CARTA  DE  SYLVIE

PABLO OSORIO, El Guerrero del Aire,  murió en febrero de 2003 pero dadas las terribles características de la tragedia aérea acontecida, varios de los militares fallecidos tardaron en ser identificados y entre ellos estuvo él; hubo entonces que efectuar pruebas de ADN para la identificación de los restos, y  por eso sus funerales se realizaron hasta en el mes de Mayo de 2003. Durante todo ese tiempo antes del funeral, durante el funeral y hoy aún, he girado al vaiven de una danza de emociones profundas que ignoro si algún día podré traducir en palabras, es un sollozo turbulento y mudo, pleno de angustía y pena, es un dolor salvaje que arrasa al alma, dolor sin tiempo ni fronteras, dolor de hecatombe y desastre, dolor arrollador y misero por el continuo repetir de la más triste visión: " Un helícoptero que golpea una acerada montaña rompiéndose en pedazos y rompiendo en instantes con estruendo los sueños e ilusiones de 23 jovenes y valerosos militares...".

PABLO ANTONIO fue un héroe de la milicia y de la vida, siempre entregado a servir y ayudar a los demás, y hoy arropado por el manto de Gloria de la GRAN FUERZA CELESTIAL, seguramente con mayor ahínco velará por la gran masa de desprotegidos y necesitados que sufren los rigores de un planeta azotado por la corrupción, la ambición y el egoísmo. El como nadie sufría y se afectaba por la desigualdad y la miseria que dominan nuestro entorno, fue un hombre de conciencia social muy sensible al dolor ajeno.

Aún suenan las dianas y los tambores de sus batallas en la vida, y aún verdes permanecen los laureles de sus victorias, a pulso y con lucha logró sus objetivos, y voló alto en ideales y espiritualidad. Se rompió en trizas el halcón negro y el cuerpo del héroe calcinado y destrozado desapareció, pero en explosión y llamarada, su esencia superó las alturas frecuentadas en sus vuelos habituales y retomó el sendero lumínico de la Dimensión Divina. Hoy él no cumple órdenes de Generales y Coroneles, hoy recibe amorosa instrucción y guía del Gran Espiritu Creador que nos dio el impulso vital.

Hacía allá partió ... y al alcanzar la altura celestial (A pesar de la oscura bruma de la densa capa de nubes dado el mal tiempo en la zona de la tragedia, para nuestros héroes la luz del sol fue más brillante y el azul celeste mucho más celeste) nuestro paladín mutó en centella de luz más veloz y potente que su propia máquina. El héroe partió con la mirada fija en nuestros Andes y con el alma entregada a Dios, la Providencia tomó su existencia terrenal conduciéndolo ella misma a las alturas superiores de donde no se retorna.

En quienes tuvimos el privilegio de conocerlo su recuerdo vivirá .

SYLVIE  LAVOIE