El comercio internacional y los flujos internacionales de capitales

Samir Amin

La teoría de las relaciones económicas plantea un falso problema, los protagonistas son las economías capitalistas "puras". Así, no es diferente para el intercambio internacional del concebido para el análisis de la acumulación interna: es necesario ubicarse en las relaciones de intercambio entre formaciones socioeconómicas distintas: centro y periferia. Las formaciones de la periferia está fundada en el mercado externo. Los modos de producción precapitalistas son transformados y sometidos al modo de producción dominante al modo de producción dominante local y mundial. Este sistema dominante ha pasado por diversas de formación con diferentes duraciones: el precapitalismo que abarca hasta la revolución industrial,. el periodo de expansión en el centro originado por el capital industrial, el imperialismo.

Las relaciones entre el centro de formación y la periferia son esenciales en el génesis del capitalismo.

En la época del colonialismo se establecerá un modo de producción esclavista, también existió cierta acumulación dineraria en los puertos europeos. Con la revolución industrial, el comercio entre el centro y la periferia cambia de funciones. El desarrollo exporta productos manufacturados e importa productos agrícolas; se decide así la especialización internacional. Hasta aquí no hay exportaciones de capitales en el sentido actual de la palabra, pero su exportación no desplazó jamás a la de las mercancías, al contrario, la intensificará.

La periferia se ha convertido en exportadora de productos suministrados por empresas capitalistas modernas de muy alta productividad: petróleo y minerales, tres cuartas partes de las exportaciones de la periferia provienen de sectores modernos de productividad.

La teoría clásica del comercio internacional de las mercancías señala que los participantes tiene interés en especializarse por el intercambio, y como consecuencia, la elevación dela rente global. Su influencia se deja sentir en las hipótesis efectuadas sobre los salarios.

La desigualdad del intercambio traduce la más débil productividad y la desigualdad ocasionada por los factores deterministas históricos. El interés estriba en desarrollar las ramas de la producción en las que el progreso posible es mayor y en someter sus opciones en materia de comercio exterior a las exigencias prioritarias de ese desarrollo. La verdadera dificultad que enfrenta la teoría de las ventajas comparativas es debida a que las empresas que se abren al comercio exterior estiman directamente los precios de las mercancías no los costos relativos. El nivel general de los precios es proporcional al salario monetario. Al ser este el mismo en ambos países son idénticos en los dos países si los costos son los mismos. Por el canal del intercambio, un precio único se impone finalmente sobre todos los mercados del mundo para una mercancía en específico. Las diferencias entre los costos reales y los precios supone que los asalariados son los únicos consumidores del país.

La ventaja de la especialización reside en disminuir la fuerza de trabajo en ambos países y así elevar la tasa de plusvalía, y de ganancia.

La concepción de Ricardo imprime un carácter objetivo a la teoría del valor; Lerner y Leontieff lo hacen de manera objetiva: lo que se deja de consumir. La relación de intercambio internacional se halla entonces situada entre las dos relaciones de intercambio aisladas. La concepción neoclásica del valor, conduce, también, a encerrarse en un círculo vicioso puesto que las mercancías que llevan ventajas son aquellas para las cuales se ha hecho uso del factor más abundante y cuya remuneración de los factores depende de los intercambios exteriores.

Un modo de producción capitalista implica la movilidad de la mano de obra y de capital. El comercio internacional no es entonces diferente del comercio interregional. El desarrollo del capitalismo del centro ha avanzado desigualmente de un país a otro. Si el capital es móvil el intercambio no tiene lugar si las productividades son diferentes por las posibilidades naturales desiguales y la composición orgánica distinta. Si trabajo y capital fuesen perfectamente móviles el comercio desaparecería. Dos formas de intercambio internacional en las cuales los productos no se intercambian a su valor. En el primer caso los salarios son iguales, pero los precios de producción son tales que la hora de trabajo obtiene en el mercado internacional más productos que la hora de trabajo total del país menos desarrollado. El intercambio no es desigual porque intercambios "desiguales" de ese tipo caracterizan las relaciones internas en la nación.

Las críticas dirigidas por Bettleheim ha Emmanuel son justificados, en el intercambio desigual las productividades también lo son, las composiciones orgánicas diferentes determinan la tasa de ganancia de los precios de producción diferentes de los valores aislados. Los precios del mercado mundial único no serán proporcionales a los precios de producción teóricos. En el segundo caso se plantea la hipótesis de técnicas de producción del mismo grado de desarrollo diferente, el intercambio es rigurosamente equivalente; lo que Emmanuel no dice es que ese segundo caso que examina corresponde a la situación real esencial.

Las diferencias de remuneraciones de trabajo acompañan una productividad más débil en la periferia las remuneraciones son proporcionalmente mucho más débiles que las productividades. La periferia exporta productos de una agricultura tradicional de escasa productividad y cuyo excedente carece de importancia.

La circulación de la fuerza de trabajo, considerada como uno de los polos del régimen de producción capitalista tiene su contraparte en la circulación del capital, que representa al otro polo. El intercambio internacional fundado sobre los costos comparativos, acusa las desigualdades de desarrollo si el país avanzado se especializa en las actividades susceptibles de los mayores crecimientos de productividad, tanto en el país más atrasado está constreñido a una especialización en los sectores en que los crecimientos de productividad son muy limitados. El desarrollo mas rápido del comercio entre países desarrollados de estructuras semejantes, las formas sucesivas y diferentes de la especialización de la periferia suministra las materias primas producidas; la comprobación de la desigualdad del intercambio y la productividad igual del trabajo, es remunerada a una tasa más baja en la periferia, no puede ser explicado sin tener en cuanta l política de organización del exceso de mano de obra por el capital dominante en la periferia. Las especializaciones que él impone engendran un excedente permanente que permite una remuneración baja del trabajo en el sector moderno, para el cual la oferta de mano de obra está considerada ilimitada. El sistema capitalista ha unificado sobre las bases de naciones desarrolladas distintamente.

El intercambio "internacional" no es por cierto contemporáneo del capitalismo, lo que caracteriza a las sociedades precapitalistas es justamente la débil intensidad de los cambios internos.

 


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