Aplicación de un modelo de Teoría de Juegos dentro de la Ciencia Política

Legados institucionales y estrategia electoral
(II) 
PRIMER JUEGO: 
EL DILEMA DE LA SEGURIDAD JURIDICA

 

Reproducido para efectos exclusivamente académicos de:
Aníbal Pérez Liñán,
 University of Notre Dame, y
José Corbetta, y
Ramiro Ambrosioni
Universidad de Belgrano
Versión 20 de setiembre, 2000

(Temas de Negociación no asume ninguna posición política dentro del planteamiento científico adoptado para presentar el tema)

Se ruega no utilizar 
su contenido sin
  autorización por escrito.

America Latina, 2001





 

 

Imaginemos un juego en el que participan tres jugadores: 

  • el gobierno saliente GS

  • un grupo económico de primer nivel que aspira a obtener los contratos ofrecidos por el gobierno, E, y 

  • un candidato de la oposición que aspira a constituir el futuro gobierno FG. 

El objetivo principal de GS en este juego es cerrar los contratos antes de que expire el período de gobierno. 

 

Esta preferencia puede ser entendida como un intento por acaparar los últimos frutos de la corrupción antes de abandonar el poder, pero también puede ser entendida como un interés genuino del gobierno por resolver importantes problemas con anterioridad al período electoral—en este punto, la interpretación sustantiva del juego queda librada a la preferencia del lector.  

 

Idealmente, GS preferiría cerrar los contratos con E dado que es un empresario de primer nivel que garantiza el cumplimiento de los acuerdos y brinda legitimidad al proceso, pero eventualmente prefiere cerrar los contratos con otro empresario si E se abstiene de participar en las ofertas.

 

El objetivo principal de E en el juego es obtener los contratos del gobierno.  Dado que E es un grupo empresario de primera línea, podría ganar los contratos en una licitación futura, pero para minimizar el riesgo este actor preferiría asegurarse los contratos en el corto plazo—incluso si esto exige un costo adicional limitado en términos de sobornos a los funcionarios del gobierno saliente.  

 

En una licitación futura, E ganaría los contratos con probabilidad g, en donde 0£g£1.  Es importante notar que E es un actor moralmente neutral.  Es decir, no tiene una preferencia especial—ni repugnancia—por un arreglo corrupto, simplemente desea asegurarse la concesión de los contratos lo antes posible. 

 

El escenario es riesgoso, sin embargo, porque el futuro gobierno podría revisar los contratos.  

 

De este modo, E está atrapado en un dilema.  Si obtiene los contratos del presente gobierno y éstos son revisados en el futuro, no solamente pagará el costo de la negociación con el gobierno saliente (sobornos, costos de oportunidad, etc.) sino que finalmente perderá los contratos de cualquier manera—efectivamente, éste es el peor escenario posible para el empresario.  

 

De saber con seguridad que el futuro gobierno revisaría los contratos, E postergaría las negociaciones para reservar su capital—y su capacidad de soborno—para la próxima licitación.  El problema es que si el futuro gobierno no revisa el caso, el gobierno saliente puede asignar los contratos a los competidores y E perdería toda oportunidad de ingresar en el negocio. 

 

El tercer actor es FG, el futuro gobierno.  FG desea conservar control sobre los contratos y su escenario ideal es aquél en el cual el gobierno actual no contrae nuevas obligaciones antes de su salida—esto es, posterga las licitaciones para el próximo período constitucional.  

 

Este ideal, sin embargo, resulta improbable dado que el gobierno saliente no tiene incentivos para cooperar con FG.  FG puede revisar los contratos en el futuro—y recuperar así el control sobre las licitaciones—pero ha basado su ascenso electoral en la defensa de la seguridad jurídica y revisar los compromisos públicos tendría un costo para su credibilidad frente a la opinión pública y, en particular, frente a la clase capitalista. 

 

La estructura de preferencias de los tres actores está resumida en la Tabla 1.  Por motivos de claridad en el argumento, el juego presenta tres pagos simples: –1, cuando el actor recibe su peor opción; 0, cuando recibe su segunda alternativa, y 1, cuando alcanza su objetivo preferido.  Estos pagos tienen sentido heurístico, y podrían ser reemplazados por otros pagos representando la misma estructura de preferencias.[1]

 

 

TABLA 1.  ESTRUCTURA DE PAGOS PARA GS, E Y FG

Pagos

Gobierno Saliente (GS)

Empresario (E)

 

Futuro Gobierno (FG)

1

Cierra contratos con participación de E

Consigue contratos

GS no firma contratos.  No hay necesidad de revisión.

0

Cierra contratos, pero sin participación de E

No paga a GS, pero pierde contrato

FG preserva credibilidad pero reconoce contratos firmados por GS

–1

No cierra contratos tardíos

Paga a GS y pierde contrato

FG viola promesa de seguridad jurídica y revisa contratos

 

La Figura 1 sintetiza la estructura del juego.  Cada uno de los tres jugadores tiene dos estrategias posibles.  

 

El primero en mover es el gobierno saliente, que deberá decidir si concede nuevos contratos (estrategia codificada como N), o si difiere las negociaciones para la próxima próxima administración (~N).  

 

El segundo movimiento corresponde a E, quien debe decdir si prefiere negociar con el gobierno saliente (P) o evitar la participación en las licitaciones en curso (~P).  

 

El tercer movimiento se produce con posterioridad a la transferencia de gobierno en caso de que FG gane las elecciones.  Corresponde al futuro gobierno decidir si revisará los contratos (R) o si respetará los compromisos públicos heredados de la administración anterior (~R).  

Actor

Estrategias

GS (Gobierno Saliente):

N (Negociar Nuevos Contratos), ~N (Postergar contratos)

E (Grupo Económico):

P (Participar en negocio), ~P (Esperar próxima vuelta)

g (Probabilidad de ganar licitación en segunda vuelta)

FG (Futuro Gobierno):

R (Revisar los contratos), ~R (Aceptar validez de contratos)

 

(Recompensas en negrita señalan resultados en equilibrio)

  

Cada “rama” del árbol representa un posible movimiento de un actor.  

 

En caso de que el gobierno saliente decida no convocar a la licitación (~N), el juego finaliza inmediatamente.  

 

En caso contrario, los otros actores deben jugar.  

 

Los valores entre paréntesis muestran cada posible resultado del juego: el primer pago corresponde a GS, el segundo a E y el tercero a FG.  

 

Por ejemplo, si el gobierno saliente llama a licitación, el grupo económico se abstiene de participar, y el nuevo gobierno revisa los contratos (trayectoria: N, ~P, R) el resultado para los actores es (0,g,-1).  Esto es, GS otorga los contratos sin la participación de E, E obtiene la licitación en la segunda vuelta con probabilidad g—cuando el contrato es revisado—y FG pierde credibilidad en defensa de la seguridad jurídica. 

            

Es importante notar que de los cinco resultados posibles, sólo uno resulta viable si todos los actores protegen sus propios intereses.  

 

Este resultado constituye un equilibrio Nash, en el sentido de que ningún actor cambiará su estrategia a menos que otro lo haga.  

 

La posición de equilibrio puede identificarse fácilmente utilizando el método de inducción inversa.  Observemos al último actor en mover, FG: en cualquiera de los dos nodos, su estrategia dominante es ~R, dado que el resultado final es preferible a las consecuencias de revisar los contratos (R).  Sabiendo que FG no revisará los contratos, E moverá P (participará en las negociaciones), de forma de asegurarse la licitación.  GS, por su parte, siempre tiene N como estrategia dominante.  De esta forma, la trayectoria N, P, ~R (recompensas en negrita en la figura) constituye el primer resultado en equilibrio. 

 

La principal conclusión del juego es que E tiene fuertes incentivos para participar de un arreglo corrupto con el gobierno saliente—dado que un gobierno honesto cumplirá con su palabra de defender la seguridad jurídica.  

 

Esta situación genera una verdaera paradoja electoral para FG.  Cuánto más se esfuerza por presentarse ante el electorado como un candidato honesto, cuánto más enfatiza la defensa de la seguridad jurídica, mayor es la probabilidad de que los empresarios accedan a participar de acuerdos corruptos con el gobierno saliente.  

 

¿Cómo salir de esta trampa? 

 




Continuación




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