Horacio Costa



 

 

 

CONVERSACIÓN CON TÀPIES

 

 

I

 

hay una montaña de basura

al lado del mercado

hay peces que flotan

en la laguna, el río

se transformó en espuma

-   ¿qué me dices?

¿cómo conciliar tales desechos

con el padre-mirada

y la ur-palabra?

 

 

II

 

Tàpies enseña:

con el gesto.

                        Oigo

el ruido del sarmiento

que incide sobre la superficie rugosa

de la caja de cartón desdoblada

en intención de anatomía

y observo

la incisión de más de un alfabeto

que nace con cara infante

sobre el balcón de lo invisible

 

 

 

III

 

Tàpies, hay desmesura

en esa tu empresa:

                                   el cajón rescatado

canta ahora su epos:

¿fuiste tú a su encuentro

o viene él a ti?

¿cuándo termina la materia,

cuándo comienza la historia?

y el vituperio, ¿cuándo se hace

oración?

 

 

IV

 

puedo decirte que era de mañana:

por última vez nombró el mirar mío

la radical estatua deforme

-   el Tamanduateí se escondió

en el péndulo del instante

detrás de la montaña de lechuga pisada

detrás de la montaña de frutas pasadas

y las moscardas bordaban el aire

como filosofemas

 

y entonces vi:

vi el mirar mío

nombrar la descubierta

 (noche iluminada, mañana del alma)

y transferir el montante

para la certeza de una

de tus telas

 

 

 

 

V

 

¿cuántas veces me inclino contigo

sobre São Paulo?

                                   sobre las superficies

siempre un borrón,

sobre las ideas

siempre una ranura,

justo sobre la música de fondo

siempre una cruz

                                   que se alimenta

del presente

 

¿y sobre la fainéante canción de los muros

la epifanía de los graffiti

que desvelas?

 

mi mirar es tan tuyo

todo lo que un mirar puede pertenecer

a otro exactamente

-   por eso, por eso contigo converso

y veo contigo y a través de ti

 

 

VI

 

(un río que es tinta)

un moco que es alma

un lienzo que es lirio

un ángel que es todo

 (y las moscardas)

 

y juega un juego inmemorial

el acaso con el ser

y el ser con el sentido

 

 

 

VII

 

se arma afuera la nube

de la lluvia:

                        era lo que faltaba

para mi/nuestra

estatua (efímera) / tela (mental)

-   un garabato de agua, ala

sobre la ciudad, instantáneo

petrificado

                        anunciación

                        profana

 

 

VIII

 

¿y la uña que crece?

¿y el cobertor del mendigo?

¿y el hecho aislado?

¿el editorial sistemático?

¿la aldea global, el pelo

en la cama, los pelos en las piernas

la espuma en el río?

 

¿y el biografema, el cajón de libros

la melena estrellada, el cordero Luis XV,

y lo fundamental?

 

 

 

IX

 

y Tàpies responde

con un gesto que encuadra el muladar

e incluye su aura:

 

que todo lo que hay se anuncia

libre

bello

noble

ágil

 

-   ángeles  esverdeados

en el momento de la transformación.

 

                                                                                  SP 9/10 I 05

(Traducción de Edgar Saavedra)


 

Horacio Costa (São Paulo, 1954). Estudió arquitectura y urbanismo. Publicó en poesía: Satori (1989); O livro dos fracta (1990); El niño y la almohada (1994) y Quadragésimo (1996, 1999). En crítica reunió sus ensayos sobre literatura brasileña, portuguesa e hispanoamericana en Mar abierto (1998).


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