1946

#Carta en la que el "Cintinela" invita al "Tardío" a fiestas
Por la copia: JOSÉ Mª MATEO.
#La Campana que fué Cañón
MIGUEL MARTINEZ

Carta en la que el "Cintinela" invita al "Tardío" a fiestas
Corella a 20 de setiembre de 1946.

Querido felíziano: Malegrare quial recívo destas cortas linias sus encontreis víen nosotros vien aDíosgracías.

Ya sabes questan encima las fiestas de S. Migel y que sus esperamos queban a ser de mucho rruído í estiaño mas que vabel rrazonamiento y todo con azeite y azucal vlanca que seladícho a su tía lalcalde asíque sus esperamos.

Madícho mi vecino el quendas ques un chirimbolo que bamatal dos bacas mucho biejas y mucho perras questiaño no torea el Darío questa de luto y queleban a dal bente moscos polmatalas.

Oye felízíano ya me trairas una segunda y dos primas pala gitarra grande que le bamosadal serenata al ministro los de la rrondalla y lasquetíene el San tiago nobalen.

Oye felízíano yamediras siesberda quiaí muchas perdices poel Cantarral quema dicho quíabía muchas el Gaspl] el Perena pa gualdal lazucal papolvora.

1 Lotro dia estuboel lívorio vuscandoen Portildelovos unas matas pal cocímíento pami cuñadillo quesecayo pol un turrumbero cuandíba cazal mariguelas i se movio carne en salbasea la parte y se trajun brazau de lo deortiz

Estiaño avído pocas codolnices y tengo que decíte quimos cazau una blanca y la tenemos engaulada que cayo diala.

Conegos aí vastantes quiaiquever los que matan el silvio y el güesos pola noría pola almagua y pol riogulcemaí.

Oye felíziano ya me dirás síai agua en la valsa Baldearañon i sian puesto pozal en lo de Baldejimena i síaí abellotas estíaño traíte tamíen un talego de t de rrísco quíarregla mucho vien el cuelpo.

El rruso estaunpoco delgau yacogido vastantes manoamano despues de la tocata queledío aquel pispajo de falnaquílla po los coscofos en casadon josemaría no la zenemos con arroz.

Estiaño balauba vastante rretrasada y poca quízo niebla cuando laligacíon pa navída le daremos ceríl ala pitarra pero elbarríga yamedara sin vautízal delque tienen el sumaríno ya tembiare paqueches aceitunas que tenemos una pasadíllaen guarre cuando mandea San Adrian.

Vueno felizíano yaicharas cuatro curtos alalfolia y polsiacaso falla lo del rrazonamiento no bendria mal una votellíca díaceite pacelos y pasi acemos tomatada.

Tu amígo que loes - JULIAN.

P. D. No tesolvíde lo del azeíte.

Por la copía, JOSÉ Mª MATEO.

La Campana que fué Cañón
MIGUEL MARTINEZ, 1946

Entre las cosas que más admiración nos causaba cuando de pequeños visitábamos el Santuario del Villar, era contemplar atónitos las campanas de la torre y decírnos con misterio los unos a los otro: «Mira esa campana - y señalábamos con el dedo la mayor -, era de un cañón que quitaron a los moros en la guerra».

Pero ahí se paraba nuestra conversación, pues sí nos preguntábamos o preguntabamos a otros, cómo había sido aquello, quién la había traído, cuándo, de dónde, etc., nadie nos daba respuesta satisfactoria.

¿Puede darla la historia? He aquí brevemente resumidos los pocos datos que he podido recoger, suficientes, no obstante, para responde cumplidamente a las preguntas anteriores.

La campana en cuestión se debe a la generosidad del insigne caballero D. Gaspar de Goñy y Vidarte, hijo de D. Francisco Goñy y de Dña. Ramona Vidarte, descendiente por línea paterna del famoso Teodosio de Goñy.

Se dedicó a la carrera militar, en la que obtuvo merecidos lauros que honran grandemente su memoria y ennoblece su ya nobilísima prosapia.

Graduado de Cadete en Segovía, fué ganando en legítima campaña, todos los grados de su carrera, hasta conseguir el de General.

Declarada la guerra de Africa, tomó parte en las batallas de Ceuta, Sausa y Vad-Ras, y obtuvo por sus fuerzas ser propuesto para la Cruz de primera clase de San Fernando en el mismo campo de batalla, siendo condecorado con dicha insignia en Diciembre de 1859.

Debido a sus relevantes y extraordinarios merecimientos, el Senado y Congreso de los Diputados acordó por unanimidad declararlo Benemérito de la Patria. Obtuvo, además, otras muchas condecoraciones que sería largo enumerar.

Baste lo expresado para que nos sintamos justamente orgullosos de que un paísano nuestro haya contríbuído en tan alto grado al engrandecimiento de la Patria.

Este esforzado militar era también excelente cristiano y entusiasta admirador de su ciudad natal. Así, pues, al entrar victoriosamente en Tetuán al frente de sus dívisiones el día 2 de mayo de 1856, pidió a los jefes superiores el primer cañón que había sido cogido a los moros. ¿Lo quería como recuerdo de su contribución a la conquista de aquella ciudad? ¿Quería que, expuesto en su casa, mostrare a los visitantes su heroísmo y pericía militar? No; lo quería para pagar a su Madre del Víllar, a cuya protección se encomendaría antes de entrar en batallas, el beneficio de haber salido ileso y victorioso de aquella accíón.

Mandó, pues, fabricar con él una campana, que, poco tiempo después, fué colocada en la espadaña de la Basílica del Víllar, donde todavía se conserva.

¡Hermoso cambiol El Cañón que arrojaba por su boca hierro y metralla, y que con su lengua de fuego mató e hirió a muchos españoles - tal vez a alguno de Corella -, deja oír hoy su voz vibrante y amorosa invitando a los corellanos a visitar el palacio de nuestra excelsa y adorada Patrona.

Dichosa humanidad si todos los cañones del mundo se convirtiesen, aún antes de haber sido usados, en campanas de los templos que con su lenguaje sonoro, recordasen a los hombres sus más graves y a veces más descuidadas obligaciones.

¡Otra sería la faz del mundo y no estaría tan lejos el día venturoso de la paz mundial ¡

MIGUEL MARTINEZ