POETA INVITADO

 

 

Carmen Alicia Cadilla

 

Nace en Arecibo, Puerto Rico, en 1908; muere en la ciudad de Nueva York en 1994.  Poeta y periodista.  Fue una de las voces más representativas del neorromanticismo de la década de 1930.  Entre sus poemarios se destacan: Canciones en flauta blanca (1931), Litoral del sueño (1937), Ala y ancla (1940), Alfabeto del sueño (1956) y Entre el silencio y Dios (1966). 

 

 

 

NADIE

 

Nadie sabe la letra

de aquella

canción que se quedó

en un recodo de la senda.

 

La trajeron los siglos

en su voz de misterio

llena

de placer y de ensueño…

y aún hoy día

acaricia las almas

¡siempre tan tierna!

pero nadie

sabe la letra…

 

 

 

 

ELOCUENCIA

 

Ahora que está el silencio

mirándose al espejo de tus labios,

qué dulce y honda se hace

tu palabra sin cuerpo.

 

 

 

 

BÁLSAMO

 

La tarde se hizo más honda.

Se hizo el silencio más largo.

Se hizo mi sentir más noble

y fuiste en mi pensamiento

como la primera estrella.

Un poema diáfano

que cayó gota a gota

en mi alma.

 

 

 

 

TARDE DE MAYO

 

De tan verdad

parece el cielo claro

una linda mentira.

 

En él vuelca un pedazo

de luna reteblanca

su cuenco de alegría.

 

Tarde tan desnacida

como el sueño que no tuvimos nunca

y sin embargo,

vive en la memoria.

 

 

 

 

PAZ DESNUDA

 

Desnudo como un árbol,

como una mano amiga,

el cielo es casi tímido

de tanto azul sin nubes.

 

Vuela un pájaro y crece

su sombra sobre el aire.

Casi estremece al verle

quebrar tanta pureza.

 

Es tan limpia la tarde

que no quiero pensar

para que no se manche.

 

 

 

 

GOLPES DE SOMBRA

 

Tengo miedo de volver

por toda esa senda negra.

Llévame del corazón,

no me dejes que me pierda,

que huele el aire a campanadas

y a cera.

 

Tengo miedo.

Las estrellas me hacen muecas.

Siento golpearme la sombra

como una mano de piedra.

 

No me dejes sola.  No.

Llévame hasta donde pueda

mirarme a un espejo

para saber que aún no estoy muerta.

 

 

 

 

GRADACIÓN

 

La tarde se deshoja en golondrinas.

Sonámbulo, el paisaje

recuesta los pinceles de sus árboles

sobre los horizontes de anilina.

 

El mar parece un cielo desnacido

en que transitan ángeles volcados.

 

Erizada de voces

se agiganta la noche

con su dolor de cigarro apagado.

 

 

 

 

DESPIERTA

Puñal de luz, el farol

hiere el cristal opaco y seco

de la calleja

 

La luna –niña hechizada—

sueña con cuentos del Mogol.

 

Canta poeta.

En el ramaje azul del alma

se ha despertado un ruiseñor…

 

 

 

 

Y YO TAMBIÉN FUI UN SUEÑO

 

Todo el silencio se pobló de sombra.

Toda la sombra se pobló de sueños…

y me sentí tan noble,

tan deshumanizada,

tan lejos

del dolor de la vida,

que me puse a pensar

si yo sería

acaso un sueño más

entre los sueños…

 

 

 

 

POR UN INSTANTE DE VERDADES

 

Voy en busca de mí misma

alrededor de mi vida

y no me encuentro…

 

¿Por qué?

Si sólo he vivido

mi vida en sueños!

 

Por un instante de verdades,

de comprensiones, sin recuerdos,

con mucha luz…

por un instante

de intimidad conmigo misma,

daría toda la promesa

color de sueño de mi vida.

 

 

                   Preparado por Alberto Martínez-Márquez