Por Miguel Canduela

Técnicas de intervención de Psicología Deportiva.
Parte I

 

El presente artículo se referirá a las principales formas y técnicas de intervención con que cuenta la Psicología para apoyar el desarrollo de los deportistas y mejorar su rendimiento. En esta primera parte, solo se dará una breve introducción sobre la importancia del "diagnóstico" en cualquier tipo de intervención, y se hablará sobre las técnicas psicológicas dirigidas a la regulación de la tensión en los deportistas.


Una intervención siempre debe comenzar con una evaluación diagnóstica, la cual es probablemente la parte más importante, ya que, si está equivocada seguramente "el plan de acción" derivado de ella también lo estará. En nuestro caso sería una "Evaluación Psicodiagnóstica", donde se recogería información sobre los aspectos psicológicos que influyen en el deporte, para que a partir de dicha evaluación se pueda plantear la intervención más idónea para "mejorar" la situación que presenta el deportista. Es conveniente evaluar cada caso de manera particular y global (analizando la multitud de variables que en éste interactúan), ya que sólo de esta forma, se podrá contextualizar la situación y llegar a una comprensión de la misma. De acuerdo con esto la evaluación sería un instrumento para identificar las necesidades específicas de cada deportista. Los principales instrumentos que se utilizan para realizar la evaluación psicodiagnóstica son: la observación directa, la entrevista directa y/o con terceros y los autoinformes (aquellas técnicas que incluyen un conjunto de preguntas estructuradas, a los que los deportistas deben responder también, de acuerdo a un formato estructurado).

TECNICAS RELACIONADAS AL CONTROL DE LA TENSIÓN.


Con el término "tensión" se hace referencia al estado afectivo del sujeto (deportista en este caso) sometido a la influencia de dos fuerzas opuestas, las cuales podrían ser ejemplificadas de manera muy general como: "el deseo de lograr algo VS todas las dificultades (tanto internas como externas) que esto acarrea"; todo esfuerzo para resolver un problema pone al organismo en tensión, la cual, en caso de ser excesiva o demasiado baja, se convierte en un obstáculo más que dificulta la consecución del resultado deseado, de aquí que sea conveniente regularla. La tensión excesiva es un obstáculo porque genera ansiedad (nerviosismo) con lo cual se bloquean y entorpecen las decisiones y respuestas del sujeto; la relajación excesiva también es un obstáculo porque fomenta un aflojamiento (distensión) del cuerpo (muscular y mental), el cual no es congruente con la actividad deportiva debido a que ésta siempre requiere un mínimo de tensión. Cuando estamos hablando de "tensión mental", es importante tomar en cuenta que siempre estará influida por aspectos subjetivos (de cada deportista), ya que dependiendo de la interpretación que se haga de la situación y de las posibilidades propias, se generará más o menos tensión.


De manera esquemática se puede visualizar la tensión como una línea recta, en la que uno de los extremos representa la "relajación total" (ausencia de tensión) y el otro la "activación total" (tensión máxima); en este sentido, se podría distinguir un continuo de activación que va desde el sueño profundo hasta el máximo grado de activación, pasando entre otros estados por el de sueño ligero, somnolencia, relajación, atención, alerta y excitación.


El nivel óptimo de tensión varia según cada tipo de deporte e incluso cada deportista, de tal forma que lo primero que se tiene que hacer cuando se van a regular los niveles de tensión en un deportista, es determinar su "nivel óptimo" (especialmente para la competición). De manera general, se puede decir que los deportes que requieran una mayor precisión son los que exigen un estado de tensión tendiente a la relajación, mientras que los deportes que implican una mayor actividad física requieren niveles de tensión más altos.


La tensión se puede expresar a través de nuestros sistemas bioquímicos (niveles de adrenalina y noradrenalina) y fisiológicos (tasa cardíaca y presión sanguínea, tensión muscular, etc.), así como de nuestra conducta (nerviosismo, mareos, temblores, sensación de ahogo, sensación de angustia, etc.). Los estímulos que la producen pueden ser de origen biológico (cambios de tipo fisiológico, con independencia de la interpretación que el sujeto haga de ellos) y/o psicosocial (estímulos que son interpretados por el propio sujeto y es ésta interpretación la que los convierte en ansiógenos o no).


Después de haber dado un breve panorama sobre la "tensión", pasemos a las principales formas de intervención para su regulación:

TÉCNICAS PARA DISMINUIR LA TENSIÓN.


1.TÉCNICAS DE RESPIRACION.- Pueden ser la "Técnica Respiratoria de Fases" y la "Técnica Respiratoria Rítmica"; una adecuada respiración va a permitir una oxigenación más completa y por tanto un mejor funcionamiento de todos los sistemas; según Lichestein (1988) con las técnicas respiratorias lo que se produciría es una Hipercapnia (aumento de los niveles de CO2 en sangre) y sus efectos tienen que ver con una disminución de la tasa cardíaca, depresión de la actividad cortical y somnolencia. Se deben adaptar las técnicas de respiración a las características de cada deporte y tipo de competencia, para que el deportista las pueda utilizar en el momento preciso; con las técnicas de respiración lo que estamos haciendo es "interrumpir" la respuesta fisiológica relacionada con el proceso de Activación (aumento de tensión).


2.TÉCNICAS DE RELAJACION.- Existen diversas técnicas de relajación, las cuales se pueden dividir en dos grandes grupos: las que parten del cuerpo a la mente y las que actúan de forma contraria, de la mente hacia el cuerpo; una de las más conocidas y utilizadas, es la "Relajación Progresiva" (Jacobson 1938), la cual consiste en enseñar al sujeto a relajarse mediante ejercicios de tensión y distensión de los diferentes segmentos que forman el cuerpo; esta técnica puede ser muy útil para los deportistas que se "tensan" mucho antes de la competencia, ya que aprenden a reconocer las sensaciones que le mandan sus músculos y a relajarlos. Los principales efectos que produce la relajación son: disminución de la actividad simpática, disminución de la frecuencia cardíaca, cambios respiratorios con regulación del ritmo ins-respiratorios**, cambios en los ritmos cerebrales Alfa y Theta y otros efectos centrados en el ámbito cognitivo relacionados con sensaciones de tranquilidad, paz y placidez general. Al igual que en las técnicas respiratorias, se deben adaptar las técnicas de relajación a las características de cada deporte y tipo de competencia, para que el deportista las pueda utilizar en el momento preciso.
**La respiración consta de dos ciclos: uno hacia adentro, cuando inhalas (inspiras=ins-espiratorio), y otro hacia afuera, cuando exhalas (espiras)


3.TÉCNICAS COGNITIVAS.- Otra forma de intervención es trabajar en el ámbito cognitivo, con el fin de modificar "falsas" o "erróneas" interpretaciones que el deportista hace de los diferentes estímulos y situaciones que se le presentan; esta forma de intervención puede resultar muy útil en los casos en que la tensión del deportista se deba básicamente a la interpretación que el sujeto hace de la situación, normalmente exagerándola o magnificándola. En un nivel más operativo y en los deportes y situaciones que lo permitan, es conveniente definir un ritual de ejecución y que el deportista piense en dicho ritual mientras lo realiza, esto contribuye a que se "pierdan de vista" estímulos externos que pudieran funcionar como estresores para el deportista y a la vez, propician la concentración y atención en la actividad que se está realizando.

TÉCNICAS DE ACTIVACION.


En realidad se ha escrito poco sobre Técnicas de Activación, de acuerdo con unos cuestionarios que se aplicaron entre deportistas (Gould y Jackson 1980), en términos generales definieron la activación preparatoria como "inténte estar alerta y con la moral alta"; en esta definición se puede ver que la "activación" básicamente está relacionada con la excitación ("impulsividad" y alerta) experimentada inmediatamente antes de iniciar la ejecución. Para propiciar el aumento de los niveles de Activación, se puede partir de dos caminos distintos: en el ámbito biológico se puede provocar a través de substancias, no está de más mencionar que el deportista y su equipo técnico deben vigilar que los niveles de dichas substancias no rebasen los límites permitidos por las federaciones correspondientes; un ejemplo real de esta forma de activación, lo constituye el caso de un pesista de alto rendimiento, quien antes de la competición se tomaba un café cargado, esto contribuía a que él iniciara la competencia con los altos niveles de activación que requiere la halterofilia. En el ámbito psicosocial, personalmente, recomendaría la utilización de acciones "emotivas", las cuales al propiciar la reactividad hacia los acontecimientos experimentando emociones, generan activación en el deportista y hacen que se movilicen todas las reservas psicológicas hacia la ejecución de la tarea; como ejemplos de lo anterior se pueden citar los siguientes:


a) En 1950 se jugó el Campeonato del Mundo de Futbol en Brasil. Habían llegado a la final la selección de Uruguay y la de Brasil. El 14 de julio, víspera de la final apareció un reportaje a toda página, con la fotografía de los integrantes del equipo nacional de Brasil con una nota que decía: "Este es el equipo campeón". En opinión de la mayoría de los cronistas, el equipo brasileño era muy superior tanto técnica como tácticamente al uruguayo y, además jugaba en casa. El cónsul de Uruguay compró una serie de ejemplares del periódico, uno para cada miembro de la expedición uruguaya y se los entregó diciendo: "Señores, ya les dan por muertos antes de jugar el partido". Obdulio Varela, el capitán del equipo, abrió el periódico y públicamente se orinó en la página deportiva. Un "impulso eléctrico" se apoderó de la selección y al día siguiente derrotaba en su propio feudo a la selección brasileña. Poco después, preguntado O.Varela comentó: "Cien veces que hubiéramos jugado el partido lo hubiéramos perdido, pero no aquella tarde".


b) Recuerdo un partido de las Chivas en el "Monumental Estadio Jalisco", el cual estaba empatado cuando transcurría el segundo tiempo, el público empezó a gritar el nombre de Nacho Vázquez, quien estaba en la banca, L. Benhaker "accedió" a los gritos del público y justo antes de que N.Vázquez entrara al partido, se paró con él y le hizo ver a toda la gente que lo estaba "pidiendo", no sé que le dijo, pero seguramente algo que lo involucraba y comprometía con todo ese público; minutos más tarde, N.Vázquez hacia el gol de la victoria para el Guadalajara. En realidad lo verdaderamente importante de este ejemplo no es el gol que anotó, sino el hecho de que entrara al campo completamente "involucrado" con la tarea.


Seguramente ustedes tendrán más ejemplos de este tipo de acciones, pero creo que de cualquier forma debemos reconocer que la generación de emotividad representa en la mayoría de las ocasiones (en la rutina), un reto para entrenadores y deportistas y exige mucho talento, sensibilidad y creatividad.


De momento solo me resta añadir, que los ámbitos biológicos y psicosociales de los que se ha hablado en este artículo, se mencionan por separado para facilitar su comprensión, pero que en la realidad siempre van unidos y se influyen unos con otros, de tal forma que cuando intervenimos en un ámbito también estamos interviniendo en los otros dos; no se debe olvidar que lo psicológico esta montado sobre lo orgánico y ambos se influyen mutuamente.

 

 

Fuentes: Guías Didácticas del Master en Psicología del Deporte impartido por la Universidad Autónoma de Madrid