La juventud es una etapa de desarrollo, un tiempo de aprendizaje acelerado, de ilusiones y decisiones, de éxitos y fracasos. Es la etapa de las mayores decisiones de la existencia humana.

Pero el joven de nuestros días, más que nunca, se enfrentan a duros momentos que llegan a sacudir los fundamentos éticos, morales, sociales y religiosos heredados y hasta su propia personalidad.

De pronto todo absolutamente todo cambia. Se completan y reenfocan situaciones de la niñez y se eligieran las columnas de una nueva identidad, sin dejar de poner a prueba las fortalezas propias y las de la sociedad.

No se puede dejar de experimentar la primera vez... ¿De que? Pues prácticamente de todo: cigarro, una copa, se enamora, una gama de posibilidades ilimitada e incluso inimaginables.

La adolescencia es un momento clave para nuestro futuro y es, al mismo tiempo, un periodo de mucha vulnerabilidad emocional.

La principal pregunta que se hace el adolescente es “¿Quién soy yo?”

Todos estos factores pueden ocasionar estrés, preocupaciones e incluso la depresión que es de donde parte todo el problema. La influencia de la familia y el ambiente en el que se desarrolla amigos, colonia, escuela lo pueden orillar a experimentar algunas sustancias que alteran su vida. Si se crece en un ambiente de amor y comunicación se puede llegar a evitar muchas situaciones indeseadas.

Se empieza con sencillos pasos, como es la depresion que lleva al consumo de estimulantes y estos hacen que el joven pierda control y sentidos, llevandolo a alusinaciones.

No te preocupes demasiado, todo esto se puede solucionar, ¿Cómo?, acude a centros de atención, no olvides llevar a tu familia. Tu familia es un factor decissivo, si no cambia el medio en el que te desasrrollas es muy improbable que cambie tu conducta después el apoyo, ¡No lo olvides!, no te de pena para esos es tu familia. Si es necesario alejate de las malas compañías y ocasiones propensas a caidas, las caídas suelen ser peores.