BELIA E. SEGARRA
Nacida en Lares, Puerto Rico, en 1958. Poeta, cuentista y ensayista. Fue co-fundadora y
miembro de la junta editora de la revista Filo
de Juego. Junto a este grupo de
poetas participó en diversos recitales. Su
poesía ha sido publicada en revistas como Extremos,
Exégesis, Tríptico y el suplemento cultural En rojo, del semanario Claridad.
Asimismo ha publicado en revistas cibernéticas como Artnovela.com y Letras
Salvajes. Tiene a su haber varios libros inéditos de poesía. Ente éstos: Nuevemilésimas y Detrás
del seno izquierdo la serpiente.
La noche saltimbanqui
La noche saltimbanqui
Con su luz ditirámbica
Gajiletes trae
De afiebrados costados
Y una gran cruz
De
luz eutanásica
El eunuco impostor
Del rigor rumor
Post mortem
Brinda saludos
De aguaceros sulfurosos
Parirá rayos de adverbios machos
Y el adjetivo nitroso
Cavernosos qué
Testarudos setas
Testaroso el pliego
Cortacorriente
Rumuroso
Relamido el lápiz
Relajido
Latidoso el
gaznate
Vendrá otra vez la ache
con Colón y
sus tres carabelas
Columpiándose se acercará
En la amanesura
De las mañaspasas
Con sus pasamanos
De verbos imberbes
Sentenciosa
Aproximándose
A la raíz cuadrada del nueve
Dirá:
Sea la luz
Y caerá el rayo
Presuroso.
Matará el gato triste y azul
que tramitaba
pernoctar
en algún
rincón de mi casa.
Y la poesía tendrá que esperar hasta mañana.
ENHEBRO AGUJAS
coso maliciosos códigos
prisioneros de tus amaneceres
para cerrar los broches del pecho
o cosificarme en tus sienes
A punto de recoger mi señorita porfía
tengo que darle un "reboot" a mi
computadora
su desgastada conciencia es mensajera
de la mañana moralista
Sólo las herraduras de los potros de Atila
navegan benévolamente
en esta basura o en los suspiros del viento
Con miradas torpes entro a la última aurora
de Pantaleón y sus visitadoras
me encierro en sus archivos temporeros
bajo la austera supervisión de un monje marioneta
mal copista hace seis mil años
de las llamadas buenas letras.
Incubados los ojos de gallina rebelde
El huevo no quiso editar mi sorpresa
Sólo Pessoa me invitó a callarme...
No diré nada...
Entre dientes la mirada de muslos metafísicos
ha deseado pasear el pestillo petulante
en el umbral de la puerta agónica
Posado en el tocador del silencio absoluto
lanzaré un hermafrodita reojo
por encima del tic tac deseo invicto
jugaré con su carnet de identidad
Arrojaré fuegos artificiales
por la palabra del universo
al universo de la palabra
a su abismo negro...
¿Cómo crear lo indefinible de nuevo?
CRUJIDO PAVOROSO DE AMOR PROFANO
No me interesa ser Dios
Pero el poeta está ahí
Para volar al torcido clavo la cabeza
Tampoco me interesa ser pisapapel
Porque aún entro derecha
Al juego de la ruleta rusa
como criada de
la casa
O
Como ladrón en la noche
( si a usted le
parece)
Con el tiempo justo para sonreírle
A mis mahones de acero
A las células fecundas de ternura
(Como si fueran mi primera muñeca)
¿Quién se
atreve a colocar grilletes perfumados
A mis ojos arcabuces
En medio del charco de arrogancia
soberana
Con su aliento de muerte?
Regada como caspa
En los suburbios de la explotación
Se disuelve la mentira sediciosa de
algunos hombres
Que nos hemos creído todos:
La gloria reside en ser mujer, pobre y
débil
Y que un adonis indague en tus cavernas
Como sabio caballero andante
Que pague los plazos atrasados
De tu sexo venido a menos
En la fiesta de máscaras de la videocasetera
Cargada a la cuenta de tus senos
En un motel profano
Mientras se puebla su lengua
De sabores incompletos
II
Debería mantener el balance
De mi sostén en cada bocado de angustia
ese pecho
ajusticiado en las consumeristas manos
Entre el influjo de lápices labiales
suculentos
Sin que me desmenucen las injusticias
del mundo
Sola muy sola con este deseo promisiorio
(Que no entiende nada de política)
Y el ritmo epigonal
de las piernas convulsas
Traigo a cuestas el orgullo de las
mujeres que mueren de pie
En las desvergonzadas fábricas
Que como bestias con aureola angelical
Chupán el dolor
de su frente
Con las botas puestas ante la inocencia
Mientras José, Nickolette,
Sammy o Juanita
Se les van a la mano de la vida
Por el desagüe del fregadero
Hoy proclamo la equidad entre los sexos
Y condeno los parturientos
dolores del universo
Exijo entregar las llaves
para no tener
que abrir a patadas la puerta
o abrirme
paso como nueva amazona
que se ha
cortado el seno derecho
para que el
tiro del arco sea más certero
HOLLINENTAS ALAS
Sin brújula
están tus alas
y tus versos de puntos incompletos
(intelectualmente hablando)
como no son automáticos
queman almas nobles y recuerdos.
Sólo los versos imantados al secreto
del decir tumultuoso del cristal y el cerebro
develan la humedad del alma
y delatan al imitador en ciernes
que levantará su mano
y se tragará mi cierre.
Hay dos puños esposados
barriendo
la hoja seca de sus líneas
hiperbólicas
Y mi estrella mendiga
impulso de tu eco
saltó del puerto....
Sólo mi mapa espera por el secreto lugar
donde encontrar la morada
de mis sílabas incongruentes
Y el zafacón del universo
con su ardor rompe cercos
quizás para atrapar mis versos...
Que no me copien los inconversos
ni me lean las espigas idiotizadas del cerro
Con los gritos de la tierra
y las armas nucleares viento en popa
quizás a esta letra automática
se le acabará la leche....
Huellas dactilares
Voy liberando
Fotografiados escondites
Toneladas irreverentes
De desempleados caprichos
Déficit de duras sustancias
Entrampados
Mercados de rencores
Angustias devaluadas
Rebozados aguaceros
De totalitarias sombras
De empecinados sueños
Derrotas embelesadas de antemano
Hoy
Sale la palabra desplegando
Su abultada carga de símbolos
a tomar el sol de la noche
Su pan de cada día...
Y todavía alguien hoy
Persigue sus corrientes…
EN EL CRÁTER IMPRECISO
En el cráter impreciso
mi sed y la medusa se restriegan
Construyo carnavales de ojos
monto en el cuello de la demencia
o en una de mis noches amarillas
(Las mariposas se desintegraron
cuando fragmentos del Columbia
le hablaron muy alto a sus mejillas)
El poema se le perdió al domingo
No debo olvidar que estaba triste
Se perdió el anillo de Sakuntala
un peripatético oficial israelita
una lágrima de ocho años
entusiasmada con los ojos rojos
en la cuadratura de Wisconsin
Dos tejanos:
Uno amarillento como el sol
Uno lobo en las flores que me habitan
Y un piloto de papel militarista
que jugaba desde niño con los aviones
Sólo quise saltar a la ausencia de sus últimos minutos
Pasada las nueve
Salté despavorida por los cangrejos
que habitan en el útero de mi anciana saliva
Algunos escorpiones vestidos de hombre
excitados deambularon por mis gazapos
Se hace difícil morir Doscientos cinco mil millas
más arriba de la velocidad de sus sonidos
Monto de nuevo muy alto con mis ojos sudorosos
buscando la esquina más deteriorada del asombro
o la timidez de mis zapatos que se niegan a ser taxistas
Sólo salí a tomar la ausencia por sorpresa esta noche
y un proyectil de tristeza me hiere mortalmente
mientras mi gata duerme en mi regazo.
TRATADO MODERNO DE INTENSIDAD GENERAL
Improviso
lo oscuro que cuelga del pecho.
A raudales tu arquitectónico aliento
entraría
con sus estambres de rabia
a hurgarme los oídos... gratis.
Y el pie
entraría más tarde
(Porque le ganó una cana al aire)
con su punta de ruido
a ceñirme la estrategia de sangre.
Te meterías apoyándote en lo pesado del sueño
por donde la almohada empelotonada quiere rescatar
el vuelo de la sístole interplanetaria.
Para clavarme la sentencia de muerte
por las pulcras mordazas del cráneo
penetrarías
a cerrarme el movimiento viril y perspicaz
de este secreto
que en forma de alas se extiende por el aire.
¡Ah, metida sociedad sin memoria!
¡Cómo paseas tu mudez callejera por mi dolor!
Hila que hila la tejedora
para calibrar la rueca del hambre
Si por lo escindido del instrumento instantáneo
pudiera cerrar las tres cuartas partes de tu todo
las insurgentes sábanas me dolerían menos
en la piel de cada noche.
¡Sí, de los ángeles es este fermentado amor!
y la lozanía de los trozos que faltan al cuerpo!
Me acerco a la ventana para igualar lo
estético
Me acerco a la ventana para igualar lo estético
entre escaramuzas de hierro
los hombres mansos escriben versos
La paz no se aventura a escalar mi cerebro
un camión de varias toneladas
deja la basura sobre el pecho
Ahora los veintinueve vertederos puertorriqueños
no serán suficientes para tolerar mi acecho.
Precisamente hoy,
El reciclaje de manos inertes permuta las sombras por siempres.
Mi madre no supo organizar mis escritos de aluminio.
Y el amado se ha vuelto a frotar los ojos...
sólo quedan nueve gatos en el patio
uno de ellos como un tiburón caza mis libros
Verdaderamente hay sales impolutas
muertes amarillas
y en el cogote de tu camisa
Mi verbo se ha hecho carne.
ORACIÓN
CLANDESTINA AL CIELO
Sacude el ala del
atrevimiento
ante el atrevimiento del
obstáculo
Nicolás Guillén
Señor, antes de cometer
este acto insubordinado
y en medio del
dolor del mitin de personalidades
Si me escuchas
Recibe toda la gama de colores
en la
posibilidad del aguacero
Si no me escuchas
Perdonada me siento Señor,
que no es
para tanto
Señor,
¡Qué escollo
inútil
la desviada
solidaridad de mi pueblo!
Instantáneamente se agruparon
rebosadas alas de petulantes serafines
para denunciar
la enemistad de la porfía
y la guerra de
los cuerpos vivientes
dos semanas
después del 15 de febrero
(las
crestas de odio y estiércol
también se mezclaron
en el tintero)
Se Interrumpió el canto de amor de San Pablo
en siesta
robada de sosiegos
el amor nada
fue
nada fue el amor
entre las gentes
Señor,
¿Por qué
frente a la Torre
Buscaba afanosa
abrir la ventana
del abrazo verdadero
¿Por qué?
me adelanté al
alborotado riesgo
de lanzarme
a multitudinarios agravios
Dentro del mismo gremio
Con todas sus contraindicaciones
Del ruido a la mudanza de nuestras pieles-“cocteles”
De ese ruido yo no sé, Señor,
que sólo tu
saber de eternidades sabe
Alguno habrá dicho:
amanecimos a este siglo
En plena catástrofe conyugal con nuestros versos
Para Instalarlos en el estallido precoz de febrero
Y Volver quizás, a protestar en marzo,
Señor,
Apiádate de los que no te conocemos
Ni conocemos el lastre de un bizco apasionamiento
Todos queremos que termine la preventiva guerra
Que apenas comienza en nuestro suelo
Y Permite señor
Que nos reunamos en Paz, desde adentro
Haz que desaparezca la esquina
donde abofeteé a
mi hermano
Yo, la más desafiante e irreverente
Entre calaveras amarradas
y lluvia ácida de alacranes
Adivino los sonidos de los muertos
Que en calurosa marcha camionera
Se infiltrarán en la procesión
de la billonaria danza de los
féretros
para reprimir
desde su infamia
los escandalosos
nichos del cerebro
y corromper la
liviandad del medio ambiente
Apenas siento consuelo, Señor
Desde este cabizbajo escalofrío
En la desmilitarizada zona del cerebro
Donde mi pensamiento bebe delirios
Y poblados insomnios de gritos descompuestos
En vano, Señor,
llamo a la
justicia desde este monte
Perdóname, si no te conozco y hablo en tu nombre
En el certamen de palomas-rezos
Quise llegar frente a esa Torre primero
Y un dolor milenario estranguló mi garganta
Y un esputo de sangre atribuló mi verso
En vano oculto ese otro tipo de miedo
El miedo de no querer entender
la
malcasada voz de la
muerte.
Y a Gritos querer llegar llorando bien a mi propio destierro
¿Cómo adornaré
ese espanto incrustado
en el umbral de
tanto ojo reventado en escenitas familiares?
Después de mi desmesurada compostura
Deseo componer el planeta de estos cuatro dedos
Que gatilleramente apuntan directamente
Al improvisado hastío de mi baba delirante
(Ni siquiera tanta saliva debería mostrarse obesa)
Sí, Señor merezco que me azoten
Los “yerros” de los que me precedieron
Enracimados
En la vergonzosa espera
Que solloza anticipadamente
Como una madre aguarda por el cadáver que no llega
Oh, Señor, son
inminentes los tambores de guerra!
¡Infatuos labios anuncian
apocalípticas verdades,
haz señor, que
mi infierno en ellas sea breve!
que pueda yo
escribir el poema de la guerra
Con las articulaciones de la voz cosida preliminarmente
En el embalsamado tiempo de angustia
Herida estoy sin estar estando
desde la catedral
carnavalesca de la protesta
sin panfletos
vanos publicitarios
vuela el rostro a tu encuentro como un pájaro
que no sabe
dónde atrincherar los barrote
crecidos dentro de tanta abandonada
carne
¿Dónde señor,
puedo encontrarte?
¿Dónde?
Si no logro descifrar los cerrojos en tus rebaños
Y mi angustia tropieza en una fábrica de piedra
Donde los obreros pican la hora del desastre
De nada me sirve tapar
Los Comentarios reversibles
de las orejas
Y clausurar el poder de estos ojos trasatlánticos
Que impunemente navegan por los chorros de mi llanto
Entro Señor,
Perforada por el diapasón que se desprende
de los dedos
sin tregua ni descanso
¿Oh, Señor,
recibe la falange
de deshabitados ecos
cuando a puerto
llegue
la nube
poetizada de esqueletos...
Ya se puede adivinar la amordazada sombra
En el patio interior de apurados suelos
Y las apocalípticas frases con su rosario de aguijones
¡Me avergüenzo, Señor,
me avergüenzo
de esta especie!
¿Cómo acercarnos a mujeres-
universo?
A Etza Jara
por sus Voces en la ventana
Sus F16
lanzaron seis misiles de precisión
contra mis instalaciones
caótico queda el nuevo día
de las palabras
de velo blanco
su grito fundido por la granada autopropulsada
Mis
recintos desolados
Por un
coro de tiniebla
Y no hay
ojos del Señor en vela
Menos mal
que hay polvo de estrellas en la
pisada de Etza Jara León en mis
jeroglíficos
Hurga sus
orígenes con elegancia
Y
encuentra la alegría de vivir
Mientras
yo reconstruyo el misterio de la sílaba
Que tantos
amores muda
compito
formidablemente
Con el
frío bruñido de las miserias humanas
Y escucho
voces en la ventana.
Alguna vez
la verdad
estirará gentilmente su cuello
Y una arriera niña crecerá de su adentro
Para
arrimarse al sol que nos calienta.
Preparado por Alberto Martínez-Márquez