TEORÍA DE LA ACCIÓN ÉTICA
Pompilio Zigrino
1 INTRODUCCIÓN
Es notoria la diferencia entre los logros obtenidos por las ciencias
exactas y los obtenidos por las ciencias sociales. Así, la física se parece a
un imponente edificio realizado mediante el aporte de muchos hombres, mientras
que las ciencias sociales parecen pequeños edificios apenas vinculados. En el
arte y la literatura, si no existe un autor, nunca habrá de existir su obra,
mientras que el edificio de la física tan sólo habría retardado su crecimiento
si hubiesen faltado algunos de sus constructores. El físico Emilio G. Segré escribió: “…podría no haber existido alguno de los
fundadores de la mecánica cuántica y la física, en 50 años, hubiese llegado
exactamente al mismo lugar” (De “De los rayos X a los quarks”).
Una forma de intentar
establecer el “gran edificio de las humanidades”, consiste en observar
detenidamente el proceso de crecimiento de la física, para tratar de realizar
algo similar. En la física podemos observar la existencia de algunos elementos
principales:
a) Magnitudes
físicas observables y contrastables (medibles)
b) Entes
matemáticos asociados a dichas magnitudes
c) Descripciones
axiomáticas (teorías)
d) Vinculación de
las nuevas teorías con las existentes previamente.
En el presente escrito se trata de mostrar que es posible establecer el
“edificio de las ciencias sociales”, con la posibilidad de recibir ampliaciones
posteriores.
El hombre posee la aptitud de
producir un cambio, un efecto o una influencia, sobre otros seres humanos. De
ahí que la acción humana ha sido
orientada desde la religión (mandamientos), desde la filosofía práctica
(sugerencias) y ahora debemos hacerlo desde la ciencia experimental. Una teoría
de la acción ética es una descripción resumida de las leyes naturales básicas
que rigen al comportamiento humano. Considera principalmente aquello que sea
accesible a nuestras decisiones buscando el logro del Bien común.
En la exposición de la teoría
de la acción mencionaremos los aportes hechos en el pasado siguiendo un orden
histórico. Comenzaremos por la religión, siguiendo por la filosofía y luego por
la ciencia. Este orden, además, ha de seguirse aceptando el criterio científico
de respetar las prioridades en la secuencia de los descubrimientos realizados.
2 EL BIEN Y EL MAL
Una teoría de la acción ética ha de llevar, como finalidad principal,
el logro del Bien común. El problema del Bien y del Mal no sólo atañe a las
religiones, sino también a las ciencias sociales. Deberá encontrar las causas
sociales del Bien y del Mal, para afianzar al primero y evitar al último.
El Bien está asociado a la
felicidad; el Mal a la infelicidad y al sufrimiento. Ambos son aspectos
observables, por cuanto resulta evidente la existencia de millones de seres
humanos que son felices y millones que sufren, en distintos grados de felicidad
y de infelicidad.
El Bien y el Mal son
producidos por el hombre mismo (excepto por los desastres climáticos y
naturales). De ahí que debe existir un camino mejor; una optimización del
comportamiento humano que nos permita elevar de manera significativa el nivel
de felicidad de gran parte de la población mundial.
La adaptación del hombre al
orden natural es un concepto derivado de la ciencia y ha de coincidir con el
“cumplimiento de la voluntad del Creador” derivado de la religión. No hay
necesidad de invocar una finalidad del universo o alguna otra idea que exceda
el simple planteamiento científico (aunque pueda haberla). Elevar el nivel de
felicidad del hombre es un objetivo concreto y accesible a nuestras decisiones.
El triunfo del Bien sobre el Mal ha de ser una idea prioritaria.
Hay quienes suponen, sin
embargo, que denominaciones como “bueno” o “malo” provienen de una cuestión
relativa a las costumbres y a la educación. Sin embargo, hay casos en que niños
pequeños padecen, por parte de personas
adultas, ciertas influencias consideradas inmorales, según la costumbre
y la tradición. Pero el niño ha de sufrir los efectos de esa influencia, cuando
va creciendo, aún cuando no tenga ni la menor idea sobre el concepto de
“moral”, o sobre lo que se considera como “bueno” o “malo”. Este es un indicio
de que existe una moral natural y que no es algo sólo convencional.
Hay quienes, como reacción a
la sociedad, niegan la existencia del Bien y del Mal, por cuanto suponen que es
la sociedad la que dictamina sobre tales tendencias. Se puede depender de la
sociedad acatando sus directivas o bien negándolas sistemáticamente. Si no
hemos adoptado una postura concreta respecto de las causas que producen
felicidad o sufrimiento, tendremos cierta desorientación en la vida, ya que
vivir es elegir entre distintas alternativas tratando de optar por lo bueno y
rechazar lo malo. El sentido de la vida está asociado con el conocimiento de
las distintas alternativas que conducen a la felicidad. Las causas serán buenas
o malas según buenos o malos sean los efectos que produzcan.
Quienes suponen que no existe
el Bien ni el Mal y, por lo tanto, tampoco la ética ni la existencia de hechos
morales e inmorales, adoptan una postura en parte cómoda y en parte caótica. Es
cómoda porque no tienen que acatar ninguna regla moral y es caótica por cuanto
esta actitud acepta que cada uno haga lo que más le viene en ganas.
Lo importante, en todo esto,
es llegar a un acuerdo respecto a los efectos que han de producir nuestras
acciones. De esa forma podremos orientar la sociedad hacia el logro del Bien
común. Por el contrario, si suponemos que no existen vínculos invariantes entre
causas y efectos, estaremos aceptando la existencia de cierto caos básico en
nuestra propia naturaleza.
Una vez aceptada la moralidad
de nuestras acciones, cada uno tendrá la opción a elegir cualquiera de las
alternativas posibles. Sin embargo, si llegamos a describir adecuadamente este
proceso, es posible que la mayoría adopte el camino del Bien.
3 CRISTIANISMO
Mezclaremos lo sagrado con lo profano y consideraremos a Cristo según
la veracidad existente en sus prédicas. Se lo considerará como un pensador del
cual se valora el aporte realizado al conocimiento humano.
Cristo da una norma de acción
que apunta hacia la felicidad: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Su prédica
va dirigida a todos los hombres, a todos los pueblos y a todos los tiempos. Tal
generalidad se debe a que tiene en cuenta la ley natural que rige al
comportamiento humano, siendo dicha ley invariable en el tiempo y aplicable a
todos los hombres. Del mandamiento mencionado surge el interrogante acerca del
significado del amor, lo que se aclarará en desarrollos posteriores.
La mencionada universalidad
requiere, justamente, considerar que Cristo dice la verdad como una
consecuencia de describir al hombre a partir de la ley natural, en vez de
considerar que es la verdad por su sola autoridad, como un punto de partida. La
primera interpretación conduce a la libertad del pensamiento individual,
mientras que la segunda postura favorece
la incondicionalidad y el sometimiento
intelectual, lo que lleva a la religión a un vulgar paganismo.
El mandamiento anterior ya aparece en el Antiguo Testamento, como
también aparece el mandamiento del amor a Dios. Al formar parte de textos
extensos, sólo adquiere trascendencia cuando son incorporados a los Evangelios.
En esto se ve la importancia que debe darse a la forma en que se organiza la
información adquirida, ya que de ello ha de depender la posibilidad de
transmitirse a los demás. De ahí que la información organizada en forma
axiomática, como veremos, adquiere cierto poder de convicción, ya que será
posible verificar cada uno de los principios adoptados como también las
conclusiones derivadas.
Cristo dijo: “Busca el Reino
de Dios y su justicia, que lo demás se os dará por añadidura”, que significa
aproximadamente: Adáptate al orden natural y así habrás hecho todo lo que es
accesible a tus posibilidades. Además, propone al amor al prójimo como el
vínculo que fundamentará toda sociedad humana, dando un sentido de la vida a
cada individuo. Se lo denomina el Verbo de Dios por cuanto fue capaz de interpretar
el espíritu de la ley natural y de transmitirlo a los demás.
4 ACCIONES Y PASIONES
Denominamos “pasiones” a aquellas actitudes que hacen que el hombre
considere como bueno a lo que desea lograr, y sólo por ese motivo. Denominamos “acciones” a los intentos
por lograr aquello que previamente ha sido considerado bueno. Las acciones
humanas buscan el Bien común, mientras que las pasiones, por su carácter
errático, pueden, o no, lograr el Bien común. Las acciones llevan a una vida
ética, mientras que las pasiones llevan a una vida estética. Baruch de Spinoza (1632-1677)
escribió: “Las acciones del alma nacen de las solas ideas adecuadas; pero las
pasiones dependen de las inadecuadas solas” (Del libro “Etica”,
como las demás referencias a Spinoza).
Las pasiones caracterizan al
hombre que se guía por los instintos, mientras que las acciones caracterizan al
hombre que se guía por el razonamiento. Una teoría de la acción ética no sólo
debe servir como fundamento de las ciencias del hombre y de la sociedad, sino
también como una referencia para el razonamiento individual, es decir, debemos
comparar lo que somos con lo que deberíamos llegar a ser. Al razonamiento
podríamos denominarlo también “relacionamiento”, ya
que ha de consistir en vincular nuestras ideas a una referencia concreta.
Se verá que existen tendencias
generales (actitudes) que apuntan hacia el Bien o bien hacia el Mal, según
ellas sean. De ahí que sea más fácil describir estos aspectos que hacerlo con
la gran variedad de las posibles accionas humanas. Así, no tiene sentido hacer
un listado de los pecados o uno de las virtudes, ya que sólo deberemos tener en
cuenta un pequeño número de actitudes básicas.
Las pasiones atraen al hombre
por cuanto ofrecen una recompensa inmediata, mientras que las acciones dan
frutos en un tiempo mayor. Mientras que las pasiones producen sensaciones que
se esfuman en un instante, las acciones pueden producir sentimientos profundos
que perdurarán toda una vida. También empleamos mayor tiempo para llegar a
estar gobernados por la razón. René Descartes (1596-1650) escribió: “…como con
frecuencia en esta vida se ofrecen mayores premios a los vicios que a las
virtudes, pocos preferirían lo recto a lo útil si no temieran a Dios ni
esperaran otra vida” (De “Meditaciones metafísicas”).
5 ÉTICA AXIOMÁTICA
Baruch de Spinoza estableció una “Etica demostrada según el orden geométrico”. Esta expresión
constituye el título completo del libro antes mencionado y se refiere a una
“ética axiomática”. Como en su época sólo se conocía la geometría euclideana, como sistema axiomático, de ahí proviene esa
denominación. Algunos autores indican que los antiguos filósofos griegos ya
utilizaban razonamientos deductivos para fundamentar cuestiones de ética.
Mientras que Cristo enuncia
una sugerencia práctica (amor al prójimo) y la finalidad de la vida humana
(cumplir con la voluntad del Creador), interpretada ahora como la adaptación al
orden natural, como partes de una síntesis posterior, Spinoza
enuncia ciertos conceptos básicos como también algunas de las actitudes
asociadas al comportamiento humano.
Para Spinoza
existen tres aspectos básicos a los que denomina “deseo, alegría y tristeza”.
Denomina con la palabra “deseo” a la tendencia a la autoconservación
del hombre; a perseverar en su ser. Es la tendencia que nos lleva a mantener
nuestra vida, a lograr la inmortalidad, ya sea en forma directa o bien
indirectamente depositando las características de nuestra personalidad en una
obra científica, literaria, artística o de otra índole. Es también la búsqueda
de trascendencia a través de los hijos. Spinoza
escribió: “El esfuerzo con que cada cosa se esfuerza por perseverar en su ser,
no es nada aparte de la esencia actual de la cosa misma”.
Podemos decir que la alegría es una sensación
que surge cuando se favorece el deseo (en el sentido mencionado). Spinoza escribió: “Por alegría entenderé, pues, en lo que
sigue, la pasión por la cual pasa el alma a una mayor perfección”. “Además,
llamo al afecto de la alegría, referido simultáneamente al alma y al cuerpo,
placer o regocijo”.
Igualmente podemos decir que
la tristeza es una sensación que surge cuando existe oposición al deseo. Spinoza escribió: “Tristeza es la pasión por la cual pasa
el alma a una menor perfección”. “Llamo al afecto de la tristeza, dolor o
melancolía”.
La tristeza y la alegría se
transmiten entre las personas, de donde vienen el amor y el odio. Spinoza escribe: “El que imagina aquello que ama afectado
de alegría o tristeza, también será afectado de alegría o tristeza: y uno y
otro de estos afectos será mayor o menor en el amante, según uno y otro sea
mayor o menor en la cosa amada”. Y respecto del odio: “El que imagina que
aquello a que tiene odio está afectado de tristeza, se alegrará; si, por el
contrario, lo imagina afectado de alegría, se entristecerá; y uno y otro afecto
será mayor o menor según mayor o menor el afecto contrario sea en aquello a que
tiene odio”.
El amor resulta ser la base
del Bien común, mientras que el odio resulta ser la base del Mal, por cuanto es
opuesto al Bien. El vínculo natural entre los hombres no puede ser otra cosa
que el amor. Por el contrario, al entristecernos por las alegrías ajenas,
sentimos envidia, mientras que al alegrarnos de las tristezas ajenas podemos
llegar a la burla. El odio destruye al vínculo social y, por lo tanto, tiende a
destruir la sociedad.
Los fundamentos de la teoría
de la acción ética, adoptados de lo propuesto por Cristo y por Spinoza, son muy simples y evidentes. Puede lograrse una
descripción aceptable del ser humano a partir de ellos. Sin embargo, el nombre
de Spinoza no aparece en varios libros de Historia de
6 MEDICIÓN EN PSICOLOGÍA
El conocimiento humano debe dirigirse hacia el establecimiento de
leyes, tratando que dicho conocimiento sea común a todos los hombres. Para
lograr este objetivo, es necesario encontrar aspectos observables de la
realidad que puedan ser comparables. Para ser comparables, han de ser medibles, ya que una medición no es otra cosa que una
comparación.
Wilhelm
Wundt (1832-1920), en el siglo XIX, establece
mediciones para describir aspectos del comportamiento humano. La siguiente
escala, asociada a la sensación del gusto, emplea números enteros:
Desagradable -5
-4 -3 -2
-1 0 1
2 3 4
5 Agradable
En su momento, fue una idea poco valorada. Sin embargo, este tipo de
descripción presenta varias ventajas, como se verá luego.
También en ese siglo se
comenzó a vincular matemáticamente a las mediciones de las distintas variables.
Así, William James (1842-1910) propuso la siguiente relación:
Autoestima = Éxito / Pretensiones
En realidad, con la fórmula escrita no hace falta realizar ninguna
operación matemática, ya que este tipo de relación sirve principalmente para
describir el vínculo existente entre las variables consideradas.
Con ella podemos describir la
modestia de muchos científicos, suponiendo que han tenido elevadas pretensiones
o ambiciones de lograr nuevos conocimientos, obteniendo éxitos reducidos.
Además, hay muchos que sienten una excesiva autoestima por cuanto se imponen
metas intrascendentes desconociendo totalmente los grandes planteos del
pensamiento humano. De ahí que siempre la soberbia va asociada a la ignorancia.
También podemos optimizar la
autoestima de una persona sugiriéndole “hacer pequeño el denominador”. Ello
implica que no debe hacer proyectos inalcanzables, por cuanto será difícil
lograr éxito y así tendrá una reducida autoestima. Tan sólo debemos elegir una dirección
a seguir sin imponernos metas concretas. De ahí que Cristo dijo: “A cada día le
baste su propio afán”. Si tenemos en la mente la imagen del hombre formando
parte de todo el universo, posiblemente veamos a todos los seres humanos como
algo importante y trascendente, y así mejorará nuestra propia valoración.
Quien quiera reducir nuestra
autoestima, no nos preguntará por los éxitos logrados, sino por aquello que no
hemos alcanzado. Esto pasa también cuando alguien desea hacernos sentir
fracasados por no lograr los éxitos ambicionados por otros, o por no lograrlos
en el tiempo impuesto por los demás. La notoria reducción de la autoestima
lleva a muchas personas a estados depresivos. Hay quienes tienen “habilidad”, a
partir de ironías y de burlas encubiertas, de hacer que otros comiencen a
agredirse internamente, buscando que la “destrucción” sea más efectiva.
Podríamos seguir haciendo
muchas deducciones similares a partir de la fórmula mencionada. Es así como se
trabaja en física; sólo debemos tener en la mente unas pocas relaciones
matemáticas para deducir, luego, una gran variedad de fenómenos físicos. Es
indudable que éste ha de ser el camino que deben seguir las ciencias del hombre
y de la sociedad. Mario Bunge enunció una lista con
las ventajas del uso de las matemáticas en las ciencias sociales:
a)
La
matemática provee a todas las ciencias un esqueleto formal prefabricado que
puede rellenarse con cualquier contenido empírico compatible con la estructura
formal.
b)
La matematización de los conceptos y de las proposiciones
incrementa la exactitud y por lo tanto la claridad de las ideas.
c)
Una teoría
matemática posee un poder deductivo ajeno a una doctrina verbal: en ésta las
inferencias son laboriosas y a menudo inseguras, ya que no se sabe bien cuáles
son las premisas.
d)
La precisión
y el poder deductivo aumentan la verificabilidad de
la teoría: se facilita la derivación de conclusiones exactas, las que se pueden
confrontar con los datos empíricos.
e)
La teoría se
puede ordenar mejor y, en particular, se puede axiomatizar.
f)
El mejor
ordenamiento lógico y la facilitación de la contrastación
empírica hacen a su vez más fácil la comparación de la teoría dada con teorías
rivales.
g)
Se resuelven
automáticamente, y sin recurso a ideología alguna, viejas controversias
filosóficas que han obstaculizado la marcha de la ciencia, tal la disputa entre
el individualismo y el colectivismo metodológicos en las ciencias sociales. (De
“Epistemología”).
7 PSICOLOGÍA DE LAS ACTITUDES
Es posible realizar una teoría sociológica con los elementos descriptos
hasta ahora, tal como aparece en el libro “Una opinión sobre el mundo”
(Mendoza, 1978), del autor del presente escrito. Desconociendo en esa época los
trabajos de Baruch de Spinoza,
llega a la siguiente estructura básica:
Principios |
ESTADOS DE MAYOR FELICIDAD COMPETENCIA |
Características personales |
APARIENCIAS OBJETIVAS ACTITUD CARACTERÍSTICA |
Fenómeno fundamental |
INDUCCIÓN DE LA PERSONALIDAD |
Si bien esta descripción puede considerarse como una psicología de las
actitudes, sus conclusiones y deducciones llevan a una teoría sociológica. No
olvidemos que toda sociología debe partir de una descripción a nivel
individual.
La tendencia hacia los estados de mayor felicidad es similar al “deseo” de Spinoza, quien escribió: “Todo aquello que imaginamos que
conduce a la alegría, nos esforzamos en promover que suceda; pero lo que
imaginamos que le repugna, o sea, que conduce a la tristeza, nos esforzamos en
alejarlo o destruirlo”.
El principio de competencia surge para describir al odio. Las
acciones humanas no sólo tienen sentido desde el punto de vista de la búsqueda
de la felicidad, por cuanto muchas acciones responden a la tendencia a superar
a los demás y a no ser superados por ellos.
Para que exista el amor y así
podamos compartir las penas y alegrías de nuestros semejantes, debemos
informarnos de esos sentimientos observando las apariencias
y el aspecto general de las personas, por lo que tales atributos deberán
representar la realidad de cada uno, tan sólo que muchas veces ha de ser el
observador quien interpreta erróneamente esa realidad objetiva.
Se denomina inducción de la personalidad al cambio producido en
una persona por la presencia o la referencia de otra, siendo el amor y el odio
fenómenos interpersonales incluidos en este fenómeno general.
La respuesta, o actitud característica, se define como la relación
entre respuesta y estímulo:
Respuesta R
Actitud característica = ------------------------ A
= -----
Estímulo E
El estímulo, en el caso considerado, es algo que le sucede a otra
persona y ese hecho provoca una respuesta en uno mismo. Al definirlo de esta
forma, una respuesta (R) se obtiene
“amplificando” al estímulo (E) a través de
la multiplicación por (A).
La relación (Respuesta /
Estímulo) es justamente la “ley natural”
que caracteriza, como principal atributo, a todo lo que existe, ya se trate de
materia o se trate de la vida. Al adoptar este atributo en la descripción del
hombre, se está empleando en psicología algo que ya se ha utilizado ampliamente
en las ciencias naturales (física, biología, principalmente).
En las descripciones del tipo
“respuesta / estímulo” generalmente se emplea el concepto de “caja negra”,
derivado de la cibernética, mediante el cual se describe el comportamiento de
un sistema complejo a partir de mediciones exteriores, permitiéndonos ignorar
lo que existe bajo esa caja hipotética.
Podemos graficar los estados
de felicidad en forma similar a lo propuesto por W. Wundt,
considerando comportamientos característicos de dos personas, que
denominaremos X e Y:
____Y____ __________ X __________
___,____,____,____,____,____,____,____,____,____,____,____,____,____
-6 -5 -4
-3 -2 -1
0 1 2 3
4 5 6
El gráfico nos indica que los individuos cambian alrededor de un estado
característico medio, en una determinada etapa de sus vidas. Se representó a la
persona Y cuyos estados de felicidad son negativos
(infelicidad), mientras que X muestra
estados positivos de felicidad. A la
tendencia hacia los estados de mayor felicidad podemos asociarla a un
desplazamiento hacia la derecha del gráfico, mientras que la tendencia a la
competencia implica que algunas personas tratan (o desean) desplazar hacia la
izquierda a quienes los superan.
No todo el que sufre siente
odio, ya que muchos tienen dignidad para soportar el sufrimiento y lo utilizan
para descubrir los aspectos profundos del ser humano, haciéndolos crecer
interiormente. Posteriormente encontrarán un aceptable nivel de felicidad.
Veamos un ejemplo concreto:
cuando la persona X encuentra a alguien de su
agrado:
Δx
= 3/3 = 1 (Comparte alegría) Δx
= -2/-2 = 1 (Comparte pena)
Esto significa que si la persona de su agrado tiene un estado de
felicidad de 3 unidades, responderá con un estado similar, mientras que, al
tener esa otra persona un estado de felicidad negativo (-2) (sufrimiento),
responde con un estado similar. También es posible, respecto de otra persona
por quien X sienta un amor más intenso:
Δx = 6/3 = 2
Δx = -4/-2 =
2
Decimos que en este caso se ha duplicado la respuesta, respecto del
anterior. En cuanto a la persona Y
, podrá actuar así:
Δy = -3/3 = -1
(Siente envidia) Δy = 1/-1 = -1 (Posibilidad de
burla)
La persona Y es una persona
“negativa” por cuanto cambia la tendencia natural hacia los estados crecientes
de felicidad, porque cambia la felicidad ajena por infelicidad propia.
No es necesario que la actitud
característica nos dé siempre un número constante, como se ha visto. La
realidad no responde rigurosamente a este nivel de exactitud, pero es un
concepto que puede ayudar a establecer una aceptable descripción del
comportamiento humano.
Además del amor y del odio,
definidos por Spinoza, podemos considerar al egoísmo,
como una tendencia de los hombres a buscar su propia felicidad sin interesarles
los demás. Una persona egoísta responderá con un valor de respuesta cercano al
cero cuando algo les ocurra a las personas que le rodean.
La última actitud es la negligencia
y corresponde a las personas que no se interesan por los demás ni por ellos
mismos. Wolfgang Goethe
escribió: “La negligencia y la disidencia producen en el mundo más males que el
odio y la maldad”.
En cada persona predominará
una de las actitudes sobre las demás, estando varias de ellas presentes.
Podemos clasificar a las actitudes humanas según los efectos que produzcan:
BIEN = Amor
MAL =
Odio + Egoísmo
+ Negligencia
Esto tiene validez como una tendencia, es decir, el Bien y el Mal se
producirán a partir de las actitudes predominantes luego de varias
interacciones personales.
Debemos elegir una de las
cuatro actitudes, aún cuando no nos pongamos de acuerdo sobre cuestiones
filosóficas o religiosas. Debemos adoptar la postura que habitualmente se
emplea en la ciencia; pueden quedar muchos interrogantes planteados, pero
podemos describir con seguridad aquello que tiene sentido práctico.
8 INDUCCIÓN DE LA PERSONALIDAD
Con esta denominación se hace referencia al cambio que ha de existir en
una persona motivado por la presencia o por la referencia de otra. El cambio
circunstancial puede ser pequeño o grande, pero, debido a que tenemos memoria,
podrá convertirse en permanente. Podemos reservar el nombre de inducción de la personalidad preferentemente a este
cambio permanente de nuestra actitud característica:
A = Ao + ∆A
Este cambio ∆A es el que
permite lograr el mejoramiento de las personas y, también, su empeoramiento. La
igualdad anterior nos indica que nuestra actitud característica depende de dos
aspectos básicos:
Actitud
característica = Herencia
+ Influencia
El cambio mencionado, producido por la influencia recibida por un
individuo, es el responsable tanto de la difusión de la cultura y del
conocimiento como de la imitación y de la masificación. También implica la
posibilidad de la existencia de la “mentalidad generalizada” de la sociedad. El
grupo social adquiere cierta personalidad a través de su propia actitud
característica.
Podemos describir al término
que produce la influencia (o el cambio) a partir de algunos aspectos surgidos
del comportamiento individual:
∆A = ( P M + I F ) ∆t
Cambio en A =
(Influencia del pasado + Influencia del futuro) ∆t
Este cambio ya fue previsto por Spinoza: “El
hombre es afectado por la imagen de una cosa pretérita o futura con el mismo
afecto de alegría o tristeza que por la imagen de una cosa presente”. “La
esperanza no es nada más que una alegría inconstante nacida de la imagen de una
cosa futura o pretérita de cuyo suceso dudamos. El miedo, por el contrario, es
una tristeza inconstante nacida también de la imagen de una cosa dudosa.
Además, si se quita de estos afectos la duda, de la esperanza resulta la
seguridad y del miedo la desesperación; es decir, una alegría o una tristeza
nacida de la imagen de una cosa que hemos temido o esperado”.
La influencia del pasado (PM) significa que muchos de los acontecimientos que
guardamos en nuestra memoria (M) son causas de
nuestro comportamiento actual, siendo (P) una
constante que depende de cada individuo y es una medida de cuánto influye el
pasado en ese individuo.
La influencia del futuro (IF) significa que el conjunto de ideales,
proyectos o ambiciones por realizar en el futuro (F),
surgidos en nuestra imaginación, es una causa de nuestro comportamiento actual,
siendo (I) una constante que depende de cada
individuo y es una medida de la aptitud que tiene para proyectarse hacia el
futuro.
∆t
es un factor que representa un intervalo temporal unitario y arbitrario que no
trae información adicional, por lo que puede ignorarse en este análisis.
Recordemos que estas relaciones matemáticas se han utilizado para describir y
no para calcular.
9 SENTIDO DE LA VIDA
La influencia del futuro está muy ligada al sentido
de la vida, ya que este sentido, una
vez adquirido, nos orientará hacia nuestra vida futura. Cristo, al indicar una
sugerencia para la acción ética, establece una ideología de adaptación. Esto
constituye un camino a seguir, es decir, da un sentido a la vida de cada
individuo.
Es oportuno destacar que desde
la psicología, a través de los estudios realizados por Víktor
Frankl, se describen muchos conflictos del individuo
como consecuencias de carecer de un sentido de la vida. De donde podemos decir
que la felicidad se ha de lograr luego de la posesión de una orientación
adecuada. Incluso Frankl relata cómo él mismo pudo
superar la adversidad en una etapa de su vida (prisionero en un campo de
concentración nazi) ante la posibilidad de un futuro importante.
El aburrimiento y la
indiferencia son los síntomas del individuo que “tiene todo” menos un adecuado
sentido de la vida. Esta carencia constituye el “vacío existencial” y podemos
asociarla a la negligencia como actitud predominante. Si bien Frankl describe los inconvenientes psicológicos originados
por la falta de orientación, no propone una solución general. De todas formas,
vemos que la propia ciencia se plantea cuestiones cercanas a la religión, lo
que no resulta extraño.
Así como el Estado debe
compensar las diferentes aptitudes y posibilidades de los integrantes de una
sociedad, la religión natural tratará de proveer de un sentido de la vida a
quienes no lo pudieron encontrar. Deberá lograr, además, una optimización de
los variados sentidos adoptados individualmente.
Víktor
Frankl escribió: “Lo más profundo del hombre no es el
deseo de poder ni el deseo de placer, sino el deseo de sentido”. (De “El hombre
doliente”). En esta expresión resume las principales tendencias de la
psiquiatría. Alfred Adler
se basó en el “principio de poder”, Sigmund Freud en el “principio de placer” y el propio Frankl en el “sentido de la vida”. Estos principios son
cercanos a lo que en el presente escrito se denominan, respectivamente, principio
de competencia, de felicidad y adaptación al orden natural (como finalidad
general del ser humano).
Y ahora podemos definir más
exactamente a las pasiones y a las acciones. Quien esté motivado por las
pasiones, se guía por los principios de poder y de placer. Quien esté motivado
por las acciones, buscará el sentido adecuado para su vida. Si elige dicho
sentido buscando coincidir con el “espíritu de la ley natural”, tendremos al
hombre espiritual que trata de alcanzar el Reino de Dios predicado por Cristo.
Hasta aquí resulta evidente
que las prédicas cristianas provienen de observar la ley natural, antes que
suponer una revelación sobrenatural. Lo que puede ser positivo para gran parte
de la humanidad, ha de resultar “sacrílego” a los idólatras. A Cristo debemos
ubicarlo cerca de la gente, y no debemos alejarlo del mundo real. La religión
debe servir a todos los hombres, porque para ellos se ha hecho. Mientras que
Cristo agradece a Dios por revelar a los niños las cosas profundas y simples, sus
aparentes seguidores definen a la “verdad revelada” como algo misterioso
“inaccesible a la razón y sólo accesible a la fe”.
10 ACCIÓN DE DIOS Y DE LA
SOCIEDAD
Es posible describir a las constantes anteriores como funciones de Dios
y de la sociedad. Estas últimas han de ser las causas más importantes que
influyen sobre nuestra vida:
P = f1 (D,S) I = f2 (D,S)
La forma matemática de estas funciones no tiene mayor importancia, ya
que sólo se desea hacer ver la existencia de cierto vínculo funcional.
A la “acción de Dios” (D) le asociamos una expresión de William James:
“Dios es real porque produce efectos reales”. Cada hombre tiene una visión del
mundo y de la vida que determinará la forma en que por ella ha de transitar.
Cualquiera sea la postura adoptada, debemos tener presente la existencia de
leyes naturales a las que nos debemos adaptar.
Se dijo que el amor, desde un
punto de vista social, ha de ser el vínculo que debe imperar. Pero, desde un
punto de vista más profundo, que tiene en cuenta las ideas básicas existentes
en el individuo, podemos decir que la idea de Dios ha de ser el vínculo que ha
de lograr la unidad de todos los hombres.
La “acción de la sociedad” (S) es una importante influencia, ya que estamos
condicionados por ella. Cada acción realizada estará aprobada o desaprobada por
el grupo social. La sociedad actuará como si fuese una persona muy cercana a
cada uno de nosotros.
Podemos decir, entonces, que la causa principal del Bien y del Mal es la
acertada o desacertada idea de Dios (o de todo lo existente) que tiene cada
individuo. Si la idea es errónea, se pierde el sentido de la vida. De ahí que
el primer paso para la solución de los problemas humanos ha de venir de una
ideología de adaptación basada en una teoría de la acción ética. Esta teoría
está implícita en las ideologías de Cristo, Spinoza y
de otros pensadores. Raymond Aron escribió: “La
ideología es un sistema de interpretación del mundo social que implica un orden
de valores y sugiere reformas y cambios radicales que se temen o se esperan”.
11 RELIGIÓN, FILOSOFÍA Y
CIENCIA
Blaise Pascal (1623-1662) escribió: “La sucesión de las generaciones humanas a
través de los tiempos puede ser considerada como un solo hombre que vive
innumerables centurias y no deja de aprender”. Este hombre representativo del
conocimiento medio de la humanidad, ha de pasar por distintas etapas. Auguste Comte (1798-1857) realizó
una filosofía de la historia mediante la cual describe las etapas por las que
han transitado las distintas ramas del conocimiento y enuncia este proceso como
la “ley de la evolución intelectual de la humanidad o ley de los tres estados”.
José Ortega y Gasset escribió: “Hegel y Comte fueron los primeros en salvar el pasado que los
siglos anteriores habían estigmatizado con el carácter de puro error, de modo
que el pasado no tenía derecho a haber sido. Ambos construyen la historia como
evolución en que cada épocas es un paso insustituible hacia una meta y que, por
tanto tiene un absoluto sentido y su plena verdad” (De la “Revista de
Occidente”).
Las etapas mencionadas son
designadas por Comte como teológica, metafísica y
positiva, que también podríamos denominar como religiosa, filosófica y
científica. Cada una de estas etapas está caracterizada por una forma
predominante del pensamiento y las tres formas pueden coexistir en una época o
en una sociedad, lo que a veces produce un efecto similar a la existencia
simultánea de distintos idiomas.
El pensamiento religioso tiene
“una predilección característica por las cuestiones más insolubles, por los
temas más radicalmente inaccesibles a toda investigación decisiva” (Comte). Tiene muy poco en cuenta a la ley natural, la que
reemplaza por lo sobrenatural. Como no toma como referencia a la propia
realidad, puede distorsionarse completamente hasta entrar en el mundo del “todo
vale”.
El pensamiento filosófico
limita bastante la libertad del pensamiento religioso, ya que le exige cierta
coherencia lógica. Pero la filosofía puede caer en el juego especulativo de las
ideas abstractas, reemplazando la realidad por un idealismo desvinculado de la
misma.
Finalmente, el pensamiento
científico, basado en observaciones y contrastaciones
con la propia realidad, restringe la libertad del pensamiento previo llegando
al concepto unificador de “ley natural invariante”, y al orden natural
correspondiente.
Uno de los significados de la
palabra “religión” es la de “unir a los adeptos”; ya sea unirlos con su Creador
o entre sí. Esta búsqueda fue definida por Spinoza
como el “conocimiento de la unidad del espíritu con el conjunto de la
naturaleza”, de tal manera que “la mejor parte de nosotros mismos coincidirá
con el orden de la naturaleza entera”. Así, al buscar el individuo un sentido
para su vida, a través del sentimiento religioso, busca lo permanente y lo
eterno, alejándose de las pasiones circunstanciales.
Es posible describir la
historia de la humanidad como un largo proceso de adaptación al orden natural.
Debido al conocimiento creciente y progresivo, algún día podremos estar
plenamente adaptados. Esta filosofía de la historia derivada del planteamiento
científico, aporta gran información, ya que nos indica que debemos acelerar el
proceso de adaptación por cuanto estamos pagando un elevado costo diario: la
existencia de millones de personas que padecen todo tipo de privaciones.
12 CAUSAS Y EFECTOS
Puede establecerse un diagrama representativo de una secuencia típica
de causas y efectos. Esta es una secuencia lineal, ya que se supone que cada
causa produce un efecto, aunque en el mundo real es posible que una causa pueda
producir varios efectos, o bien muchas causas pueden producir un solo efecto.
También se observa que un efecto pasa a ser la causa de otro efecto posterior:
Condiciones
iniciales (Causa 1) → Efecto 1 (Causa 2) → Efecto 2 (Causa 3) → Efecto 3 ……..
A la primera causa la denominamos “condición inicial”. A partir de este
esquema se definirán algunos conceptos importantes:
Ley natural: si a una causa le sigue siempre un mismo efecto, existe un
vínculo permanente al que denominamos “ley natural”. Lo mismo vale para los
casos en que varias causas producen un efecto, o cuando una causa produce
varios efectos.
Determinismo: dadas las condiciones iniciales en una secuencia de
causas y efectos, dichos efectos ocurrirán necesariamente, debido precisamente
a la existencia de la ley natural.
Libre elección: el hombre elige las condiciones iniciales en cada
secuencia de causas y efectos relacionados a su vida. No existiría dicha
libertad si fuesen elegidas por agentes sobrenaturales, por ejemplo.
Indeterminación: puede argumentarse que la libre elección de las
condiciones iniciales es sólo el efecto de una enorme cantidad de causas
(grabadas en nuestra memoria, por ejemplo), por lo que habría una libertad
aparente. Es posible que los hombres estemos vinculados con cada parte del
resto del universo, por lo que existirán infinitas causas previas a la “libre
elección” de una condición inicial. Como nadie puede conocer una infinita
cantidad de causas, surge cierta indeterminación natural que nos permite hablar
de la libre elección del hombre, o libre albedrío. Es necesario resaltar que
existirán causas relevantes e irrelevantes, según que tengan mucha o poca
influencia, lo que permite hacer diagramas como el realizado. Además, en la
física del micromundo existe una indeterminación
inherente a las partículas atómicas, si bien a nivel macroscópico podemos seguir
hablando de la ley natural determinista.
Fatalismo: hay quienes suponen que el hombre tiene un destino prefijado
para su vida, el cual se ha de cumplir en forma independiente a sus elecciones.
Se supone que el destino ha sido prefijado por Dios. Ello puede promover una
actitud negligente, ya que, en ese caso, convendría adoptar la postura del
menor esfuerzo.
Milagro: es la interrupción momentánea de la ley natural, o el cambio
de las condiciones iniciales, por parte del propio Creador. El diseñador del
orden natural habría de cambiarlo fuera de la ley previamente impuesta.
Los principales modelos (o
sistemas descriptivos) filosóficos y religiosos son los siguientes:
Inmanente: Universo =
Dios = Naturaleza
Trascendente: Universo =
Dios + Naturaleza
El primero se basa en la invariabilidad de la ley natural, por lo que
resulta compatible con la ciencia experimental y se identifica con ella. El
segundo admite intervenciones de Dios (milagros) y es el fundamento de varias
religiones.
Lo sobrenatural es aquello que
se supone que no está regido por leyes naturales, por lo que resulta
inaccesible a la ciencia y al razonamiento. Sólo es accesible a los “elegidos”,
quienes se ubican “sobre la humanidad” buscando, a veces, establecer el
gobierno del hombre sobre el hombre, lo que resulta opuesto a lo que la
religión debiera ser.
Los hombres estamos
acostumbrados a observar una gran cantidad de fenómenos regidos por leyes
causales, siendo muy pocos (o ninguno) los hechos que puedan considerarse como
un “milagro”. Sin embargo, la religión tradicional se basa en la existencia de
fenómenos poco probables, o imposibles. Así, una vida
basada en la esperanza en los milagros es similar a una vida basada en la
esperanza en la eventual obtención del primer premio de
Quienes afirmamos no haber
nunca observado un milagro, somos mirados despectivamente por los “creyentes”.
Sin embargo, Cristo predicaba en base a la ley natural que rige a los seres
humanos, y no en base a acontecimientos excepcionales que puedan ocurrir.
Si en un accidente mueren
cuarenta personas y se salva sólo una, el hecho ha de ser interpretado como un
milagro y como una “evidente” intervención de Dios; de donde surge el
interrogante acerca de porqué Dios no salvó a algún otro. Es difícil hacerle
comprender a los familiares de las víctimas porqué Dios permitió tanto sufrimiento
pudiéndolo evitar.
Además de las posturas
inmanente (naturalismo) y trascendente (sobrenaturalismo),
existen quienes intentan reemplazar al orden natural por un “orden artificial”,
que podríamos denominar “subnaturalismo”. Karl Marx (1818-1882) escribió:
“Hasta ahora los filósofos han interpretado la naturaleza, desde ahora debemos
transformarla”. Siguiendo esa postura, la sociedad humana no ha de ser el
resultado de los esfuerzos del hombre por adaptarse al orden natural, sino que se
trataría de adaptarlo, en forma forzada, a la sociedad comunista. En este orden
social no ha de ser el amor el vínculo que ha de originar a la sociedad, sino
que deberán serlo los medios de producción y el trabajo. La eliminación de la
propiedad privada hace que el Estado domine totalmente la vida del individuo;
lo que da lugar a una esclavitud que supera ampliamente a la asociada al
feudalismo y a otros tipos de sociedades criticadas por los marxistas.
Así como la desadaptación del hombre al orden natural implica
sufrimiento, las sociedades humanas que desconocen dicho orden, tanto por
regirse por el sobrenaturalismo como por el subnaturalismo, viven en eterno conflicto. Ello se hace
evidente en la gran cantidad de guerras de origen religioso y también en los
conflictos derivados de la “revolución permanente” promovida por los
comunistas. Este es el precio que la humanidad paga por alejarse del orden
natural, ya sea por desear destruirlo, por reemplazarlo o bien por ignorarlo.
Hay quienes critican a la
religión natural por cuanto “no provee ayuda sobrenatural en las situaciones de
emergencia”. Al respecto debemos decir que, como una sociología preventiva,
promueve una actitud que ha de realizar los máximos esfuerzos por evitar la
ocurrencia de todo tipo de males, en vez de pedir auxilio cuando se tomaron
pocas precauciones previas. De todas formas, los fenómenos mentales poco
comunes, no están excluidos de la ley natural.
13 COMPLETITUD
Los distintos pensadores dan una visión diferente del orden natural. La
realidad adquiere otro interés a la luz del pensamiento humano. Es indudable
que el mensaje cristiano es más atractivo y tiene mayor fuerza que el
pensamiento de Spinoza o de lo que pueda serlo un
fundamento como el que se intenta lograr con este escrito. Si bien todas estas
descripciones tienen una misma base y un mismo destinatario, la ventaja radica
en que permiten complementarse mutuamente.
Todo sistema axiomático debe
ser coherente, o consistente, y no contradictorio. Sus axiomas deben ser independientes
y el sistema debe ser completo, de tal forma que todas las proposiciones
verdaderas puedan deducirse de los axiomas. Con la teoría de la acción ética se
ha pretendido establecer un sistema descriptivo que contenga la mayor
información posible sobre el hombre y la sociedad.
Es el deseo del autor haber
fortalecido el ideal cristiano, ya que ello significará favorecer el triunfo
del Bien sobre el Mal y el establecimiento definitivo del Reino de Dios. La ley
natural lleva implícito el espíritu de Dios y habrá de predominar finalmente
sobre los criterios particulares permitiendo el logro de la paz tan ansiada.