CONSUELO TOMÁS
Nacida en la Isla Colón, Bocas del Toro,
Panamá, en 1957. Poeta, narradora,
dramaturga y actriz de teatro infantil y trabajadora social. Ganadora de varios premios literarios nacionales
como el “Gabriel Miró.” Ha fungido como coordinadora
del colectivo de poetas “La otra columna.”
Forma parte de la compañía de teatro “Cataplún,” donde se ha desempeñado
como actriz, compositora y coautora de guiones. Ha sido co-editora y editora,
respectivamente, de las revistas Este
país y Década. En la década de 1990 laboró en un programa de
apoyo a los jóvenes de la Presidencia de la República, Despacho de la Primera
Dama. Ha publicado los siguientes poemarios: Y digo que amanece (1979), Confieso
estas ternuras y estas rabias (1983), Las
preguntas indeseables (1984), Motivos
generales (1992), Apelaciones
(1992), Agonía de la Reina (1994), El cuarto Edén (1996) y El libro de las propensiones. Ha publicado dos libros de cuentos: Cuentos rotos (1991) e Inauguración de la fe (1995). Sus textos
han sido traducidos al inglés, francés, holandés y bengalí.
LAS PREGUNTAS INDESEABLES
Un perro está ladrándole a mis lágrimas
¿qué carcajada invento para este
carnaval?
El sol acaba de poner un dedo en mi
ventana
¿con qué me limpio el odio de los ojos?
Aquí llueve todo el día y la humedad nos
muele a palos
¿quién alquila este terco corazón que
siempre ama?
Acaban de dar las últimas noticias
¿quién quiere regalado este mundo
moribundo?
Los elefantes del miedo están haciendo
estragos
¿quién me regala una máscara de oxígeno?
He perdido mi perro en el incendio
¿quién me devuelve sus ojos compungidos?
El cuerpo me huele a un hombre que está
lejos
¿existe un taxi para traerme sus suelos?
Tantas preguntas me llenan los bolsillos
¿quién aprieta el gatillo de la última
palabra?
SALIR A LA CALLE
Salir a la calle
como salir a la libertad condicional.
Dejarse tragar por su monstruo de
ceniza.
Acicalarse en sus espejos falsos.
Aullar en las alcantarillas
como un lobo viejo y desdentado.
Salir
a la calle
como quien sale
a un jardín lleno de locos.
EL BESO DEL LEPROSO
Un beso llagoso
lleno de pus
enrojecido.
Un beso doloroso
maloliente duro.
Un beso asustando
sin labio apenas sostenido.
Un beso desangrado
roto carcomido.
Un beso desigual
mordido ansioso
desteñido.
Un beso desahuciado
el beso del leproso
pero apasionado
humanamente
vivo.
ERÓTICA
Avíos arcángeles nos miran
Desde los orificios del cielo
se relamen.
Abro de par en par mis oquedades.
Mi boca es un abismo que en tu lengua
nace.
Mi mano
mariposa o araña
sube
quiere alcanza cabe.
Me lanzo al precipicio de tus ojos
los arcángeles
aplauden.
VAGABUNDA
Esta fue la sentencia del oráculo:
“navegando el océano de tus ojos
hallarás la ruta del retorno.”
Y vagabunda fui en errados paraísos.
En oscuros laberintos perseguí su
rastro.
Hice señas en el cielo para
identificarle.
Rocé apenas las insignias del milagro.
Levanté las catedrales de mentiras
protegiendo la tarea de encontrarle.
Y en los rincones de la sombra de sus
naves
escondí para él
la canción de mi verdad ineluctable
y mi más íntimo esplendor.
BOCARRIBA
Los días y la lluvia
apacientan su rebaño por mis carnes.
Muy despacio voy acariciando
la navaja del culpable.
No tengo miedo.
Ni hambre,
A todos los juicios he llegado
tarde.
AZOGUE
No mires al espejo de ese modo.
Podrías encontrarme.
¿Qué harás si te devuelvo
esa mirada de niño preguntón?
¿Si te saco una lengua
poblada de zebras y cumpleaños?
¿Si me da por cantarte
una canción con agujeros?
No me mires al espejo de ese modo.
No sabes lo que puedes encontrarte.
EL DÍA DE MI MUERTE
Una manada de unicornios asaltará mi
cabeza.
Escucharé a lo lejos
niños de chocolate afinando su violín de
llanto.
¿Dónde colgaré mi camisa de luna?
¿Y mi guitarra con sus alegatos?
¿Dónde beberán mis labios
la miel de los antiguos pactos?
¿Quién
finalmente
apagará el televisor
y sembrará a una margarita en mis
zapatos?
Suposición
Y si regresas
con otra mitad que te puso el mundo
perdida ya en la memoria de la piel
bajo tus manos
ausente el gesto del antiguo abrazo
no me busques.
Te prefiero limpio y humano
como cuando nos bebimos los dos
intentando atrapar la plenitud.
Círculo flotante
Olemos a sagrada dispersión de panes
a pájaro profano
a prohibición de mágicos designios
y antigüedad de auroras
Olemos a círculo flotante
caballo desbocado
selva jade.
Olemos a bruma inconcebible
es decir:
sudor
saliva
semen
AGONÍA DE LA REINA (Fragmento)
Darte la vida en estallidos de la carne
y perderme en ello.
Fue la máxima que coronó el universo en
mis cabellos.
Cruce del cielo y del infierno mi
vestido de flores.
Me di en las cascadas de tu aliento
en la luz derramada por los vasos de tu
día.
En la efervescencia y la pólvora
con el dolor surcando los contornos de
este tiempo.
Limpié lágrimas y escombros después de
las conflagraciones
con una caravana de fantasmas cruzándome
la calma.
Sembré las flores arrancadas de mi risa
y te puse con ellas un jardín en el
pecho.
DESPERTAR DE LA DONCELLA
El principio fue un desplome de la
aurora sobre el mundo.
Un inocularme el escándalo en el
alma. Un coro de canarios
saludando en ofertorio lo preciado y lo
elegido.
Una fosforescencia en tus ojos en señal
de bienvenida.
Un derrame de lilas en mi pelo naciendo
de tus manos.
El principio fue todo lo feliz que podía
ser. Sin sombra de atroces vaticinios.
Y el entonces el amor era todo lo
tangible y lo esperado.
Un resquicio de alegría hacia soles
permanentes.
Un rociar de pétalos en el medio de un
juramento anunciado.
ALEGATO DEL GUERRERO (Fragmento)
Hicieron de tu majestad gatillo y daga.
Y también sobre ella mi condición de
engendro. Había tal vez
que buscar a los culpables. Los que fueron imponiendo la mentira
que creímos. Los que apuntalaron el falso rumor de tu
fragilidad
y mi fortaleza. Para mí, el campo de batalla. Para ti, el ignoto territorio
de lo íntimo donde a menudo se forman
los dislates.
En tu corona se fraguó el equívoco y se
enturbió el fulgor.
Quise amarte como sólo puede amarse a
quien es cómplice y comparte
ese vacío que interrumpe un abrazo entre
el mar y el cielo.
El encuentro cotidiano del día en su
partida, con la noche que arriba.
La gestación con que agradece la tierra
el interminable milagro de la lluvia.
Pero sólo me salieron estas piedras que
lancé a tu corazón, este silencio
que puse entre los dos como un océano de
cieno. Tu generosidad se
inundó también en lo minúsculo. Se convirtió en un círculo rosa que se me
hizo estrecho y me tentó a infringirlo.
En tu quietud de sombra se conspiró el
abismo.
De la propensión a los
accidentes
Me he estrellado
contra el cielo esta mañana.
La palabra que
no dije
se hizo cráter en el centro de mi boca.
Lo que quedó de
mí podría recogerse con cuchara
una que los duendes usan para tragarse auroras y presagios
Les ha sido muy
difícil identificarme.
El marfil que
sustentaba mi vértice en el mundo
es ahora una espiral de sueños en soltura.
Ilusiones
borrosas astillan mis pulmones
el cerebro está lleno de gorriones lastimados, pero vivos
y candiles encendidos para los ritos nobles.
Se me ha
derramado la arena de los días
en castillos para nadie defendibles
y una mancha de señales emergentes
De tres neuronas
salvadas del colapso
han salido carcajadas y un ruido de tambores.
Solo así han
sabido
de quién es ese cadáver tan bonito.
Petición al buhonero
Véndeme si puedes
un canario amarillo que cante notas rojas
los aretes que le faltan a la luna
el diente de un lagarto que no llora
un reloj que dé las 12 en mi esperanza
el blues ancestral asesorando al humo
la carrera del conejo y la tortuga
la lujuria de Blancanieves y los siete pecados capitales
las barbas de Carlos Marx y la locura de Van Gogh
Véndeme fantasías
para los niños que trabajan
y un poco de rabia para los que se conforman.
Véndeme
pero véndeme barato
la ternura
es la única moneda que me queda.
Preparado por Alberto Martínez-Márquez