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LAS REMESAS, UNA TENTACION
3 de mayo de 2004


Gerardo Tena

Millones de mexicanos pobres expulsados del país y que laboran en Estados Unidos son el pilar de la economía de cientos de pequeños poblados a los que envían parte de sus percepciones. Sumadas, éstas constituyen la segunda fuente de divisas para México. En 2003 las remesas familiares alcanzaron 13 mil 266 millones de dólares, monto que, según algunos analistas, podría estar subvaluado y llegar hasta 20 mil millones de dólares.

Para las empresas intermediarias dedicadas a las transferencias, las remesas representan una manzana apetitosa a la que quieren hincar el diente: con un promedio de 5 por ciento por cobro de comisiones, generan más de 663 millones de dólares de ganancias al año.

El enorme monto de remesas registrado el año pasado se debió a varios factores, entre ellos a que un mayor número de mexicanos en Estados Unidos destinó más dinero a su familia y a un mejor registro de las operaciones formales. Según el Banco de México (BdeM), 86 por ciento lo hizo por medios electrónicos, 12 por ciento por órdenes de pago y el resto en cheques personales.

MontoRemesasMenos de 2 por ciento de los recursos (alrededor de 250 millones de dólares) se trasladó al país en efectivo y se entregó directamente a las familias, de acuerdo con el BdeM, el cual obtiene estos datos mediante encuestas. Pero este método de medición es cuestionado por especialistas y empresarios. La Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) considera que cuando los migrantes visitan México por vacaciones u otro motivo llegan con 3 mil millones de dólares en los bolsillos y una cantidad similar en productos.

"El crecimiento de las remesas observado el año pasado se debe, en gran parte, a un mejor registro. No es que realmente hayan aumentado 35 por ciento, sino que la base anterior estaba subvaluada. Actualmente se mide mejor porque se hace una transferencia formal y queda registrada en el sistema de datos de los bancos", señala Raúl Feliz, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas.

Estima que después de 2003 "vamos a ver un alza anual de las remesas de 8 a 9 por ciento", asociada al continuo flujo migratorio hacia Estados Unidos, donde viven 21 millones de personas de origen mexicano, de los cuales más de 3 millones son indocumentados. Cada año van y vienen de territorio estadunidense entre 350 mil y 400 mil mexicanos.

En el continente americano el flujo de divisas por remesas familiares suma 32 mil millones de dólares anuales, de los cuales 25 mil millones se envían desde Estados Unidos principalmente a México, Centroamérica y el Caribe. En los próximos 10 años la transferencia de dólares a la región latinoamericana significarán 300 mil millones de dólares, de acuerdo con estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo.
 
La mordida

Según informaciones del gobierno estadunidense, el movimiento de estas remesas en el continente tiene un costo de hasta 12.5 por ciento para los emigrados emisores de recursos, lo que significa ganancias de 4 mil millones de dólares para las agencias operadoras.

Otras estimaciones señalan que el costo de las transferencias oscila entre 15 y 25 por ciento, resultado de las cuotas que cobran las empresas, el tipo de cambio que aplican, generalmente inferior a la cotización de mercado, y los cobros por otros servicios, como cambio de cheques o apertura de cuentas bancarias.

Pese a lo oneroso que resulta enviar el dinero mediante operaciones electrónicas, esta vía da mayor certidumbre a los migrantes y es menos cara que otros medios, señala el diputado perredista Francisco Mora Ciprés, integrante de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios. En esta instancia del Congreso se elabora una propuesta de reforma a la ley monetaria para que las familias reciban los envíos en dólares, "así podrían cambiar sus entregas donde les ofrezcan mejor precio".

Uno de los problemas que enfrentan los emigrados mexicanos en Estados Unidos para garantizar el traslado seguro de sus recursos es su condición de ilegales, que los hace vulnerables a la hora de hacer las transacciones y es causa de que sean blanco fácil, en el mejor de los casos, de cobros excesivos y manipulación del tipo de cambio, y, en el peor, víctimas de fraudes. Los especialistas estiman que 80 por ciento de las remesas familiares son emitidas por trabajadores indocumentados.

En marzo pasado, Richard Fulkerson, comisionado de bancos en Colorado, alertó sobre la estafa que sufren mexicanos al enviar sus remesas. Dijo que se trata de cientos de casos fraudulentos en Colorado y de miles en Estados Unidos, cometidos por empresas que no tienen licencia y por otras que no cumplen las normas de respaldo financiero mínimo o seguro de transmisión y recibo.

Según Fulkerson, "el problema es que a veces no encontramos a los estafados. De hecho, en los dos grandes casos ocurridos en Colorado en 2002 y en 2003, solamente hemos podido contactar a la mitad de los afectados".

Hasta hace pocos años sólo Western Union y Money Gram tenían el monopolio de las transferencias electrónicas. En 1998 estas dos empresas estadunidenses controlaban 90 por ciento de las remesas por esa vía, negocio valorado en 6 mil millones de dólares. Ambas firmas, asociadas con Elektra y Banamex, respectivamente, fueron demandadas por miles de indocumentados ante las cortes de Chicago y Los Angeles por anunciar una tarifa y cobrar otra. Dos años más tarde, un juez federal estadunidense sentenció a esas empresas a pagar 400 millones de dólares a los clientes que comprobaran que habían usado ese servicio entre 1987 y 2000.

 La manzana en disputa

Aunque cada vez se incorporan en estas operaciones otras instituciones, como bancos, los especialistas consideran que una manera de reducir los costos es abrir aún más la competencia.

RemesasFAM"Sería recomendable que hubiese más competencia para que se abatieran los márgenes de los intermediarios. Las autoridades deben usar su capacidad de regulación y estimular la competencia. Igualmente, el sector público podría operar a través de un intermediario financiero", expresa el profesor Feliz, quien considera necesario hacer campañas informativas en Estados Unidos y México sobre las opciones existentes para el envío y cobro de las remesas.

El legislador Mora Ciprés señala que la comisión legislativa responsable del tema migratorio propone que para abaratar los costos la Cámara Nacional de la Industria de Televisión por Cable se convierta en empresa de telecomunicaciones y entre en el sector de la telefonía, principalmente al ramo de Internet, y por esa vía preste el servicio de transferencias de remesas. "Con este mecanismo se facilitaría que las familias cobren el mismo día y en forma directa el dinero enviado. Este sistema daría mayor certidumbre y abarataría los costos."

A principios de este año, a iniciativa del gobierno estadunidense, los presidentes del continente americano se comprometieron a reducir para 2008 en 50 por ciento el costo de las transferencias de remesas familiares, pero para Mora Ciprés es demasiado tiempo. "La propuesta de George W. Bush es de largo plazo, estamos hablando de cuatro años, y nosotros pedimos que sea ya."

Mientras unos empujan hacia la reducción de costos, otros, del lado estadunidense, amenazan con gravar las transferencias de dinero de mexicanos a sus familias.

A finales de marzo pasado, el Senado de Arizona aprobó una resolución para solicitar al Congreso federal la aplicación de un impuesto sobre los envíos de dinero a México, lo que causó polémica porque se consideró que la medida podría alentar a otras entidades estadunidenses a adoptar resoluciones similares. La medida fue criticada por el gobierno mexicano, mientras varios analistas consideraron que no tiene muchas posibilidades de prosperar. "De hecho las remesas son gravadas en el momento de ser ejecutadas, pues se les aplica el IVA", señala Feliz. Finalmente, la propuesta de Arizona fue desechada.

No sólo agencias operadoras de remesas, bancos y hasta estafadores están al acecho de las jugosas ganancias, también el crimen organizado ha puesto el ojo en este negocio. Informes oficiales de Estados Unidos señalan que las remesas familiares pudieran estar siendo usadas para encubrir actividades de lavado de dinero, aprovechando el "vulnerable" sistema financiero mexicano.

"El rápido movimiento de grandes sumas de dinero por personas de identidad cuestionable deja al sistema de transferencias expuesto a un potencial lavado de dinero y la explotación por parte del crimen organizado", señala la administración Bush en su reporte Estrategia internacional de control de narcóticos 2004.

No es sencillo lavar dinero mediante las transferencias de remesas. Cualquier envío mayor de 10 mil dólares se considera operación relevante, y las instituciones están obligadas a informar a las autoridades. El narcotráfico tendría que estar haciendo sistemáticamente transacciones por debajo de esa cantidad. Tal vez operadores pequeños puedan adoptar el mecanismo, pero los grandes recurren a otros medios. En el mecanismo de las remesas esto no es eficiente y se usan formas más sofisticadas
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LOS BENEFICIARIOS

El gran volumen de remesas entra por goteo al país y va a parar a más de 1.3 millones de familias. Estas se encuentran principalmente en los estados de México, Michoacán, Jalisco y Guanajuato, cada uno de los cuales captó en 2003 más de mil millones de dólares por esa vía, aunque actualmente no hay entidad federativa sin recibir remesas por modesto que sea el monto, de acuerdo con datos del Banco de México.

Para 40 por ciento de los hogares mexicanos beneficiados las remesas son la única fuente de ingresos. Según un estudio del Consejo Nacional de Población con datos de 1992 a 2000, se estima que la mayor parte de esos ingresos (más de tres cuartas partes) se destinan a la satisfacción de necesidades básicas, entre 10 y 15 por ciento a usos productivos y 5 por ciento a mejoramiento de las viviendas.

Una de las grandes discusiones sobre las remesas está en cómo mover esos gigantescos volúmenes hacia proyectos productivos. Hasta la fecha no existe una propuesta convincente. La Canacintra considera que entre 20 y 30 por ciento de las remesas podrían ser utilizadas para financiar negocios familiares y generar fuentes de empleo.

El diputado Francisco Mora Ciprés opina que el gobierno federal debería incluir en el presupuesto de egresos un programa para crear proyectos productivos en zonas no sólo expulsoras de mano de obra, sino también en el lado estadunidense, donde existen comunidades mexicanas. Comenta que uno de estos proyectos ya fue echado andar el año pasado de manera provisional por la Federación de Michoacanos en Los Angeles, California, para vender frutas producidas en Michoacán en territorio estadunidense. El gobierno del estado los apoya con la renta de una bodega y permisos para el envío de los productos.

No obstante, no hay consenso acerca del uso compulsivo de las remesas en proyectos productivos, pues sería una forma de imponer a quien manda y quien recibe los fondos una condición para su uso. Sería incluso difícil, según opinión de algunos, convencer a los mexicanos que han emigrado para que destinaran parte de sus ingresos a financiar proyectos, dada la desconfianza que tienen en las instituciones de un país que al final de cuentas los expulsó para ir a buscar trabajo en otro (GT) §

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