Hay muchas
personas que ven el judaísmo católico como algo nuevo, creen que es producto de
la asimilación o de una especie de sincretismo de los últimos tiempos, otros
consideran esto como un anacronismo o simplemente una aberración incompatible. El
judaísmo católico, judaísmo mesiánico católico o catolicismo hebreo nace desde
Yeshú'a en el mismo momento de sus prédicas al ordenar no discriminar entre
judío y pagano (extranjero) y lo hace más palpable aún al ordenar a Sus
discípulos predicar el Evangelio a toda la Creación (ver
artículo del Primer Judío Católico). Es decir que el judaísmo católico o
catolicismo hebreo es antiguo y no es sino otra cosa que parte del cristianismo
o mesianismo (dicho en forma judía) en su origen, sin embargo esta apreciación es relativa ya que
también son cristianos católicos (pero no hebreos) aquellos que simplemente no lleven en
sus venas esta sangre, es decir los extranjeros que no pertenecen a la etnia
hebraica, pero que creen en Yeshú'a y aceptan Sus preceptos y que por Su Gracia
y Misericordia han sido injertados en la rama del olivo y pasan a ser hermanos
Suyos a través del bautismo y por tal, son judíos católicos.
En la historia vemos
muchísimos personajes judío-católicos, empezando por el mismo Yeshú'a, Su Madre,
Sus Apóstoles y demás discípulos. En estos últimos siglos también existen
muestras de otros personajes judíos católicos como
los sacerdotes alemanes fundadores de la
Congregación Nuestra
Señora de Sión, Teodoro Ratisbonne y su hermano Marie Alphonse Ratisbonne.
La mártir carmelita
Edith Stein, conocida como santa Teresa Benedicta de la Cruz,
muerta durante el holocausto nazi en el campo de concentración de Auschwitz y
canonizada el 12 octubre de 1.998, co-patrona de Europa y patrona de los
judío-católicos. La hermana de Edith Stein, Rosa, quien murió martirizada
también "como ofrenda de expiación por causa de la incredulidad de su pueblo". El padre Francis Liebermann, fundador de la
Congregación Misionera del Espíritu Santo. Hermann Cohen, carmelita descalzo, al
cual la Orden considera digno de canonización. El padre redentorista Cyril
Axelrod, que fue uno de los portavoces, ante la Santa Sede, de la creación de la
Comunidad Católica Hebraica de Israel. Otro monje judío carmelita surafricano es
Elias Friedman fundador de la Asociación de Hebreos Católicos, quien actualmente
se encuentra en el monasterio Stella Maris de Haifa. David Goldstein, a quien el papa Pío XII
llamó "la espada de san Gregorio". El rabino principal de Roma, Israel
Zolli o Zoller, quien estuvo oculto en el Vaticano durante la II Guerra Mundial
y posteriormente en 1.945 recibió al Mesías en su bautizo. El mismo cardenal Jean-Marie Lustiger,
Cardenal Arzobispo de París, entre muchos otras víctimas y sobrevivientes o no del
holocausto que ejercieron o están actualmente ejerciendo diferentes ocupaciones como
profesores, doctores, abogados, sacerdotes, monjes, etc.
Hoy en día las diferentes congregaciones o
qehilot existentes en Israel se reúnen utilizando, para el servicio de
Adoración, una liturgia en hebreo que ha sido especialmente desarrollada para su
uso. El empleo del hebreo como lengua para la liturgia en Israel fue dado en
aprobación por el Papa tempranamente en 1.956, ocho años antes del Concilio
Vaticano II. Se comenzó a desarrollar la música ya en la mitad de los años 50 y
sus letras fueron tomadas de las Santas Escrituras, o sea que esto precedió,
cerca de veinte años antes, el estilo similar de Adoración que tienen los judíos
mesiánicos israelíes no católicos!
Aunque hoy por hoy, el movimiento judío
católico o católico hebreo no es otra cosa sino una pequeña gran comunidad
étnica dentro de la
Iglesia Católica a nivel mundial, con más reconocida presencia en Israel,
Italia, Francia, Inglaterra, Alemania, Irlanda, Canadá, EE.UU., España, México,
Colombia, Venezuela, Argentina, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. Sólo son judíos que aceptan a Yeshú'a
como el Mesías,
Su Iglesia y Su Vicario sin necesidad de la asimilación que conlleve a la pérdida de
identidad nacional y cultural que por milenios ha sido la herencia histórica del
pueblo de Israel y que está gestando actualmente el reconocimiento jurídico para
la formación de una Comunidad Judío Católica Internacional con su
respectivas características aprobada por la Santa Sede.
Es pues, evidente que el
judaísmo católico, tal como escribe el Padre Elias Friedman en su libro «Jewish
Identity» es una de las manifestaciones de los "escatológicos signos de los
tiempos que se eleva ante una iglesia en crisis y para el avivamiento de un
mundo cansado"; que nos atrevemos a decir a nuestros hermanos de raza,
como santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, a su hermana Rosa
tomándola de la mano a la hora de dejar el Carmelo vía su calvario: «Ven,
vayamos por nuestro pueblo».
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