con sangre. Es así como vemos que los enfermos tienen tos, dificultad respiratoria (disnea), dolor de garganta, dolor abdominal, náuseas y vómitos. A los 2 a 6 días de haber aparecido los síntomas el enfermo se ve postrado en cama, pálido, con las manos y pies fríos y con una coloración azulada alrededor de la boca (cianosis perioral). Posteriormente aparecen signos de hemorragia (deposiciones con sangre, hematomas en la piel del abdomen y en los sitios donde es inyectado, sangrado por la nariz –epistaxis-), etc. El médico encuentra el bazo y el hígado aumentados de tamaño y el pulmón y corazón afectados. Entre los exámenes que solicita está el cuadro hemático que puede mostrar una disminución de los leucocitos, aunque en el 30% de los enfermos éstos se encuentran elevados. También encuentra que las plaquetas (las células que participan en el mecanismo de la coagulación y evitan las hemorragias) se encuentran disminuidas (trombocitopenia), igualmente el tiempo de protombina (otra prueba que mide la coagulación sanguínea) está alterada.
La Organización Mundial de la Salud ha establecido ciertos criterios para establecer el diagnóstico de fiebre hemorrágica dengue, que requieren atención inmediata: comienzo agudo de fiebre alta y continua que dura de 2 a 7 días, manifestaciones de hemorragia, inflamación del hígado y disminución de las plaquetas. La mortalidad por Fiebre hemorrágica dengue oscila entre el 6 y 30%, especialmente entre los menores de 2 años.
El tratamiento consiste en controlar la deshidratación, la dificultad respiratoria y prevenir la aparición del shock que produce el sangrado. Los enfermos deben ser hospitalizados para suministrarle oxígeno y líquidos intravenosos. En muchos casos es necesario hacer transfusiones de sangre fresca o de plaquetas para controlar el sangrado.
La profilaxis del Dengue requiere que se erradique el mosquito que transmite el virus mediante la eliminación de las fuentes donde éste se reproduce: vasijas que puedan contener agua (como los floreros), estanques que se forman después de las lluvias, llantas que puedan coleccionar restos de líquidos, etc. Quienes viven en áreas donde es frecuente la aparición de la enfermedad (áreas endémicas) deben proteger la vivienda con mosquiteros.