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TODA UNA VIDA

por Sussuny

 

 

Todo denotaba tranquilidad, la quietud y el silencio dominaban el ambiente. Eran altas horas de la madrugada y no había casi ninguna actividad, el centro de mando estaba inactivo, únicamente se veían de vez en cuando a algunas personas que se encontraban de guardia, todo lo demás dentro de la Sección estaba dormido como corresponde a esas horas y cuando hay muy pocas misiones en marcha o estaban en estado pasivo.

 

No se si quedan amigos, ni si existe el amor

Si puedo contar contigo para hablar de dolor

Si existe alguien que escuche cuando alzo la voz

Y no sentirme sola

 

Únicamente destacaba una figura oscura que estaba en el pasillo de acceso de vehículos en actitud de espera.

 

Puede ser que la vida me guie hasta el sol

Puede ser que el mar domine tus horas

Puede que toda tu risa le gane ese pulso al dolor

Puede ser que el malo sea hoy

 

En eso, que  sonó el aviso de que un transporte estaba llegando, era la misión Gallager, dirigida por Michael desde el centro de control y su equipo en el campo.

 

Naces y vives solo,

Naces y vives solo

Naces y vives solo hoy

 

Su equipo volvía y allí estaba él, como siempre que se quedaba dentro de la Sección en alguna misión, para recibirlos. Había sido una misión fácil, únicamente recoger un intel de una caja fuerte poco custodiada y volver, por eso no le habían requerido en el campo.

 

Voy haciendo mis planes, voy sabiendo quien soy

Voy buscando mi parte, voy logrando el control

Van jugando contigo, van rompiendo tu amor

Van dejandote solo

 

Pero cuando se abrieron las puertas, el espectáculo que Michael vio fue dantesco, caras de dolor, con heridas y laceraciones, todo su equipo venía magullado. Esto le hizo reaccionar inmediatamente corriendo hacia el transmisor.

 

 

 

 

 

“Medico inmediatamente al acceso de vehículos, deprisa”.

 

Naces y vives solo,

Naces y vives solo

Naces y vives solo hoy

 

Sus hombres se apoyaban unos sobre otros, unos cojeando otros con otras heridas. Inmediatamente llegó el equipo medico y se los fue llevando.

 

Voy haciendo mis planes, voy sabiendo quien soy

Voy buscando mi parte, voy logrando el control

Van jugando contigo, van rompiendo tu amor

Van dejandote solo

 

¿ Que había pasado? La misión había ido bien, cuando él los dejó estaban a punto de coger el transporte que les trajera de vuelta a casa. ¿Qué podía haber causado esto?, Y sobre todo ¿Dónde estaba ella?. La persona que más le interesaba no aparecía. Su pulso estaba consiguiendo una carrera importante, la ansiedad le estaba consumiendo, la sangre le rebotaba en las sienes, hasta que de repente...

 

Naces y vives solo,

Naces y vives solo

Naces y vives solo hoy

 

De repente la vio saliendo del transporte, también con magulladuras y diversas heridas, venia desgreñada pero en un repaso rápido, para su alivio,  no percibió nada grave.

 

Algo puede mejorar, algo que pueda encontrar

Algo que me de ese aliento, que me ayude a imaginar

Y yo lo quiero lograr,

ya no quiero recordar, y darle tiempo a este momento

que me ayude a superar, que me de tus sentimientos

 

“¿Qué ha ocurrido?”, La pregunto con el tono más tranquilo posible, sin que se notase la ansiedad que le comía por dentro.

 

 “¿Qué que ha pasado?. Maldita sea Michael, ¿por qué no verificaste el transporte?, Nos tendieron una emboscada cuando estabamos tomando el avión”.

 

“¿Por qué no me avisaste?”

 

“Pero si te he estado llamando desde entonces ¿ Donde estabas tu?, Hemos intentado comunicarnos desde entonces sin conseguirlo, Michael ¡nos habéis vendido!, estabamos solos sin nada, ¿es que no nos habéis oído?. Si nos queríais muertos haberlo hecho antes, no en una emboscada” le respondió ella con aire enfadado y con una mirada mortal.

 

“Aquí no hemos recibido nada” intento responderle él. Pero ella lo corto de seguir hablando.

 

“Ya, aquí nunca pasa nada, últimamente no  nos enteramos de nada. Pero en las misiones estamos cayendo como moscas y no se hace nada. Pues escúchame bien, si no llega a ser por los refuerzos de Walter”.

 

“Intentaré averiguar que ha pasado” la corto él.

 

 “¡Intentarás!, A la mierda Michael, sabes lo que ha pasado, está pasando desde hace tiempo, hay alguien  que esta haciendo que las misiones fallen, nos han vendido desde hace tiempo y tu solo dices que intentaré averiguarlo, mira, está muriendo gente muy valiosa, como decís muchas veces, y aquí no se está haciendo nada, da gracias de que  estabamos preparados y nos pudimos defender. , Seguramente no estarías hablando conmigo en este momento.”

 

Puede ser que la vida me guie hasta el sol

Puede ser que el mar domine tus horas

Puede que toda tu risa le gane ese pulso al dolor

Puede ser que el malo sea hoy

 

Esto le dejo helado por dentro, la visión  de no volver a verla se le paso por la mente, una vida sin ella, sin poder contemplarla durante horas, su sonrisa, esos ojos increíblemente azules que poseían un destello único. Pero nada de esto salió al exterior, el siempre el operatorio perfecto, jamás se le nota la debilidad ni deja traslucir los sentimientos, la maquina perfecta.

 

“Ve a la enfermería”, la espetó  y salió en la dirección opuesta.

 

Naces y vives solo,

Naces y vives solo

Naces y vives solo hoy

 

Allí la dejó, contemplándolo como se alejaba, ella sabía que su última frase le había afectado lo había visto en sus ojos, después de tantos años había aprendido que  Michael no habla con su cara o gestos sino que como mejor se le puede leer es en sus ojos, por eso ella siempre le miraba a ellos para saber sus reacciones. Y si, había visto algo en ellos, había visto miedo, desesperanza, cuando ella le lanzó el comentario final y por ultimo había visto enfado y determinación.

 

Si, algo iba a cambiar después de todo dentro de la Sección. Lo había visto en sus ojos, esto no iba a que darse así, pero de momento no la quedaba otra solución que esperar, así que se fue para la enfermería.

 

Como bien Nikita había intuido, Michael estaba pensando eso exactamente, esto no puede quedar así, no puede seguir así, se había callado durante algún tiempo, muchos habían muerto y no se había hecho nada, no estaba dispuesto a tolerarlo mas, no cuando ahora era su equipo y concretamente ella a por los que iban.

Michael llegó al área principal sumido en estos pensamientos y se dirigió a la zona de Walter. El hombre viejo, como siempre ya estaba allí, siempre era de los más madrugadores, incluso mas que Michael.

 

“Walter, quiero que todos los dispositivos de mi equipo sean revisados minuciosamente, comunicación, armas, incluso sus trajes, botas, todo. Y  lo quiero lo antes posible, por favor”.

 

“De acuerdo Michael, pero ¿qué  pasa?”

 

 Michael le devolvió su mirada en blanco y salió hacia el centro de comunicaciones, donde solamente encontró a Cloud.

 

“¿Dónde está Birkoff?”

 

“Aún no es su turno, estará descansando en su cuarto”.

 

“Llámalo, despiértalo si es necesario y que venga inmediatamente, cuando llegue que venga a mi oficina”.

 

“Pero...” intento protestar Cloud.

 

“Que es lo que no has entendido” le espetó con una voz baja y mortal.

 

Y se dio media vuelta como antes y salió en dirección a su oficina.

 

Una vez dentro de ella, dejó rienda suelta a toda su angustia.

 

Había estado a punto de perderla, su vida estaría rota, toda su alegría ida al garete, no poder ver su rostro de nuevo, sus ojos, su cabello. No poder disfrutar contemplándola en la distancia que era el lugar que el mismo se había asignado, resignándose a nada más. Después de lo de Adan y Elena, esto sería su peor golpe, ya se estaba recuperando de ello, con su ayuda, y ahora le querían retirar su apoyo, su sostén para poder seguir viviendo.

 

Todo esto podría estar destruido en cuestión de segundos solo porque alguien no estaba haciendo bien su trabajo o como insinuaba Nikita alguien hacia demasiado bien el suyo.

 

Últimamente eso le rondaba la cabeza, tantas misiones falladas, que en realidad no habían fallado, era al final una vez concluida, en el transporte o en la recogida donde había demasiados accidentes o emboscadas, esto no era normal, tenia que haber alguien a quien esto beneficiara. Y comenzó a darle vueltas a  una idea que le era familiar desde hace algún tiempo por las habladurías que cuando él era un recluta había oído.

 

Estaba concentrado en estos pensamientos cuando llegó Birkoff, todavía con signos de haber estado dormido, vestido apresuradamente, despeinado y desgreñado.

“¿Que querías Michael?, Estaba descansando, mi turno no empieza hasta dentro de tres horas. Ya puede ser algo importante.”

 

“Quiero que revises todas las comunicaciones de la misión Gallager desde el principio hasta la ultima que encuentres, quiero que revises las filmaciones de cada una de las cámaras de cada miembro del equipo y las del transporte, haz un cruce entre ambas cosas para ver si coinciden o no y localiza cada emisión que haya podido salir de aquí, por  si encuentras alguna anomalía Ah! Y lo quiero lo antes posible”,

 

“¿Por qué?”

 

“ Tu hazlo, y me comunicas lo que encuentres, únicamente a mí, no hables de esto con nadie más. Además Birkoff, Gail no creo que se haya quejado después de lo de anoche “

 

“ Vale, vale, Entendido” le respondió un Birkoff colorado como un tomate, saliendo de su oficina y todavía más confuso de cómo Michael se podía haber enterado de lo que el y Gail habían estado haciendo esa noche.

 

De momento no se podía hacer nada más hasta ver los resultados. Así que Michael salió de su oficina y se dirigió a la enfermería para ver como se encontraba su equipo.

 

Allí se encontró a la doctora Paterson

“Doctora”

 

“Michael”

 

“¿Cómo está mi equipo?”

 

“Algunos mejor que otros. Pero no hay ninguno muy grave y no has tenido ninguna baja.”

“Mills, operativo. Herida de hombro. 3 semanas.”

“Johnson. Luxación de hombro, metralla. 4 semanas”

“Gills. Solo laceraciones de cristales. 2 días”

“Méndez rasguños y torcedura de  tobillos. 1 semana”

“Nikita, rasguños y esguince de muñeca. “Días”. Concluyó su informe la doctora.

 

Eso era lo que él estaba buscando, que no había ninguna baja y que sobre todo ella estaba bien, se quitaba un peso de encima, ahora solo había que averiguar que es lo que lo había causado y si era lo que él intuía había que prepararse para lo que podía venir o intentar evitar el daño posible tanto para él como sobre todo para la seguridad de Nikita.

 

 

De vuelta en su oficina llegó Walter con sus noticias.

 

“Michael, no he encontrado nada anormal ni en su equipo ni en los transmisores o en las cámaras, todo estaba bien “.

 

“gracias Walter”

 

“Michael ¿qué está pasando?”

 

“Aun no lo sé, aun no”

 

“Si necesitas mi ayuda ya sabes donde encontrarme”.

 

“Gracias Walter, de momento esta bien”.

 

Si como Walter decía todo su material estaba bien, la única solución es que el problema residiera en la parte técnica de comunicaciones. Faltaba saber que era lo que Birkoff averiguaba. Y por lo que se intuía debía de haber encontrado algo, puesto que desde la ventana se le veía que tenia a todo el puesto de comunicaciones revolucionado.

 

“Birkoff, ¿Algo?” le pregunto al acercarse allí

 

“Aun no Michael, pero estoy en ello “ le contesto el chico.

 

“Bien date prisa Birkoff, lo quiero para ayer” le dijo con tono autoritario y severo, dándose la vuelta y yendo de nuevo a su oficina.

 

Este intercambio fue presenciado por algunas personas que se iban incorporando a sus quehaceres, pues tan solo habían pasado unas horas desde la llegada de la misión. También fue presenciado por Walter desde su lugar y por Nikita que llegaba al centro de mando procedente de la enfermería.

 

Se fue donde se encontraba Birkoff.

 

“Birkoff, ¿qué quería Michael?”

 

“pregúntale a él “

 

“ No, te lo estoy preguntando a ti “. Le espetó ella cogiéndole y dándole la vuelta a la silla para enfrentarlo y poniéndole las manos en los hombros.

 

“ No puedo decírtelo, me dijo que no se lo dijera a nadie”, le respondió valientemente él. “Pregúntale a él”. Y con esto dio la vuelta a la silla y volvió a su trabajo.

 

Sabiendo que no podía sacar mas información de aquí se fue hacia Walter.

“Hola nena”, le saludo Walter con una sonrisa. “ he oído que tuviste problemas en la misión”

“Así es” y le enseño su muñeca con el fuerte vendaje.

 

“¿Pero estas bien?”

 

“Sí. A propósito ¿Michael te ha encargado algo Walter?”

 

“Si, ¿porque pequeña?”

 

“¿Qué era?”

 

“Solamente que revisase todo vuestro equipo, pero no encontré nada anormal, ¿porque, nena? ¿Qué está pasando? ¿A que vienen tanta pregunta y tanto misterio?”.

 

“Aun no lo sé Walter, aun no lo sé”, le contestó ella distraídamente porque estaba pendiente de la oficina de Michael.

 

Allí estaba él, frente a su ventana, como muchas veces ella lo había visto, majestuoso, contemplándolo todo, pero esta vez era distinto, estaba allí frente a su ventana pero su mirada parecía perdida, no mirando nada, inmerso en sus propios pensamientos, de alguna manera vulnerable como pocas veces lo había visto. Concretamente durante 3 días que estuvo en su casa y no recordaba ni siquiera quien era y después de su abandono de Elena y sobre todo de Adan.

 

¿Qué es lo que estaría pensando? ¿Qué podría causar esa vulnerabilidad?.

 

En ese momento vio a Birkoff que se dirigía apresuradamente a la oficina de Michael. Entro sin llamar, causando que Michael saliera de su ensimismamiento, pareciendo ansioso. Algo le dijo, le mostró algo y volvió a salir apresuradamente mascullando entre dientes.

 

¿Qué estaba ocurriendo? Iba a averiguarlo fuese como fuese.  Y la única manera era yendo a buscar respuestas y sabia quien era la única persona que la podía sacar de dudas.

 

Llamo al marco de la puerta y espero a oír su voz

 

“Entras”

 

“¿Michael, tienes un minuto?”

 

“Sí. Nikita. ¿Qué ocurre?” Y mientras decía esto estaba tecleando en su panel para suprimir la vigilancia.

 

“Sé que estas iniciando una investigación sobre lo que fallo en la misión”.

 

Al ver la cara en blanco de él, ella continuo. “Quiero ayudarte”.

 

“No te metas Nikita” la interrumpió él.

 

“No, quiero ayudarte, cuatro ojos ven mas que dos, y si no me dejas ayudarte lo haré por mi cuenta y será peor porque ni tu avanzaras ni lo haré yo”

 

Después de unos segundos en silencio, Michael, la pregunto ”¿Cómo esta tu muñeca?”

 

“Estoy bien Michael, y la muñeca no me impedirá trabajar, así que tu decides”, Y siguió diciendo ”sé que has hablado con Walter y que el no ha encontrado nada anormal, aun no sé lo que ha averiguado Birkoff pero espero que tu me lo digas”.

 

Michael sabia que todo esto se lo estaba diciendo para que él supiera que, aunque el no le dejara que le ayudase, ella iba a seguir con la investigación. Además sabia que en la única  persona en quien confiaba era ella y que con su intuición, quizás encontrara algo que los demás no habían visto, que el ni Birkoff habían visto, aunque esto no se lo diría nunca.

 

“ Está bien” iba a seguir hablando cuando le interrumpió el interfono con dos pitidos.

 

“¿Si?”

 

“Michael, Ops quiere verte enseguida”

 

“Vale” respondió Michael al interfono, y dirigiéndose a Nikita. ”Empieza por este CD que ha dejado Birkoff, es de lo que recogieron las cámaras, revísalo y cuando traiga el de comunicaciones los comparas. Hazlo desde éste ordenador, no utilices ningún otro y no le digas a nadie lo que estas haciendo, si te preguntan, estas remitiendo unos perfiles que te he pedido.”

 

“Así, que por lo que me estas diciendo, sospechas que hay alguien de aquí dentro que nos quiere perjudicar” respondió Nikita.

 

A lo que Michael respondió con su mirada típica en blanco.

“Enseguida vuelvo” y se fue hacia la oficina de Ops.

“Michael, he leído el informe de la misión Gallager, ¿qué ocurrió?”

 

“Como dice el informe nos estaban esperando cuando nos íbamos, pero la misión salió bien, tenemos el intel que era lo que importaba, además no he tenido bajas en el equipo”.

 

“Últimamente hay misiones que están fallando” dijo Ops.

 

“ No fallan, mintió Michael, “solo hay mas accidentes.”

 

“ ¿Es tu opinión?”

 

“Si, no pienso que sea importante” dijo Michael en tono sereno, “por ahora” terminó de apostillar.

 

“Bien, eso es todo Michael, gracias” le despidió Ops.

Con eso Michael salió, dándose por despedido, había ganado tiempo y podía dedicar éste a investigar, aportar pruebas y resultados que serían convenientes.

 

“ Birkoff, quiero una terminal portátil en mi despacho para Nikita, que únicamente pueda manejarla ella y nadie más.” Le dijo al joven cuando pasó en dirección a su oficina. Pero se arrepintió por un momento, se dio la vuelta y salió en al dirección contraria.

 

A los cinco minutos volvía con dos tazas en la mano. Cuando llegó a su puerta, encontró a Nikita en su silla y tecleando muy concentrada en lo que veía en la pantalla.

 

Se la quedo mirando unos instantes, como si la descubriera por primera vez, siempre le pasaba lo mismo, ella era para él como una aparición cada vez que la miraba, como algo nuevo por descubrir y sorprenderlo.

 

Salió de su ensimismamiento por un ruido detrás de él como un carraspeo.

 

“ Ejem, Michael, aquí esta la terminal que me pediste”, era Birkoff con el ordenador portátil.

 

“Bien, ponlo a este lado de la mesa, y conéctalo al mío”, disimulo él, entrando en la oficina. Se dirigió a Nikita, “toma” y le dio una de las tazas.

 

A  lo que ella respondió con una amplia sonrisa, “gracias”.

 

“ Le he dicho a Birkoff que te instale una terminal aquí para que podamos trabajar”.

 

“ Eso esta bien”, respondió ella, tomando un sorbo  de la taza, cada vez mas asombrada, primero por la deferencia de dejarla su ordenador, luego por haberla traído algo de beber, que era precisamente su  té favorito y luego por lo de la terminal. Así que era verdad, por una vez iba a dejarla trabajar en algo con él, la iba a permitir adentrase en una forma de vida de él, que era como hacer su trabajo, como ayudarle a encontrar al responsable de lo que les había pasado, aunque ella ya tenia la ligera sospecha de que Michael o ya lo sabia, o estaba muy cerca de averiguarlo, pero por fin el se abría un poco a ella y esto tenía la intención de aprovecharlo.

 

 

Mientras Birkoff instalaba la terminal, permanecieron en silencio, Michael mirando por la ventana de espaldas a los otros dos y Nikita sentada en la silla de Michael, tomando pensativamente a sorbos su té. Cada uno metido en sus propios pensamientos.

 

“Bien, esto ya está”, los saco de sus ensimismamientos la voz de Birkoff.

 

“Gracias”, le contesto Michael. Mientras, Nikita se levantaba y tomaba asiento delante de su nueva terminal, en la silla que ella había ocupado desde siempre, que ella sentía como suya.

 

Michael fue el primero en romper el silencio, “bien, ¿qué has encontrado?”.

 

“No lo sé aun, parece que todo fue normal desde aquí, pero tenias que haber estado allí, nada funcionaba, nada salía al derecho y aun no se porqué, he mirado la cinta como diez veces y  no encuentro nada”.

 

“Bueno, sigamos mirando, tiene que haber algo que se nos haya escapado, además tenemos tiempo”.

 

“¿Qué quieres decir con que tenemos tiempo?” Le preguntó ella intrigada.

 

“He ganado algo de tiempo con Operations”.

 

“¿Cómo?” Preguntó ella, y de repente amaneció, “ no se lo has dicho, le has mentido a Operations”.

 

“No lo he mentido, digamos que no le he dicho toda la verdad”.

 

Uau, esto era nuevo para ella, Michael transgrediendo las normas. Salió de su asombro cuando oyó teclear a Michael en su ordenador.

 

“Bueno, comencemos desde el principio”.

 

Así aparecieron las imágenes en ambos ordenadores.

Tanto había cambiado, con el simple hecho de que la permitiera ayudarle, ¿qué había provocado esto?, Este cambio repentino, para permitirla acercarse, para ser un poco más vulnerable. ¿Podría ser que las palabras que ella dijo a la llegada de la misión le hubiesen asustado tanto?, No lo sabia, estaba tan confusa, pero definitivamente algo era distinto.

 

Michael la estaba observando cuidadosamente sin ella advertirlo, y veía todas estas emociones pasar por su cara, desde el asombro, hasta la comprensión finalmente, pasando por la alegría y la perplejidad.

 

“Nikita, enfoca”, le dijo él sin quitar la vista de su ordenador. Lo que la saco de sus pensamientos.

 

“Um, sí, sí”. Y ambos siguieron trabajando.

 

Era después de unas horas cuando Birkoff y Walter se presentaron con algo. Y los encontraron, a Nikita sentada en su silla delante del ordenador y Michael detrás de ella contemplando la pantalla y con una mano en el respaldo de la silla.

 

“Michael, creo que hemos encontrado algo”, espetó Birkoff que no podía disimular sus nervios y ansiedad.

 

Los dos que habían llegado miraron un poco ansiosos a la pareja.

 

Michael mientras tanto sacó el teclado del lado derecho de su escritorio y desactivó la vigilancia.

 

“Hemos comparado todo, todos los equipos con todas las cámaras, y no se veía nada. Pero al hacerlo ambos a la vez hemos visto que el sonido que nosotros teníamos no concordaba con la imagen que las cámaras de los equipos retransmitían.” Intentó explicarse Birkoff.

 

“Es decir”, Nikita dijo, “que era una grabación”.

 

“Eso es imposible” concluyó Michael.

 

“ Un momento”, intervino Walter, “niño, a ver si te explicas bien. La imagen que recibíamos y el sonido que recibíamos durante la misión si coinciden, pero la imagen grabada de los equipamientos de cada uno de los miembros de tu equipo y el sonido que recibíamos  es lo que difiere.”

 

“Lo que estas diciendo, es que todo en su conjunto ¿era una grabación?” Preguntó Nikita.

 

“Exactamente” contestaron los otros dos a la vez.

 

“Pero eso es imposible, os habríais dado cuenta que nuestros comentarios no era lo que habíais estado viendo.”

 

“Pero Nikita, nosotros no os oíamos o veíamos. Era una grabación, y conforme a ello ponían el sonido. En definitiva, que imitaban nuestras y vuestras voces para que no nos diésemos cuenta.”

 

“Pero..” Continuaba diciendo Nikita.

 

“Eso es muy sofisticado” cortó  la voz de Michael.

 

“Si, lo es” respondió Birkoff.

 

“Entonces, la pregunta es” dijo Nikita recogiendo el hilo de la conversación,” ¿quién tiene poder para hacer esto?, ¿Quién tiene esa tecnología?”.

 

“Exacto!” Exclamo Walter.

 

“Agencias occidentales”, dio una idea Birkoff.

 

“¿Célula roja?” Dijo Nikita.

 

“¿Irak?” Respondió Walter.

 

“Nosotros” espetó Michael que en un momento dado se había levantado y había estado mirando por la ventana de espaldas a los otros. Dándose la vuelta enfrentándose a la mirada de asombro de los otros tres ocupantes de la habitación.

 

“¿Estas diciendo que puede haber sido de dentro?” Preguntó Walter.

 

“¿Por que no?” Le contesto Michael.

 

“Si, puede tener sentido”, apostilló Birkoff.

 

“Esta conversación, no debe salir de aquí”, comenzó a decir Michael, con una mirada dura en su cara. ”Nadie debe saber lo que estamos haciendo, nadie”.

 

“De acuerdo” contestaron los otros tres a la vez.

 

“Bueno, si no queréis nada mas” respondió Birkoff, ”tengo mucho que hacer” y con una inclinación de su cabeza a Nikita salió por la puerta.

 

“Michael, esto puede ser peligroso” empezó diciendo Walter.

 

“Lo sé, Walter”, le respondió Michael con lo que dio por terminado el argumento que quería empezar el hombre más viejo.

 

“Bien, tu sabrás lo que haces” y con esto salió por la puerta cerrándola.

 

Por unos momentos ambos se quedaron en silencio. Michael por la ventana y Nikita en su silla, que todavía ocupaba.

 

“Michael, tu sabes mas de lo que dices” terminó por romper este silencio ella.

 

Este comentario sacó una pequeña chifladura de su boca, un esbozo de sonrisa. Intentado ocultar pero sin embargo ella lo vio.

 

“En serio, Michael, ¿Qué sabes?”

 

“Aun no se nada, Nikita, únicamente intuyo”

 

“Intuición, ¿tú?“ Dijo ella en tono sarcástico.

 

Lo que sí que provocó una sonrisa de su parte. Con lo que ella decidió aprovechar el momento de buen humor.

 

Estirando los brazos por encima de su cabeza y metiendo sus manos a través de su pelo, ella dijo. “umh, estoy cansada” y a la mirada magnetizada de Michael le dijo, “es tarde, quieres salir a por un café?” Esperando anhelantemente por su contestación, aunque su cara no retrataba la tensión que sentía.

 

“Claro, vamos”, contestó él, apagando su ordenador y abrochándose la chaqueta.

 

A esta contestación apareció una sonrisa en la cara de Nikita. Él le ayudó a ponerse su abrigo y ambos salieron por la puerta de la oficina, el caballero como siempre la dejó pasar primero.

 

Caminando por el suelo principal Nikita ondeó a Birkoff y luego a Walter. Y ambos subieron por el ascensor hasta el aparcamiento.

 

“¿Cómo has venido?” La preguntó él.

 

“En coche, y ¿tu?”.

 

“También”.

 

“Bueno, pues entonces nos veremos allí” dijo ella.

 

“No, vamos andando, luego podemos volver a por los coches”.

 

Una cierta desilusión pasó por la cara de Nikita cuando Michael dijo esto. Es decir, que piensas volver después del café, pensó para si.

 

Donde hay agua siempre hay vida

Donde hay sueños hay caminos

Donde hay paz hay alegria

Si hay amor, tambien suspiros

 

Lo que Nikita no sabia es que Michael tenia otros planes.

 

Viste en flor la primavera

Y el invierno te pide abrigo

Donde hay risas nunca hay pena

Donde estes estoy contigo

 

Salieron a la superficie y un viento helado, los pegó de repente. Nikita se estremeció, lo que no pasó desapercibido al experto ojo de Michael.

 

Cuando hay fe hay esperanza

Si me olvidas no te olvido

Y si hay fuego en tu cabaña

Dime que entre que hace frio

Si hay sueños hay caminos

Donde hay sol siempre habra luz

Donde estes estoy contigo

Por muy lejos que estes tu.

 

“¿Frío?” Le preguntó él.

 

“Un poco” le respondió ella. “Vienes aquí” la dijo Michael amarrándola por la cintura y estrechándola contra su cuerpo. Ella pasó una de sus brazos por la cintura y se acurrucó contra él.

 

Donde hay ricos siempre hay pobres

Donde hay tierra siempre hay sitio

Si me das lo que te sobre ,yo te doy lo no tenido

 

Así caminaron hasta llegar a la cafetería. Una vez dentro fueron a la ultima casilla de todas, como buenos operarios, y desde la cual podían contemplar todo el local y todas las salidas.

 

“¿Qué van a tomar?”, Llegó el camarero.

 

“Un té verde y...”, Mirando a Michael dijo, “un café solo sin azúcar”, viendo que Michael no decía nada, añadió “y dos bollos de mermelada”, lo que provocó el levantamiento de cejas de él.

 

“Tengo hambre”, se justificó ella cuando se marchó el camarero.

 

“¿Cuándo no?” Le contestó él.

 

“Michael, acabas de hacer un chiste”

 

 

Caen las hojas en otoño,

 y en verano yo me derrito

donde hay fuertes siempre hay flojos

donde vayas yo voy contigo

 

“Bien esto tendrá que quedar entre nosotros, porque si no tendré que cancelarte.” Lo que provocó la risa de ella.

 

Cuando hay fe hay esperanza

Si me olvidas no te olvido

Y si aprieta la solana

 soplame y dame fresquito

Si hay sueños hay caminos

Donde hay sol siempre habra luz

Donde estes estoy contigo

Por muy lejos que estes tu.

 

 

En ese momento llegó el camarero con su pedido.

 

“Ahora en serio, Michael, que está pasando?, Le preguntó Nikita.

 

El se puso muy serio, con la mirada pálida que llevaba siempre en la sección y la contestó “aun no tengo pruebas pero creo que alguien de dentro está vendiéndonos, sobre todo mis misiones y sobre todo mis misiones contigo”.

 

“Pero” repuso ella con asombro, “entonces van a por mí, Michael, ¿estoy en la suspensión?” Dijo ella casi temblándola la voz.

 

“No!” Se apresuró a desmentirla él. “Claro que no!, Solo digo que es demasiada coincidencia, eso es todo”.

 

“Vale, te creo” dijo ella con un poco de sorpresa y perplejidad en su voz. “Pero no significa que me guste”. “Y según tú, ¿quién está vendiendo tus misiones?, Creo que sabes mas de lo que me estas diciendo.”

 

“ En serio Nikita, no lo sé, sólo tengo una ligera sospecha y si es lo que creo, será muy grave y tendrá muchas consecuencias, como sea esto, no sé lo que vamos a hacer” dijo él como pensando en voz alta, y con una cierta preocupación en sus rasgos.

 

“¿Tan grave es Michael?”

 

“Si” respondió él en un tono tétrico.

 

Se quedaron ambos unos minutos en silencio contemplando sus bebidas y comidas y pensando.

“Michael, ¿puedo hacerte una pregunta?” Dijo Nikita rompiendo el silencio. “¿Por qué me has dejado ayudarte hoy?, Nunca me implicas en nada, sin embargo hoy, ¿Qué es lo que cambió?”.

 

“me asustaste”

 

“¿Qué?, ¿Cómo?”, Si ella hubiera estado bebiendo de su taza, ahora mismo él estaría bañado en té.

 

“Cuando me dijiste que podría no estar hablando contigo, en ese momento, me asustaste. Así que cuando me dijiste que querías ayudar fue un motivo para tenerte dentro de mi vista, igual que el café...”

 

“Pero, ¿porqué Michael? No es como si no fuese a pasarme algo si estoy contigo, si me tiene que pasar, me pasará...”

 

“No si yo puedo evitarlo” la cortó él.

 

“Y que es de ti?, También pueden ir a por ti”.

“es una posibilidad”

 

“Entonces, si tu me cubres, yo te cubriré” le dijo ella.

 

Esa es la idea, pensó Michael para si.

 

“Bueno ya que estamos hechos en este punto, dime, que planes tienes para encontrar, o mejor dicho, para destapar a quien está haciendo esto. Porque si es que vas a ser mi sombra y yo la tuya, tengo que saber el plan”. Tentó ella a la suerte.

 

Michael la miró por un momento. Como había crecido desde que se la encontró en el cuarto blanco, sus argumentos eran con fundamento, no intentaba dejar cabos sueltos por donde el se pudiera evadir. Si, ésta era la mujer que él anhelaba.

 

Ella ya pensaba que la iba a dejar de nuevo en la oscuridad, cuando de repente él contestó, “bien pues lo que voy a hacer es...”, “lo que vamos a hacer” le corrigió ella. “ Vale, lo que vamos a hacer...” y procedió a contarla parte de lo que iba a preparar y acabó la argumentación, “ y mientras tanto,” dijo apuntándola con el dedo,” no voy a perderte de vista ni un solo minuto” con una media sonrisa en su cara.

 

“Vale, ya que estamos de acuerdo”, se atrevió ella, “como se dice por ahí, ¿tu casa o la mía?”.

 

“Primero cena” la respondió él, “luego ya veremos”.

 

“Bien, ¿dónde?”

 

“¿Qué te apetece?”

“Mm, italiano, ¿de acuerdo?”

 

“De acuerdo, vamos”. Michael pagó el café y salieron caminando hasta el restaurante La Fontana a unas dos calles mas abajo. Pasaron de un ambiente frío en la calle a uno muy caluroso y acogedor en el interior del mismo, con una decoración que parecía que se habían transportado a la propia Italia.

 

“La verdad es que este sitio es bueno, me recuerda a la misión que tuvimos en Verona hace dos años, ¿te acuerdas Michael?”

 

“Si” le respondió él. Como no se iba a acordar de lo maravillosa que ella parecía como dama de la alta aristocracia, de vacaciones, en un tour por toda Italia, esa era su tapa, y él de guardaespaldas de ella. Solo para coger a un terrorista, que para sacar dinero secuestraba a millonarios.

 

De repente, le sacó de sus recuerdos, una señora mayor que salió de detrás de la barra de la entrada, con aires italianos y hablando muy deprisa.

“Miquele, Miquele, come estai?”

 

Fue lo único que entendió Nikita, de toda la perorata que lanzó la mujer en un segundo.

También vio como Michael la contestaba en su mismo idioma.

 

Cuando ya les conducía hasta su mesa, Nikita le dio una mirada levantando las cejas, como diciendo, ¿y eso qué era?.

 

Una vez que se sentaron y les trajeron las cartas, Michael le explicó que venía muy frecuentemente al restaurante, que la señora Mila, que era como se llamaba, lo había medio adoptado allí y siempre salía a saludarlo cuando lo veía  caminado por la calle. Lo que no la dijo, era que la había salvado de un ataque terrorista en Italia con la frontera de Macedonia y la había traído a París y la había puesto el restaurante. Pero claro, eso desviaría la versión que ella tenía de él y le obligaría a desvelar muchas cosas y dar muchas explicaciones que de momento, no estaba dispuesto a dar.

 

Estuvieron en un ambiente muy relajado y tranquilo, comieron una buena cena, en un silencio amable, no como los silencios que antes ocurrían entre ellos que eran tan tensos.

 

Cuando salieron, Nikita se disponía a regresar a la Sección para recoger el coche, después de haber pasado una muy buena velada, cuando Michael la agarró del brazo y la dijo, “no, no es en esa dirección”.

 

“¿Cómo, que?” Preguntó ella asombrada. “¿No vamos a la Sección?”

 

“No, quiero enseñarte algo antes”.

 

Con eso, caminaron juntos un trecho, cuando de repente Nikita sintió que Michael la cogió la mano y entrelazó sus dedos con los suyos.

 

Pero, ¿qué?, Se preguntó ella para si, ¿de qué dependes Michael?, Este cambio repentino, no lo entiendo, continuó ella con sus pensamientos. ¿Realmente te ha asustado tanto?, No lo creo, ¿qué será?. Y le dirigió una mirada lateral.

Vio a Michael mas relajado que nunca, paseando como si nada, con la mirada al frente, como si ellos fuesen una pareja normal sin ninguna preocupación, dando un paseo por la noche. No lo entendía, ¿acaso Michael la iba a tener ahora mas cerca?, ¿La estaba preparando para lo que iba a venir?.

De momento, concluyó, iba a aprovechar todo lo que pudiera conseguir, y se concentró a percibir la sensación de tener su mano calurosa entrelazada con la de él.

 

Michael también iba meditando, y había decidido algo, no la rebelaría de su vista en los próximos días. Porque si pasaba y se comprobaba su teoría, donde mejor iba a estar era en su vista y compañía constante. Y él estaba dispuesto a no permitirse ni un minuto sin ella. Debería ganarse su confianza porque iban a venir pruebas muy duras y seguro que deberían compenetrarse y confiar entre ellos como nunca antes había pasado. Y aprovechando la situación, se proponía estar mucho más abierto a ella y mostrar algo de sus sentimientos.

 

Así que el también se concentró en percibir sus dedos entrelazados con los de ella, dándole un sentido de candidez y paz, así es como deberían ser siempre las cosas, concluyó.

 

Después de unos pocos minutos llegaron a su destino.

 

“Ya estamos aquí”, anunció Michael.

 

Era un edificio con varios pisos que acababan en un ático.

 

“¿Dónde estamos Michael?”

 

“Ya lo veras, ven”, y procedió a abrir la puerta, dejándola pasar.

Por la puerta se saludaron por el portero.

 

“buenas noches, Sr. Samuelle”

 

“buenas noches Cloud”

 

“hacia mucho tiempo que no venía”

 

“Si, los negocios ya sabes como son. ¿Cómo está tu familia?, ¿Y la pequeña Sofie?”

“Muy bien señor, y creciendo”.

 

“Por cierto, donde están mis modales, esta es mi amiga Nikita. Estará mucho por aquí”.

 

“Encantado señora”, se dirigió a ella por primera vez el portero.

 

“Lo mismo digo Cloud”.

 

Subieron al ascensor que les llevó al ultimo piso, el ático. Michael sacó una llave y abrió la puerta de la derecha a la salida de ese ascensor. Le remitió a Nikita entrar y procedió a encender las luces y en el acto, comenzó a salir musica como de las paredes. “El equipo de musica esta conectado a la luz” le dijo el al ver la cara de  asombro de ella.

 

El vino es mejor en tu boca

Te amo es mas tierno en tu voz

La noche en tu cuerpo es mas corta

Estoy enfermando de amor

 

El apartamento era muy vistoso, muy elegante y espacioso, con varias habitaciones, si, se notaba que era  Michael el que vivía allí.

 

“Siéntete como en tu casa” le había dicho él. “¿Quieres algo?, café, té, vino...”

 

“Té estará bien, gracias”.

 

“De acuerdo, voy a prepararlo”, y desapareció por una puerta corredera. Después de unos segundos abrió un panel de madera en una de las paredes y ella vio la cocina. En realidad, donde había estado apoyado ese panel era una mesa y enfrente estaba la cocina, muy parecido a lo que tenía ella en su cocina.

 

Quisiera caminar tu pelo

Quisiera ser noche en tu piel

Pensar que fue todo un sueño

Despues descubrirte otra vez

 

Mientras él estaba cacharreando en la cocina, ella se dedicó a dar una vuelta por la sala principal del ático. Vio una chimenea, y sobre ella fotografías, de Michael con Simone, de Michael con Elena y Adan, y a su asombro, de Michael con ella en lo que se parecía la misión de Armel. ¿Cómo la ha conseguido? Se preguntaba ella, pensándolo mejor, todo era posible en la Sección, ¿no?.

 

 Y amarte como yo lo haria

Como un hombre a una mujer

Tenerte como cosa mia

Y no podermelo creer

Siguió dando una vuelta por ahí, vio muchas pinturas, parecían originales, había puertas, serían habitaciones, que desembocaban en esta sala principal que parecía el eje central del ático.

 

Tan mia, mia, mia, mia

Que eres parte de mi piel

Conocerte fue mi suerte

Amarte es un place, mujer

 

Si, definitivamente esta era la casa de Michael. Todo bien estructurado, elegante, con las mejores salidas en caso de emergencia. Algo la llamó la atención. Unas puertas correderas al lado de la chimenea, era la salida a una terraza impresionante, estaba llena de plantas, además tenia un toldo que hacia como una especie de techo, como si climatizara el lugar, pero lo que más la llamó la atención fue la gran vista que descubrió delante de ella, prácticamente toda la ciudad se podía ver desde allí, era impresionante, no se podía describir, desde allí se podía ver un jardín enorme, sí, era el jardín donde ella iba a pasear a menudo y sí, ahora que lo pensaba era el mismo jardín donde ella  lo había visto paseando una vez, cuando el se iba a encontrar con un contacto que luego murió en la explosión de su coche.

Que cerca había estado de su casa sin saberlo, ¿Michael la habría visto alguna vez paseando desde esa misma terraza?. ¿Desde su propio santuario?.

 

Porque si, se repitió ella, este era definitivamente su lugar, todo transpiraba a él, no como el otro sitio donde ella le había encontrado cuando ocurrió la casualidad con Elena y Adan.

 

Desde entonces, Michael era distinto, más cercano y cordial, dentro de su propia lejanía, no siempre había esa mirada en su cara, mas a menudo, como ahora, dejaba bajar sus barreras, parecía, más vulnerable, mas humano, no como el ángel de la muerte que todos le llamaban.

Ella sabia que en su interior había un ser humano fantástico, sensible y muy   frágil, eso era lo que ella pretendía sacar de él, que fuese el Michael que debió de ser si no estuviese entre ellos el lugar donde trabajaban.

 

La sacó de su ensimismamiento un sonido detrás de ella, vino él ofreciéndola la taza de té. “Toma”. “Gracias”.

 

“Es bonito ¿verdad?”.

 

“si ayuda a relajarse”.

 

“Esta es tu verdadera casa, ¿verdad?” Le preguntó ella.

 

“Si, lo es”.

 

“¿Lo saben ellos?” Siguió inquiriendo ella.

“no, creen que vivo donde me instalaron”

 

“¿En que estabas pensando?”, Le preguntó él. ”Hace un rato, estabas muy pensativa”.

 

Ella mintió con toda la naturalidad, “en la bonita vista que tienes aquí. Sabes, en ese jardín te vi un día, hace bastante tiempo, estaba paseando, ojeando una feria de artesanía y entonces te vi, fue cuando esa informadora tuya se murió por una bomba en su coche”. Dijo ella en tono muy serio.

 

Él suspiró, recordando. “Si, ella no se merecía morir”.

 

Ambos se quedaron en silencio, como recordando. Pero el silencio se volvió afable, estaban a gusto entre ellos, sus presencias mutuas les confortaban.

 

“Nikita, escúchame con atención. Si ocurre algo”. Rectificó en un momento,” si me ocurre algo, quiero que vengas aquí”

 

“Pero Michael”.

 

“No, escúchame. Aquí estarás a salvo, ven conmigo “ y la condujo dentro de la casa, hacia una de las habitaciones, en concreto su dormitorio.

La llevó enfrente del espejo y mirando su reflejo la indicó, “como puedes ver hay una anomalía en esta habitación, que solo se puede ver a través del espejo”, y la señaló donde. “ Allí hay una caja fuerte, ábrela, hay documentos y dinero y te vas de aquí lo mas lejos posible”.

 

“Pero Michael”.

 

“¡Ningún pero, Nikita!, prométemelo”

 

“Pero..”

 

“¡ PROMÉTEMELO!” Le dijo él en tono autoritario.

 

“Vale, pero si tu me prometes lo mismo, prométeme que si algo me pasa, té iras de la Sección, buscarás a Adan y no te sacrificarás”. Le dijo ella con furia en sus ojos. “Hazlo Michael porque si no, no conseguirás nada de mí”.

 

“Esta bien, lo prometo” respondió él con un tono callado.

 

“Entonces, yo también”, dijo ella en tono conciliador.

 

Y en ese momento tan crucial, ella vio donde estaban, y con su gracia característica y para poner un tono desenfadado a lo que acababa de suceder entre ellos. Dio una vuelta a sí misma, mirando por primera vez la habitación y dijo en tono juguetón, “no está nada mal, nada mal, buena combinación de colores. Michael”, y apuntándole con el dedo índice, concluyó,” tienes estilo”.

Se dio la vuelta y salió de la habitación dejándolo allí indefenso.

 

Lo que Michael no sabia era el tumulto interno que en ese momento ella sentía. Dios mío, que ha pasado. En ese momento de tensión he conseguido sacar un poco de emoción del agente más frío de la Sección. Si definitivamente esto es un cambio.

 

Michael la encontró en el sofá, recogiendo su abrigo.

 

“Bueno, Michael, va siendo tarde, será mejor que me vaya, gracias por el té”.

 

“No, es mejor que te quedes aquí esta noche” le respondió Michael. “Mañana entraremos juntos, además tendrías que volver a la sección a por el coche y se te haría tarde y mañana hay que estar allí muy pronto, tenemos una sesión de información a las 6, entraremos juntos”.

 

“Michael, ¿me vas a dejar el sofá?” Respondió ella en tono sarcástico.

 

“No, quédate con la cama, yo dormiré en el sofá”.

 

“Michael, es tu cama” intentó justificarse ella.

 

“Déjalo Nikita, dormirás en ella”.

 

“Vale, vale, pero es una cama muy grande”, se atrevió ella, “podemos compartirla, no es como si no hubiésemos compartido una nunca, además, prometo comportarme” dijo ella juguetonamente, “palabra de honor”.

 

“¿Seguro que no te importa?” Dijo él.

 

“Claro que no Michael”.

 

Pasaron a la habitación y Michael buscó en la cómoda y sacó un pijama, negro por supuesto, y le dio a ella la parte de arriba.

 

“toma, puedes cambiarte en el baño”

 

“Cómo, Michael, ¿no te fías de mi palabra?”, Le dijo ella con una sonrisa en sus labios.

 

“Por supuesto”, le contestó él, a lo que añadió para sus adentros, lo que no me fío es de mí.

 

Cuando ella salió del baño, Michael no estaba en la habitación, ella abrió las sabanas y se metió en la cama. A los dos minutos apareció Michael con la parte de abajo del pijama.

 

“He estado verificando la  seguridad”, respondió a la pregunta que vio en su expresión.

 

“Ah”, respondió ella mientras el se metía en el otro lado de la cama. Michael apagó la luz y se instaló contra la almohada. Con un suspiro dijo “buenas noches, Kita”.

 

“Buenas noches Michael”.

 

Y con eso ambos se durmieron.

 

A la mañana siguiente, Michael se despertó para encontrar que Nikita estaba quedando a su lado, o más bien, la mitad encima de él, con su cara apoyada sobre su corazón y un brazo alrededor de su pecho, durmiendo apaciblemente como si nada en este mundo la pudiera perturbar, como el ángel que el siempre la había considerado, que había entrado en su vida para salvarle de su agonía y que el creía que no se merecía.

 

Tal fue el agobio de sentimientos que se agolparon sobre él, que muy tiernamente para no despertarla, pero con urgencia, se levantó dejándola dormir un poco más.

 

Nikita como sintiendo su ausencia se despertó a los veinte minutos mas o menos, pare encontrarse sola en mitad de la cama. Se quedó un momento demorando en el olor que aun quedaba en la almohada que él había ocupado y en el silencio reconfortante del cuarto, hasta que oyó un ligero ruido proveniente, pensó ella, de la cocina, confirmado posteriormente por el olor de algo cocinándose.

 

Se levantó, y después de hacer sus abluciones, llegó hasta la cocina donde Michael estaba totalmente vestido, cocinando algo en una sartén.

 

“Buenos días, eso huele maravilloso, Michael”.

 

“Buenos días, ¿tienes hambre?”, Dijo él dándose la vuelta para coger un vislumbre de ella.

 

“umm, si estoy hambreando” le contestó ella con una sonrisa.

 

Michael la sirvió en un plato unos huevos y bacon, con un trozo de pan. “¿Té?”, La preguntó educadamente él.

 

Ella asintió con la cabeza puesto que ya había comenzado a comer y tenía la boca llena.

“umm, está buenísimo”

 

“Ya veo, ya” respondió él con humor cuando observó que ella estaba acabando.

 

“¿Quieres mas?”

 

“Y tu, ¿no comes?”

 

“ no suelo desayunar nada, solo café”

 

“¿No comes nada?” Preguntó ella asombrada.

 

“No” respondió él echándola el resto del contenido de la sartén en su plato.

 

Una vez acabado el desayuno, “bueno, debemos irnos”, dijo él caminando en la cocina con el abrigo de ella, “debemos llegar pronto para la sesión de información”.

 

“uf, creo que será la primera vez que llegue pronto a una. Espero que al jefe no le dé algo cuando me vea allí”. dijo ella intentando poner un poco de humor a la situación.

 

“Tranquila, tiene un corazón fuerte”. Le respondió él. Ella se lo quedó mirando especulativamente, arqueando ambas cejas y diciendo de nuevo. “Sabes Michael, a veces me asombras”..

 

A lo que el no respondió nada pero se dijo para sí. Tu siempre me asombras mi vida.

 

Salieron a la calle cuando estaba aun amaneciendo. Y comenzaron a pasear en dirección a la sección.

 

“Michael, ¿es muy peligrosa la misión?”.

 

“No, es pura rutina, lo hemos hecho miles de veces”.

 

“Hemos, quieres decir que esta vez vienes con nosotros?”.

 

“Si, no quiero arriesgarme a que ocurra nada”.

 

“Pero, Michael, quizás si vienes con nosotros no hagan nada”.

 

“Nadie sabe que voy con vosotros excepto tu. Y nadie lo sabrá hasta el transporte”.

 

“Tanto confías en mi?” Le respondió ella un poco asombrada.

 

“Eres la única persona en quien confió”, le dijo el muy serio. Si supieras cuanto, pensó para si.

 

Llegaron juntos a la entrada de la sección, cuando estaban cerca de la planta principal. Michael le dijo, “quedan veinte minutos para la sesión, tengo que terminar los preparativos, nos vemos allí”  iba a darse la salir cuando añadió “ah, y no llegues tarde”.

 

“Descuida” y separaron sus caminos. Michael se dirigió a su oficina y Nikita se dirigió a saludar a Walter.

 

“Walter!”

 

“Hola, cariño!, Tanto me has echado de menos que tenías que  venir temprano para saludarme?”

 

“Siempre, Walter, saber que eres el único para mí y no podía pasar un minuto mas sin verte”.

 

“Um! Veamos, pareces muy bien con la misma ropa de ayer, Eh!”

 

“ No se te escapa una, verdad Walter?”

 

“Que pasa nena, tan pronto me has reemplazado?”

 

“OH, Walter eres incorregible”

 

“siempre cariño, siempre”

 

“Nikita!” Oyó detrás de si la voz inconfundible de Michael.

 

“¿Sí?” Respondió ella dándose la vuelta.

 

“Es hora”.

 

“Bien adiós Walter”.

 

“Hasta luego nena”.

 

Cuando llegaron a la mesa de conferencias, solo estaba la mitad del equipo de Michael. Se saludaron todos, efusivamente a Nikita y como siempre con silencio y una inclinación a Michael.

 

A dos minutos para que empezara, ya estaba todo el equipo allí, los que iban llegando, iban ocupando los asientos libres.

 

A la hora en punto apareció Operations. Y si, Michael noto, como también hizo Nikita, un gesto de asombro al verla allí, pero paso en un segundo.

 

Sí!, Pensó para si ella. Y tuvo que hacer un gran esfuerzo para contener la sonrisa.

 

Operations encendió el panel y comenzó a explicarles la misión.

 

“Esta es Moira Capsaw, una activista reconocida del Twin Tack, sobre ella hay un busca y captura en todos los países occidentales. Pero siempre ha escapado”.

“Este es Costa Graco, una adinerado hombre de negocios griego que la está protegiendo. Sabemos que en su propiedad guarda direcciones, fotografías y documentos sobre el Twin Tack y sobre la señorita Capsaw.

Queremos que traigáis al señor Graco y recuperéis esos documentos.

Michael, prepara la misión” y con eso salió de allí, como había venido.

 

Uno por uno los miembros del equipo se fueron levantando a conseguir sus propios paneles y estudiar la misión.

 

Michael por su parte se dirigió a Birkoff en el centro de comunicaciones. “Birkoff, quiero que revises este intel, por favor” y se alejó de allí.

 

Cuando el muchacho insertó el disco  en su unidad, vio un mensaje que decía:

 

CONVOCA A WALTER Y Nikita PARA UNA REUNION EN EL NIVEL 10 EN MEDIA HORA, VEN TU TAMBIEN.

 

A la media hora en punto estaban los tres esperándole, se notaba el nerviosismo, por su silencio tenso- se oyeron unos pasos y a la vuelta de la esquina apareció Michael con su cara estoica y sus andares elegantes.

 

“Hola, os he llamado aquí, porque como le dije antes a Nikita, voy a salir en la misión. Pero nadie debe saberlo. Birkoff te quiero supervisando la comunicación, Walter da al equipo el material normal, pero además pon una unidad de comunicaciones especial en el equipo de Nikita y en el mío. Y otra te la quedas tú para comunicarte con nosotros. Birkoff si hay alguna anomalía, en el momento que Walter te dé una señal, quiero que intentes averiguar de donde proviene lo que estas viendo y oyendo, rastréala y si es nuestra, averigua desde que terminal, aíslala y cámbiala si puedes por otra igual. Eso es todo, estar atentos”.

 

Los otros no habían dicho nada, y permanecían en silencio. Este era el discurso mas largo que habían oído de Michael en toda su vida. Estaban impresionados.

 

“Nikita ve con Walter a preparar todo, coge mi unidad también, nos vemos a la salida” y con eso se dio la vuelta y salió para preparar lo que quedaba. Cada uno por su lado se fueron marchando.

 

A la hora revista estaban casi todos en el acceso de vehículos esperando. Nikita llegaba tarde como siempre. Iba a dar la vuelta a una esquina cuando casi se topa de bruces con alguien.

 

“ Perdón! OH! Hola Madeleine”

“Nikita”. Le devolvió el saludo la otra mujer.

 

“hacia tiempo que no te veía”

 

“Sí, unos días de descanso. Que tal todo por aquí?”

 

“Bien, disculpa, llego tarde. Nos vemos”.

 

“Sí, adiós Nikita”.

 

Era raro volver a ver a Madeleine, hacia tiempo que no la veía por los pasillos de la sección. Descansando unos días, había dicho, raro, sí muy raro. Pero desechó cualquier pensamiento de su cabeza para concentrarse en la misión.

 

Se acercó a la salida de vehículos. Estaban casi todos allí esperando, como siempre.

 

“Nik!” La llamó una voz por detrás.

 

“Gary!, ¿Cómo tu por aquí?” Le respondió ella al otro agente que la había llamado.

 

“Llamada de ultima hora, para tu misión”.

 

“¿Quién se ha caído?”.

 

“Hesky, en el gimnasio, boxeando con uno nuevo, un tal Caperikos, un mastodonte diría yo”.

 

“¿Qué tiene?”

 

“Una rodilla rota y creo que algo en la muñeca” la respondió el otro operario mientras ambos caminaban hacia donde estaban los demás. ”Así que nada, de nuevo en el equipo de Michael, contigo creo”.

 

“¿Conmigo?”, Conmigo estaba Taylor.

 

“Ya no” respondió Michael detrás de ellos. Llegando ya a la salida de vehículos.

 

“Bien hay un cambio de ultima hora. Gary ocupará el sitio de Taylor junto a Nikita. Y Taylor estará en el sitio de Hesky. Vámonos”.

 

“Cómo, Michael, vienes con nosotros?” Preguntó Gary

 

“Si, vamos, no perdamos tiempo”.

 

 

La misión comenzó bien, capturaron a Graco en su casa como planeado, y los documentos que necesitaron, parecía que esta vez todo iba a salir normal.

 

Ya estaban en el furgón para salir cuando de repente, delante de ellos hubo una gran explosión que retumbó alrededor, y comenzaron a oírse  disparos.

 

Parecía como si el infierno apareciera delante de sus ojos.

 

“¡Fuera del furgón todos!” Gritó Michael. “¡ A los bosques todos juntos!”

 

Miró a Nikita, y su famosa comunicación visual, sin palabras comenzó. ‘ Cambia la unidad de comunicación’ ‘ ok’. Nikita echó mano a su cinturón y le puso a Michael una en su oreja y la otra para ella.

 

“Walter” la voz de Michael bramó en la oreja del hombre viejo.

 

“Si, aquí estoy”.

 

“Hazle la señal a Birkoff”.

 

“Ok, Michael, en el asiento del táctico hay un regalito”.

 

“gracias Walter”

 

“De nada amigo, cuida de ella”.

 

Y mirando a Nikita, Michael le contestó “siempre”.

 

“Vamos” le dijo a ella “no te separes de mí”.

 

Michael cogió la bolsa que estaba donde Walter había dicho, en su interior había algunos de sus juguetes.

 

Salieron ambos del furgón, y corriendo se dirigieron a los bosques, mientras los tiros volaban sobre sus cabezas. Escondiéndose entre la maleza, Michael comenzó a pasar revista sobre su equipo.

 

“Gills”, “ ileso, en los bosques”.

“Taylor”, “ileso, con él”.

“Gary”, “ileso, bosque”

“Mendoza”, “rodeado, pero ileso, a cinco metros en dirección este del furgón”.

“¿Puedes ocuparte?”, Le preguntó Michael en tono tranquilo.

“Por supuesto”.

 

Con una mirada a Nikita. ’Saca el mapa’. Y con un bolígrafo linterna comenzó a estudiarlo, mientras Nikita con sus gafas de visión nocturna estaba alerta vigilando para que no les descubrieran.

 

“Hay un claro a pocas millas de aquí, dirección este. Allí nos recogerá el transporte, una hora”.

 

“Nikita, debem” no pudo decir nada mas porque Nikita le tapó la boca con su mano y señaló con la otra delante de ellos.

 

Michael se puso sus gafas de visión nocturna y vio pasar como a un metro de ellos a cinco hombres armados.

 

Ambos controlaron sus respiraciones para que no les delataran y cuando pasaron de largo. “Bien, tenemos media hora, para llegar hasta el lugar de recogida”.

 

“Walter, me oyes?”

 

“Sí”

 

“nos han atacado”

 

“Birkoff no recibe nada, ya está intentando localizar la señal”.

 

“De acuerdo, que le diga al transporte que esté en una hora en las coordenadas 165 sudoeste, 10 norte”.

 

“Vale, tened cuidado”.

 

Dirigiéndose a Nikita, “vamos será mejor que nos pongamos en camino, quiero llegar allí pronto para estudiar el terreno”.

 

“Por eso les has dicho a los otros que una hora”. Él le contestó con un simple movimiento afirmativo de cabeza.

 

Anduvieron como un cuarto de hora, con diligencia pero con precaución, sin encontrarse a nadie. Estaban llegando al lugar indicado, era una ligero claro en el bosque donde podían aterrizar los helicópteros, pero deberían estar preparados para correr, pues el ruido de los mismos podrían alertar a los que los perseguían. Por lo que cuando llegasen, deberían estar ya todos en su lugar.

 

Escondidos entre los árboles, se sentaron a descansar. “Michael, me crees ahora cuando te digo que esto es grave?”

 

“si Nikita, siempre te he creído”

 

“Ves porque creo que van a por mí, no sabían que tú venias”.

 

“Puede que no seas tu Nikita”.

 

“Bueno, lo que ahora sé seguro es que no van a por ti”.

 

“Yo no estaría tan segura. ¿Quién te dice que no han provocado que yo estuviera aquí?”

 

“OH!”.

 

 “Sí OH!” Dijo él.

 

“Tranquila, saldremos de esta”.

 

“Si, pero si no salimos, Michael, recuerda tu promesa”.

 

“Ahora no pienses en eso”, la cortó él, abrazándola y acunándola dándole un beso en su cabeza, “ahora no pienses en eso”.

 

Estuvieron un rato en silencio, abrazados, hasta que oyeron un ruido detrás de ellos. Ambos a la vez, apuntaron en la dirección del mismo, para ver salir en la oscuridad a los otros operativos. “Tranquilos, somos nosotros”.

 

“Bueno, algún problema?, Méndez?”

 

“Ninguno”.

 

“De acuerdo, esperemos al transporte”.

 

A los pocos minutos se oyó el ruido inequívoco de los helicópteros.

 

“Preparémonos” dijo Michael al grupo.

 

Cuando los helicópteros se posaron, les gritó “vamos”. Y salieron todos corriendo en dirección a los pájaros voladores.

 

Cuando la mitad de ellos ya estaban dentro de uno y los otros llegando al otro se oyeron disparos detrás de ellos.

 

Y Michael en ese momento lo sintió, sintió como algo le desgarraba el corazón, una sensación de perdida irreparable, una agonía insufrible, se dio la vuelta y la vio tendida en el suelo.

 

“NOOOOOOOOO!”  Ese alarido casi inhumano se oyó en medio del bosque, por encima del ruido de los helicópteros y de las armas disparando. “NOOOOOOOOO!”. Y salió corriendo en su dirección, la cogió en sus brazos, y volvió al helicóptero, donde los otros le estaban esperando. La recogieron, la tumbaron en el suelo y le ayudaron a él a subir.

 

No vio ni oyó a nadie, lo único en lo que estaba fijo era en ella. Mientras los otros la atendían, él la acunó contra su cuerpo, mirando fijamente a su cara llena de dolor.

 Y pensando, ‘no!, No, dios mío, no ella no, por favor, todo menos ella’. ’No, mi niña, no, no te mueras, no sin saber lo que siento por ti, o no, no’.

 

“Alguien va a pagar por esto” fue lo que oyeron los otros agentes, mientras el helicóptero ascendía.

 

 

No quiero estar sin ti, si tu no estas aquí, me sobra el aire

No quiero estar asi, si tu no estas la gente se hace nadie

Si tu no estas aquí, no se, que diablos hago amandote

Si tu no estas aquí, sabré, que Dios no va a entender porque te vas

 

No puedo estar sin ti, si tu no estas aquí, me falta el sueño

No quiero andar así, latiendo un corazón de amor sin dueño

Si tu no estas aquí, no sé, que diablos hago amándote

Si tu no estas aquí, sabré, que dios no va a entender porque te vas

 

Derramare mis sueños, si algún día no te tengo,

Lo más grande se hará lo más pequeño

Paseare en un cielo sin estrellas esta vez

Tratando de entender quien hizo un infierno el paraíso

No te vayas nunca porque...

 

No puedo estar sin ti si tu no estas aquí, me quema el aire

Si tu no estas aquí, no sé, que diablos hago amándote

Si tu no estas aquí, sabre, que dios no va a entender porque te vas

Si tu no estas aquí, no se, que diablos hago amandote

Si tu no estas aquí, sabre, que dios no va entender porque te vas.

Si tu no estas aquí.

 

Se abrieron las puestas y apareció Taylor corriendo y gritando, ”deprisa, ¡Medico!”.

 

Pero ya estaban allí, Walter los había llamado. “Rápido, donde está el herido?”, Pregunto la doctora Paterson.

 

En ese momento apareció Michael que llevaba en brazos a Nikita, no la había soltado en todo el viaje, ni siquiera cuando ella se desmayó en el transporte.

 

“Michael suéltala para que podamos atenderla”, pero Michael no oía nada, solo la veía allí en sus brazos.

 

“Michael!, Suéltala” le zarandeó la doctora para llamar su atención, lo que surtió efecto, consiguió la atención del agente, “suéltala para que pueda atenderla”, le volvió a decir la doctora Paterson, esta vez mirándole a los ojos y con tono ansioso.

 

Michael muy cuidadosamente la depositó en la camilla.

 

“¡Vamos!,¡ Rápido!!” Dijo una enfermera, “herida de bala en el costado derecho, con abundante perdida de sangre, hay un orificio de salida”.

 

Es lo ultimo que oyeron los que estaban de pie en el acceso de vehículos.

 

Todo el equipo de Michael, Walter y el propio  agente de nivel cinco, que vio como ella se alejaba, un pedazo de él se iba en la lejanía, su luz se desvanecía para dejarle donde siempre había estado, entre tinieblas.

 

“Michael lo siento”, le dijo Mendoza poniéndole una mano en el hombro.

 

“Si hombre, espero que se recupere” dijo Taylor y se alejó con los otros.

 

Todos intentaban darle ánimos, pero el no podía entenderlos ni verlos. Estaba en su propio mundo de sufrimiento y angustia. Hasta que la voz de Walter lo sacó de allí.

 

“Eh, niño”, “vamos hombre, sabes que ella es fuerte, además esto no se quedará así”.

 

A esas palabras el hombre viejo vio como el operativo mejor de la Sección dejó de mirar hacia donde se la habían llevado y fijó una mirada de acero en él.

 

“Si, tienes razón, esto no se quedará así”, le contestó él con gran determinación. “Que habéis averiguado?” Comenzó a preguntar cuando fue interrumpido.

 

“Michael, que ha pasado?”, Era la voz de Operations.

 

“Nos emboscaron después de la misión. Todos los documento y Graco desaparecieron con el furgón, los demás pudimos escapar. Cuando nos recogieron hirieron a Nikita”.

 

“Eso es inaceptable Michael” dijo Operations con furia refiriéndose a la misión.

 

“Si lo es” le contestó él con voz mortal refiriéndose a Nikita.

 

“Arréglalo Michael” diciendo esto se fue.

 

“Sí, seguro”. Y volviéndose a Walter le preguntó con la mirada, para que siguiera relatando lo que había empezado a decir.

 

“Tenias razón, es de dentro. Era de una sala común, cambiamos la terminal mientras no había nadie. Estoy con las huellas y Birkoff está con el disco duro.

 

“Bien, manténme informado, quiero saber quien ha sido”.

 

“Michael, ella estará bien, sabes que es fuerte. Saldrá de esta”.

 

Al ver que el otro hombre se iba a estropear, pues se le veía al borde de las lagrimas. Y como Walter le conocía bien y sabía que eso sería una vergüenza para el hombre joven, le dijo,” esta bien, Michael, ve con ella, y ya te dije, cuidad de ella”.

 

“Siempre Walter, siempre”. Con eso se despidió y se fue con paso firme hacia medlab.

 

Cuando llegó le dijeron que estaba en cirugía. Que debería esperar.

 

Pasaron cuatro horas, las cuatro horas mas largas de su vida para Michael, antes de que saliera de quirófano, para Michael ese tiempo había sido todo angustia por dentro. Pero por fuera siempre la cara neutral, pálida sin mostrar nada.

 

No quería perderla, sabia que era su vida, también sabía que ella era fuerte, que lucharía por vivir, porque era una superviviente desde siempre.

 

‘ Oh, mi niña vive, vive por favor, sabes que si no lo haces, romperé mi promesa, yo tampoco viviré’ sufría por dentro.

 Michael nunca había sido religioso, su madre se empeñaba en que fuese a la iglesia, pero el nunca hacia mucho caso. Pero en este momento se aferraba a algo.

 

‘ OH! Dios! Por favor no te la lleves, no ahora, por favor’.

 

“¿Cómo está, Michael?” Le sorprendió una voz a su lado que lo sobresaltó.

 

“Aun no se nada Madeleine”. Le respondió él tan estoicamente como pudo.

“Operations me ha dicho que os atacaron”.

 

“Si, cuando ya veníamos, después de haber completado la misión. Tuvimos que refugiarnos en los bosques, cuando nos estaban recogiendo dispararon a Nikita”. Michael sabia que Madeleine había venido a por su informe.

 

“¿Y Graco?”

 

“Murió cuando nos atacaron. Un disparo perdido al furgón”.

 

“ No detonasteis el furgón?”. Era una pregunta obvia. Toda la tecnología que llevaban  los furgones no podía caer en manos enemigas.

 

“ Si, Taylor se ocupó de eso” respondió Michael metódicamente.

 

“según el perfil, tu no debías estar allí”

 

“Si, hubo un cambio de ultima hora” dijo Michael esperando con impaciencia la pregunta que vendría después.

 

“¿Por qué?” Aquí estaba. Y Michael comenzó sus mentiras.

 

“Al accidentarse Hesky. Y cambiarlo por Gary, pensé que debía ir en la misión porque Gary no está familiarizado con mi equipo. También quería evaluarle para una posible integración en él. No me gusta que se me cambien los planes. Como sabes bien”, la cebó con este ultimo comentario.

 

A lo que Madeleine respondió con una sonrisa, si ella le conocía.

 

“ha habido muchos ataques últimamente Michael, sobre todo en tus misiones”

 

“Será casualidad”, otra mentira.

 

“Tu crees?”

 

“Si, no le des importancia”, otra más. “Los accidentes ocurren, mal intel, mala planificación, a veces el enemigo también es listo”. La tercera y ultima mentira, porque en ese momento fueron interrumpidos por la doctora Paterson que salía del quirófano.

 

“Hemos tenido suerte, la bala pegó en el costado derecho, no ha dañado órganos importantes, únicamente tejido de revestimiento, eso si, ha perdido mucha sangre, la hemos tenido que transfundir mas de seis bolsas para contener la hemorragia, y estamos transfundiéndola ahora mismo otra mas.”

 

“Cuándo se repondrá?” Preguntó Madeleine.

 

“Aun es pronto para decirlo”, le respondió Meg Paterson, le gustaba Nikita, era un resplandor dentro de esas paredes muertas, si podía hacer algo por ella, para mantenerla segura un poco mas lo haría. Además no le gustaba Madeleine, pero claro, ¿a quien sí?.

 

“¿Puedo verla?” Preguntó ávidamente Michael.

 

“si, pues claro, ven conmigo”

 

“Madeleine?” Se volvió hacia ella Michael como preguntando si quería algo mas de él.

 

“Eso es todo gracias, Michael”. Y la mujer se dio la vuelta y fue andando por el pasillo.

 

Lo mismo que los otros dos, Michael y la doctora Paterson.

 

“Meg, ¿de verdad que está bien?”

 

“Si Michael, no te preocupes, como antes dije no habrá secuelas, únicamente ha perdido mucha sangre, tranquilo, todo está bien”.

 

“Gracias” respondió él. Ese gracias no iba solamente dirigido a la diminuta doctora, iba también a todo en general, esa angustia que sentía había decaído un  poco y se fue totalmente cuando entrando en un cuarto la vio en una cama, dormida angelicalmente, con su pelo extendido encima de la almohada. Le dejó petrificado, sin poder moverse.

 

“Puedes acercarte Michael, que no la vas a hacer daño” le dijo la doctora con una sonrisa en la cara, al ver el titubeo del hombre. “Incluso, creo que la beneficiaría. Tranquilo, se despertará dentro de un rato”. “Bueno, te dejo con ella” y salió de la habitación.

 

Michael se acercó lentamente a la cama, se sentó en el taburete que había al lado de la misma y en ningún momento quitó su vista de ella.

 

No supo si pasaron minutos u horas, siempre le ocurría lo mismo cuando la contemplaba. ‘¡ OH! Que belleza’. Era impresionante, se sabía de memoria cada rasgo de su cara, cada curva de su cuerpo, cada lunar y cada peca, cada expresión por pequeña que fuese, el se la conocía. Podría cerrar los ojos y la podría reproducir en su cabeza.

 

Así se lo encontró ella cuando se despertó. Sus ojos cerrados y una expresión de paz en su cara. Mira que es guapo, pensó ella.

 

“Michael” le llamó con su voz baja y ronca por la sequedad.

 

Inmediatamente él abrió los sus ojos. Ambos se encontraron, verde con azul y azul con verde, y por primera vez en mucho tiempo alguien recibió una sonrisa plena y sincera de Michael.

 

Michael dejo fluir sus emociones contenidas durante todas esas horas de angustia.

“Mi niña”, fue lo único que dijo, pero de sus ojos fluían dos ríos de lagrimas imparables.

 

Nikita cogió su mano e intentó consolarlo,  “shss, shss, Michael, shss". “shss, mi vida, ya está, ya está” cuando esto salió de sus labios, comprendió que lo había dicho en alto, y se quedó petrificada. Pero mirando a Michael se dio cuanta o que no le importó o que no la oyó en su estado.

 

Michael la había oído, por supuesto que la había oído y ella con solo esas  dos palabras le había transportado al infinito. Se sintió tan poderoso de repente que tuvo miedo de que esto solo hubiese sido un sueño, tal era la grandeza de lo que sentía, se había abierto las compuertas, su infinita paciencia se había desbordado y ahora sus sentimientos corrían libres como por una cascada. Si, esto es lo que él quería, ambicionaba hasta mas no poder, quería sentirse a sí todos los días, vivir en la pasión, irse a dormir sin pensar que se iba a despertar solo, exclusivamente. Irse a dormir y al despertarse encontrarla a su lado todos los días de su vida.

 

En ese momento se abrieron las puertas y Michael inmediatamente limpió las lagrimas de su cara y se compuso como pudo, cuando Madeleine caminaba hacia la cama.

 

“Nikita veo que estas despierta”.

 

“hola Madeleine”

 

“Cómo estas?”

 

“Bien”, típica respuesta de la Sección.

 

“Michael”

 

“Madeleine” le contestó él absolutamente en calma.

 

“Tengo que escribir el informe” y mirando hacia Nikita. ‘Volveré luego’ le dijo con sus ojos. A lo que ella respondió con una sonrisa y un apretón en su mano.

 

“Madeleine” dijo él despidiéndose con una inclinación de cabeza.

 

“Michael” le respondió ella igual.

 

Michael se alejó dejando a las dos mujeres. Tenia mucho que hacer, escribir el informe, dárselo a Operations y averiguar que es lo que habían encontrado Birkoff y Walter. Antes de volver a ver a Nikita.

 

Llegó a la estancia de Walter.

 

“Walter, tienes los explosivos que querías que viera?”.

 

“Um si Michael, pasa, están dentro”.

 

“Con eso pasaron ambos hombre dentro del cubil de Walter.

 

“Bien, que tienes” no quiso perder tiempo Michael.

 

“Tengo varias huellas, en concreto de cuatro operativos, y uno que aun está buscando el programa”.

 

“que nombres”

 

“Bien, están Wallace, Gray, Konstar y Maurice, ah, y quinto, que es..Espera un momento, sí. ¡No puede ser!”.

 

“que”

 

“Es de Nikita!”.

 

“Imposible, esa no es su terminal” respondió Michael.

 

“lo sé, ella nunca va a esa sala”

 

“llama a Birkoff”

 

“Eh! Niño, puedes ayudarme con esto?”.

 

“Claro Walter, ya voy”. Cuando Birkoff entró se encontró con Michael.

 

“¿Qué pasa?”

 

“Puedes conseguir la grabación de la sala donde encontraste la terminal?”

 

“Claro, aquí, espera un momento” se puso delante del ordenador. Dio unas claves. “Aquí está”.

 

“bien, enfoca en la terminal”

 

“Eso es, pasa, pasa, pasa”.

 

“Nikita no sale aquí” dice Walter.

“Exacto” dice Michael, “han puesto la huella allí”.

 

“Pero porque?” Pregunta asombrado Birkoff.

 

“Eso es ¿porqué?”, “Esa es la pregunta” dice  Walter.

 

“Quieren incriminarla” dijo Michael, “quieren que dudemos de ella, seguramente no deberíamos estar viendo esta grabación, pero nos hemos adelantado”.

 

“Pero además, Michael, les ha salido mal porque a la que han disparado es a ella”, dice Birkoff.

 

“No, quizás era lo que querían, pueden argumentar que para quitarse las sospechas de encima la han disparado”.

 

“Pero Michael, tu no lo creerás?” Le dijo Birkoff, “no de Nikita”.

 

“Por supuesto que no”. Ahora lo que ya se es que van a por ella, pensó para si Michael. “Birkoff, ¿qué has encontrado en el disco duro?”

 

“nada, eso es lo raro, es como si la terminal fuese solamente un enlace hacia otra, pero no puedo determinarlo de momento, tengo que seguir investigando, me vendría bien que hubiese otra transmisión”

 

“Eso no podrá ser, Nikita está herida y no saldrá en una misión como yo pueda impedirlo”.

 

“De acuerdo entonces, volverla a poner en su sitio y mantenerla vigilada”, concluyó Michael con la intención de despedirse.

 

“Michael, como está Nikita?”

 

“bien, ya está despierta, seguro que no le sienta mal una visita, además la dejé con Madeleine cuando me vine”

 

“Um, creo que voy a sacarla de las fauces del león” dijo Walter con una gran sonrisa.

 

Así se despidieron cada uno saliendo para un sitio diferente.

 

Cuando Michael llegó a su despachó, cerró la puerta, la ventana, encendió su ordenador y comenzó a teclear su informe, pero en la esquina de la pantalla, abrió una ventana en la que apareció medlab y en concreto la habitación de su ángel, que en ese momento esta con Walter que seguramente la estaba diciendo algo gracioso porque había traído la risa a su cara y eso la provocaba retorcerse por el dolor.

 

Madeleine ya había desaparecido de la escena.

 

Una vez terminado el informe y mandado donde corresponde, a Michael no le quedaba otra cosa que hacer, que pensar en ella, acariciando su imagen, ahora agrandada ocupando la pantalla completa. Pensaba en su salida de tono, allí cuando ella se despertó. No se pudo aguantar, solo de pensar que la podía haber perdido, y al encontrarse con sus ojos azules que lo miraban tan tiernamente, supo, en ese instante, que podía abrirse a esa mujer, tomo la decisión, ella sería la única que tendría acceso a él, costase lo que costase, ella se merecía poder llegar al Michael que el pensó que estaba muerto y que ella lo resucitó, tiró las paredes ladrillo a ladrillo. Ella fue la única que lo intentó y lo consiguió, así que el se juró en ese preciso momento que ella sería la única para él.

 

Había sido una gran satisfacción oírla llamarle mi vida, intentando consolarle, consolarle ella cuando debía ser al revés. Saber que era correspondido era la mayor de las alegrías que él podía tener.

 

¿Que podía hacer para protegerla?, Sin que ella se diese cuenta, aquí en la Sección corría peligro, no debía quedarse ni un minuto sola, necesitaba sacarla de aquí. ¿Pero como?. La única manera era que la doctora Paterson la diese el alta, o la dejase a cargo de otro. Claro, él podría cuidarla en su casa. No, pero no en su apartamento, seguramente estaba vigilado y no podrían hablar abiertamente. Tenía que ser un sitio sin cámaras, pero que ellos creyesen que estaban allí. Podría ser bien su ático. Claro, allí la llevaría, sí la tuviera que dejar por tener que volver a la Sección, Cloud la podría mirar.

 

Había que capear sobre todo a Madeleine. Así que se preparó para la batalla. Se dirigió hacia el despacho de ella. El despacho de la abeja reina.

 

Cuando llegó, Madeleine estaba como casi siempre con sus plantas, por si no tenia bastante con las personas, también tortura a las plantas, pensó para sí Michael.

 

“Madeleine”

 

“Michael ¿qué te trae por aquí?”.

 

“quiero sacar a Nikita de medlab”

 

“Por que?”

 

“Sabes que no la gusta, y estará luchando con todo el mundo hasta que se vaya, la estoy dando la posibilidad para que se recupere cuanto antes”.

 

“Pero Michael, necesita atención, aun no se puede manejar sola, creo que esta mejor aquí donde la puedan atender”.

 

“Yo cuidaré de ella”.

 

“Y si te necesitamos aquí?”

 

“Walter se ofrece también voluntario”.

 

“Umm, veo que has estudiado todas las posibilidades, Michael” dijo ella con una sonrisa enigmática. “Esta bien, puedes llevártela”. Y siguió con sus plantas.

 

¿Ya está?, ¿Así de fácil?, Pensó Michael, no había tenido prácticamente que argumentar, Madeleine había cedido a las primeras de cambio. Pero, ¿por qué?. La verdad es que no podía creer su buena suerte.

 

Se fue rápidamente hacia Medlab, pero le interrumpió Birkoff.

 

“Michael, podrías ver esto por favor?”

 

“Claro, que es?”

 

“ He descubierto que la transmisión viene del JP6498, pasa por la terminal que recogimos, pero para que venga de allí, hay que actívala en otro ordenador, es como un laberinto, para perdernos”.

 

“Es decir” dijo Michael, “que para activar la señal se necesita que las claves se metan en las dos terminales”.

 

“Así, es”.

 

“Y esas claves, ¿tienen que ser activadas a la vez, Birkoff?”

 

“¡Pues claro, no se me había ocurrido!”

 

“Bien, investiga cual es la unidad JP6498 y recoge las imágenes de ese lugar, las comparas minuto a minuto y me dices cuando coinciden y quien está en ellas.” Siguió diciéndole, “y además necesito saber quienes estaban conectados a la vez en ese minuto dentro de la Sección.”.

 

“Pero eso es un trabajo de chinos!”

 

“Dile a Walter que te ayude. Si descubrís algo llámame al móvil. No estaré dentro de la Sección. Me llevó a Nikita a casa”.

 

“De acuerdo, vale, dila que se mejore”.

 

Llegando a medlab se encontró con...

 

“Meg” la llamó Michael.

 

“Michael”

 

“he hablado con Madeleine, quiero llevarme a Nikita de aquí”

 

“Me estaba preguntando cuando sería” dijo la doctora con una sonrisa. “Una vez despierta, no hay quien la retenga eh?, es como tu, no os gusta medlab”

 

“Nos conoces bien”, le respondió él.

 

“¡Claro!, Sois mis dos pacientes peores, como no os iba a conocer?”.

 

Con esto llegaron a la habitación, se abrieron las puertas y al entrar vieron a Nikita sentada en la cama, con un ceño en su cara, que se convirtió en una sonrisa cuando vio aparecer a Michael.

 

“¡Hola!” Le dijo a Michael, “¿cuándo me voy de aquí?” Eso fue dirigido a Meg.

Riéndose y mirando a Michael como diciendo, te lo dije. “Que te parece dentro de diez minutos” le dijo.

 

Con una cara de asombro, Nikita miró a Michael para la confirmación, él le dio un pestañeo rápido.

 

“Claro, cuanto antes mejor, estupendo”.

 

“Bueno, voy a prepararlo, os dejo, Michael luego hablo contigo”.

 

“Esta bien Meg, luego hablamos” le dijo Michael sin apartar los ojos de la figura sentada en la cama.

 

Cuando desapareció la doctora por la puerta, Michael se dirigió hacia esa figura que parecía llamarle, como los cantos de las sirenas.

 

“¿Cómo te encuentras?” Le preguntó él acariciándola la cara y pasando su dedo pulgar por su ceja izquierda en un gesto de cariño.

 

“Bien” le respondió ella apoyándose en esa caricia y cerrando los ojos, imposible de articular nada más.

 

A su mirada interrogando, por haber usado la palabra que siempre era una muletilla en la Sección, ella le respondió. “En serio Michael, estoy bien, un poco dolorida pero es normal, estoy deseando salir de esta cama”.

 

“bueno para eso no tendrás que esperar mucho”

 

“No entiendo, porque me van a dejar salir tan pronto?”

 

“Nikita no eres lo que se dice un paciente ejemplar”

 

“Ja!, Mira quien fue a hablar!, No en serio Michael, porque?”

 

“Quizás sea porque yo lo he pedido” le dijo él coqueteando ahora con la mano de ella.

 

“Y Madeleine te ha dejado?”

 

“Eh!, No has oído hablar de mis dotes de convicción?, Son famosas en toda la Sección” dijo él con aire de fingida indignación.

 

Eso trajo la risa a su cara. Y repercutió en su lado derecho.

“No me hagas reír por favor” le dijo sosteniéndose el costado.

 

En ese momento apareció la Meg Paterson para dejarla salir y el humor cambió completamente.

 

“¡Ah! NO!,¡ Ni hablar!” Dijo Nikita, “yo no monto en eso, yo puedo caminar”. Hizo este comentario a la doctora que tenia una silla de ruedas con ella.

 

“bueno, pues entonces no sales de aquí, o es en esto o te quedas en la cama aquí”

 

Nikita miró a Michael con sus ojos suplicantes para que la apoyara, pero se encontró con su mascara pálida, en esto no iba a ayudarla.

 

“¡Vaale!, De acuerdo, pero podré cambiarme no?”

 

“por supuesto”

 

“Michael, serias tan amable de traerme algo de mi cuarto, sí?”

 

“Bien, que quieres?”

 

“Algo cómodo, por favor” le dijo ella con una cara de cachorrillo.

 

“vale, ahora vuelvo”

 

Se quedaron solas Nikita y Meg, mientras Michael iba a su cuarto a por algo de ropa.

 

“Bien Nikita, espero que descanses por unos días, y no te muevas, te voy a dar unas pastillas para el dolor, espero que las tomes, si, no me mires así, no quiero que hagas ejercicio, y lo mas importante, duerme”.

 

Apareció Michael con lo que parecía unos pantalones y una sudadera de deportes en color azul, blanco y rojo, además de una camiseta de tirantes, parecida a la que tenia en medlab, pero en tonos grises claros.

 

“Creo que con esto te apañarás, de momento”, le dijo él.

 

“Si creo que sí”. Respondió ella.

 

“Espera Nikita, necesitas ayuda. Michael, por favor, esperas fuera un momento” le comentó la doctora.

 

“Claro” dijo él yéndose hacia la puerta y cerrándola.

 

“Meg, que no es como si Michael no me hubiese visto nunca desnuda” le comento Nikita a la doctora en un tono de broma, pero que iba bastante en serio.

“Nikita, este es mi departamento, vale, aquí hay unas normas, y además, no quiero tener que apartar a todo mi personal de esa puerta, porque las cosas entre vosotros dos, bien, como lo diría, se pongan un poco subidas de tono, esta claro?”

 

“Cristalino”.

 

Después de unos minutos, Meg llamó a Michael, le dio las píldoras para el dolor, le explico lo mismo que había dicho a Nikita sobre los cuidados que requería y los despidió a los dos, como Nikita era conducida por Michael, en la silla de ruedas fuera de la sección.

 

Michael ayudó a Nikita a montar en su coche, y procedió a meterse en el lado del conductor.

 

“Michael, y mi coche?”

 

“He hablado con Walter y te le llevará a casa, le he dejado las llaves que estaban en tu cuarto”.

 

“Bueno. Venga salgamos de aquí”.

 

“Ahora mismo” dijo él dando vueltas al contacto del coche.

 

Cuando salieron del garaje era mediodía y el sol iluminaba todo.

 

Era un día precioso para un paseo, pensó Michael, lastima de su herida, si no podríamos haber salido al parque.

 

Nikita gimió como se empinó la rampa y el sol les dio en los ojos.

 

“Hay unas gafas de sol en la guantera” le dijo él.

 

Nikita la abrió y encontró unas gafas negras con montura de metal también negra, eran rectangulares.

 

“Estas gafas, ¿ no son las que utilizaste en la misión de Zabros?”

 

“Sí”

 

“yo pensé que tenias que devolver todo el vestuario cuando terminabas una misión”

 

“¿quien ha dicho que sean parte del vestuario?”

 

“Quieres decir que son tuyas?”

 

“Sí”.

 

“umm, interesante”

 

“Porque dices eso?” Le preguntó él siguiendo el hilo de la conversación y conduciendo por las atestadas calles de París, hasta su destino.

 

“Porque yo pensé que no utilizabas nada tuyo en las misiones, siempre algo impersonal, que no te delate y a lo que no te ates”.

 

“Nikita, yo no soy tu, tu crees que me puedo atar a unas gafas de sol?. No me interpretes mal, sé que para ti son importantes y no busques menosprecio en mi voz, seguramente yo me ato a otras cosas que para ti pueden ser una tontería, pero no creo que unas gafas de sol sean tan importantes para mí como para ti”.

 

“Creo Michael, que este es el discurso más grande que te he oído nunca”.

 

Esto sacó una sonrisa de él.

 

“ Y también creo que en estos días te he visto sonreír mas que en todo el tiempo que te conozco”.

 

“Bueno, ya iba siendo hora, no crees?”

 

“Si, lo creo, absolutamente” le respondió ella.

 

“Cambiando de tema. ¿Tienes hambre?”

 

“pregunta tonta, yo siempre tengo hambre”

 

“Bueno, paro a comprar un momento, me esperas en el coche, no tardo nada”.

 

Michael salió hacia una tienda pequeña, dejándola en el coche con la radio como única compañía. En ese momento comenzó una canción.

 

 

HOY LE HE SUPLICADO AL ALBA

QUE TARDARA EN DESPERTARTE

QUE DEJARA QUE SOÑARAS PARA MIRARTE.

 

Así se sentía ella, como en un sueño del que no quería despertarse, un sueño en el que Michael había cambiado y la había dejado entrar.

 

HOY LE HE DICHO A LA MAÑANA QUE

SIN TI ME MORIRIA

QUE TE HAS VUELTO TAN NECESARIO COMO SU DIA

 

Michael también estaba escuchando la canción mientras compraba, ella se había vuelto tan necesaria en su vida, como el respirar, sabia que si ella se iba, el se moriría.

 

ME MORIRA SI TUS PALABRAS SE ENFRENTARAN A LAS MIAS

ME MORIRIA MI AMOR, ME MORIRIA.

 

En ese momento, Michael salió de la tienda, aun pensando en la canción, dejó las bolsas en la parte trasera del coche y paso al lado del conductor y se unió al trafico lento. Pero ninguno dijo nada, solo estaban concentrados en la letra de la canción que seguía sonando en la emisora y pensando como de cerca se sentían sus palabras en ese momento.

 

HOY LE REZO AL DIOS DEL CIELO, Y MIRÁNDOTE LE RUEGO

QUE NO FALTES EN MIS NOCHES, VIDA MIA.

Y ME MIRAS Y EN SILENCIO DE TU AMOR BEBO EL ALIENTO

DE UNA NOCHE DE PASIÓN EN CARNE VIVA

 

ME MORIRIA SI TUS CARICIAS SE ENREDARAN SIN LAS MIAS

ME MORIRIA MI AMOR ME MORIRIA.

 

ME MORIRIA, SI NO VOLVIÉRAMOS A VER JUNTOS LA LUNA

ME MORIRIA, SI TU MIRADA SE NUBLARA ANTE LA MIA

ME MORIRIA SI MO CINDENA ES NO VOLVER A SER TU DUEÑA

 

ME MORIRIA SI TUVIERA QUE VIVIR DE MI PASADO

DESHOJADO LOS MOMENTOS A TU LADO VIDA MIA,

ME MORIRIA.

 

HOY LE REZO AL DIOS DEL CIELO Y MIRÁNDOTE LE RUEGO

QUE NO FALTES EN MIS NOCHES VIDA MIA

Y ME MIRAS Y EN SILENCIO DE TU AMOR  BEBO EL ALIENTO

DE UN REPROCHE CON SABOR A MELANCOLIA.

 

Por fin llegaron al apartamento  de ella.

 

“Kita, que ropa necesitas?”

 

“Como?, no te comprendo”

 

“si, que ropa quieres que te coja”

 

“Pero, no estoy quedándome en el apartamento?”.

 

“no, te vienes conmigo al ático”

 

“Michael” le dijo ella medio protestando.

 

“no lo luches, ni niña, simplemente vámonos”

 

“De acuerdo, Michael, lo que tu creas mejor, y me gusta eso de mi niña”.

 

En ese momento Michael se dio cuenta de que había hablado en alto. Y se sonrojó un poco, esperando que ella no lo hubiese visto, salió de coche, “espérame aquí”.

 

Tardó muy poco, recogió lo que le pareció más esencial, dio una vuelta al apartamento con el desmodulador que llevaba para que no supieran que había estado allí, y desde la computadora de Nikita preparó el programa que el y Birkoff habían creado para que se activara en cinco minutos, y las cámaras recogieran que estaban en ese apartamento.

 

Nikita vio a Michael salir con una bolsa del viaje y algo en su otra mano.

Michael metió la bolsa en la parte de atrás de su mercedes negro y se volvió al lado del conductor.

 

“Toma” y la dio lo que tenia en las manos. “Y ahora, devuélveme mis gafas de sol” lo que la había dado era un par de gafas de sol de las muchas que ella tenía.

 

“Ahá!, El que no se ataba a sus gafas, eh!”, Le dijo ella con una sonrisa, respondida por él.

 

“vámonos”

 

“Si, si, ahora tu cambia de tema”.

 

Volvieron al trafico, Michael intentaba manejar lo mas despacio posible y sin los demasiados tirones, para que no repercutiera en el costado de Nikita, pero aun así la cantidad de tráfico que había a esas horas, estaba haciendo el viaje de Nikita muy incomodo.

 

Michael se lo notó en la cara. Cuando la cogió una mueca de dolor que no pudo impedir que saliese a la luz.

 

“Lo siento, intento hacerlo lo más cómodo posible, duele mucho?”

 

“si, bastante, tu solo conduce”

 

“Ya falta poco”. Dijo cuando vio que ella cerraba los ojos.

 

Por fin llegaron al garaje del edificio.

 

“Espera aquí un momento”, le dijo Michael cuando salió del coche con la bolsa, la depositó en el ascensor, dejó las puertas abiertas, se fue para el coche, abrió la puerta del pasajero.

 

“bueno, vamos allá”

 

“Que va a hacer, Michael?”

 

“creo que es obvio, vamos amárrate a mí”

 

“Michael puedo caminar sola”

 

“Vale, lo demuestras”.

 

Ella intento levantarse, pero no pudo, era demasiado dolor acumulado del viaje, y además el efecto de los sedante y analgésicos había pasado.

 

“Lo ves, agárrate a mi cuello”.

 

Él la llevó en sus brazos hacia el ascensor. Ella estaba apoyada en él con su cabeza a la altura del corazón.

 

“Venga, ya queda poco”, le dijo él  mientras iban subiendo de pisos, dándole un beso en la cima de su cabeza, al ver que ella tenia sus ojos cerrados y una mueca de dolor en su cara.

 

De repente el ascensor se paro en un piso que no era el suyo.

 

“Merde!” Dijo Michael en un tono bajo.

Se abrieron las puertas y apareció Cloud con unos perros.

 

“Sr. Samuelle!”

 

“Cloud”

 

“Señora, ¿qué ha pasado?, ¿Se encuentra bien?”

 

“Si Cloud, está bien, un accidente de coche. Vamos a que descanse en el ático”

 

“claro señor, por supuesto, si necesita algo, solo tiene que pedírmelo”

 

“Gracias Cloud”  esta era la voz de Nikita.

 

En ese momento llegaron al ático. Cloud les llevó la bolsa hasta la puerta.

 

“Que se mejore señora, señor” y cerró la puerta.

 

Michael la llevó inmediatamente a la cama y la colocó lo mas suavemente posible sobre ella.

 

Nikita abrió los ojos con un suspiro. “Gracias Michael” le dijo acariciándole la mano.

 

Michael cogió esa mano que lo acariciaba y la besó con gran devoción.

 

“Ahora mismo vuelvo”. Se fue a la bolsa, recogió un salto de cama y los sedantes y analgésicos.

 

“Te conseguimos en esto”, dijo señalando al salto de cama azul real. “Pero primero echemos un vistazo a esa herida”.

 

Michael procedió a curársela, la ayudó a ponerse el camisón y la dio un par de analgésicos y un sedante, la metió en la cama, la arropó y con una caricia sobre su frente la dijo “descansa y duerme un poco, mi niña, si quieres algo yo estaré por aquí”

 

“Gracias Michael”.

 

La dejó irse a dormir, cosa que ella hizo inmediatamente.

 

Cuando se volvió a despertar debían de haber pasado alrededor de cuatro o cinco horas, porque el dormitorio estaba a oscuras.

 

Todo estaba en completo silencio excepto una lejana melodía que se oía, como de un piano.

 

Se quedó oyéndola y demorando un poco mas en el calor suave de la cama y en el olor de la almohada, olía a Michael por todos lados.

 

De repente la música paró, y al momento Michael apareció asomándose en la puerta.

 

“hola dormilona”

 

“hmm”

 

“como te encuentras”

 

“umm, bien, un poco cansada, pero el costado me duele menos”

 

“Bueno, ¿quieres comer algo?”

 

“Sí, algo”.

 

“No te muevas ahora lo traigo” y se iba a dar la vuelta.

 

“Michael!”

 

“Si?”

 

“Primero tengo que ir al servicio” dijo ella poniendo algo de color en sus mejillas.

 

“Claro, te levantamos de ahí” y procedió a ayudarla.

 

“Gracias, puedo andar yo sola ahora, puedes ir a preparar la comida”.

 

Michael regresó a los pocos minutos, para encontrarla otra vez en la cama, él venia con una bandeja, en ella había un cuenco con sopa y galletas para la sopa, con un vaso de agua y una cuchara.

 

“toma”

 

“umm, esto está buenísimo”

 

“Me alegro que te guste, era una receta de mi madre, nos la hacia a mi hermana y a mí cuando estábamos enfermos”.

 

“Tu no comes?”

 

“No, ya he comido antes”.

 

“sabes siempre me dices lo mismo, que ya has comido, que no quieres y cosas así, y Michael me hace incomoda que yo esté comiendo y tu no”

 

“Pero Kita, me gusta verte comer, no te incomodes por eso, hasta comiendo pones toda tu energía, me gusta eso es todo, no lo des más vueltas”.

 

“Que hora es?” Le preguntó ella cuando había acabado la sopa.

 

“Alrededor de las nueve”. “toma, las píldoras para el dolor”

 

Ella negó con la cabeza.

 

“Nikita” dijo él en tono de suplica.

 

“pero Michael, sabes como me embotan, no me gusta sentirme así”

 

“si, lo sé, pero estoy yo aquí, no te va a pasar nada”;“ahora descansa, seguro que mañana te encontrarás mucho mejor”

 

“Y tu Michael, donde dormirás?”

 

“no te preocupes por eso”

 

“Sabes Michael, creo que ya hemos tenido esta discusión, tu cama es muy grande y podríamos compartirla y no tocarnos en toda la noche, lo sabes verdad Michael?”

 

“Kita, tu descansa”

 

“Bueno”, dijo ella con un bostezo, “tu sabrás”.

 

 

 Musica de Yanni ( a love for life)

 

En mitad de la noche se despertó. Volviendo a oír las notas de un piano. Se levantó, despacio, muy despacio, pero se sentía mucho mejor, casi no la dolía. Fue al baño,  se puso una bata que encontró en una percha, que raro, es negra, pensó para si.

 

Y fue en busca del sonido.

 

Pasó a la sala principal del ático y encontró únicamente la luz de la chimenea. Y en una esquina, de frente a donde estaba, era de donde procedía la música, un piano de cola precioso, y tocando estaba Michael, concentrado en la melodía, con los reflejos del fuego por su cara y pelo.

 

Dios mío!, Estaba guapísimo, con su camisa blanca, blanca?. Se quedó sin habla y casi sin respiración.

 

De repente, él levantó la vista y conectó  con su mirada, la electricidad en el cuarto voló entre ellos y aumento fuertemente.

Él con un movimiento de cabeza, la invitó a sentarse en el sofá delante del fuego y siguió tocando.

 

La música penetró en sus sentidos, incluso cerrando los ojos sentía la intensidad de lo que él estaba tocando y en el ojo de su mente le veía tocando delicadamente las teclas del piano, como había tocado su piel, así tan sensualmente.

Su cuerpo picó para ese toque, para sentirle otra vez, sus manos sobre ella, acariciando tan suavemente.

 

De repente sintió esas manos, tocándola la cara. ¿Cuándo había parado la música?.

Ella se dejó acariciar por esos dedos, tocando sus cejas, sus pómulos, sus labios. Y tan suavemente como sus caricias, él la besó, tan tiernamente al principio, para luego ahondar y dejar que la pasión siguiera su curso.

 

“Michael”, suspiró ella en sus brazos.

 

“shss” le dijo el quedamente abrazándola.

 

Y ambos se quedaron así, abrazados, ella en los brazos de él, con su cabeza en su pecho, contemplando el fuego.

 

“¿Cómo te encuentras?” Le preguntó él después de unos momentos.

 

“Bien” volvió ella a decir en un suspiro. “no sabia que tocabas el piano, Michael”

 

“toco muchos otros, también”

 

“yo sabia del chelo”

 

“cuando vivía con Elena y Adam tocaba el chelo porque no teníamos espacio para el piano”

 

“Lo siento, no debería haberte preguntado” dijo ella sabiendo que lo había devuelto a unos malos recuerdos.

 

“tranquila no pasa nada”

 

“Y que más tocas?” Le dijo ella intentando distraerle, y oyendo su latido de corazón retardar un poco.

 

“Guitarra, violín, a veces la batería, no sé de todo un poco”, le dijo él mientras le acariciaba los cabellos. “deberías volver a la cama, mi niña, deberías estar descansando”

 

“Solo si vienes conmigo” puso ella morros.

 

“Kita, mi niña, que tienes que descansar”

 

“dormir, Michael, dormir, sabes que no me despierto si  estas a mi lado”

 

“lo sé mi niña, a mí me pasa lo mismo, pero solo haría que molestarte, y te tienes que recuperar”

 

“Pero Michael, estoy mucho mejor, incluso mañana puedo levantarme y pasear y salir, y divertirme” dijo ella con tono de niña pequeña a la que la quitan un caramelo.

 

“Lo sé, lo sé, pero...” al ver la cara de cachorrillo extraviado que ella estaba poniendo, “está bien, sabes que cuando te pones así no puedo negarte nada”.

 

“Si” únicamente dijo ella con una sonrisa y se aferró mas a él, definitivamente algunas de las lecciones de Madeleine habían servido para algo, pensó ella cerrando los ojos y besándolo en el cuello, lo que sacó un gemido de él.

“Kita, no seas mala” le dijo él.

 

“Porque dices eso?” Le dijo ella en tono inocente y siguió besándole en el cuello, detrás de su oreja, mordiendo el lóbulo suavemente.

 

“Eres un diablillo, eh!” Y cogiendo su barbilla, alzó su cara de su cuello y procedió a besarla completamente. “Vamos a acostarnos”.

Y tomando un impulso la cogió en brazos y la llevó hasta la cama.

 

Ella protestó, “Michael puedo andar”.

 

“Lo sé”, pero no la bajó hasta llegar al lado de la cama, donde la depositó en el suelo.

 

“Venga acuéstate, ahora vengo” y salió del cuarto.

 

 Después de unos minutos volvió, había revisado toda la seguridad del apartamento. Depositó su teléfono móvil en la mesilla y se desvistió. Quedándose en  boxers se metió en su lado de la cama, apagó la luz y se acurrucó contra ella.

 

“buenas noches Kita”

 

“Mm, buenas noches, Michael” dijo ella cogiéndole una de las manos, besándola y poniéndola sobre su estomago.

 

A la mañana siguiente, fue Nikita la que primero se despertó, no reconociendo sus ambientes. Ah, sí, era el ático de Michael. Pero, había sido un sueño?, Michael con camisa blanca?, Tocando el piano?, Besándola?, Debía de haber sido uno de los sedantes, estaba segura. ‘OH! Nikita, siempre tan patética’ se dijo a si misma, y al ir a darse la vuelta...

 

Allí lo vio, a Michael dormido a su lado, no había sido un sueño, esto lo demostraba.

 

Michael tenia una paz en su cara, parecía mucho más joven. ‘Mira que es guapo este hombre, que cuerpazo. Esas cejas, esos rasgos angulosos, fuertes, uhh, esos labios tan sensuales y lo que puede hacer con esos labios’.

 

De repente esos pensamientos fueron interrumpidos por los pitidos del móvil de la mesilla. Esto inmediatamente despertó a Michael, que lo cogió a su tercer pitido.

 

“Si?”, No dijo nada mas, estaba escuchando a su interlocutor. ”Tienes horas libres?.... el día libre, bien. a la una por el parque......si Walter también” esta fue toda la conversación hasta que colgó.

 

Se dio la vuelta a mirarla.

 

“era Birkoff, tengo que salir dentro de un rato”

 

“Tenemos que salir” le interrumpió ella, “no me vas a dejar fuera de esto” antes de que él protestara, ella continuo, “además ya puedo caminar, despacio pero puedo hacerlo”.

 

“Pero Nikita” empezó a protestar él.

 

“Ni pero ni nada, Michael, he dicho que voy” terminó ella con un ceño.

 

Michael la miró un instante, mira que podía ser terca, solo conocía a otra persona así, Operations, los dos eran cabezotas a mas no poder, tenían tanto en común, lastima que no se aguantaran, aprenderían tanto el uno del otro.

 

Pero la verdad era que ella estaba preciosa cuando se enfadaba, más bonita que nunca con ese ceño en su cara.

 

Se acercó a ella y la besó. Ella no lo estaba esperando y la sorprendió, pero después de unos segundos, ella correspondió.

 

Cuando ambos pararon para tomar aire, él la dijo.

 

“buenos días”

 

“mmm, buenos días mi vida"

 

Y siguieron besándose unos momentos mas, pero por acuerdo mutuo pararon, pues sabían que no podrían seguir mas allá.

 

“Si estas mejor, podríamos salir hoy. Despacito podemos desayunar fuera, nos encontramos a los otros, y podemos tener un día tranquilo en el parque, cogemos unos bocadillos, una manta y nos pasamos el día allí, ¿Qué te parece?” Le dijo Michael mientras la acariciaba la cara y la besaba con besos diminutos.

 

“ahh, un plan muy bueno” le respondió ella ensañándose con su hombro y cuellos.

 

“Mi niña, si sigues así, que no saldremos de aquí” dijo el entrecortadamente.

 

“umm, también un plan muy bueno” le respondió ella, no dejando una mancha sin besar o morder suavemente.

 

“Ah, sí, eh!” Y la cambio de estar encima de él, a estar debajo con él encima. La besó completamente y la dijo.

 

“No, en serio mi niña, esto lo quiero hacer bien, quiero que estés completamente recuperada para que los dos podamos disfrutar de esto, no quiero que salga mal, quiero que algo una vez en la vida me salga bien”.

 

“lo sé mi vida, lo sé, yo me siento igual, pero es que eres una tentación tan grande”

 

“Ah, y tu no?; venga levantémonos de aquí”.

 

“Definitivamente, necesito una ducha” dijo ella.

 

“El baño es todo tuyo, en la maleta creo que metí tu bolsa de aseo” y se dirigió a por ella que estaba en la cómoda. “ah, ten cuidado con la herida, no la mojes mucho, luego la curamos”

 

“Si, papa” le dijo ella en tono condescendiente. Lo que sacó una sonrisa de él, que ella vio a través del espejo.

 

“Michael” dijo ella acercándose a él, volviéndolo la cara y poniendo una mano en su mejilla, “no sonrías a escondidas, tienes una sonrisa preciosa, muéstrala mas, muéstramela mas, no me la escondas”. Con esto ella lo besó.

 

Cuando acabó, él le dio la bolsa y dijo “tú si que eres preciosa”.

 

“me encanta que me digas esas cosas”

 

“Anda ve a la ducha, yo utilizaré el otro baño” terminó él cuando  salió por la puerta.

 

Después de una media hora, cuando Nikita salía del baño envuelta en un albornoz que había encontrado detrás de la puerta, vio a Michael que entra a la habitación medio vestido con un pantalón vaquero, ‘vaqueros? Si, son vaqueros’, y secándose el pelo con una toalla.

 

“interesante”

 

“El que?” Preguntó Michael.

 

“OH, no nada” se turbó ella, que no creía que había comentado nada en alto.

 

“Vamos a ver esa herida” cuidadosamente Michael fue al baño, mientras Nikita se ponía la ropa interior, y trajo el botiquín.

 

“Espera que te ayudo” le dijo Michael abrochándola el sostén. Y al acabar dándola un beso en el hombro.

 

“Veamos, parece que va muy bien” dijo él curándola y echándola un vistazo, “deberíamos dejarla sin tapar para que se seque, pero temo que la ropa te incomode”.

“Espera, tengo una camiseta corta, pero no sé si la has traído” le dijo ella.

 

“Una azul, con un tribal en la espalda?”

 

“Sí esa”.

 

“si, la metí”

 

“Bueno, pues creo que con ella puede estar al aire y no me molestará. Pero, que tiempo va a hacer?” Terminó preguntando ella.

 

“Creo  que hará bueno, como para que la lleves, de todas maneras, nos llevaremos una chaqueta por si acaso”.

 

“De acuerdo, sabes Michael, eres una persona muy previsora”, dijo ella dándole un beso en la cima de su cabeza, y pasando las manos por su pelo, desde que él estaba agachado delante de ella curándola la herida.

 

“Como está la muñeca”, intento cambiar de tema él, no le gustaban los elogios, no le hacían cómodo.

 

“Muy bien, la muñeca está muy bien, casi no me duele, solo al hacer algunos movimientos”.

 

“Bueno, tendremos que dejar la muñequera adelante” dijo él terminando de poner mercuro cromo en su herida, y quitando el sobrante con una gasa. “Esto ya está”.

 

“Gracias” dijo ella mientras el se levantaba.

 

“Cuando quieras” le respondió él, besándola la punta de la nariz. “Ahora, vamos, a vestirse que tengo hambre”.

 

A los diez minutos, ya estaban dispuestos a irse. Michael vestía pantalones vaqueros,  una camiseta lisa en color verde oscuro, una chaqueta atada alrededor de su cintura, y deportivas, su pelo estaba despeinado, con unos rizos hacia delante. Nikita vestía unos vaqueros de cintura baja, con la camiseta azul corta, la chaqueta como Michael, atada a su cintura, sus deportivas, el pelo en una coleta y su bolso en bandolera atravesando su pecho, hacia un lado. Ambos hacían una pareja magnifica.

 

“Lista?”, Le preguntó él admirándola.

 

“Si” fue la única respuesta que pudo articular ella, ante tal vista maravillosa.

 

Ambos salieron a la calle después de dar los buenos días a Cloud, en realidad ya era tarde para eso, puesto que casi eran las doce de la mañana, siempre les ocurría lo mismo cuando estaban en la misma cama, dormían tan a gusto que siempre se despertaban tarde.

 

Hacia un día espléndido, incluso mejor que el día de antes.

 

“Bueno, vamos a comer algo, tenemos tiempo todavía”, comentó Michael, “que te apetece?, desayuno continental, con huevos, bacon, y lo demás o tostada o croissant, tu decides”

 

“ Umm, creo que tostada”

 

“Bueno, hay una cafetería cerca de aquí, vamos”.

 

Comenzaron a caminar despacio calle abajo, cogidos de la mano, como dos ciudadanos normales, sin nada que temer, que no tienen que estar mirando constantemente su espalda.

 

“Michael”.

 

“¿Sí?”.

 

“¿Ellos donde creen que estamos?” Al decir ellos, no hacia falta especificar a quien se refería, él la entendió perfectamente, ellos eran la Sección.

 

“en tu apartamento”

 

“Pero, ¿no le tendrán vigilado?”

 

“si, probablemente, pero con la ayuda de Birkoff estamos seguros, hace tiempo creó un programa de simulación virtual en 3D del que solo él, Walter y yo sabemos, bueno ahora tu también, que nos hace parecer que estamos allí”

 

“Ah si, ¿y cuantos más secretos tenéis guardados vosotros tres?”

 

“Algún que otro” le respondió él con una sonrisa. “Hemos llegado”.

 

Era una cafetería pequeñita, muy acogedora. Caminaron dentro y se fueron a la ultima casilla.

 

Llegó el camarero, “buenos días”

 

“Hola” contestaron los dos a la vez.

 

“¿Que van a tomar?”

 

“Un café con leche y un té verde, y dos tostadas” le respondió Michael.

 

Cuando se alejó el camarero comenzó a decir Nikita. “Bueno, ¿me vas a contar lo que habéis averiguado?. Porque espero que el que me hayan disparado haya servido para algo”

 

“Si, hemos descubierto algo” le dijo Michael y se cayó como volvió el camarero con su pedido, para luego seguir cuando este se fue, ”las transmisiones eran desde dentro, de una sala común. Conseguimos la terminal, vimos las grabaciones, Birkoff descubrió que estaba conectada a otra terminal. Y yo creo que debe estar conectada a alguna otra, es decir, un entramado para intentar perdernos y que no podamos seguirla. Walter vio las huellas y se reconocían las de cinco personas. Entre ellas las tuyas”. Acabo su discurso Michael.

 

“¿¡Que!?” dijo ella asombrada, “Michael, yo nunca voy a las salas comunes, tu me pusiste en la sala z, no creerás que yo...”

 

“Kita, tranquila, estas parloteando” le dijo él deteniéndola. “ya sabemos que no pudiste ser tu, tranquila, hemos visto las cintas”

 

“Entonces Michael, esta muy claro que van a por mí. Pero ¿que les he hecho yo ahora?” dijo ella con desesperación, con lagrimas en los ojos, intentando que Michael no la viera.

 

Michael la cogió por los hombros, dándola la vuelta, alzó su barbilla y muy suavemente puso un beso en sus labios.

 

“No te preocupes, mi niña, los cogeremos, no te pasará nada, yo lo evitaré” y la abrazó.

 

Ella se sentía segura en ese abrazo, sabia que él haría todo lo que estaba en su mano y mucho mas para que no la pasara nada.

 

“Venga, comamos y procuremos pasar este día lo más tranquilo posible, ya nos preocuparemos mañana”.

 

Tomaron su desayuno en silencio, pero en un silencio apacible, no tenso, únicamente disfrutando de la compañía y una buena comida.

 

“Esto esta buenísimo”.

 

“si, son las mejores tostadas de todo París”

 

“Van a ser las doce y media, vámonos. No quiero llegar tarde”

 

Fueron paseando despacio por el parque, a esas horas ya lleno de niños y excursionistas y parejas como ellos paseando su amor, cogidos de la mano.

 

A la hora señalada, ya estaban esperando Walter y Birkoff en el lugar indicado. En el momento que los vio,  Michael soltó la mano de Nikita y su actitud cambió completamente, al conocido hombre frío de la sección. Lo que hizo enfadar a Nikita. Iba a tener una charla con él después de la reunión, por supuesto. No podía ser cariñoso y atentísimo con ella y luego, cuando no le conviniera, dejarla tan fríamente, ella no era una muñeca que coger y dejar cuando le apeteciese. Aunque, en el fondo, Nikita sentía que eso no era lo que había pasado.

 

“Eh! Nena” se saludo por Walter, dándola un beso en la mejilla. “¿Cómo estas?” “Uhh! No me contestes, ya veo que estas estupenda”.

 

“Walter, tú sí que estas bien”

 

“No lo dudes, preciosa, ¿quieres que te lo demuestre?”

 

“no Walter, no hace falta, me lo creo”

 

“Michael”

 

“Birkoff”

 

“hola Birky”

 

“Nikita, ¿cómo estas?”

 

“mejor, mucho mejor”

 

“Bien, ¿qué tenemos?” Cortó toda la charla Michael.

 

“Ya sé cual es la terminal JP6498. Pertenece al nivel 40, programación. Si no me mires así, sé que parece extraño que algo salga de allí o que alguien entre, pero se ha hecho, lo he comprobado muchas veces”.

 

“¿Has conseguido las cintas de ese nivel?” Preguntó Michael.

 

“Si claro, en ellas vemos a todos los de programación, todos pasan por esa terminal, absolutamente todos.” Le contestó Walter.

 

“¿Y en ese minuto?, ¿Quién estaba allí?” Preguntó esta vez Nikita adelantándose a Michael.

 

“Había dos personas en esa terminal, Henffo y Rion. Y en la terminal de la sala común, Wallace.”

 

“Bueno, entonces tenemos a Henffo, Rion y Wallace.” Remató Michael.

 

“Si, pero lo curioso de estos tres, es que no se conocen, ni han tratado nunca entre si y no he relacionado nada con Nikita excepto a Wallace, que fue en una misión en el equipo que os apoyaba” reconoció Birkoff mirando a Nikita como para corroborar la historia.

 

“Es cierto” dijo ella confirmándolo, “no he tratado con ninguno de los tres, ni siquiera con Wallace, porque creo que al final no necesitamos el equipo de apoyo, ¿no fue la misión de Sibion?”.

 

“Exacto” dijo Walter.

 

“Bueno, mándame a mi portátil los historiales. Birkoff, los echaré  un vistazo. A ver que saco” dijo Michael. Y cambiando ligeramente de tema, preguntó, “¿hay alguna sospecha de que no estamos en el apartamento de Nikita?”

 

“No, las cámaras siguen funcionando, pero nadie ha visto todavía las grabaciones” respondió el chico joven.

 

“Bueno, infórmame de quien ha accedido a las grabaciones” termino Michael.

 

“Por cierto Michael, una cosa. La grabación de la sala común, ha sido retirada del sistema, pero tranquilo” dijo al ver la cara que ponía Michael,” hice una copia cuando la vimos, así como de la sala de programación. Solo era para informarte, de que alguien se está molestando mucho para que esas cintas no aparezcan.”

 

“Muy bueno, Birkoff, muy bueno, éste es mi chico”, dijo Nikita interviniendo por segunda vez en toda la conversación, después de haber escuchado todo ávidamente, pues de esto dependía su futuro.

 

“Bien, ¿hay alguna misión en espera que nos requiera?” Preguntó  Michael a Walter.

 

“No de momento, alguna se la han pasado a los otros equipos. Pero creo que dentro de un par de días os llamaran para algo, aun no sé que es.”

 

“Bueno, entonces yo accederé a sus perfiles desde casa y los estudiaré, para ver que encuentro en común” hizo una pausa Michael para seguir de nuevo. “ Atentos a lo que ocurra dentro, a los comentarios, ahora sois mis ojos allí.”

 

 Con esto se dio por concluida la reunión. Se despidieron de los otros dos.

 

Cuando estaban lo suficientemente lejos para que no le viesen, Michael instintivamente alcanzó hacia Nikita. Pero esta se zafó de su agarro, se volvió hacia él y con un dedo acusador dijo, “ tu y yo, señor, vamos a hablar”.

 

“¡Que pasa, que cuando no hay nadie conocido alrededor me tocas, me abrazas y me besas, y cuando ves a alguien me sueltas!, No! Michael o todo o nada, estoy cansada de juegos, ellos son mis amigos, confían en mi y yo en ellos, y no van a dejar de serlo solo porque nos vean juntos. Si temes que vayan con el cuento a la sección es que no los conoces, y peor, no me conoces en absoluto, ellos me son fieles, cosa que de ti ahora mismo dudo”. Terminó ella cruzando sus brazos sobre su pecho. Cuando se le vino otra idea a la mente.

 

“Y otra cosa, que es eso de que yo miraré, yo veré que descubro, Michael, ¡nosotros!, Nosotros miraremos y nosotros descubriremos, no será de otra manera o esto acaba aquí y ahora por mucho que me duela”.

 

Cuando Nikita acabó, vio como Michael cerraba los ojos y en su cara había un halo de tristeza. ‘Maldita sea!, Lo he vuelto a hacer!’ Instintivamente, abrió sus ojos y se encontró con su mirada.

 

“Lo siento Nikita!” No utilizó Kita o mi niña, como últimamente hacia. Esto la asustó a la muerte, ¿la iba a rechazar? ¿Había sido todo otra de sus manipulaciones?

 

“De veras que lo siento”. Ella al oír esto ya estaba con las lagrimas en los ojos.

 

“Es instintivo, toda mi vida he estado luchando solo, jamás he confiado en nadie, siempre ha sido la sección o yo, yo debiendo cubrirme, protegerme, y proteger a los otros. Contigo es diferente, contigo estoy abierto, me das confianza, a solas contigo estoy vivo, pero tengo problemas con los demás. No sé confiar”

 

“OH!, Ven aquí” ella lo abrazó y lloró sobre su hombro. Al poco tiempo, cuando sentía sus lagrimas sobre su camiseta, el se desembarazó. “¿Por que lloras?”

 

“me asustaste, creí que todo era otra manipulación y que me ibas a dejar”

 

“OH!, Ven aquí” esta vez él la abrazó a ella. “Dios, siempre está así entre nosotros y no me gusta!” le habló él al pelo, “debemos aprender a confiar en uno en el otro”

 

“Dirás mas bien, que yo aprenda a confiar en ti” le dijo ella en tono triste.

 

“No, ambos, nosotros. Es lo que has dicho antes, a partir de hoy, no hay tú o yo, hay nosotros” y con eso dio por terminada la discusión, con un beso.

 

“Ahora, vamos a pasar un día tranquilo y relajado”  dijo él cuando terminó el beso.

 

“Si, plantaremos la manta, compraremos bocadillos y oiremos a los críos jugar alrededor nuestro y a los demás pasear y no haremos nada mas que mirar sin preocuparnos de nada” dijo ella entusiásticamente.

 

“Si es lo que quieres, así será”. Le respondió él contagiándose de ese entusiasmo.

 

“Vamos entonces”.

 

Se acercaron a una pequeña tienda de esas que hay en las ciudades, donde puedes encontrar de todo. Allí compraron una manta y un set de picnic, con platos, vasos y cubiertos. En ese mismo lugar encontraron la comida también.

 

Una vez con todo, estuvieron paseando por el parque, para encontrar un sitio donde pudieran estar tranquilos, sin llamar la atención de nadie, que les permitiera estar relajados y con anonimato.

 

Lo encontraron después de un rato, estaba junto al río, entre sol y sombra, debajo de un árbol. Lejos de todos, pero con una gran vista de todo el parque.

 

Allí plantaron el pandero y se sentaron dispuestos a disfrutar su día juntos, y a disfrutarse entre si.

 

“Michael, conoces todo de mí” empezó Nikita mientras se sentaba entre las piernas de Michael con su espalda apoyada en su pecho y jugando con sus manos. “Pero yo sé muy poco de ti”.

 

“Kita, sabes mas de lo que crees, me conoces mejor que nadie”.

 

“Si, pero no sé que haces en tu tiempo libre, cuales son tus aficiones, cual es tu música favorita, tu color favorito, cosas así”.

 

“Bueno, pues pregunta”.

 

Nikita se dio la vuelta, “¿este va a ser el juego de las veinte preguntas?” Dijo ella montándose sobre sus muslos y acariciándole la cara.

 

“¿Por que no?, Dispara”.

 

A esto ella levantó una ceja, “ de acuerdo, mala opción de palabras”, dijo él con una mueca cuando se dio cuenta de lo que había dicho. “Pregunta”.

 

“Bien, veamos. Empecemos por una sencilla. ¿Cuál es tu color favorito?”

 

“azul, como el tuyo”

 

“Ah, Michael, el mío no es el azul” dijo ella negándolo con la cabeza.

 

“Ah, ¿no?” dijo él extrañado, “¿entonces cual es?”

 

“Verde”. Esto provocó un levantamiento de cejas por parte de Michael.

 

“si, es cierto, es el verde”

 

“ ¿Y desde cuando?” Dijo él acariciándola la cara.

 

“Desde que te conocí” dijo ella con los labios casi pegados a los suyos. Pero sin tocarle. “Sabes, yo pensé que tu color era el negro”.

 

“¿Porque dirías eso?” Preguntó él con una sonrisa en su cara.

 

“Vale, lo del color ya está, siguiente.” Dijo ella con una sonrisa. “ A ver, sé que tocas música, pero ¿que tipo de música te gusta?”.

 

“de todo, me gusta todo tipo de música, depende del momento”

 

“¿También tocas cualquier  tipo de música?”

 

“Sí claro”

 

“¿Incluso heavy?” Dijo ella extrañada y con una sonrisa.

 

“pues claro, adoro a AC/DC”

 

“Extraño” dijo ella acariciándole la mano y entrelazando sus dedos con los de él.

 

“¿Por que?”

 

“No das el tipo de persona que le gusta el heavy”

 

“Ah, ¿no?, piensa, pelo largo, color negro...”

 

“no Michael, sabes a lo  que me refiero, tienes ese aire de intelectual, te inclinas mas hacia la poesía, música clásica, cosas así”

 

“También me gusta la poesía, Kita, en este mundo hay que conocer de todo, nunca sabes cuando va a terminar y menos nosotros con nuestro tipo de vida”.

 

“Punto tomado. Sigamos... ¿Qué lectura además de poesía?”

 

“Misterio, terror, no sé..”

 

“¿Romántica?”

 

“¿Por que no?, Si es buena” respondió él.

 

“¿Erótica?” Preguntó ella con un guiño.

 

“De vez en cuando” dijo él en un tono juguetón.

 

Así siguieron buena parte del día. Conversando, casi siempre sobre Michael, pero lo importante es que estaban comunicando y no solo en el ámbito intelectual, sino también al nivel físico, no dejaron de tocarse, abrazarse, incluso besarse sin ninguna inhibición, como una pareja mas, podían ser toques lentos, casi imperceptibles, sensuales, como apasionados, tan ardientes que generaban fuerzas y energía a su alrededor.

 

Comieron despacio, cuando les vino el hambre, se alimentaron mutuamente. Incluso tuvieron una siesta corta uno en los brazos del otro.

 

Se pasaron todo el día así, tranquilos, amablemente no interrumpidos por nadie, ni siquiera la Sección.

 

Había ratos de silencio, en los que Nikita sostenía a Michael por su regazo, acariciándole el pelo, la cara. Y en los que Michael sostenía a Nikita, también esta en su regazo, haciendo las mismas cosas que ella.

 

Era una especie de terapia, por lo que habían pasado y para lo que les quedaba por pasar.

 

Cuando ya llegó la tarde, casi anocheciendo, decidieron levantar el “chiringuito”. Y fueron paseando tranquilamente hasta el ático. Donde Michael iba a preparar la cena.

 

 

“Mmm, eso empieza a oler estupendo” le dijo ella entrando en la cocina después de ducharse. “¿Que es?” Preguntó atisbando por detrás del hombro de Michael.

 

“Ya lo veras” le contestó él poniendo la tapadera a una cacerola.

 

“¿No una pista?” Le dijo ella al oído, besando sutilmente su lóbulo y bajando a su cuello, dándole pequeñas mordeduras y pasando sus brazos por su pecho e intentando entrar en contacto su piel a través de su camiseta.

 

“No”, le dijo él cogiéndola las manos dándose la vuelta y uniendo sus labios a los de ella.

 

“ahora, lárgate de mi cocina, pequeña bribona”

 

“vaaale, pero no digas que no lo he intentado” le dijo ella, pasando con su sonrisa de niña malcriada a la sala principal.

 

Había un fuego en la chimenea, y ella fue hacia el buenísimo equipo de música de Michael, para seleccionar algo que ambientara el momento, algo tranquilo y sosegado, pasó por la colección de discos que Michael tenia en una estantería que ocupaba toda una pared  y encontró lo que estaba buscando, música de guitarra.

 

 

MUSICA DE JOSE LUIS ENCINAS  (DUENDE)

 

De repente, allí encima de una mesa grande de madera, lo vio, era el portátil de Michael, estaba encendido y estaba bajando el correo que Birkoff los había mandado con los archivos de los agentes sospechosos. Y la cruda realidad la cogió y la volvió a poner en su sitio. Por mucho que hubiese sido un día maravilloso junto a Michael, ambos pertenecieron a un mundo del que no podían escapar ni salir, y que si no tenían cuidado les podía tragar, y para colmo, alguno de ese mundo la estaba dando caza sin ningún motivo aparente.

 

Pero ahora, había una nueva determinación en ella, no se dejaría ganar fácilmente, podía ser la presa, pero con la ayuda de sus amigos y de este hombre que se había abierto a ella de una manera tan especial, podría convertirse en el cazador.

 

Así que se sentó delante del portátil, y comenzó a estudiar los archivos que el chico mas joven había mandado, ignorando completamente la música melodiosa que recorría la habitación, y poniendo los cinco sentidos en lo que estaba leyendo.

 

Así la encontró Michael después de un rato, cuando salió de la cocina para poner la mesa, y para decirla si quería  algo mientras se terminaba la cena.

 

Tal era el grado de absorción que ella tenia en lo que estaba haciendo, que no lo vio, o más bien lo sintió hasta que él estuvo detrás de ella y la habló al oído.

 

“¿Has encontrado algo, mi niña?”

 

“Algunas cosas en común” dijo ella frotando su cuello que estaba tenso, “pero no tiene nada que ver conmigo”.

 

“Bueno, déjalo para luego” le dijo él mientras ponía sus manos alrededor de su cuello y hombros y procedía a darla un ligero masaje. “Vamos a cenar”.

 

Entre ambos pusieron la mesa, y Michael trajo la comida. Eran pechugas de pollo con verduras y frutos secos.

 

“esto está de muerte, Michael, es exquisito”

 

“gracias”

 

“¿Cómo es que sabes cocinar tan bien?” Comentó ella entre bocado y bocado, “aparte de las lecciones de la Sección, yo no sé hacer mucho más”.

 

“Tomé clases de cocina en la universidad, era una manera de enfocar la energía. Al principio en la Sección lo olvidé un poco, pero luego comencé otra vez, me ayuda a relajarme y desconectar”. Le dijo él mientras comía.

 

“Y, ¿haces algo mas para relajarte?” Dijo ella sabiendo que esa palabra, significaba y significaría mucho para ellos, desde la misión de Joaquín Armel.

 

“si, medito, escribo, toco música, pinto...”

 

“¿Pintas?” Le interrumpió ella con asombro.

 

“Si” fue lo único que le contestó él.

 

“Sabes Michael” le dijo ella apuntándole con el tenedor, “me estoy preguntando, ¿qué estudiaste en la universidad?”

 

“Ingeniería química, ¿porque?”

 

“porque haces muchas cosas que no tienen que ver con eso, ni con fabricar bombas, mas bien eres un artista”

 

“Kita, para fabricar bombas, también hay que ser un artista, ahí tienes el ejemplo de Walter”.

 

“Si, pero tu tienes esa sensibilidad. No sé, haces cosas muy distintas para ser...” y se calló como su boca iba a decir algo que sabía que le podía herir.

 

“no te calles, dilo, para un asesino” le dijo él, “eso es lo que soy, mi niña, no lo neguemos”

 

“Bueno Michael, entonces yo también lo soy, soy una asesina”. A la mirada de horror que vio en la cara de su amante ella añadió, “lo ves, tu no me ves a mí como una asesina, pero tú si que te ves, y los dos sabemos que tu y yo hacemos lo mismo”, a su mirada con problemas siguió argumentando ella, “Michael, nosotros hacemos lo que tenemos que hacer para sobrevivir, eso me lo enseño mi mentor, si no matamos, estaríamos muertos, así que quítate esa idea que tienes en tu cabeza sobre ti”.

 

Después de unos momentos en que permanecieron ambos en silencio, comiendo y asimilando lo que había pasado entre ellos, Nikita quiso cambiar de tema y alumbrar el momento.

 

“Michael, esto estaba buenísimo, tienes que enseñarme a cocinarlo”.

 

“Cuando quieras. Ahora el postre” dijo él levantándose agradecidamente sabiendo lo que ella estaba intentando hacer.

 

Cuando volvió de la cocina, llevaba dos cuencos, y los depositó uno a cada lado. “Prueba esto”, la dijo con expresión neutral.

 

Nikita miro dentro de su cuenco, eran, sí!, Eran frambuesas con nata. Cogió la cuchara y delicadamente comió.

 

“ummmm, están divinas”.

 

Una sensación corrió por su espina cuando la vio la expresión de puro placer que ella había mostrado.

 

 

“Michael, estaba todo estupendo” le dijo ella mientras quitaban ambos la mesa. “Creo que me toca lavar los platos como compensación”.

 

“No te preocupes, ya lo hago yo” le dijo él en tono serio.

 

“Bueno, pues entonces yo seco, tu decides, lavar o secar”.

 

“Esta bien, coge ese paño”.

 

Cuando acabaron pasaron a la sala principal donde la música seguía oyéndose. Se sentaron delante del fuego, en el suelo, con sus espaldas contra el sofá.

 

Michael cogió el portátil y con él en su regazo, ambos comenzaron a revisar los perfiles de los sospechosos.

 

Estuvieron casi tres horas inmersos en el trabajo, por lo menos Michael. Cuando en un momento dado levantó la vista del ordenador, vio a Nikita, recostada contra los cojines del sofá, dormida.

 

Con una sonrisa en su cara, Michael puso un cojín en el suelo, al lado de la chimenea y la tendió allí, tapándola con la colcha que tenia el propio sofá, y él siguió trabajando.

 

La verdad es que era frustrante, porque no había nada en común entre los tres de ellos, por tantas veces como había leído esos archivos, ya se los sabia de memoria. Algunos habían estado en misiones con Nikita, pero no había pasado nada, todo era normal, no había ninguna conexión, o por lo menos el no la veía, por mas vueltas que lo daba.

 

Estaba frustrado y tenso, y comenzaba a tener un dolor de cabeza, sabia que las cosas se iban a poner peor, necesitaba encontrar algo y rápido para proteger a su ángel.

 

 

 

En ese momento, él la miró, y se encontró los ojos luminosos que lo miraban a su vez. Y la temperatura y electricidad en la sala aumentó  extremadamente.

 

Dormir contigo, es el camino mas directo al paraiso

Sentir que sueñas mientras te beso y las manos te acaricio

Dormir contigo, es navegar en una estrella hasta el espacio

Es embriagarme con el susurro de tu hablar tierno y despacio

 

Michael dejó el portátil a un lado, se puso a cuatro patas y se acercó a ella sigilosamente, como un felino.

 

Cuando llegó a su altura, la miró y muy despacio unió sus labios a los de ella, con solo una rozadura. Inmediatamente, ella abrió su boca para ahondar en esa beatitud, hasta que los dos tuvieron que parar para   tomar aire.

 

Dormir contigo, es conocer la dimension que tiene un verso

Sentir que duermo, y al mismo tiempo conocer el universo

Dormir contigo, con tu cabello acomodado aquí en mis brazos

Y el terciopelo que me brinda tu regazo

Que maravilla dormir contigo

 

Michael acariciaba su cara, desde la frente hasta su barbilla, delicadamente, comenzó a besar por donde habían pasado sus dedos. Su oreja, su lóbulo, mordisqueándolo despacio, lo que sacó un gemido no se sabe muy bien de cual de los dos.

 

 Dormir contigo, con la ilusion de que despertare mañana

Con el calor de un nuevo dia en la ventana

Fue algo hermoso amor, dormir contigo

 

En la mente de Michael ahora no existía nada mas que la belleza aplastante que tenia delante de él. Debía de ser suya y él debía de ser de ella, ahora mismo, en ese momento, allí y ahora.

 

Dormir contigo, con tu cabello acomodado aquí en mis brazos

Y el terciopelo que em brida tu regazo

Que maravilla, dormir contigo

 

Michael siguió acariciándola con ligeros besos, su pómulo, su nariz, su barbilla, donde la mordió muy, muy despacio y luego la refrescaba la piel con pases de su lengua y labios, creando sensaciones increíbles en ella, que se expresaban a través de pequeños gemidos de placer, que le hacían desearla mas. Quería estar con ella, dándola la máxima expresión de su amor, descargando en ella una y otra vez su ímpetu, su deseo de llevarlos a tal placer que no pudieran resistirse ambos.

 

Dormir contigo, con la ilusion de que despertare mañana

Con el calor de un nuevo dia en la ventana

Fue algo hermoso amor, dormir contigo

 

Continuó con sus suministraciones, mientras sus brazos y manos se sentían libres, tenían vida propia, intentando despojar su ropa.

 

Michael cambió para bajar hacia su cuello. Cuando sus labios se encontraron por primera vez con su piel cremosa de la juntura entre la clavícula y su cuello, donde la arteria palpitaba con un ritmo acelerado, Michael claudicó ante la tentación y emitió sus dientes, para dejarla una marca.

 

En ese momento, Nikita se sintió transportada hacia el infinito, y si este era el principio, como sería al final.

 

Ella era todo sentimientos, ningún pensamiento coherente podía salir de su boca  en ese momento. Pero Michael no era contrario a ella, él estaba en un estado parecido solamente viendo que la podía traer tal placer únicamente con su boca.

 

“OHH... OHH. Mas....Michael.....mas” decía ella entrecortadamente.

 

“Si..... mi niña, siéntete. Si, así” Michael la decía mientras había empezado a desnudarla lentamente.

 

Durante un tiempo, únicamente se oía en todo el ático, una serie de suspiros y gemidos, y pequeñas frases como cuchicheos y deseos, unidos a alguna melodía que salía de las paredes.

 

 

AMO LA COSTURA DE TU FALDA

AMO LA ESTRUCTURA DE TU ESPALDA

 

“Si... eso es. mi niña....eso es....así......ven, ven”

 

AMO LO QUE VES Y LO QUE TOCAS

AMO LO QUE VES Y LO PROVOCAS

 

“Tu conmigo. Mi vida.....por favor.....tu conmigo”.

 

AMO TU FRIALDAD ANTE LA VIDA

AMO TU VERDAD AUNQUE ES MENTIRA

 

Cuando de repente los dos cuerpos se volvieron uno, entremezclándose, transportados al infinito y  ese poder que sintieron fue tan estremecedor en su beatitud que dos lagrimas corrieron debajo de las caras de ambos amantes. Sin ninguno sonido mas que la melodía que continuaba sonando.

 

AMO MUCHO MÁS QUE TU BELLEZA

TE AMO SI TE VAS O SI REGRESAS

 

AMO LA CICATRIZ DE TU RODILLA

Y ESE LUNAR GRIS EN TU BARBILLA.

 

Después ambos se quedaron dormidos en sus brazos, Michael sobre el corazón de Nikita.

 

Había sido maravilloso, una experiencia increíble.  Esta noche había sido más espiritual que otra cosa, ellos sabían que podían haber sido pasionales, de hecho, sus anteriores uniones lo habían sido, muy corporales y físicas, dada la incertidumbre que ellos sentían en sus vidas, todo había sido fuego y pasión sin limites, como dos animales hambrientos el uno del otro, pero esta vez, habían subido a cotas increíbles, había sido una experiencia casi mística. Por describirla de alguna manera.

 

A la mañana siguiente, Michael estaba dormido profundamente sobre Nikita, en la posición en que había caído al final, sin haberse movido en toda la noche.

‘Parece tan joven’ pensó Nikita que se acababa de despertar con él en sus brazos.

 

Hacia tiempo que el fuego y la música se habían extinguido y comenzaban a entrar rayos de sol por las ventanas, y le daban en su magnifico pelo, sacando tonos cobres.

 

Ella pasó tiernamente una mano por esos rizos maravillosos, su pelo parecía de seda. Esto saco un suspiro de Michael que aun permanecía dormido, oyendo el latido de corazón de Nikita, como un mantra.

 

Ella comenzó a acariciar su cara, sus cejas, sus pómulos, nariz, labios, y volvió otra vez al pelo. Quería verle esos dos faros verdes, que anoche la miraban con tanta devoción y deseo.

 

“mmmphmm” gruño él cuando comenzaba a despertarse.

 

“Dormilón” susurró ella dándole un beso en la cima de su cabeza.

 

Él comenzó a abrir sus ojos lentamente, volvió su cara hacia el lugar donde estaba su corazón y puso un tierno beso allí. Lo que hizo saltar erráticamente el latido de Nikita.

Luego alzando su  cara, sin abrir sus ojos, buscó los labios de ella y la besó profundamente.

 

“Buenos días” dijo él con un acento profundo todavía de estar adormilado.

 

“Hola” dijo ella todavía jadeante del beso. “¿Cómo te sientes?”

 

“Estupendo, ¡y tu?” Dijo él con preocupación en su rostro, al no saber a que había venido la pregunta.

 

“Mm, bien”

 

“¿Por qué has preguntado?” Le dijo Michael queriendo saber que había pasado por la mente de Nikita para plantear esa pregunta.

 

“No, por nada” quiso no darle importancia.

 

“Eh!, Mi niña, ¿qué es?”

 

“es que, las otras veces, cuando te despertabas, te veía tan culpable, tan inseguro de ti, que he sentido ansiedad para saber que sentías ahora”

 

“OH! Dios!” Dijo Michael besándola, “ no, cielo, esta vez no es así, no creo que me haya sentido así en la vida. Pero, cher, las otras veces no me sentía culpable por haber hecho el amor contigo, me sentía culpable de lo que sentía por ti, dada las circunstancias en las que me encontraba”

 

“¿Cielo? ¿Cher?” Dijo ella en un tono juguetón, intentando cambiar el humor de la situación. “Michael, mi vida, sigue utilizando lo de mi niña, me gusta más”.

 

Esto sacó la carcajada de Michael, a la que se unió la de Nikita.

 

“Como quieras, mi niña” esto ultimo lo dijo en un tono tan apasionado que sacó un gemido de ella.

 

“Bueno”, dijo ella después de estar mirándose entre si acaloradamente durante varios minutos, “¿qué planes tienes para hoy?”

 

“Umm, ¿quedarnos aquí así sin hacer nada?” Inquirió el humor raro de Michael.

 

“Venga” dijo Nikita riéndose y dándole un pequeño golpe en el brazo.

 

“no en serio, no tengo ningún plan”

 

“Bueno, pues ¿qué se te ocurre?, tengo ganas de salir”

 

“Veamos, lo único que se me ocurre”, dijo Michael pretendiendo pensar, “es  renovar mi vestuario. ¿Te apetece ir de compras?”

 

“Pues claro” dijo ella en tono de fingido enfado, “eso no se lo tienes que preguntar dos veces a una chica”.

 

“¿Chica?, Yo no veo aquí a ninguna chica” le contestó él en fingido asombro.

 

“Eh!, Entonces yo que soy, no creo que tuvieras quejas de mí siendo una chica anoche!”

 

“Tú eres una mujer maravillosa” le dijo el apasionadamente “definitivamente no una chica” terminó besándola.

 

“Bueno, y ¿qué quieres comprar?”

 

“No sé, algo, con tal de sacarte de aquí, ¿no es lo que quieres?”

 

“De acuerdo, Michael, iremos de compras, pero con una condición” le dijo ella muy seria.

 

A la pregunta que vio en la cara de Michael, con las cejas levantadas, contestó.

 

“que compres algo que sea de otro color que negro”

 

“Calcetines” respondió rápidamente él.

 

“no” respondió ella, además de con un movimiento de su cabeza, “algo que se vea mas”

 

“boxers”

 

“Eso también, pero algo mas” apretó ella.

 

“Ya veremos” le contestó él, como dejando caer el tema.

 

“No”, ah, ah, negó ella con la cabeza, “ahora, lo prometes o yo no voy”.

 

“de acuerdo, pero no mucho color”

 

“Eso es algo que me gustaría saber, ¿porqué siempre negro?, Aquí te he visto con otras cosas, fuera de la sección te pones, vaqueros, camisas blancas, camisetas. Pero ahora estas  siendo reticente a comprar cosas de color, ¿por qué?”

 

“Kita, esa ropa que me vistes, era vieja, de hace mucho tiempo, que solo la utilizo para estar en casa, de acuerdo, no me mires así, ayer en el parque también la utilicé, era una excepción, míralo solo como eso”.

 

“Bueno, pues gracias por hacerme una excepción” dijo ella besándole.

 

“Kita, tu siempre serás una excepción en mi vida” la contestó él besándola esta vez.

 

“Bueno, creo que será mejor que nos levantemos, porque si sigues así no creo que vayamos muy lejos”. Dijo ella picaruelamente.

 

“Prosigue, utiliza el baño mientras yo recojo esto. Luego voy yo al baño del dormitorio de invitados”.  Dijo él mientras se levantaban. Cuando se dio cuenta de lo que había dicho, supo que había metido la pata.

 

“¿Dormitorio de invitados?, ¡MICHAEL!” Le dijo ella en tono acusador y enfadado, “¡me has dejado dormir en tu dormitorio estos dos días, teniendo un dormitorio de invitados, teniendo otra cama!” Esto lo decía mientras se iba acercando a el con un ceño en su cara.

 

Michael ya estaba preparado para una disculpa y cualquier excusa que se le viniera a la mente, por tonta que fuese, cuando.

 

De repente, todo cambió. Apareció una sonrisa en su cara y lo besó.

 

“Gracias por hacerme tan especial”, le dijo ella y se alejó en toda su desnudez, hacia el dormitorio principal, para usar el baño. Dejándolo allí de pie desconcertado.

 

Con un golpeteo rápido de cabeza de un lado a otro, intento despejarse del aturdimiento en que le había dejado.

 

Esta mujer le sorprendía cada vez más. En vez de una rabieta, ¡le había besado!, OH, como la adoraba!.

 

Una vez que había acabado de recoger, vestirse y arreglarse, procedió a hacer el desayuno. En eso estaba cuando dos manos lo pasaron desde atrás, agarrándole la cintura y posándose en su estomago, entre los botones de su camisa.

 

“Guapo”, le dijo ella dándole un beso en el cuello.

 

“umm, eso huele muy bien” le dijo atisbando por encima de su hombro, “¿qué es?”

 

“Una tortilla, con queso y jamón” dijo él cogiéndola una de las manos que estaban vagando sobre sus abdominales haciéndole cosquillas. Y llevándosela a su boca, besó sus nudillos.

 

“Anda, haz algo de provecho y pon la mesa”, sabia que si no la sacaba de allí, con las sensaciones que sus manos estaban creando en su cuerpo, iba a estafar toda su ropa en ese momento y no se responsabiliza de lo que pudiera pasar, por el estado al que le estaba trayendo, y por supuesto, no habría ninguna salida hoy.

 

Pero ella lo sabia, por supuesto que sabia lo que le estaba causando, desde que él tembló imperceptiblemente cuando le pasó las manos por su cintura y le besó el cuello.

También porque ella se sentía igual, había sido muy excitante verle allí cuando había entrado en la cocina, tan domestico y familiar, haciendo simplemente una tortilla. No había podido resistirse.

 

Desayunaron entre besos y pequeñas caricias, y se fueron a comprar.

 

“Vamos al centro” le dijo él cuando salieron a la calle.

 

“Michael, casi estamos en el centro”

 

“no, me refiero a los Campos Elíseos y a la Place Vendomme”

 

“Tu veras, mi vida, es tu dinero”, le dijo ella con una sonrisa, al ver el entusiasmo de él.

 

 

Caminaron por las calles de París, a esas horas atestadas de gente. Fueron como una pareja normal, agarrados de las manos, a veces abrazados, otras únicamente uno al lado del otro. Viendo escaparates de tiendas, dando su opinión de lo que vieron.

 

“eso parece bonito”

 

“no, me gusta mas eso”

 

“eso te quedaría bien”

 

“¿Tu crees?”

 

Levantaron alguna expectación entre dependientes y clientes de diversas tiendas en las que entraron, tanto del genero masculino como del femenino.

 

Parecían tan jóvenes, tan enamorados y tan guapos, dando su opinión abiertamente del gusto del uno y del otro, sin pensar si se hicieran daño o no, siendo sinceros con lo que iban a comprarse, no como otras parejas, que pasaban a menudo por allí, que por no intentar herir los sentimientos del otro, iban con medias verdades. Pero no estos dos, daban su opinión, pero no se quedaban en eso, a veces su toque sobre la prenda en cuestión que el otro se estaba probando, había sido muy cómodo, muy familiar, como si se conocieran de toda la vida, y esto era cómodo para ellos, pero no para los demás en esas tiendas, eran toques inocentes para ellos, pero muy sensuales para los demás que los veían, como cuando Michael ayudó a Nikita a probarse unos zapatos, agachándose ante ella, cogiéndola el tobillos, y masajeándolo antes de ponerle el zapato. O como Nikita había pasado su mano por la espalda de Michael cuando el se estaba probando unos pantalones, o una chaqueta.

 

Pero de todo eso, ellos no se dieron cuenta, tan perdidos estaban entre si, que lo demás no importaba.

 

De repente, todo cambió cuando, en el momento que estaban pagando en una tienda, el teléfono de Michael cercó.

 

“Sí. ¿Solo?....bien” fue lo único que él dijo. “Tenemos que irnos” le dijo a Nikita que ya sostenía sus bolsas y la tarjeta con la que habían pagado.

 

“Tenemos que entrar” le dijo Michael cuando salieron de la tienda. “Vamos a tu casa, saldremos de allí para no levantar sospechas”.

 

Ella se acercó hacia la calzada, puso sus dedos en su boca y “pfiiiiiiiiiiiii”, silbó, con esto un taxi se acercó y Michael no pudo suprimir una sonrisa.

 

“Birkoff, estamos en la entrada del apartamento de Nikita, en cuanto te mande una señal con el móvil, corta el programa. Si, ya lo sé.....es difícil, lo sé.......habla con Walter a ver que podemos hacer.  AH Birkoff, dile a Meg que Nikita va a una revisión, pero que yo hablaré con ella antes” y colgó.

 

A la pregunta que vio en Nikita, cuando ella levantó una ceja, la respondió, “ no me mires así, no vas a salir al campo”. Y cogiendo las llaves del apartamento abrió la puerta y entró, seguro de que el programa de Birkoff seguiría hasta que estuviesen preparados para salir.

 

Una vez listos, y cuando iban a salir, Michael, que ya había cambiado su ropa, por el uniforme negro que él llevó normalmente en la Sección, se dirigió a ella.

 

“llevamos tu coche”

 

“Venga, vámonos” dijo ella cogiendo las llaves del coche.

 

“Espera, dame las llaves” dijo él en un tono serio.

 

“¿Por que?” Dijo ella enfadada todavía, porque él decidió ya todo sin decirla algo primero, lo de ir a ver a Meg, luego lo de la misión, y ahora lo del coche.

 

Michael, comprendiendo su tono, y que esa pregunta era mucho mas que para una única cosa, la respondió.

 

“Kita, si quiero que te quedes en la Sección, será mejor que no te vean llegar conduciendo, ¿no crees?”

 

“Vale, pero ¿porque quedarme en la sección?, ¿no estaría más segura a tu lado?” Era un argumento ganador, desde luego.

 

“Mi niña, si van a por ti, serás un blanco fácil en una misión, además quiero llevarme a dos de ellos, para quitar posibilidades, si cogemos al tercero, de lo que sé esta ocupando Walter en este momento, tendrás que interrogarlo para ver lo que sacas de él”.

 

“¿Yo?, Michael, ¿estas seguro?”

 

“Claro, sabes que eres la única en quien confío, mi niña, no te quiero allí fuera, quiero que cuando vuelva, estés allí, esperándome sin que nada te haya pasado, ¿no puedes entenderlo?, Me moriría si te pasara algo” y con este argumento la abrazó contra él con fuerza. Él tenía miedo, y a su manera, lo acababa de admitir.

 

Con esto, Michael llamo a Birkoff, y salieron del apartamento, cogiendo el coche y dirigiéndose a la sección.

 

Cuando bajaron en el ascensor, Michael, sutilmente, la acarició la mano con el dorso de la suya como para darla ánimos y dárselos a si mismo también.

 

Se abrieron las puertas y un mundo diferente del que habían sido participes durante estos días, apareció ante ellos, todo parecía en calma, pero con el trasiego normal de personas, siempre fluido, que llegaban y salían, que tenían diferentes misiones y cometidos dentro de esta fortaleza subterránea.

 

“Vete a Walter, organiza una reunión, para... digamos dentro de media hora, mientras voy a ver de que va la misión, luego me dices el lugar de reunión”.

 

Se dirigieron al suelo principal. En el momento en que les vio, Birkoff, dijo. “Michael, Madeleine quiere verte”. “Hola Nikita”.

 

“hola Birkoff”

 

Michael se dirigió hacia la oficina de Madeleine

 

Desde las alturas de su oficina, Operations observaba a todos, vio la llegada y salida de los agentes anónimos que iban y venían, y nada cambiaba en todos los años que llevaba allí. Bueno, algo si que había cambiado, se notaba en la atmósfera. Era Nikita, la que había entrado en la parte principal de la sección, había un cambio sutil, pero un cambio en si, en la manera de comportarse de los demás, como si recobraran sus energías, como si entrara un poco de alegría y felicidad, un rayo de sol, en las oscuras paredes de esta para algunos cárcel. Para él, su casa durante mucho tiempo. Incluso Michael se comportaba de manera diferente con ella alrededor.

Pero claro, estos pensamientos jamás los diría en alto, jamás se los diría a nadie, ni siquiera a Madeleine. Pensar que la tenia casi cancelada, y comprobar en lo que ahora se había convertido, uno de los mejores agentes de la sección, y una pareja formidable la que formaba con Michael, ellos dos en el campo, eran invencibles, los mejores, eran letales.

Sabia que ella, estaba muy por encima de su nivel dos, como agente, había crecido desde que la trajeron, como un pillo callejero  se había convertido en la gran mujer que era ahora. La gran fuerza para él y para muchos dentro de esta organización. Y quizás debería decírselo, pero no, mejor, no se lo decía. Ahh, ese maldito dolor de cabeza volvía de nuevo.

 

“Walter”

 

“Nikita!, ¿Que tal nena?, ¿Cómo te encuentras?”

 

“Bien gracias, ya estoy mucho mejor” le contesto ella en un tono cordial. “¿Que tienes para mí, Walter?”, Se notaba que quería ir al asunto cuanto antes.

 

“Tenemos narcotizado a Wallace en el nivel 8, donde se están haciendo las reformas. Esta preparado para interrogar cuando queráis. ¿Quién lo va a hacer, Michael?” Le preguntó el hombre.

 

“No, lo haré yo” dijo ella seria.

 

“¿Tu?, ¿Estas segura nena?”

 

“Eso es lo que quiere Michael, y sí, sé que puedo hacerlo”. Dijo ella a la cara de asombro que había puesto Walter.

 

“Pero, ¿cuando lo harás?, hay una misión...”

 

“lo sé”, le interrumpió ella, “pero Michael quiere que me quede aquí, así que lo haré yo, espero que con tu ayuda”

 

“Por supuesto nena, sabes que estoy a tu entera disposición”.

 

“¿Porque eso no me gusta?” Dijo ella con una media sonrisa de resignación. “Déjame estudiar su perfil de nuevo, a ver que encuentro, ¿puedo usar tu ordenador?”.

 

“Pues claro nena, algo que necesites, yo estaré aquí preparando vuestra misión”.

 

 

“¿Querías verme?” Dijo Michael introduciéndose en el despacho de Madeleine.

 

“Si Michael, tenemos una misión, allí está tu PDA, prepara el perfil, vamos contra Fanchino” y con eso se dio la vuelta y volvió a sus plantas.

 

Era raro en Madeleine, despedirle así, abruptamente, sin un poco de juego de mente. Pero el tenia muchas cosas que hacer, así que lo ignoró y siguió con lo suyo.

 

Fue a Medlab a ver a Meg. La encontró en una habitación visitando a un paciente, así que esperó hasta que ella saliera.

 

“OH! Hola Michael. Querías hablar conmigo, ¿verdad?”

 

“si, Meg, quería pedirte un favor”

 

“Bueno, si esta en mi mano” le dijo la pequeña doctora.

 

“Tengo una misión” comenzó diciendo Michael.

 

“Y quieres que Nikita vaya en ella” le interrumpió la doctora.

 

“No!, Al contrario, quiero que se quede aquí”.

 

“Ah, bueno, eso tiene solución, no te preocupes, no la daré el alta”.

 

“gracias Meg, de verdad, gracias”

 

“Es un placer Michael”.

 

Cuando Michael estaba en su oficina preparando el perfil de la misión, llegó Nikita, entrando sin llamar como era costumbre en ella, esta era casi su segunda casa y Nikita lo vio como tal, entonces aunque a los demás les pareciese extraño, y una descortesía, no se sentía así para ella, o incluso para Michael, sabiendo que ella era bienvenida siempre a esa oficina, incluso cuando el estaba ocupado, como ahora.

 

Michael continuo tecleando unos momentos mas, y mientras tanto, codificó algo en su tablero de la mesa, dándolos retiro. Y la miraba dándola pie para que hablara.

 

“Michael, ¿ya tienes un perfil de la misión?”

 

 

“Si, lo estoy terminando, es un ataque a una estación de armas químicas en Kabul, vamos contra Fanchino” y tras una pausa la preguntó, “como esta lo demás?” Refiriéndose claro está a su asunto.

 

“Bien, está en el nivel 8. como quieres que lo enfoque?”

 

“Como tu quieras Nikita, es tu decisión, pero tendrás que hacerlo rápido, porque te quiero en táctico y comunicaciones desde aquí, junto con Birkoff, para ver si hay algo, una transmisión, debemos quien las esta haciendo, esto se pone mas peligroso cuanto mas días pasan”.

 

“Crees que hay alguien mas detrás de esos tres?”

 

“Creo que si”, dijo Michael levantándose de su silla y dirigiéndose hacia la ventana, con su mirada hacia fuera y sus manos en los bolsillos del pantalón.

 

“Entonces, si tenemos controlados a esos, el que está detrás haciendo las transmisiones, tendrá que descubrirse porque no tiene a nadie que le haga el trabajo sucio” siguió ella con ese tren de pensamientos.

 

Si claro, era brillante y simple, pero...”Michael, si yo me quedo aquí no habrá ninguna transmisión y no le cogeremos”

 

“Nikita, nadie sabrá que estas aquí hasta que estemos en el sitio y entonces será demasiado tarde, si han empezado la transmisión lo sabremos, sabremos desde donde y le cogeremos”.

 

“Michael, quien crees que puede ser?” Intentó sondearlo ella.

 

“No lo sé, mi niña” dijo él dándose la vuelta y mirándola intensamente.

 

“Yo creo que puede ser cualquiera, incluso Operations, has visto como me trata últimamente?” Dijo ella intentando aliviar la tensión en el cuarto.

 

“Nikita, te has ganado su respeto, eso es todo” o más bien lo que él quería creer. “Ahora se da cuenta de lo que algunos habíamos visto en ti, de tu potencial. Ambos sois muy testarudos y cabezotas, no dais vuestro brazo a torcer fácilmente. Le ha costado reconocerlo, pero creo que ahora aprecia lo que haces y en lo que te has convertido”.

 

“Si, ya, cualquier cosa” le contestó ella.

 

Michael sabia que era una discusión en la que nunca se pondrían de acuerdo. Ella tenia una idea fija de Operations y así seguiría. Lo que ocurría era que ahora, Michael también comenzaba a dudar de todo y todos.

 

“Bueno, donde será la reunión?” Dijo él cambiando de tema.

 

“Vamos al nivel siete” le contestó ella.

 

“Bueno, pues entonces vete a ver a Meg” dijo él volviendo a su asiento, y comenzando a teclear dándola por despedida. “La sesión de información será en media hora”.

 

“Bien, tienes aquí el perfil?”

 

“Si, estúdiatelo” le dijo él entregándola un PDA. “Tendrás que memorizarlo todo bien, no es el mismo que os daré después de la sesión de información. Si algo sale mal, serás mis oídos y mis ojos allí fuera.”

 

“Yo puedo utilizar tu sofá, mientras lo estudio?” Preguntó ella tímidamente.

 

“Siéntete libre” le contestó él sin levantar los ojos de su ordenador y haciendo un gesto con su mano hacia el sofá.

 

Durante un tiempo no  hubo ningún ruido en ese cuarto excepto el tecleo ocasional de Michael en el ordenador y una llamada de Michael a Birkoff para que convocara al resto de su equipo.

 

“Ya está Michael, gracias” le dijo ella devolviéndole el PDA, “voy ahora a ver a Meg” se despidió con una sonrisa, y caminó fuera del despacho.

 

En la sesión de información ni siquiera estaba Operations, era Michael quien la dirigió y asignó los puestos, siempre omitiendo que Nikita se quedaría en la sección.

 

Cuando acabó, cada uno se fue por su parte a prepararse.

 

A la hora señalada para su reunión, ya estaba Michael esperando en el nivel siete, llevaba puesto su atavió para las misiones, pantalones de cuero, con dos pistoleras, chaleco antibalas y cazadora, por supuesto todo negro.

Aparecieron Walter y Nikita juntos, y Birkoff un poco después.

 

“Bien, que sabemos?” Preguntó Michael, como siempre directo al asunto.

 

“Tenemos a Wallace en el nivel 8. está sedado” remitió su informe Walter, como buen soldado, y especializado en como se hacían las cosas en la sección, nada de adornos ni florituras en el leguaje, la información era la información, y la economía de palabras era esencial.

 

“Yo creo que si hay otra transmisión la podemos ubicar y creo que ya lo tendremos” respondió Birkoff, cuando creía que era su turno.

 

“Bien, si tenéis todo claro, sabed que Nikita estará aquí en la sección, llevando comunicaciones y táctico, pero nadie mas que vosotros debe saberlo. Además mientras llegamos allí, estará interrogando a Wallace, Walter ayúdala en lo que puedas. Eso será todo”

 

“Bien”, conciso como siempre Walter.

 

“De acuerdo” respondió Birkoff, ante el mutismo en su discurso de Nikita, que no había dicho nada todavía en toda la reunión.

 

Ya se iban todos cuando...

 

“Nikita”, la llamó Michael.

 

“Si” le respondió ella dándose la vuelta y dirigiéndose de nuevo hacia él.

 

En ese momento él dejó caer la mascara que siempre llevaba en la sección, alcanzó para su mano y mirando tímido hacia ese agarro la dijo, “ten cuidado” y volvió su mirada hacia sus ojos dubitativamente.

 

“Claro, mi vida” le respondió ella acariciándole la cara con el dorso de su mano. “Tu también ten cuidado ahí fuera”  terminó ella con una sonrisa.

 

“Me esperarás cuando vuelva?. Quiero que lo primero que vea cuando se abran las puertas seas tu” dijo él en un tono anhelante, entrelazando sus dedos en los de ella.

 

“Por supuesto” le contestó ella deshaciendo su agarro y abrazándolo.

 

“Tengo que irme “ le dijo él después de unos minutos de estar en su abrazo maravilloso.

 

Nikita estuvo en el almacén de Walter todo el tiempo mientras que duro la preparación, estudiando el perfil de Wallace, para ver como podía sacarle algo y tener tiempo para seguir la misión.

 

Vio desde su escondite a todo el equipo prepararse, coger sus armas y salir hacia la misión.

 

Entonces Walter apareció delante de ella, anunciándola que se habían ido y para ver si quería algo.

 

“Solo una unidad de comunicaciones, para conectarme contigo y Birkoff”. Dijo ella que ahora también había entrado en el modo de misión, como Walter había visto siempre en los agentes. “Y a Wallace en una silla, atado, con todo a oscuras, excepto una luz detrás de él, que proyecte su sombra sobre la pared que esté mirando y con un mando con el que yo pueda regularla”.

 

“Bueno, dentro de diez minutos lo tendrás todo preparado. Cuando vaya a comenzar la misión te llamaré.” Dijo él dándose la vuelta, “ah!” La interrumpió el de repente, cuando ella iba a seguir con el perfil, “como le despierto?”.

 

“Déjame eso a mí” declaro ella con una sonrisa enigmática,  había tenido una idea que quizás funcionaría.

 

Después de esos diez minutos, Nikita salió furtivamente hacia el ascensor para que nadie la viera, y se dirigió al nivel ocho.

 

En una sala desocupada, encontró a Wallace atado a una silla, con la cabeza hacia abajo, todavía dormido.

 

Se situó detrás de él, apagó todas las luces y solo dejo encendido el foco de detrás de él.

 

“Walter, voy a empezar”, le dijo a su dispositivo de comunicaciones que tenia detrás de la oreja.

 

“Buena suerte nena”.

 

Nikita le rodeó, lentamente, solo como había visto a Madeleine hacer tantas veces con sus blancos, estuviesen dormidos o no. Finalmente se paró delante de él, y comenzó a acariciarle la cara suavemente, rastreando su contorno, sus cejas, dando masaje a sus pómulos, a su cabello, acariciándolo tiernamente, pasó a sus brazos, sus manos.

Y él comenzó a despertarse con un gemido de placer.

Ella siguió acariciando su cabello, su cara, sus labios con sus dedos. Su toque era sensual, y estaba invitando.

 

“Mmmm, Nikita” dijo él después de unos momentos, todavía con sus ojos cerrados, medio dormido, por las drogas.

 

‘Aha!’ Pensó ella, ‘ así que era eso, ya te tengo’ eso era, ya sabia por donde le iba a cazar, su intuición había sido buena, pero, porque iba a por ella y no a por Michael, si lo que él quería era a ella?.

 

Se levantó de su posición, cogió la cabeza de Wallace por la barbilla  le levantó la cara y le abofeteó, eso hizo que él abriera sus ojos, en ese momento, antes de que pudiera enfocar, ella se colocó detrás, para que solo se viese su sombra.

 

Cuando él enfocó y tenia mas aclarada la cabeza, comenzó a mirar sus ambientes, vio que estaba atado de pies y manos, “pero que?” Se le escapó.

Luego vio en la pared reflejada su sombra y una figura detrás de él.

 

“Quién eres? Que quieres?” intentó él dar la vuelta a su cabeza

 

“Pero Wallace, que has hecho?” Dijo ella poniendo una voz muy triste.

 

“Nikita?” Nikita, eres tu?”

 

“Si, que has hecho para que te tengan así?” Siguió ella con su papel.

 

“Nikita, que pasa, no sé que me hablas, yo no he hecho nada!, por favor suéltame”

 

“Wallace, me han dicho que has intentado matarme”

 

“¡Que!?, No por supuesto que no, como puedes creer eso”.

 

“Has estado boicoteando mis misiones desde la terminal común”.

 

“pero...”

 

“No me mientas” dijo ella con voz llorosa. Y adelantándose para que él la viera, se agachó a la altura de su cara, planteando las manos a sus rodillas. “Te creía un amigo Wallace. Me gustabas” dijo ella con los ojos llorosos mirándole y rechazando un momento su cabeza como para que el no la viera llorar.

 

“Como puedes creer que yo pudiera hacerte eso, Nikita, yo té quie...” y no terminó su frase.

 

“Entonces por que?” Apretó ella.

 

“Por Michael, quería que...” y ahí se calló, agachando la cabeza.

 

“pero Wallace, no eras tu solo”

 

“Que?”

 

“que no eras tu solo, también están Henffo, y Rion”

 

“No puede ser, ellos no tienen nada contra Michael” dijo el como hablando para sí solo.

 

“No, no tienen nada contra Michael, pero puede que lo tengan contra mí”.

 

“Eso no puede ser” dijo el perplejo, “me dijeron...” y se cayó.

 

“Que te dijeron Wallace?”

 

“Me dijeron que era para Michael” dijo el ahora temblando.

 

“Quién Wallace?, Quién te lo dijo?”

 

El hombre no dijo nada. “Nikita, date prisa, va a comenzar la misión” oyó ella en su oreja.

 

“Tanto miedo le tienes?”

 

“Si”, respondió él. Y fue lo ultimo que dijo, porque Nikita que ahora estaba detrás de él, le inyectó un sedativo en el cuello.

 

Así que sabia que por lo menos a Wallace lo habían engañado para que participase y aun así, sabiendo que le habían mentido, no había dicho nada, estaba aterrado de la persona que lo había estafado. Tenía que ser alguien que en la sección tuviese poder para organizar todo eso. Podía ser cualquiera a partir de agentes de nivel cinco. Bueno, por lo menos uno de ellos estaba descartado, o no?, La traicionó el subconsciente. ‘ OH! Vamos no vengas ahora en eso Nikita, te has pasado unos días maravillosos con él, se  ha abierto a ti, no empieces ahora a durarlo’.

Que es lo que había pasado en la sección’, que suceso había ocurrido?, Que era lo extraño, lo sutil que hubiese cambiado?.

Lo único que la venia a la mente una y otra vez era el trato que ahora recibía de Operations, más amable, así como si ella le gustara. Si, tenia que ser eso. Ops la quería cancelar?.

 

No pudo seguir divagando, pues llegó en ese momento al centro de comunicaciones, echando un vistazo hacia la oficina de Operations, no le vio allí.

Birkoff ya la estaba esperando ansioso. “Ya están en posición, te estamos esperando”.

 

“Vale, vamos allá” dijo ella sentándose en el terminal al lado del chico joven, contemplando la pantalla donde aparecían puntos rojos parpadeando sobre un fondo verde.

 

“Michael, en posición, cuando quieras”, le dijo ella hablando al auricular que ahora estaba en su oreja.

 

“Equipo?” Oyó a Michael decir “ todos a sus posiciones, comunicando”.

 

“Uno en posición”, comenzó Nikita a escuchar a través de su oído.

 

“Dos en posición y a la espera”.

 

“tres, en posición y helándose el culo”

 

“Cuatro, en posición, pensando lo mismo que tres, brrr que frío”.

 

“Retirada en posición, aquí muy calentitos” terminó de comunicarse el equipo que estaba en el furgón.

 

“Bien, empecemos la sucesión” dijo Michael. “Birkoff?”

 

“Alto y claro, Michael, chicos, Rock & Roll”. Le contestó el joven dándole una sonrisa a Nikita.

 

Ambos vieron como los puntos rojos de la pantalla se movieron tal como se había planteado.

 

“Rouge, te estas adelantando al horario” le dijo Nikita a uno de los puntos rojos.

 

“Dame una visual Cain” seguía ella concentrada. “Birkoff mírame posibles hostiles en el plano C4”, esa era la posición de Michael.

 

“No hay ninguno, tranquila va como planeado” le dijo él ansiosamente, sabiendo por lo que ella preguntaba. Ella quería saber si había alguna transmisión todavía o no, para poder avisar a Michael por el otro comunicador que él llevaba, y que aun seguía detrás de la otra oreja de Nikita.

 

“Nikita, se han plantado los cargos, retrocedemos a la posición inicial y en retirada” le dijo Michael después de unos momentos.

 

Entonces ella lo noto, muy imperceptiblemente, pero era como si un zumbido estuviera entre sus comunicaciones.

 

“Birkoff” le dijo ella mirándolo, y se toco la oreja cuando el chico la miró extrañado por la ansiedad que denotaba su voz.

 

Birkoff comenzó frenéticamente a plantear el programa que habían diseñado para capturar la señal.

 

“Michael” llamó Nikita por el otro comunicador una vez que se había quitado el auricular. “ Están comenzando a transmitir, ten cuidado, algo puede salir mal, dame una visual desde tu posición, para que pueda encauzar tu señal, y pueda guiaros fuera”.

 

Ella tenia que estar muy tranquila, para poder sacarlos de allí con vida, para que pudieran volver sanos y salvos a la Sección, para que ninguno perdiera su vida, a causa de que alguien la quería a ella muerta. Tenia que tener su cabeza fría a pesar de que sus pulsaciones estaban en ese momento a mil por hora.

 

En su pantalla, por fin vio lo que Michael estaba viendo. “bien, te tengo, a partir de ahora sigue mis indicaciones”

 

“uno y cuatro, doce grados al este, estaréis en el furgón si seguís caminando”

 

“Dos, hacia el norte, quinientos metros, los ves ya?”·

 

“ Claro, entrando” le respondió el dos.

 

“ Uno y cuatro entrando a la vez” le respondió el jefe de retirada.

 

“Bien Michael, tienes a tres a tu vista?” Siguió Nikita preguntando.

 

“ Si comunicaciones, yo veo a Michael” fue tres quien le contestó.

 

“Si Nikita, vamos juntos” le respondió Michael.

 

“Nikita?” Le preguntó extrañado Rouge a Michael, nadie sabio que Nikita estaba en comunicaciones hasta ahora. Ellos sabían que se había retirado del equipo en el ultimo momento, esas habían sido las explicaciones que Michael había dado a todo el equipo cuando ellos lo habían cuestionado.

 

“Si sigamos” fue lo único que le respondió Michael, cuando sacó su pistola y disparó detrás de él.

 

“Michael que fue eso?, Michael? Responde” se puso frenética Nikita.

 

“Tranquila, había un hostil entre los arbustos esperándonos” respondió la voz de Michael después de unos momentos.

 

“Rouge está bien?” Siguió ella preguntando.

 

“Si, Nikita, estoy bien, Michael me salvó”.

 

“Llegando al furgón, nos vamos” respondió Michael.” Birkoff, haz la detonación”.

 

“Birkoff, Michael dice que hagas la detonación” le dijo Nikita con una sonrisa, Michael se había olvidado que la única que podía oírlos en ese momento era ella.

 

“Gracias Nikita, buen trabajo” le dijo él con una mueca en la cara cuando estaba de espaldas a su equipo para que no lo vieran.

 

“De nada Michael, te veo aquí” le dijo ella también con una sonrisa, que solo podía ver Birkoff. Y cortaron toda comunicación.

 

“Bien Birkoff, que tenemos” dijo Nikita, girando su silla para enfrentar al genio de las computadoras.

 

“Bueno, pues esta vez la comunicación vino de un área reservada” informó Birkoff. “Es decir, un área a la que solo pueden acceder agentes de nivel cinco o superiores”.

 

“Algún visual?” Siguió ella preguntando.

 

“Me costará un poco mas conseguirlo, tengo que descifrar el código de acceso a esas grabaciones, luego descodificarlas, y pasarlas a un formato de vídeo” intentó explicarse él.

 

“Eso cuanto tiempo será?” Comenzó a exasperarse ella.

 

“ Dame dos horas” dijo el como ya comenzó a rastrear el código y la ignoró.

 

“Bueno, pues tienes dos horas, que será el tiempo en el que regrese Michael. Me voy a descansar un rato y luego estaré en el acceso de vehículos que espera por ellos “le dijo ella con una sonrisa en su cara, pero con nerviosismo en su interior. Solo quería ver a Michael cara a cara, y que él la viera a ella, como había prometido.

 

Michael estaba ansioso por llegar a la sección. Durante todo el viaje de regreso no podía pensar en otra cosa que en ella esperando en el acceso de vehículos. Que la primera cosa que viera fuese ella, ojalá pudiese abrazarla en cuanto la viese, pero sabia que no podría, y eso le dolía, ella era semejante belleza, no quería apartarla de su vista por un momento, quería que ella fuese su alegría de vivir, su esperanza, su eternidad.

 

El furgón comenzó a bajar bajo tierra, y el se preparó estoicamente para verla, no le permitirían reaccionar, pero para ella ya tenia preparada la mirada que la daría en cuanto la viera, solo y exclusivamente para ella transmitiría todo el amor que sentía por su ángel.

 

Se abrieron las puertas del furgón, él salió el primero como era costumbre en los jefes de equipo, se abrieron las puertas exteriores, Michael caminó por el pasillo, su pulso que se acelera por momentos, se abren las puertas interiores que dan a la sección, y allí estab... no!!! Allí no había nadie, ella no estaba donde había dicho que estaría, y en ese momento él supo que algo estaba muy equivocado.

 

En algún otro lugar de la sección, Nikita se despertó con un dolor terrible de cabeza, intentando enfocar en donde estaba, se encontró con una figura delante de ella.

 

“Tu?”....fue lo único que ella pudo decir.

 

There's so much life I've left to live
And this fire is burning still
When I watch you look at me
I think I could find the will


To stand for every dream
And forsake this solid ground
And give up this fear within
Of what would happen if they ever knew
I'm in love with you


'Cause I'd surrender everything
To feel the chance to live again
I reach to you
I know you can feel it too
We'd make it through

A thousand dreams I still believe
I'd make you give them all to me
I'd hold you in my arms and never let go
I surrender


I know I can't survive
Another night away from you
You're the reason I go on
And now I need to live the truth


Right now, there's no better time
From this fear I will break free
And I'll live again with love
And no they can't take that away from me
And they will see...


'Cause I'd surrender everything
To feel the chance to live again
I reach to you
I know you can feel it too
We'd make it through

A thousand dreams I still believe
I'd make you give them all to me
I'd hold you in my arms and never let go
I surrender


Every night's getting longer
And this fire is getting stronger, babe
I'll swallow my pride and I'll be alive
Can't you hear my call
I surrender all


'Cause I'd surrender everything
To feel the chance to live again
I reach to you
I know you can feel it too
We'd make it through
A thousand dreams I still believe
I'd make you give them all to me
I'd hold you in my arms and never let go
I surrender


Right here, right now
O give my life to live again
I'll break free, take me
My everything, I surrender all to you
Right here, right now
O give my life to live again
I'll break free, take me
My everything, I surrender all to you

En cierta noche de verano donde las estrellas iluminaban el basto infinito, la carretera era su única compañía, la carretera larga e interminable, kilómetro tras kilómetro por la llanura de aquel país tan grande, esas enormes autopistas que lo constituían eran como grandes embudos donde todos iban a parar, por donde todos tenían que pasar alguna vez, por donde todos continuaban o iban o venían, siempre esas autopistas, esas largar carreteras, casi sin curvas, donde todos se quedaban, donde todos vivían, donde todos terminaban. Pero eso a él no le importaba, podía pasarles a todos, podía esquivarles, como quien esquiva la muerte, ah la muerte, vieja compañera de toda una vida, que cerca la había tenido y como también a ella la esquivaba, era su compañía, peligrosa, como esos coches y esas carreteras, compañera, pero a la vez enemiga.

 

Hasta ahora la daba esquinazo, claro, lo había hecho durante mucho tiempo, como lo hacia con los coches con los que se encontraba, él en su moto de gran cilindrada, en la noche, solo iluminado por los faros de los que pasaba y por los faros de los que iban en sentido contrario, solo acompañado de las estrellas, de la luna, de ese firmamento infinito, volando por el asfalto sin nada que temer, sin cuidado por primera vez en bastante tiempo, como habían cambiado las cosas en solo unos días, parecía que una vida se le venia por delante, algo nuevo había cambiado, algo que no podía creer aun, pero que corroboraba el hecho de que el ser que  mas amaba se encontraba detrás de él, sosteniéndole por la cintura, Apretándose contra su espalda, como si en ello le fuera la vida. Pero en realidad, era todo lo contrario, era a él a quien ella le hacia falta, ella era su salvavidas, su tótem, su amor.

 

Estos eran los pensamientos que asolaban a este hombre oscuro en su moto de gran cilindrada, mientras pasaba una y otra vez los obstáculos a su alrededor hacia un destino, que por primera vez en su vida, no estaba predestinado por otros, era un destino que él había elegido, un destino para sellar algo que había empezado hacia varios días.

 

Hace cuatro días, interior de Sección Uno, ubicación desconocida...

 

“tu”

 

“¿Que haces aquí?”

 

“Como si no lo supieras” respondió Nikita a la persona que estaba delante de ella. “No creí que fueses tu. ¿Porque?”

 

“porque qué Nikita”

 

“no juegues conmigo”

 

“¿Jugar contigo?”.

 

Centro de comunicaciones, interior de Sección Uno, mismo tiempo, mismo espacio...

 

“Birkoff, ¿donde esta Nikita?” Dijo Michael mientras llegaba al centro de comunicaciones apresuradamente.

 

“¿No la has visto?” preguntó el chico con incredulidad, “iba al acceso de vehículos”

 

“¡Pues no estaba allí!” Dijo Michael con impaciencia.

 

“Espera” dijo  Birkoff mientras tecleaba profusamente.

 

“¿Que ocurre Michael?” Se unió a la conversación Walter.

 

“Nikita no aparece” respondió el agente de nivel cinco

 

“¿Has mirado en sus cuartos?” Esto fue contestado por Michael con una mirada de obviedad, como diciendo, sabes que no está allí.

 

“Está dentro de la sección” anuncio Birkoff mirando a los dos hombres detrás de él. “Pero no puedo precisar donde”.

 

“Entonces debemos suponer que la han cogido” dijo Michael con una gran calma por fuera, la cual no estaba sintiendo por dentro. Se estaba muriendo poco a poco de angustia.

 

“¿Descubristeis algo?” volvió a preguntar  Birkoff

 

“Si, hicieron la conexión desde la sala nexus, a la que solo pueden acceder agentes de nivel cinco y superiores. Aun estoy descifrando la señal, pero no va tan deprisa como esperaba, necesito un poco mas de tiempo” le respondió muy profesionalmente el joven genio de la informática.

 

“Birkoff, no tenemos tiempo, necesitamos encontrarla cuanto antes” comenzó a ponerse nervioso Walter.

 

“Walter ya lo sé, estamos hablando de Nikita, ¿crees que no estoy angustiado?” le respondió Birkoff, “pero no puedo hacer nada hasta que el programa acabe. Además, piensa que Nikita es fuerte y un buen agente, seguro que está bien” esto ultimo fue dicho mientras estaba mirando directamente a Michael, como para que él corroborara sus palabras con un gesto afirmativo.

 

Pero esto no fue lo que consiguió, vio a Michael como movía la cabeza de un lado para otro, negando el intento de reafirmaron del chico. “No Birkoff, Walter tiene razón, tenemos que encontrarla cuanto antes, recuerda que Nikita esta herida y necesita la próxima dosis cuanto antes o recaerá”.

 

“¿De que hablas Michael?” le preguntó asombrado Walter.

 

“Cuando Nikita se hirió, para que se recuperara más rápido la inyectaron el nuevo tratamiento a base de micromecanismos o nanocitos, que van estructurando de nuevo los tejidos. Ya lo probaron conmigo y funcionó, pero aun la queda la ultima dosis. Si no la consigue a tiempo recaerá y necesitará mas tiempo para recuperarse, si es que sobrevive”.

 

“Maldita sea, hay que encontrarla entonces” urge un Walter desesperado. "A la mierda la tecnología, lo haremos a la antigua usanza. Rastreando todo mientras tu descifras la grabación”.

 

“Walter, ¿todos los niveles?” le pregunta un Birkoff sorprendido.

 

“Si, todos” le contesta determinante el viejo. “Todos y cada uno de los niveles”  y dándose la vuelta, procedió a salir hacia su cubil.

 

“Espera”, le detuvo la voz de Michael. "Primero hay que ir a por su dosis, y segundo no creo que se encuentre en ningún sitio al que todos tengan acceso, creo que la tendrán en algún lugar de acceso restringido, donde ni siquiera yo pueda entrar.” Parecía que Michael hablaba solo, para sí, como si razonara en voz alta sin darse cuenta de la presencia de los otros dos hombres, pero de repente levanto la vista, y se dirigió a ellos, “Birkoff haz el análisis termal de estos últimos mientras yo  voy a la enfermería. Walter prepara unidades de comunicación y dame un arma”.

 

“Pero Michael, ¡no tengo autorización!” Le dijo alarmado el jefe de comunicaciones.

 

Michael se acerco a él con su cara pálida y le dijo con voz mortal y aterradoras, “¡Saltatela!” y volviéndose hacia Walter, “encuéntrame en el ascensor dentro de diez minutos”, y salió hacia la enfermería dejando allí a los dos hombres.

 

Birkoff miraba al hombre de la badana, desesperado, pidiendo su comprensión, “ya le oíste” fue lo que recibió de él, dándose la vuelta y dejándole allí.

 

El mundo se le venia encima, que hacer, saltarse las normas yendo contra los jefes o en el otro lado, si no ayudaba a Michael, podían perder a Nikita. Nikita, sí, pero en realidad, no era el hecho de perderla a ella, seria el hecho de que no viviría para contarlo, porque sabia que Michael le mataría, y si se enteraban Ops o Madeleine también le matarían. ‘Oh dios que hago’ estaba muy desesperado, debía tomar una decisión, pero ¿cuál?.

 

Michael corría a través de los pasillos hacia medlab, corría tan rápido como iba su corazón, sabia que no podía perder tiempo, además no era el hecho de perder tiempo, no podía perderla a ella, no ahora, no a su amor, su existencia, su vida, sabía que no duraría mucho tiempo sin ella, sabia que se secaría poco a poco, sin remisión, ahora que comenzaba a vivir, ahora que veía esperanza en su vida, la podía perder y el desengaño seria mas fuerte que otra cosa, el golpe seria mortal, pero no solo mortal para el, seria mortal para esta organización, aun no se habían dado cuenta de que Nikita era un valuarte aquí, que cuando ella llegaba había cierta esperanza, cierta energía en el ambiente que solo conseguía ella. Había agentes buenísimos a lo largo y ancho de todo el planeta que podían asumir muchas funciones y muy bien, dentro de la Sección, pero lo que no entendían es que ella era carisma dentro de allí.

Pero para él era mas que eso, era su luz, era su alegría, su pasión, su locura, su perdición, soñaba con ella, sabia que decía su nombre en la oscuridad y soledad de la noche, sí lo sabia.

Y ahora estaba a punto de perderla, por alguien que era poderoso, eso lo sabia, intuición, otra cosa que  ella le había enseñado, cuando el Michael practico, pragmático de otros tiempos iba a pensar nunca en guiarse por  su intuición.

Tenia que salvar a su niña, porque de esa manera era la única en la que él podía salvarse a sí mismo.

 

“Todo lo que hago, lo hago por ti” esa letra de esa canción, comenzó a sonar en su cabeza, si, todo lo que hago lo hago por ti, ese seria el lema hasta que la encontrara.

 

 


“¡No juegues conmigo, maldita sea!. ¡Solo dime la razón de porqué y termina con esto de una vez!” Nikita no hacia mas que gritar, se estaba empezando a encontrar débil, se estaba rindiendo.

 

“¿Por qué de que Nikita? No sé que me dices, solo te he preguntado que haces aquí”.

 

“¿Este es otro de tus juegos Madeleine?, mátame de una vez”

“¿Esta es otra de tus manipulaciones?”

 

“Pero que me estas diciendo, Nikita, me encuentro con una alarma de que hay un acceso prohibido a una zona restringida, vengo a ver lo que es, y me encuentro que estas aquí, atada en esta silla, y me dices que te estoy manipulando, ¿que es esto Nikita?”

 

“Yo puedo decírtelo Madeline” se oyó una voz detrás de ella, y alguien salió de entre las sombras. “¿No me esperabas?”

 

A esto Nikita contesto con un resoplido, como diciendo, vaya lo que faltaba.

 

“bueno, veo que tú sí Nikita”

 

“Con todo mi corazón” le contestó ella en tono sarcástico.

 

“Paul, que pasa?” Le pregunto una Madeleine asombrada, pero sin dar signos de ello.

 

“es muy obvio Madeleine, por fin voy a deshacerme de la escoria, por fin voy a tener lo que es mío, a mi mejor agente, de mi lado, sin distracciones, sin pesadillas como este putita pululando a su alrededor”

Un frío recorrió la espalda de Nikita, este hombre estaba loco, loco de furia, loco de locura, loco de poder, este hombre llevaba tantos años en la cima de ese imperio, que estaba embriagado con él, no le importaba nada ni nadie, no le importaban los demás, solo su beneficio, pero quien era el insensato que le había puesto ahí, manejando el destino del mundo.

 

“veras Nikita” empezó su diatriba el zorro plateado, “ te habrás estado preguntando estos días, como es que fue tan rápida tu recuperación, una herida como la tuya, y una recuperación tan milagrosa”

 

“¿A que viene esto Paul?” Le interrumpió Madeleine.

 

Se encontró de frente con una mirada helada, penetrante, absolutamente loca. Locura, contenida, durante muchos años, locura que ahora salía a la luz, locura que no podía parar, que no se quería parar, muchos años oculta, tenia que salir por algún lado, no debía pararse, el ansia de poder, lo impedía, era demasiada la ambición, demasiado lo que se jugaba, su ultima baza, la definitiva estaba en juego.

 

“Veras mi querida Maddy, Michael vino a verme el otro día, después de la misión tan fallida que tuvieron, y casi me suplico que utilizara el nuevo experimento con Nikita, ahhhh, pero no sabes que es Maddy?, mmm, es cierto, no te lo he dicho, hace un año di ordenes a los investigadores del nivel 45 para que comenzaran a utilizar la nanotecnologia en la sanidad de nuestros obreros.”

 

“Paul, quedamos en que era un proyecto muy peligroso y  que no debíamos invertir en eso, podría tener consecuencias nefastas”

“Mi queridísima Maddy, tu llegaste a esas conclusiones, pero no era mi idea, y ya ves, ahora la pequeña putita esta dentro de esto, y además, se siente débil y desvalida, verdad nenita?” Estas ultimas palabras las había pronunciado mirando directamente a la cara de Nikita. “Claro, la zorrita se siente débil sin su añorada dosis, su ultima dosis, esa ultima que la hará mejorar, lo único que necesita para ponerse bien y correr hacia los brazos de su amadisimo Michael, y retozar con su cuerpo como tan bien se la da”

 

“Lo que tu digas Paul” respondió la aludida con un resoplido, y pronunciando el nombre de su enemigo declarado con sarcasmo.

 

“Ves Madeleine, siempre perdiendo el respeto”

 

“Pau.. Operations, estas seguro que este es el camino?, no crees que si la matas, Michael no volverá a ser el mismo, y seguro que prepara un motín contra ti, en venganza, no debes precipitarte, no sabes cuál será la reacción de Michael”

 

Era una suposición, o Madeleine estaba de su parte?.

 

 

“Birkoff, algo?” Pregunto Michael, mientras se acercaba al área de acceso restringido

 

“nada, espera un momento...... tengo una lectura termal de tres personas en el nivel 55 a la altura de la base de la cúpula, creo que debe ser ella”

 

Eso era interesante, Birkoff, había dado con algo, claro, el nivel 55 es de acceso restringido 6, es decir que únicamente dos personas tenían acceso a ese nivel, y esas dos personas eran el primero y segundo al mando de la sección, entonces, porqué había tres personas allí?. Si eso era, Nikita estaba allí, y además, ya sabia quien era su enemigo.

 

“Bueno, bueno, niñita de mama. Sabes, por fin voy a librarme de ti. Y no te preguntes porque, o si, mejor pregúntatelo, ¿   A qué sabes la respuesta?. Siiii, esa que se ve en tus ojos, esa que estas pensando. Sólo y únicamente porque me estorbas, no puedes llegar aquí, siendo quien eres y pretender que el imperio que he construido cambie. Es mío, no puedes arrebatármelo y sabes porque?, Porque tiene vida propia, pero esa vida propia gira entorno a mí y a mis súbditos. Yo mando aquí, es mío, es mi legado y así tiene que seguir, no se puede cambiar, otros lo han intentado antes que tú y todos, al igual que tu han desaparecido, como la mala hierba, erradicada”.

 

“Yo jamás he pretendido quitarte nada, ni cambiarte nada. Quédate con tu preciosa Sección, no me interesa, y por favor, acaba ya de una vez, me aburren tus discursos, siempre lo han hecho. Hazlo ya, y deja de torturarme con tu voz”.

 

“Ahhhhhh, ves Maddy, insolente como siempre. Sí, lo haré, acabo contigo, y el problema se acaba, y Michael volverá a ser el mismo, mi heredero sin fisuras, únicamente con los ideales que le he inculcado. La Sección por encima de todo y de todos. El poder como único aliciente, la ambición como única aliada. Ser el líder del mundo como única aspiración”

 

“Ahhhhhh” respondió Nikita imitando el anterior suspiro del hombre “ me aburres Paul”. Ya se estaba cansando, esto tenia que acabar, estaba cansada de oír a este maníaco y sus peroratas, por fin se libraría de él para siempre, lo único por quien lo sentía era por su amor, pero sabia que él lo entendería, además, ella si que le conocía bien, y sabia que se vengaría por ella. “ De veras, Paul, cuan equivocado estas, y que poco conoces a tu heredero, a Michael, jamas le han importado ni el poder ni la ambición ni la dominación del mundo” esto ultimo dicho con cansancio.

 

“Cállate zorra” vino precedido de un manotazo con el revés de la mano, que volvió la cara de Nikita “prepárate a morir”.

 

“Oh, Pauly” ultima muesca en la valentía de Nikita, poco más la quedaba “pero si yo ya estoy muerta, es lo primero que te enseñan en la Sección nada mas entrar, que ya estas M.U.E.R.T.O., así que, que más da” estaba utilizando el desdén y la indiferencia como punto fuerte, para que este viejo loco no notara su miedo y que si tenia que acabar que fuese cuanto antes.

 

“Ah, Nikita, Nikita, tu gran bocaza es la que siempre te ha perdido, di adiós Nikita, di adiós a ma..”

 

“Basta Paul!” Sonó la voz detrás de él.

 

“Ah vaya, el convidado de piedra habló”

 

“Calla Nikita!” Ambas voces, la de Paul y la de Madeleine sonaron a la vez.

 

“Paul, por favor, ya basta, sabes que ella no merece la pena, ni siquiera para que malgastes una bala en ella, además sabes que sin su ultima dosis morirá igual, entonces, ¿por qué hacerlo? Déjala aquí sin mas”

 

“¿Y que se convierta en un mártir?, Oh maddy, pense que tus pensamientos iban siempre un paso por delante, o espera, tal vez es que... ahh si claaaaro, no me digas que ahora mami se preocupa por su hijita?”

 

Al ver la cara de asombro de la otra mujer, siguió hablando “ OH Maddy, no me digas que no lo sabias, mírala bien, no te asombró nunca que se pareciera demasiado a Edward?, pero tranquila mi Maddy, yo arreglare esto y todo se acabara aquí, y no sentirás nada mas por ella”.

 

Ya no me importa la hora que yo estoy aquí

Entre las cuatro paredes de mi habitacion

Y es importante al menos decirte que esto  de tu ausencia duele

Y no sabes cuanto.

 

Con esto, dio la espalda a la dama negra de la Sección, y con la pistola apuntando, se oyó el disparo.

 

Ven, aparece, tan solo comunicate

Que cada hora es un golpe de desolacion

Es demasiado aburrido no estar a tu lado

 

Ven que mi alma no quiere dejarte ir

Que los minutos me acechan aquí todo es gris

Y alrededor todo es miedo y desesperanza

 

Ven que nunca imaginaba como era estar sola

Que no es nada facil cuando te derrotan

Que no se que hacer y aquí no queda nada de nada

 

Y los ojos azules con vida se fueron marchitando poco a poco, aquella cara llena de vida, y esa mirada penetrante y a veces dura cambio completamente para saber que todo había terminado, ya no había mas luz en  ella, ya no había sentimientos, ya no había nada, cuerpo sin vida.

 

No me enseñaste como estar sin ti

Y que le digo yo a este corazon

Si tu te has ido y todo lo perdi

Por donde empiezo si todo acabo

No me enseñaste como estar sin ti

Como olvidarte si nunca aprendi

 

Michael iba por el pasillo después de haber podido acceder a ese sector con la ayuda de Birkoff, a través del fondo de la cúpula, cuando de repente, a su derecha, oyó el disparo.

 

Llamame y devuelve todo lo que un dia fui

Esta locura de verte se vuelve obsesion

Cuando me inbaden estos dias tristes,

Siempre Recuerdo mi vida yo como te amo

 

Con el corazón a mil por hora corrió por ese pasillo, y desenfundando su arma, entro en la habitación con ella por delante. Encontró la pistola aun humeante apuntando y el cuerpo sin vida en el suelo.

 

Ven que mi cuerpo se encuentra extrañandote

Que mis sentidos se encuentran fuera de contro

Es demasiado aburrido no estar a tu lado

 

Ven que nunca imaginaba como era estar sola

Que no es nada facil cuando te derrotan

Que no se que hacer y aquí no queda nada de nada

 

 

Y la mirada de ambas mujeres encontrándose.

 

No me enseñaste como estar sin ti

Y que le digo yo a este corazon

Si tu te has ido y todo lo perdi

Por donde empiezo si todo acabo

Como olvidarte si nunca aprendi

No me enseñaste, amor, como lo hago sin ti.

 

 

No había sido una manera honorable de dispararle, por la espalda, pero no había otra manera, además por una hija, cualquier cosa.

 

Sin perdida de tiempo y sin querer pensar en nada de lo que hubiera pasado allí, Michael se dirigió a la silla, y con un gesto pausado, desató un brazo y le inserto la aguja en él y él liquido de la jeringa con la ultima dosis.

 

Al sentir el pinchazo de la aguja, fue cuando Nikita salió de su ensimismamiento.

“Michael” dijo ella aun con asombro y temblor en su voz.

 

“¿Cómo estas Nikita?”

 

“Bien, bien, supongo.  Desátame”

 

Mientras esto ocurría, Madeleine, muy profesionalmente ya había sacado su teléfono móvil, y se estaba comunicando “George, Madeleine de la Uno... bien gracias...si, Paul a muerto...disparos... fui yo...” fue lo único que ambos alcanzaron a oír mientras la otra mujer ya caminaba por el pasillo, hacia fuera. De repente, como si lo pensara mejor, se dio la vuelta y dijo “Michael, llama a la limpieza”.

 

“Limpieza? Al nivel 55, bajo la cúpula “ reclamo Michael por su teléfono. Una vez hecho esto, se volvió hacia Nikita con urgencia, “Estas bien?, ¿Te hizo algo? Madeleine...”

 

“No, Michael “ le corto ella, interrumpiéndole “ tranquilo estoy bien, en realidad, Madeleine fue quien me salvó, quien lo hubiera imaginado, era Paul quien estaba de... ” estaba diciendo esto cuando se estaba incorporando de la silla y de repente perdió el paso, y volvió a caer, pero esta vez, cayo en los brazos de Michael, quien la sujeto.

 

“ Te tengo, respira tranquila, aun estas débil, la ultima dosis no ha hecho efecto todavía”.

 

“ Si, eso veo, Michael, ¿lo sabias?, lo de la nanotecnologia...”

“Si, lo sabia, fui yo quien se lo pidió a Opera... a Paul, quería que te recuperases lo antes posible para poder disfrutar contigo todos los días”. Le dijo él en tono muy serio, compungido y pensativo. Aun no podía creer lo que había pasado, así que era Paul quien había organizado todo, pero ¿para qué? Sabia desde hacia mucho tiempo que Paul era ambicioso y tenia aires de grandeza, pero lo que no entendía es que tenia esto que ver con Nikita.

 

Ella podía ver todas estas dudas en él, sabia leerlo, y le contestó automáticamente “Paul, estaba loco Michael, te quería como su sucesor y heredero, pensaba que tu siempre habías tenido su ambición, y que tenias sus aspiraciones, pero pensaba que yo te había desviado de eso, yo era el estorbo, el impedimento para sus propósitos”.

 

“En verdad estaba loco” fue el único comentario que pudo decir Michael a eso, ·” lo que aun no entiendo es porque Madeleine le mató”.

“Se lo tendré que preguntar” le contestó Nikita. Michael no se había dado cuenta que ese comentario lo había hecho en voz alta, y como no, Nikita le había contestado, era curioso como delante de ella se le podía escapar cada pensamiento. “Salgamos de aquí”.

 

Al llegar al corazón de la sección, ambos se encontraron que todo estaba tranquilo, como si no hubiera ocurrido nada, cada uno a lo suyo, en comunicaciones el único que estaba era Birkoff, que en el momento que los vio salió corriendo hacia ellos con una sonrisa en su cara.

 

“Nikita”, fue lo único que acertó a decir mientras la abrazaba.

 

“Birkoff”, le respondió ella con una sonrisa.

 

“Me alegro de que estés bien, que ha pasado?”

 

“Nikita!” La interrumpió  la voz de Walter detrás de ellos.

 

“Oh, Walter, donde has dejado eso de nena?”

 

“Nena, me alegro de verte, veo que aquí nuestro Michael te ha encontrado, Que ha pasado?”

 

Cuando ya por fin iba a contar lo ocurrido, fueron interrumpidos por un corte de corriente total, comenzando a sonar todas las alarmas, y en medio de la confusión general, apareció George, con un mini ejercito pidiendo calma a todo el mundo.

 

“Que ocurre Michael?” pregunto Nikita a este viendo la serenidad con que el se lo estaba tomando.

 

“Es el protocolo a seguir cuando hay variaciones en la cima, tranquila, es normal, vienen, comprueban, y se van, así de sencillo”.

 

“Michael”

 

“George”

 

“Así que es verdad, Paul esta muerto”, comenzó a decir el hombre más viejo.

 

“Sí” sucinta y tajante la contestación de Michael.

 

“George” fueron interrumpidos por la voz de Madeleine.

 

“Madeleine, que bueno verte,” respondió saludándola con dos besos la cabeza de la agencia.

 

“Seguimos por favor”

 

“Claro querida”.

 

Y ambos salieron hacia el salón de reuniones, para aclarar las cosas.

 

Una calma tensa se respira allí abajo, que ocurrirá, porque George esta aquí?, donde  esta Operations?, todas estas preguntas se ven reflejadas en los cuchicheos de los que por allí están sin hacer nada, o disimulando que hacen algo. Entre ellos cuatro personas que están mas enteradas que los demás, pero que aun así, no saben que será del futuro.

 

“Crees que le pasara algo a Madeleine, Michael?” Nikita es la primera en romper el silencio.

 

“No lo sé, esperemos acontecimientos, ya veremos” es la única respuesta que obtiene.

 

Al cabo de una media hora mas o menos, se enciende la luz del nido del águila como muchos le llaman, la oficina del jefe supremo de todo eso. Y aparece en escena la dama de hielo, con uno de los señores de las tinieblas.

 

Y se abren los altavoces de todos los rincones de la sección, y todos se paran y escuchan o miran, o prevén.

 

“ Madeleine, tienes el mando”

 

“yo tengo el mando”

 

Nuevos tiempos corren en la sección, como serán?, Que deparara el futuro?, Que nuevas tragedias, o que nuevas derrotas o que nuevas alegrías ocurrirán?, Nadie lo sabe, solo que la era del águila a acabado para dar paso quizás a la era del hielo, la eficacia y el raciocinio, que será mejor?, lo que se ha conocido o lo que vendrá, el tiempo pasado fue mejor? Mas vale lo malo conocido?. El tiempo lo dirá.

 

Solo dos luces en el horizonte y la carretera por delante, dos amores cercanos de momento, duración?, Nunca se sabe, vidas y vidas de por medio o tal vez la pasión instantánea de lo efímero y poco duradero, pero por este instante en ese caballo de dos ruedas solo existen ellos dos y la carretera.

 

Cada vez que me acuerdo de ti

Se me llenan los ojos de frio

Por aquello que un dia fue mio y hoy no es asi

 

Cada vez que me acuerdo de ti

Tu fantasma se mete en mi cama

Y algo dentro de mi se derrama

Solo por ti

Si no fuera por esta cancion

Ya me hubiera ido lejos de aquí

Pero tengo la extraña ilusion

Que la escuches y vuelvas a mi

 

Una y mil veces cantare

Porque no muera la ilusion

Y donde quiera que tu estes

Me escuchara tu corazon

 

Una y mil veces cantare

Aunque me niegues el amor

Mi vida estoy seguro que

Me escuchara tu corazon

 

 

FIN.

 

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Comentarios de la Autora:

 

 

Al fin se acabo lo que se daba, continuará supongo en un futuro, hay muchas cosas que contar a partir de aquí, pero ahora no me encuentro con fuerzas para hacerlo, casi ha sido una batalla contra mi misma llegar hasta el final de esto. Que decir, si, las canciones por supuesto no son mías, los personajes por muy queridos que sean tampoco son míos, ojalá lo fueran. Unicamente la historia es mía, espero que guste, y si no ha sido así, por lo menos gracias por haberla leído.

 

Canciones por orden de aparcion:

 

Puede serEl canto del loco y Amaya Montero

Si hay sueños, hay caminosAbigail

Amarte es un placerLuis Miguel

Si tu no estas aquíRosana

Me moririaMateria prima

A love for lifeYanni

Duende Jose Luis Encinas

Dormir contigoLuis Miguel

Amor de telenovelaRicardo Arjona

I´d surrenderCeline Dion

No me enseñasteThalia

Una y mil veces – Cristian Castro

 

Dedicatoria, a una persona muy especial que me a aguantado durante este tiempo, solo puedo decir gracias, por los maravillosos  momentos que he podido vivir, y por la época más feliz de mi vida. Gracias.