La Fiesta de las Luces o la Fiesta de la Dedicación marca la victoria de Judá de los Macabeos sobre los ejércitos sirios y griegos en el año 167 a.C.  La historia de la profanación del Templo y su subsecuente purificación y rededicación  es recontada, con particular énfasis, en el milagro del aceite. Para restaurar el Templo, Judá necesitó aceite de oliva puro para la "luz eterna" que ardió continuamente. La historia cuenta que él no pudo conseguir suficiente aceite para más de un día de iluminación; sin embargo el candelabro continuó ardiendo durante ocho días hasta que más aceite fue conseguido.

      En los hogares judíos, las velas puestas en una minorah especial (candelabro de siete o nueve brazos) son encendidas durante los ocho días de Khanuká: una la primera noche, dos en la segunda y así sucesivamente hasta la última noche que es donde brillan todas. Las celebraciones incluyen canciones, trompos tejidos llamados dreidels y juegos.

      Comidas fritas, comúnmente panquecas de papas son tradicionalmente servidas por judíos de ascendencia europea.

       Khanuká es una de nuestras celebraciones favoritas. Enviamos tarjetas hechas en casa a familiares y amigos judíos. Encendemos las velas de Khanuká  -con cada niño tomando su turno durante las ocho noches- y cantamos:

En esta noche, brillemos,

Una (o dos o tres...) velitas

Esta es una mirada, Oh tan brillante.

Una velita...

          Invitamos a  nuestros amigos panquecas de papas y recontamos la fascinante historia de la victoria de Judas Macabeo. Especialmente a los chicos le encanta vestirse como guerreros.

Cómo celebrar:

Se dice:

El Padre: Vengan, adoremos la Señor porque Él ha traído la victoria a Su pueblo.

La Madre: Enciende las velas y dice:

Bendito seas Tú, ¡Oh! Señor Nuestro Dios, Rey del Universo, que forjaste milagros para nuestros padres en antiguos días por esta temporada.

Niño:  enciende las velas -una en la primera noche, dos en la segunda...

El Padre:  Demos gracias al Señor.

Todos: Que hizo los Cielos y la tierra.

El Padre: Proclamemos Sus maravillosas obras.

Todos:  Y anunciemos Su gloriosa Salvación.

El Padre: ¡Oh! Señor, Nuestro Dios, reinvocamos Tu cuidado para tus hijos y el Poder que Tú das a aquellos que defienden Tu Nombre. Rogamos eso durante esta temporada de Khanuká, derramarás Tu piedad sobre los hijos de Abraham, Isaac y Jacob. Así como nos liberaste en el pasado de la tiranía, libéranos ahora de cualquier esclavitud o ceguera espiritual.

Te pedimos esto en el Nombre de Yahshú'a Tu Hijo, Nuestro Señor, que vive y reina contigo en unidad con el Rúakh HaQodesh, Un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.