PUBERTAD Y ADOLESCENCIA

La pubertad se describe como un periodo durante el cual el cuerpo adquiere las características adultas. La adolescencia es el tiempo en que la persona crece y se desarrolla psicológica, emocional y socialmente.

A partir de ahora el crecimiento del niño y de la niña se diferencian en velocidad. En la muchacha el proceso puberal se inicia entre los 9 y los 10 años, alcanzando sus máximos a los 12 y 13 años. El varón inicia su estirón entre los 11 y 12 años llegando a sobrepasar los valores del otro sexo entre los 14 y 15 años.

Chico y chica se diferencian no sólo por la forma de crecer sino porque existe un período donde los intereses de los dos sexos se separan: en tanto que la niña observa que va llegando a ser mujer, el varón alcanza una estatura promedio mayor que la chica, que generalmente ya ha finalizado su empuje puberal.

Al cabo de estos años se reinicia el diálogo entre los dos sexos que ya se encuentran en una situación de cierta igualdad.

La pubertad es un hecho biológico e inevitable, la adolescencia es una creación social. Adolescencia implica un crecimiento psicológico relacionado con los procesos de crecimiento físicos definidos por el termino pubertad. Por tanto la adolescencia comienza en la biología y acaba en la cultura de una determinada sociedad.

La principal tarea de la adolescencia consiste en configurar y consolidar la propia identidad como persona única y madura.

Si consideramos la vida como un viaje que posee sus propias señales indicadoras, la adolescencia, es la expedición vital peor señalizada y programada.

El drama del adolescente radica en que la empresa de salir adelante utilizando sólo su capacidad de adaptación al nuevo papel en la vida, conlleva una desproporción considerable entre la meta propuesta y los medios disponibles para alcanzarla.

El malestar y confusión de los jóvenes nace del hecho de que las sociedades industriales modernas no han sabido tomar ninguna medida eficaz para facilitar al adolescente su inserción en el mundo adulto. Están prolongando la duración de la adolescencia mucho mas allá de la madurez sexual que fisiológicamente le confiere su status de adulto.

FASES DE LA ADOLESCENCIA

La adolescencia es un periodo de cambios rápidos y notables, entre los que figuran los espectaculares cambios físicos encaminado todo ellos a poner a punto la capacidad de reproducción.

Se produce además una maduración de las funciones cognoscitivas, adquiriendo el joven una nueva capacidad para pensar de manera lógica, conceptual y con visión de futuro sucediendo al mismo tiempo un desarrollo psicosocial que permite al adolescente una mejor comprensión de uno mismo en relación a los demás.

Adolescencia temprana (l0 - 13 años): El pensamiento tiende aun a ser concreto, con fines muy inmediatos, y la separación de los padres apenas comienza, con una actitud rebelde, pero si un real distanciamiento interno.

Las amistades son fundamentalmente del mismo sexo. Se tiende al grupo con un tímido avance hacia el sexo opuesto.

La religiosidad a veces se exacerba, otras se apaga, pero siempre esta ligada a los puntos de vista familiar.

Son frecuentes las demostraciones de mal genio, las populares rabietas muchas veces abiertamente dirigidas a los padres. En algunos casos estas manifestaciones pueden transformarse en conductas antisocial, delincuentes. Si estas son ocasionales, no implican necesariamente posteriores trastornos psicopatológicos.

En otros casos la alteración emocional se traduce por una retirada pasiva de los intereses o actividades habituales, encerrándose el chico en sí mismo, recluyéndose en su habitación y presentando síntomas claros o enmascarados de tipo depresivo.

Adolescencia media (14 - 16 años): La separación de la familia comienza a hacerse más real. La búsqueda de amigos es más selectiva y pasa de las actividades de grupo a otras de pareja. Busca diversas alternativas en cuanto a parejas, actividades y puntos de vista.
Piensa de forma más abstracta y juega con ideas y pensamientos filosóficos.La preocupación por los cambios físicos, es reemplazada por una pujante atención en la realidad interpersonal y en las ideas propias y de los demás.

Adolescencia tardía de los 17 años a los 19: Surgen relaciones interpersonales estables, con aproximación física y a veces, contacto sexual.

Tanto en el plano biológico como en el psicológico existe en esta fase una mayor capacidad de compromiso. Otro logro paralelo es el de la identidad, que implica una autoimagen estable.

En el plano cognitivo, la capacidad de abstraer permite planificar el futuro y preocuparse por el estudio, el trabajo su vida en pareja etc.,
La relación con la familia a veces vuelve a ser importante, con una visión menos crítica y una actitud menos beligerante hacia los padres.

CAMBIOS FÍSICOS DURANTE LA ADOLESCENCIA

Entre la multitud de acontecimientos que constituyen el desarrollo destaca el conjunto de cambios fisiológicos y morfológicos, mutuamente relacionados, por lo que todos los jóvenes tienen que pasar, que se producen durante el primer periodo adolescente comprendido entre los 11 y los 15 años.

La pubertad corresponde a la primera parte de la adolescencia durante la cual madura el aparato reproductor. Por lo común, la pubertad o comienzo de la madurez sexual, se fecha a partir de la primera menstruación ( es decir de la menarquia) en las niñas y de la aparición de vello púbico pigmentado en los niños.

Los cambios fisiológicos y corporales se deben al aumento de hormonas gonadotrópicas de la glándula pituitaria anterior. Esta glándula situado en el encéfalo gobierna y controla el equilibrio hormonal del cuerpo. La hormona estimula la actividad de las gónadas o glándulas sexuales por lo cual aumenta la producción de hormonas sexuales y el desarrollo de espermatozoides y de óvulos maduros.

Estas hormonas ( testosterona en los niños, y estrógenos en las niñas), en combinación con otras hormonas del cuerpo, estimulan el crecimiento de los huesos y de los músculos y aceleran el crecimiento general.

Durante la adolescencia se observa una aceleración del aumento de la estatura y del peso. Este aumento varía por lo que toca a la intensidad, su duración y la edad en que se inicia en los diferentes niños perfectamente normales.

En los niños la aceleración del crecimiento puede iniciarse desde los nueve años y medio o no comenzar antes de los 13 y medio. En término medio, la aceleración del desarrollo comienza alrededor de los 13 años, llega a su máximo a los 13 y medio y los 14, y luego va descendiendo hasta ajustarse a los ritmos anteriores a la aceleración cuando se tienen mas o menos 15 años.

En las niñas la aceleración del crecimiento puede comenzar desde los siete años y medio o no iniciarse hasta los 11 años y medio. Sin embargo, la aceleración del desarrollo, por término medio, comienza en las niñas alrededor de los 11 años, alcanza su máximo a los 11 y medio y a los 12 años y luego desciende rápidamente al ritmo del desarrollo previo a la aceleración hacia. Los 13 años, en cuanto que un crecimiento mas lento suele proseguir durante varios años.

La creencia de que las niñas maduran antes que los niños, es debido al hecho de que las niñas alcanzan su peso y su estatura adultos unos años antes que los niños.

Cuando se acerca la pubertad las proporciones corporales de los niños y de las niñas también sufren cambio, aunque también este cambio es más tardío.

A la par de los aumentos de estatura y de peso que se producen, se lleva a cabo también cambios fisiológicos menos evidentes.

Casi todas las partes del cuerpo sufren algún cambio durante la adolescencia y el tamaño de muchos tejidos aumenta.

En los niños, se observa una disminución el espesor del tejido grasoso que se encuentra debajo de la piel, y la proporción de peso corporal que representa la grasa disminuye durante este periodo. En las niñas, tienen un tejido grasoso más espeso .

Los huesos cambian de tamaño. El grosor no es muy diferente entre niños/as durante la niñez, pero el crecimiento es evidentemente mayor en los varones durante la adolescencia. Los huesos sufren un cambio interior también. A medida que aumenta el tamaño, el cartílago comienza a calcificarse, lo cual hace que los huesos se vuelvan más duros, más espesos y más frágiles. Este proceso de osificación se acelera durante la pubertad.

En las niñas la aparición del botón del seno (a la edad aproximada de 11 años) es uno de los signos claros y externos del cambio reproductivo.

PERSONALIDAD DEL ADOLESCENTE

El/la adolescente se encuentra inmerso en un mar de ambigüedad, de contradicciones. Se puede incidir en esas contradicciones procurando mostrar que la vida abre muchas posibilidades, procurando hacer ver el término positivo de cada contradicción. Podemos trabajar por que sean "personas con ganas de comerse el mundo", antes que arranque ante seres amorfos que se debaten entre la depresión, la frustración, la anorexia y otras hierbas.

El adolescente anhela y duele, por una parte desea la libertad y autonomía del adulto, y por otra añora la irresponsabilidad de la infancia. Se resiste a abandonar la placidez y la visión lúdica del mundo infantil que deja atrás y, al mismo tiempo, tiene prisa por arrumbar con todo ello y ser tratado como un adulto. Se pueden crear estrategias para que el alumno llegue a darse cuenta de que la vida es "un toma y daca": en la medida en que vaya mostrando responsabilidades, irá conquistando libertades.

Más que discursos hay que proponer actividades que faciliten que los chicos y chicas se pongan a prueba, frente a sí mismos y frente a los demás. Nada es más provechoso que concitar el diálogo entre ellos. El profesor es más bien un facilitador de la reflexión del alumno y de su interacción con los demás.

DESARROLLO COGNOSCITIVO EN LA ADOLESCENCIA

Los notables cambios fisiológicos y físicos que se producen en la adolescencia tiende a velar el hecho de que al mismo tiempo se están efectuando cambios impresionantes en el desarrollo cognoscitivo.

La adolescencia es el periodo durante el cual la capacidad de adquirir y de utilizar conocimientos llega a su máxima eficiencia.

El nivel de funcionamiento intelectual alcanzado a finales de la adolescencia o a comienzo de la etapa adulta y el grado en que esta capacidad se ejercite durante un periodo determinaran, en gran medida, el curso futuro del funcionamiento cognoscitivo adulto.

Los cambios que tiene lugar en el funcionamiento cognoscitivo durante la adolescencia reflejan lo mismo cualitativa que cuantitativamente. Según la teoría de Piaget, el adolescente pasa de la etapa de las operaciones concretas, que caracterizan el pensamiento en los años de la niñez intermedia, a la etapa de las operaciones formales.

Al aparecer las operaciones formales, el adolescente adquiere varias capacidades nuevas importantes:

Puede tomar como objeto a su propio pensamiento y razonar a cerca de si mismo.

Puede considerar no sólo una posible respuesta a un problema, situación o explicación, sino varias posibilidades a la vez.

La capacidad de generar hipótesis sistemáticamente y de compararlas con testimonios, aumenta enormemente la capacidad del adolescente para entenderse consigo mismo y con el mundo que le rodea.

El adolescente, que tiene conciencia de la arbitrariedad de sus hipótesis y de su cualidad mental, está preparado para renunciar a ellas y formular otras. Esta capacidad de distinguir entre el pensamiento y la realidad se deriva de la capacidad de tomar en cuenta todas las posibilidades de la situación, y es este darse cuenta de la posibilidad lo que señala la verdadera diferenciación entre pensamiento y realidad.

El pensamiento adolescente se vuelve más abstracto también, es decir, más general y más divorciado de la experiencia inmediata, que el del niño de menor edad. Mientras que el pensamiento del niño es más concreto, el adolescente se le entiende fácilmente con las metáforas.

Es fácil ver que sin los cambios cuantitativos y cualitativos de funcionamiento cognoscitivo que tiene lugar en este periodo del desarrollo, el joven seria incapaz de lidiar adecuadamente con muchas de las demandas intelectuales que se le hacen durante este periodo.

El adolescente ahora, es capaz no solo de captar el estado inmediato de las cosas, sino también de entender los posibles estados que estas podrían asumir. Esta nueva conciencia de la discrepancia entre como son las cosas y como podrían ser, probablemente es fundamento de muchos de los sentimientos recurrentes de depresión y de inconformidad de los adolescentes. La conciencia de la discrepancia entre lo real y lo posible también contribuye a convertir en rebelde al adolescente. Constantemente compara lo posible con lo real y descubre en lo real multitud de faltas patentes.

La aparición del pensamiento operativo formal afecta también a la idea que el adolescente se forma de sí mismo. Comienza a dirigir sus nuevas facultades de pensamiento hacia adentro y se vuelve introspectivo, analítico y autocrítico. Realiza esto con alguna ecuanimidad, puesto que reconoce ahora el carácter privado del pensamiento y sabe que no tiene que compartir con otros los resultados de su autoexamen.

Sin la capacidad de pensamiento abstracto de conceptuar posibilidades hipotéticas sustitutivas de la realidad existente y sin la adquisición de criterios para distinguir entre la verdad y la falsedad, muchas de las preocupaciones características de los adolescentes no serían posibles.

El desarrollo de los valores y de los principios morales, la preocupación por la introspección y la autocrítica, la conciencia de sí mismo, que se refleja en las relaciones con el yo y con los demás, y el desarrollo de las metas futuras y de los planes de vida que caracterizan a los adolescentes, todos, depende, en grado considerable, de la maduración cognoscitiva que tiene lugar durante la adolescencia.