Soy
hincha de River.
Y lo digo otra vez porque me siento orgulloso: soy hincha
de River.
Uno no sabe muy bien porque, pero hay algo que lo mueve a
salir de su casa un domingo, tomarse el colectivo, pagar
la entrada, alentar. Tiene que haber algo mágico, porque
sino no se explica. Por ahí todo se reduce a esos
momentos impagables en los que se está en una popular
llena y se vé la cara de la gente, se vé la masa
saltar, cantar, en un murmullo que aturde, pero que no se
entiende bien que dice, en gargantas y gargantas. Porque
esos momentos existen, en los que dejamos un segundo ese
estado de éxtasis, de embriaguez, para contemplar
nuestro alrededor mientras un chucho de emoción nos
recorre el cuerpo. Pero después volvemos a entrar en la
locura. Soy hincha de River.
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