"OTRO NIÑO"

Cantaron las chicharras

esa mañana

y recordé como siempre

cada mañana de Verano

en el trino del desgarro

a todos esos niños

mis amigos

mis enemigos

los odiados

los protegidos

los perdidos inocentes

y terribles precoces

ángeles caidos

Alicia que partió

en su cósmica jeringa

hacia el país de pesadilla

y me ofreció acompañarla

en el último raid.

Al gordo Sergio

tripulando su bólido

biciclo sin casco.

Estelita que voló

de un séptimo al vacío

cuando yo estaba

tan lejos

al otro lado del gran río.

Al enigmático Pepe

que no dio tiempo a nada

ni siquiera a quererlo

de un día para el otro

dejó el alcohol para tragarse

toda el agua de

aquel dique cordobés.

Al Negro Julio

gran matón

que murió llorando

como un niño pidiendo

por favor a los gritos

bajo una cama

cuando justo entró

a chorear

y la casa era de un cana.

A Victor cuyo corazón

ya supe muerto

y lloré mucho

antes que sepamos

él o yo sobre el nido

del Cangrejo Asesino

en su pulmón.

A Pólvora mi enemigo

que murió en su ley

sin ley ni hígado

ni leucocitos.

A la Petisa

que no sé si ya se fue

pero que casi también

me lleva de salida c

on ella de hacheivé.

A la rosarina

del cuchillo que me puso

en manos del puma

pampeano

élla brotada

vino a lo Hitcocht

por la espalda

el gato cuando dormía

los dos se ligaron

cada uno su mamporro

y me dejaron el hielo

en el alma desde entonces

hace tanto frío...

Son muchos mis muertos

Más Muchos más

de aquellos que en verdad

hayan ya muerto.

Y cantaron las chicharras

como todas las mañanas

ardientes de Verano

éllas las representantes

de mi desesperada

impotencia

de mi suicida

compasión heroica

y pude recordar

y ya no me dolía

y creí que ya habían muerto

mis muertos junto

a mi corazón obseso

apasionado.

Hoy murió otro niño

el hijo mayor de

una buena amiga

apenas dieciocho

había un demonio

escondido en la recámara

un pendejo tonto

rompió el sello

y jugando llamaron

a Desgracia

ella vino

(nunca se niega)

de nueve milímetros

ganadora a la cabeza.

Una de la mañana

catorce de Febrero

muerte cerebral

donación de órganos

morgue judicial

penas inauditas

rituales en proceso

cuanto dolor

cuanto absurdo

cuantos muertos

pude llorar recién

al mediodía

abrazado a mi guitarra.

Pude llorar tal vez

yo no haya muerto

pero los ojos de Medusa

me han herido

hace tantos años

que aquí miro

sin parpadear

de frente al rostro

del Absurdo estúpido

y monstruoso Absurdo.

Absurdo.

Absurdo.

Absurdo.

Absurdo.

14 feb. 00

 

REGRESAR