hist2
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN 
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN ASCENSIÓN   ASCENSIÓN 
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN  ASCENSIÓN   ASCENSIÓN
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN  ASCENSIÓN   ASCENSIÓN 
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN ASCENSIÓN   ASCENSIÓN 
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN  ASCENSIÓN   ASCENSIÓN
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN  ASCENSIÓN   ASCENSIÓN 
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN ASCENSIÓN   ASCENSIÓN 
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN  ASCENSIÓN   ASCENSIÓN
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN  ASCENSIÓN   ASCENSIÓN 
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN ASCENSIÓN   ASCENSIÓN 
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN  ASCENSIÓN   ASCENSIÓN
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN  ASCENSIÓN   ASCENSIÓN 
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN ASCENSIÓN   ASCENSIÓN 
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN  ASCENSIÓN   ASCENSIÓN
ASCENSIÓN   ASCENSIÓN  
 
 
                             
 
 
EL PUEBLO 
NDE ("apache"). 
Una raza 
diferente. 
       "Apache" es  un término que se 
originó en alguna lengua indígena de la región: significa "enemigo" en lengua Zuni y 
fue usado un tanto despectivamente por los colonizadores españoles y mestizos 
para designar a esta brava y heroíca raza, que de hecho, no sería sometida sino 
hasta hace poco más de un siglo, a diferencia de la mayoría otros grupos 
indígenas, que desaparecieron totalmente como los sumas, los conchos o los 
janos, o los que se se sometieron a la autoridad novohispana, como los 
tarahumares y tepehuanes,  perdiendo 
en el proceso gran parte de su identidad cultural. Los apaches se autodenominan 
nde, término que tiene una pronunciación aproximada a "endé" y que 
significa "la gente" o "el pueblo".  En algunas fuentes en vez de 
nde aparecen otros términos con los que se designa a así mismo este 
pueblo, como inde, tinde y tinneh (indé, tindé y tiné en su 
pronunciación), todos estos vocablos posiblemente son derivadas o corrupciones 
de un mismo término original. En esta página,  la palabra nde será 
usada para designar a esta nación indígena. 
       Hacia fines del Siglo XVII los 
españoles ya tenían establecidos centros de población hacia en el norte y 
sureste de Nuevo México, el noreste de Sonora,  el noroeste de Chihuahua, y 
a partir de una humilde misión empezaba a florecer la población de Paso del 
Norte, hoy Ciudad Juárez. Más próximos, establecimientos españoles en Janos, 
Casas Grandes y otras localidades intentaban sobrevivir en la lejanía de los 
centros más importantes de la cultura novohispana. Todos estos nuevos 
asentamientos tenían por lo menos dos cosas en común:  sufrían 
constantemente de la amenaza nde y entre ellos formaban un  anillo, 
encerrando una extensa área poco conocida que incluía entre otros sitios las 
llanuras, sierras y lagunas del hoy municipio de Ascensión, y que serían los 
últimos refugios donde los apaches vivirían en paz de acuerdo a su legendaria 
cultura. Así, esta región no sería habitadas durante siglos por los novohispanos y mexicanos, no obstante conocer estos la generosidad de sus tierras, sus extensos 
y ricos pastizales, sus numerosas fuentes de agua y las riquezas mineras de 
montañas. 
     ¿Quiénes son los  nde? ¿De dónde 
llegaron?  La cultura y la sociedad apache han sido de interés para los 
historiadores, por que los nde siempre se sintieron diferentes -y en 
verdad lo son- a las de otras culturas indígenas del suroeste de Estados Unidos 
y del norte y del noroeste de México.  En  cuanto fueron conocidos, en 
torno a los nde fueron creándose respecto a ellos ideas falsas originadas 
en los prejuicios  inevitables que se tienen a los grupos humanos que interrumpen la monotonía social y que no pueden comprenderse de inmediato. Desde las populares 
y típicas creencias de los vaqueros de siglos pasados, que contaban en las 
noches junto al fuego: "los apaches son caníbales" o "son seres salidos del 
infierno",  hasta algunas con ciertos elementos históricos, como las 
creadas por estudiosos sobre el tema: desde la que afirma que "los apaches 
fueron el último grupo que pasó por el estrecho de Bering" hasta una que 
sostiene que los nde son sobrevivientes de una expedición enviada por el gran 
emperador mongol Gengis Kan, el cual había acogido al viajero italiano  
Marco Polo y había creado el imperio más extenso de todos los tiempos. Quienes 
formaban la expedición, de acuerdo a esta idea, habrían naufragado en las costas 
de Norteamérica tras haber sido enviados por el gran Khan para someter al 
poderoso imperio Azteca.
No, no son nde ni otra tribu de Norteamérica. Son personas del grupo aborigen Amis, el más numeroso de Taiwán, República de China, ellos son diferentes en cultura y lenguaje a la mayoría taiwanesa pues tienen raíces del sureste asiático. Obsèrvese cierta afinidad con algunos indígenas norteamericanos. 
       Los nde pertenecen al grupo de 
pueblos atapascanos, o atabascos,  al igual que otros indígenas como los 
tobosos que habitaron entre otras partes la hoy denominada Zona del Silencio; 
y  los dnhe ("diné",  llamados impropiamente 
navajos) del noreste de Arizona.  Se cree que todos estos pueblos vivieron tranquilamente durante siglos en las 
planicies centrales de Norteamérica, pero que fueron desplazados 
gradualmente  por otros grupos más numerosos.  Los nde llegaron 
a practicar la agricultura en pequeños lugares,  al igual que otros 
indígenas de la región. Eran sabios y fuertes, capaces de resistir las peores 
condiciones de vida cuando era necesario, como pasar varios días sin probar 
alimento o resistir noches frías sin más abrigo que un pedazo de cuero de 
venado- , de temperamento tranquilo, capaces de ocultar sus más intensas 
emociones, pudienso permanecer al mismo tiempo totalmente inmóviles y alertas durante horas  hábiles cazadores, podían rastrear cualquier animal en todo 
momento o época del año, encontrar agua en una región donde otros indígenas -y los no indígenas en menor plazo- 
morirían de sed, y tener suficiente alimento donde parecía no haberlo. Por ello, fueron temidos 
desde el principio por las demás nacionalidades indias. Formaban  
parcialidades o núcleos  humanos con  lazos comunes y que ocupaban 
determinada región, y que ocasionalmente peleaban entre ellos. Sus asentamietos 
eran  de pocas personas, para facilitar la subsistencia y el movimiento a 
otro lugar si hacía falta; no era frecuente observar grupos numerosos de 
nde. 
Dos 
interesantes documentos de la época colonial.
  Existe un interesante documento, elaborado por Hugo O'Connor en 
1771-1776. Este documento es uno de los pocos escritos de la época en que se 
haga una amplia alusión al pueblo nde.  De acuerdo a  O´Connor, las parcialidades  o 
grupos nde que habitaron la región ascensionense -y otros lugares 
cercanos- , que pueden deducirse por los nombres de las serranías que en su 
informe hace, eran las que los novohispanos llamaron Chiricaui, Gileños y 
Mimbreños, que los nde llamaban Segilandé, Setocendé,  y Chiquindé. 
De acuerdo al texto de O´Connor, los ndé mantenían habitualmente ocultos 
en lugares muy difíciles de encontrar,  a sus mujeres y niños y  en 
donde podían sembrar  maíz y otros alimentos o donde hubiese pastos para 
sus caballos y mulas que también les podrían servir de comida,  pero no 
tenían interés por conservar las tierras donde vivían, aunque si se encontraban 
en ventaja presentaban pelea a los soldados, empleando entre sus armas el chuzo 
o lanza, arcos y fechas, chimales, cueras y también armas de fuego que adquirían 
por trueque con otras nacionalidades vecinas a la colonia francesa de Louisiana. 
Los hombres continuamente se desplazaban de un lugar a otro, sin otro trabajo 
que robar  y causar daños... ("Informe de Hugo O'Connor sobre el estado de 
las provincias Internas del Norte, 1771-1776", en libro Las Guerras Indias en la 
Historia del Estado de Chihuahua, por Víctor Orozco, UACJ-ICHC, 
1992).  
      En este mismo libro aparece otro documento 
titulado "De las naciones  bárbaras que  habitan las fronteras del 
estado de Chihuahua" elaborado por Don José De Santa Cruz a finales del Siglo 
XVIII. Este documento es muy detallado, sin embargo parece que los prejuicios 
del autor lo hicieron no profundizar o exagerar en algunos aspectos que 
desarrolla en su texto. De acuerdo a De Santa Cruz,  los Chiricaués, 
Gileños y Mimbreños fueron de los grupos más  numerosos y aguerridos,  
se llamaban así mismos Sagetaen-né, Tjusceujen-né y Yecujen-né, respectivamente. 
Los describe como morenos, bien proporcionados, de ojos vivos y sin barba. En su 
vestuario usaban pieles de cíbolo o bisonte, venado,  res, caballo, ratón, nutria, y empleaban 
adornos elaborados de pezuñas de berrendo, y espinas de peces o puerco espín. Sus 
habitaciones eran circulares, hechas con ramas de árboles y pieles de bisontes. 
Otras especies que cazaban fueron el oso, el coyote, el jabalí y el puma; desde 
niños los nde se entrenaban como cazadores capturando tuzas, tejones, 
conejos, liebres y otras especies menores. Una táctica de caza, en tiempo de 
sequía, era incendiar áreas de pastizal, ir acorralando a los animales con 
carreras a pié y a caballo y con gritos característicos. Otra tácticas cuando 
había ríos crecidos, era dirigir a los animales contra las corrientes de agua, y 
a veces seguir por dos o tres días y muy lentamente a un  animal grande 
herido, que tarde o temprano caería muerto. Recolectaban para alimentarse tuna, 
dátil de palma silvestre, pitahaya, bellota y piñón,  y con zacate 
elaboraban una especie de sémola o pinole. Su alimento principal era el 
mezcal,  de varias clases: de cepa, cabeza de maguey, sotol, palmilla y 
lechuguilla. También consumían maíz, frijol, calabaza y tabaco que ellos 
sembraban en pequeña escala. 
       Siguiendo con el texto de De Santa 
cruz, los ancianos eran despreciados y las mujeres terriblemente sometidas, pues 
prácticamente las compraban a los familiares de las mismas. El mando era por el 
guerrero más valiente, sin tener este un control o dominio total sobre los 
demás. Su religión, a diferencia de casi todos  los pueblos primitivos del 
mundo, presentaba un solo dios: Yastasitasitan-né, el Capitán del Cielo, pero este 
dios no era merecedor de culto porque ni premiaba ni castigaba. De ahí una particular 
filosofía nde: el nde, como todos los seres vivos, tienen corta 
existencia, y no hay por que recordar el pasado ni pensar mucho en el futuro, a 
menos que se dé una situación problemática en que se encuentre en juego la 
supervivencia inmediata. Entonces se hace necesaria una persona con 
comportamiento especial o raro dentro del grupo, que todos reconocen y temen como 
adivino, brujo o hechicero, y que toma gran importancia en la vida social de la tribu. La máxima aspiración del nde era ser considerado valiente, y poder así
agregar a su nombre el prefijo Jasquie (que significa valiente, bizarro, bravo, o fuerte) 
cuando así el lo merecía, sobre todo en mimbreños y gileños, ampliamente 
conocidos por su disposición al combate. De acuerdo a la descripción que elabora 
el autor es común el escaso trato entre ellos, eran desconfiados y propensos al 
resentimiento y a quitarle las cosas a los más débiles. 
      En sus luchas, los nde rápidamente 
incorporaron el uso del caballo,  y poco a poco las armas de fuego; al 
pelear, lanzaban gritos haciendo un ruido infernal. Sus oponentes les conocían como magníficos tiradores de 
flechas, al grado de crearse la frase "tiene puntería apache";  podían 
viajar algunos días y noches continuamente en sus caballos, haciendo pocas y breves paradas 
para comer si así se requería,  sin más carga que sus armas y el botín 
obtenido en sus saqueos y ataques.  Era imposible alcanzar un grupo de 
estos hábiles guerreros en fuga. Por ello, los nde fueron 
el terror de los chihuahuenses y de quien pudiera sufrir sus ataques.  
Llevaban a cabo incursiones llamadas "raids", viajes con el propósito de obtener 
botín de guerra: caballos, ganado, armas, alimentos y alcohol. Estos 
raids llegaban a todos los rincones de Chihuahua, regularmente a Durango 
y una vez llegaron hasta el mismo Guanajuato,  después regresaban a estas sierras y 
lagunas ascensionenses y a las ubicadas en Sonora, Nuevo México y Arizona para refugiarse durante 
los  inviernos. Para lograr cierto grado de seguridad, las autoridades 
españolas fundaron  un sistema de establecimientos militares llamados 
Presidios, en el norte del país,  y además algunas compañías militares que 
no estarían fijas en un lugar definitivamente y denominadas volantes,  que 
someterían a los indígenas -no únicamente al pueblo ndé- sino a numerosos 
grupos indígenas desde Baja California hasta Texas. Los presidios de Janos, San 
Buenaventura y Paso del Norte -hoy Ciudad Juárez- fueron los más cercanos a las 
tierras ahora ascensionenses, cuyos soldados las recorrían 
ocasionalmente.
Santa Rita 
del Cobre.
       A principios del siglo XIX fueron 
abiertas las minas de Santa Rita del Cobre -que habían sido descubiertas por los 
nde- , localizadas en las proximidades de la hoy progresista Silver City, 
Nuevo México. Desde la Hacienda de Corralitos, en el ahora municipio de 
Nuevo Casas Grandes, se enviaba a Santa Rita lo necesario para la subsistencia 
y el trabajo de las minas, y de aquí se regresaban los cargamentos de mineral de 
cobre, prácticamente para satisfacer todas las necesidades de este mineral en 
Chihuahua y el centro de México. Durante más de 20 años no hubo mayores problemas con los nde 
en esta zona: hacia fines del siglo XVIII las autoridades coloniales lograron un 
período de cierta paz con los indígenas: numerosos grupos de nde se 
asentaban por más tiempo en lugares bien definidos, cercanos a los presidios. 
Aquí se les entregaban alimentos, cobijas y otros artículos, a cambio los nde 
dejarían de realizar sus tropelías. Este acuerdo nunca se cumplió 
totalmente, en parte por la independencia de cada indígena frente a su jefe -algo innato en ellos-, por 
el propio espíritu aventurero apache y por la inepta y corrompida burocracia 
novohispana, que nunca dejó de ser una pesada carga para el gobierno real y para 
los mismos novohispanos.
      A partir de la independencia de México, la 
situación política y económica se agravó. No se pudo seguir con el sistema 
descrito, no había recursos para retener a los nde en sus rancherías. 
También fueron cerrados los presidios. Desde ese momento, los nde 
volvieron a su sistema de vida, a sus pequeños campamentos en los cañones y 
valles.  Robaban ganado en un  lugar, para ir a venderlo a otro. En 
ocasiones también se llevaban mujeres y niños mestizos, tras asesinar a quienes 
les hacían frente. 
   Santa Rita fue un  lugar vulnerable, por estar en pleno 
centro de la apachería. La ruta de mantenimiento para las minas cruzaba las 
actuales tierras ascensionenses: Ojo de Federico, Laguna de San Juan, La Salada, 
El Espía, Los Chinos,  Boca Grande, Laguna de Polvaderones, pié del
Frijolar o Cerro Grande. Refugios 
de nde, estos lugares se convertían al menos en fuertes dolores de cabeza 
para los mineros y comerciantes, que  cuando bien les iba se veían forzados 
a regalar bebidas alcohólicas y alimentos a los indígenas que solían esconderse 
y aparecer repentinamente en el camino real, para desaparecer tan 
misteriosamente como habían legado. Aquí hace su entrada en la escena histórica 
local un legendario personaje, un inmigrante irlandés llamado James 
Kirker. 
    Kirker había llegado sin dinero y muy joven a los Estados Unidos de 
América: sobrevivió aprendiendo el oficio de cazador de castores y nutrias, y de
comerciante de sus pieles en Nuevo México.  Nunca le fue totalmente bien en 
este negocio, aunque duró muchos años en él, en debido en parte a la corrupción 
existente entre las autoridades novohispanas. Tuvo que aprender a vivir y 
convivir con los nde, a trabajar y comerciar con ellos, inclusive 
vendiéndoles mercancías prohibidas como whisky, rifles, etc., lo que lo puso al 
margen de la ley. Durante ese tiempo – pasaba hasta varios meses sin ver un 
hombre blanco o mestizo-, aprendió de los nde sus tácticas de caza, 
guerra,  fuga y supervivencia, y 
también su idioma, además de hablar ya el inglés y el español y también su 
lengua materna, el irlandés. Kirker  perteneció al pequeño grupo de 
pioneros blancos -y de los que hay en todas las razas- que siempre avanzaba un 
poco más allá de donde había avanzado el último hombre "civilizado": al 
siguiente desconocido valle, a seguir ese río que no aparecía en los mapas, a 
tratar con tribus que nunca antes habían estado en contacto con hombres 
blancos, y a ver qué se encontraba detrás de esas montañas distantes. Era 
de los  hombres que no se asustaban  por la soledad, el frío, el 
hambre o la muerte, que por sí solos podían subsistir en cualquier medio, esto 
es, no era muy distinto a los nde. Solo una persona con estas cualidades 
podría hacer frente a los indígenas en caso de pelea.
    Los dueños de Corralitos y Santa Rita contrataron a 
Kirker, quien entonces ya era ciudadano mexicano y llamado ahora Santiago 
Kirker, para escoltar a sus caravanas de carretas. Sin embargo, en nuestra 
región el papel histórico de este irlandés apenas iniciaba.  
  
 
 
Fotografía de guerreros 
nde.      
Medio siglo 
de guerra.
        Al inicio de su vida 
independiente, México se encontraba en un caos. En el naciente Estado de 
Chihuahua, el Congreso expedía la Ley de Colonización , a efecto de poblar
algunas regiones del estado, entre ellas, la Laguna de Guzmán. Pocos años
antes, arriesgados mineros trabajaban en vetas de plata en la serranías en
donde después se establecería Sabinal, otros trabajaban practicamente con el
rifle en una mano y la pala en la otra por temor a los indígenas en donde está
ahora Bismark. También en esos años en Sierra Rica, en el extremo noroeste del
municipio, buscan cobre otros emprendedores chihuahuenses. Todo lo anterior fracasa: los indígenas no permitirán otros
asentamientos en donde ellos suelen habitar por temporadas. En Chihuahua, alejado del desorden político nacional, los nde causan 
estragos al desarrollo económico de la entidad. Durante años, no había semana 
sin que se conociera algún robo en gran escala, asesinato o secuestro realizado por guerreros 
de este grupo indígena. 
    En 1837 fue presentada formalmente en el Gobierno del 
Estado una propuesta para remediar esta situación: que era necesario contratar hombres que pudieran 
derrotar a los nde,  debido a la ineficiencia de 
las fuerzas armadas regulares. Por ejemplo, en noviembre Ese año, el gobernador 
Simón Elías había "visitado" entre otros lugares estas tierras ahora ascensionenses 
persiguiendo a los nde.   Recorrió con un numeroso contingente
bien armado, las Sierras del Capulín, Corral de Piedra -Fresnal- y Laguna 
Santa María, capturando solo a algunos individuos. Dicha campaña fue un 
verdadero fracaso económico, militar y hasta político: el gobernador dejó su 
cargo a causa de ello.  También en esa época los nde derrotaron a
José María Zuloaga en el Cerro de El Cartucho, elevación situada junto al actual Bismark y que por mucho tiempo
se le conoció como Cerro de La Derrota de Zuloaga.  Este militar, propietario de
las minas de Corralitos,  llegó a ser gobernador de Chihuahua y su hermano
Félix ocupó el cargo de presidente de la nación. 
      El ejército se dio cuenta que los guerreros indígenas nunca harían frente a un 
numeroso enemigo, al cual podían detectar antes de que se acercara a sus campamentos. 
Contra ellos, sería necesario desarrollar otras tácticas. Para iniciar, se 
requería de alguien que los conociera, y los conociera bien, como Kirker, que 
podía pensar como los nde cuando era necesario.
   Hubo una oposición muy fuerte a esta propuesta, la de
contratar mercenarios, pero al fin 
se dieron cuenta los gobernantes -los comerciantes y los mineros, las personas del 
campo y de los pueblos estaban seguras de ello desde hacía décadas- que  no 
había otra opción: darle este trabajo a mercenarios, aunque fueran extranjeros:
hombres armados dispuestos 
a correr riesgos a cambio de un salario. 
        Así, en 1839 Don Santiago 
Kirker firmó un contrato con el gobierno estatal. Hombre práctico, entendió que 
se trataba de eliminar cuanto antes el "problema apache".  Y se dedicó 
inmediatamente a lo suyo. POr ejemplo, nada más en la hoy superficie municipal ascensionense tuvo 
algunos encuentros con los nde. En enero de 1840 ataca un campamento de 
indígenas que estaban en las orillas de la Laguna de La Ascensión,  
formalizando un tratado de paz con autoridades de Janos. El 11 de marzo de ese 
mismo año ataca a otro grupo en la Laguna Santa María, regresa aquí mismo el 8 
de mayo y los continúa diezmando.  
(Información tomada de la obra James Kirker, el aventurero irlandés, por 
Salvador Álvarez, Meridiano 107-UACJ-Gob. del Edo. de Chih., 1991).  En 
algunas regiones del estado  por fin se respiraba la paz después de algunas 
décadas. 
    Poco después el gobierno del estado cancela el contrato, para 
reanudarlo en 1843, ahora con una modificación importante: por cada cabellera de 
nde que se traiga se pagará una cantidad en efectivo. Por primera vez en 
muchos años, los chihuahuenses sentían que aunque no lograran con esto erradicar 
el problema,  estaban devolviéndoles a los nde sus golpes: los
guerreros indígenas temían dejar solas a sus familias, por temor a Kirker que
parecía tener el don de la ubicuidad: un día estaba en San Buenaventura, y dos
días después iba en camino de Janos a Carrizal. El irlandés lo hizo tan bien que el gobierno no tuvo suficientes fondos para 
pagarle lo prometido. A causa de esto, Kirker se uniría como guía del Ejército 
de lo Estados Unidos en la guerra de 1846-1848. El gobierno 
chihuahuense puso precio a su cabeza. A partir de este momento, ya no le
llamaron Santiago y se fue a residir al vecino país del norte. Moriría en 
California años después. 
    La guerra continuaba en Chihuahua, en 1852 los nde
acampaban junto a la Laguna de Barreal. Desde ahí salían a merodear y hacer de
las suyas en la periferia de Paso del Norte. El Jefe Político sale
personalmente dirigiendo a los vecinos voluntarios del pueblo, y los persiguen
hasta la Laguna de Guzmán, donde los derrotan y recuperan la caballada robada
días antes.
 
    Uno de los libros escritos sobre Kirker, 
"Borderlander", por Ralph Adam Smith. En la portada aparece la única fotografía 
conocida de James Kirker (1793-1852), quien emigró de su natal, 
sobrepoblada y empobrecida Irlanda en busca de un mejor futuro en América. Su 
carácter y sus obras fueron un producto de los difíciles tiempos que le tocó 
vivir. Conoció palmo a palmo las tierras que hoy siembran los campesinos 
ascensionenses,  estos rincones que tan bien conocen ahora los ganaderos, 
estos cerros de los que ahora son extraídos minerales y material para 
construcción, y estos llanos donde se encuentran las colonias, ejidos y pueblos 
del Municipio de Ascensión.
El 
expansionisno norteamericano.
         El expansionismo 
norteamericano agravó más esta situación de los nde: una avalancha de 
colonos norteamericanos venía hacia el oeste -gran parte de ellos recién 
llegados de Europa, la inmensa mayoría eran pobres, pero con ganas de luchar en 
el inicio de una nueva vida- , cada vez más al oeste,  abriendo más tierras 
para cultivo, fundando nuevas ciudades, construyendo ferrocarriles, explotando 
yacimientos minerales, sacando maderas de los bosques  y acabando con los 
bisontes que eran el principal alimento de numerosos indígenas, los cuales  
también tuvieron que desplazarse más al oeste: crows, utes, shoshones, pawnes, 
arapahos, chickasaws, creecks, sahuanos, delaweres, cherokees, kiowas, 
comanches, etc.  
     Algunos grupos que vivían antes junto al Río Mississipi, en las 
orillas de los Grandes Lagos o en las proximidades del Atlántico estaban ya en el suroeste
Texas y en casi todo Nuevo México.  Así los nde tuvieron menos tierras para 
sobrevivir hacia el norte y el este. Al perder México  la guerra con los 
Estados Unidos, los indígenas que vivían en Arizona y Nuevo México, que 
recorrieron libremente durante milenos las llanuras y las sierras, se 
vieron obligados por el gobierno estadounidense a vivir en pequeñas 
reservaciones, que no siempre les daban los recursos suficientes para subsistir 
de acuerdo a su tradicional modo de vida. Muchos de ellos murieron, otros 
perdieron su herencia cultural.  

Mujeres 
nde. 
        En 1852 el gobierno mexicano se 
vio presionado por el gobierno norteamericano  para que le vendiera el 
territorio de La Mesilla, ubicado al norte de Sonora y Chihuahua. Este 
territorio facilitaría la comunicación por ferrocarril entre la costa occidental 
y el este de los Estados Unidos.  En esta región, los índígenas fueron aún 
más hostigados por los blancos, recrudeciéndose las acciones de guerra por ambos 
bandos, y particularmente por el principal grupo que desde siempre se resistió 
abiertamente a vivir en reservaciones: los nde.
        Grupos de ellos cada vez más 
numerosos se asentaban  por más tiempo en las llanuras en donde después existirían las poblaciones denominas Ojo de Federico,  Ascensión, Bosque 
Bonito, Puerto Palomas de Villa, Manuel Gutiérrez Sáenz, Josefa Ortiz de 
Domínguez, Guadalupe Victoria, Modelo, Veracruz, Ley 6 de Enero, Bismark, Niños 
Héroes...  Los nde continuaban con sus sangrientos "raids", cruzando 
sin más las líneas limítrofes estatales e internacional: atacaban una diligencia 
en un camino de Arizona, y se refugiaban, por ejemplo, junto a Ojo de Federico; de aquí iban a saquear  un rancho en Sonora, para después ir a esconderse 
en los cañones del Nuevo México, y posteriormente robar ganado en alguna ranchería 
del vecino país, para ir a venderlo a Paso del Norte, hoy Ciudad Juárez, y volvían 
a hacer de las suyas en Chihuahua.  Años más tarde no encontrarían un lugar 
en donde asentarse en paz. 
          En estas
circunstancias, en plena intervención francesa y el presidente Benito Juárez
García refugiado en Paso del Norte, el Benemérito hace planes para la
colonización de estas tierras. Entrega el 27 de febrero de 1866 a Roque Jacinto
Morón un título de 8 sitios de ganado mayor junto a la Laguna de Guzmán.
Lamentablemente, mientras no se pueda convivir con los nde no pueden
hacerse más planes para esta región.
El fin de la 
época nde.    
       A diferencia de numerosos pueblos, 
los nde no pudieron ser dominados o exterminados por los novohispanos y 
norteamericanos en poco tiempo. Entre otras causas, fue que los endé asimilaron 
de otras culturas ideas que les hicieran sobrevivir más fácil de acuerdo a sus 
filosofía de vida. Así, pronto conocieron las propiedades de las plantas medicinales y alimenticias de 
estas tierras, supieron la ubicación de los mejores lugares para alimentarse y 
esconderse, aprendieron también a usar el caballo sin silla de montar, a elaborar trampas con los 
recursos de la región para capturar animales, y a hacer puntas de flecha y 
cuchillos con metal extraído de armas de fuego cuando no conseguían el material 
indispensable para dispararlas, etc. Pero nunca asimilaron la cultura 
occidental, sobre todo esa idea que les quisieron imponer durante siglos, la de 
asentarse en  un lugar y dedicarse a las labores agrícolas permanentemente. 
 
      En realidad fue siempre imposible hacer un 
tratado de paz duradero con todos los nde. No reconocían un jefe común 
todos ellos, por eso no podía hacerse un pacto de paz generalizado. Si un grupo 
hacía un tratado con el gobierno de un estado país, esto no les impedía ir 
a robar a otro estado o al país vecino, y regresar a vender a sus hasta hace poco enemigos su botín de guerra. Otro grupo indígena podía establecerse en paz, dedicarse a sembrar y entonces ser inesperada y cruelmente 
atacado por las fuerzas armadas de otro gobierno estatal, en represalia por lo 
que habían hecho otros nde.  Así que estos victimados volvían 
inmediatamente a la guerra indiscriminada. Otro serio problema fueron los cazadores de 
cabelleras:  nde pacíficos y también otros indígenas que vivían en 
paz como tarahumares y yaquis fueron asesinados por mexicanos y norteamericanos 
que solo querían enriquecerse rápidamente: mientras más cabelleras reunían, 
mejor les iba económicamente, y les iba bien, porque por una sola cabellera 
entregada en la oficina de recaudación de rentas  más cercana, del gobierno estatal, este 
les daba a cambio una importante cantidad de dinero, más de la que pudieran 
haber obtenido en un año de trabajo como vaqueros o peones. 
      Se consideraba 
"normal" entonces que se propusieran en ambos lados del Río Bravo drásticas 
medidas  para terminar con los ellos: obsequiarles grandes 
cantidades de alcohol para que este vicio los exterminara, someterles a 
esclavitud,  regalarles cobijas infestadas  con gérmenes de viruela, 
invitarles a fiestas y ahí acabar sorpresivamente con ellos, entregarles 
alimentos envenenados, propagar entre ellos enfermedades venéreas, etc. 
Estaba claro que los nde cada vez eran menos numerosos, al parecer ya no 
recordaban o no querían recordar las parcialidades en que en otros tiempos se 
dividían, ni de las extensas y ricas tierras que tenían solo para ellos, de sus 
pequeños sembradíos de tabaco y maíz o de los numerosos bisontes que les 
proporcionaban alimento y pieles, y de aquellas tardes tranquilas con sus familias junto a sus preciosos 
arroyos en las cañadas de Nuevo México y Arizona. Sus legendarios jefes ya 
habían muerto, mientras que los nuevos jefes solo eran aceptados ocasionalmente 
por determinados grupos, de acuerdo a las circunstancias, como históricamente 
sucedía en este pueblo. Ahora eran perseguidos por ejércitos en ambos lados de 
la frontera. 
      La Guerra de Secesión en los Estados Unidos, La Intervención 
Francesa en México y los conflictos internos en nuestro país dieron algunos 
tiempos de paz a los nde, pero era claro que la suerte de este pueblo 
estaba ya echada.  
 

Victorio, dirigió la última batalla formal 
de los nde contra los mexicanos.
Tres 
castillos.
    El 25 de agosto de 1880, los elementos de  las fuerzas estatales 
-convertidos en cazadores de cabelleras-- al mando Joaquín Terrazas inician una 
campaña más contra los nde. Salen de Chihuahua rumbo al 
noroeste, en el camino se les van reuniendo más hombres. Pero no encuentran 
rastros de los nde. En esos días el jefe Victorio ha cruzado de nuevo la 
línea divisoria internacional. Pero esta vez trae también a ancianos, mujeres y 
niños, que con sus escasas pertenencias han venido a refugiarse a México; ahora 
su marcha es ahora más penosa y lenta. Trata de pasar desapercibido, evade las 
rancherías que hace algunos años no existían, y al naciente pueblo de Ascensión, 
aquí también un grupo de vecinos se han armado y al mando del Capitán Domingo Alvillar 
han integrado una Compañía más de las que se han unido a Terrazas. 
      Victorio se 
dirige a refugiarse entre las lagunas de Santa María y de Guzmán, sin saber que 
esta será la última vez que los lomeríos que rodean las lagunas le servirán de 
refugio. Terrazas se entera rápidamente, el ya ha estado en estas tierras
muchas veces, conoce los lugares por donde puede pasar Victorio, sus rastreadores han encontrado y 
seguido sus huellas, y ordena a las fuerzas estatales dirigirse rápidamente 
hacia las lagunas. Victorio se da cuenta de ello, e intenta una táctica que en 
otras ocasiones le ha dado resultado: divide a los suyos en dos grupos, el 
primero al mando de Nana, con algunos guerreros y la mayoría de las familias 
, que intentarán regresar a los Estados Unidos; el resto forma 
un segundo grupo que incluye a la mayoría de los guerreros y a algunas mujeres 
que para salvar a sus familias buscarán ser perseguidos por los chihuahuense, y 
seguirán con Victorio rumbo a la Sierra de la Amargosa. Terrazas hace lo mismo, sin caer en las trampa: envía una pequeña parte de sus tropas a seguir al grupo que va al norte. 
     Terminan enfrentándose 
ambos ejércitos los días 14 y 15 de octubre en Tres Castillos, punto localizado 
en el hoy municipio de Coyame. Los nde resisten, pero están 
fatigados, tienen pocas armas y menos esperanzas, pues su jefe fue 
el primero en caer, quizá ellos solo han venido a morir con dignidad en éstas 
ásperas tierras. En esta acción, junto con 71 de sus guerreros,  murió 
Victorio, de quien se afirma fue un niño mestizo raptado de una ranchería por 
guerreros nde, y criado por estos, se asimiló a su cultura.
. 
     Goyakla,
más conocido como Gerónimo, último 
gran Jefe nde. 
     Esta derrota no fue definitiva para someter el 
espíritu nde. Pero ya no son tan fuertes, a partir de la Batalla de Tres 
Castillos ya no serán los mismos: los nde que pisen en adelante suelo 
mexicano prácticamente vivirán huyendo. Guiados por Ju, y después por 
Gerónimo, recorren  sierrras resecas,  desiertos y llanuras, se 
esconden en cañadas y lechos secos de los ríos, soportando las peores 
condiciones de vida, como otras veces lo han hecho. Burlan a cientos de 
soldados mexicanos y a miles de norteamericanos que no cesan de seguirlos. 
Finalmente Gerónimo se rinde,  firma un tratado con el gobierno de los Estados Unidos de 
América, donde viviría y moriría prisionero, y no libre como el viento, como él 
hubiera querido.