Fuente:
Diario “El Mercurio”, Santiago de
Chile, Lunes 1 de abril de 2002
LIDERAZGO:
LA CUALIDAD BUSCADA EN LOS EJECUTIVOS
DAVID FISCHMAN
Autor
de “El camino del líder”
Fomentar
la iniciativa no es sólo tarea de las personas; también depende de las
empresas.
Imagínese que está por viajar y delega
en un subordinado la responsabilidad de llamar a un proveedor para elaborar una
campaña urgente. A su regreso, le pregunta al subordinado por la campaña. El
responde: “¿Qué campaña?”. Usted se lo recuerda, y él responde: “Ah sí, llamé
al proveedor pero se ha mudado y no pude contactarlo”. Lo más probable es que
usted explote en ira , a menos que haya tomado un
sedante o practique meditación. Al subordinado le faltó iniciativa lo que según
un estudio reciente de Korn & Ferry es la
competencia más buscada por las empresas al contratar.
¿Qué es la iniciativa? Según el
diccionario de la Real Academia es ‘adelantarse a los demás en hablar y obrar’.
Un componente explícito de esta definición es el concepto de adelantarse en las
situaciones o en la resolución de los problemas. Sin embargo, implícitamente,
está la importancia de hacerse responsable de los problemas y la de tomar
riesgos para resolverlos.
Para evitar incendios en los edificios,
pueden instalar regaderas que se activen por sensores ante un aumento de
temperatura. Lo segundo mejor son alarmas con sensores de humo, que nos alertan
del problema. Por último, pueden tenerse extinguidotes para apagar el fuego. En
su empresa, usted puede tener ejecutivos “regaderas” con mucha iniciativa.
Apenas perciben un problema, responsablemente se anticipan y lo resuelven
asumiendo riesgos en el camino. El otro tipo es el ejecutivo alarma de humo.
Tiene la capacidad de anticiparse y alertarlo, le muestra el problema a tiempo,
pero es dependiente, quiere que usted decida. Le falta la capacidad de hacerse
responsable, de buscar soluciones propias y asumir el riesgo de resolverlo. El
otro es el ejecutivo extinguidor, que no se anticipa, actúa cuando el problema
quema, siguiendo sus órdenes para apagar el fuego. El peor de todos es el
ejecutivo que no se da cuenta de que su área se incendia. Este último, solo se
dedica a buscar excusas para evadir su responsabilidad.
¿Cómo se forma la iniciativa? Los
padres tienen mucha responsabilidad en la niñez. Hacerle la vida demasiado fácil
al niño hará que de adulto espere que le resuelvan todos sus problemas. Pero,
el otro extremo, el de tener muchas carencias en la niñez, merma la autoestima
y nos convierte en personas inseguras. Como todo en la vida el camino es el
buen equilibrio.
La educación en el colegio y la
universidad también es importante. Una educación donde el profesor se limita a transferir
conocimientos y el alumno es un agente pasivo receptor, posiblemente no formará
profesionales con iniciativa. En esta educación existe una sola verdad: la del
profesor, y el alumno se limita a repetirla. En cambio, si el profesor es un facilitador del aprendizaje, permitiéndole al alumno
descubrir el conocimiento, buscar respuestas propias, experimentando y
cuestionando es más probable que forme iniciativa. Si estamos acostumbrados a
hacer lo que dice el profesor, sin descubrir ni cuestionar, haremos lo mismo en
el trabajo: esperaremos pasivamente que nuestro jefe nos dé las órdenes.
Pero no todo depende de la persona,
fomentar la iniciativa también depende de la empresa. Un empleado, en los
inicios de la empresa automovilística Ford, tuvo la
iniciativa de crear un auto rojo. Cuando se lo mostró a Henry Ford, éste lo destruyó a martillazos con ira. Para Ford, sus clientes podrían tener el auto deseado, en la
medida en que fuera negro. Similarmente muchos líderes destruyen la iniciativa
de sus subordinados a martillazos. Una empresa que promueve una cultura de
tolerancia al error, fomentará esta competencia tan buscada. Una empresa donde
sus líderes dan martillazos a sus subordinados, cuando fallan en sus
iniciativas, fomentará el conformismo y la dependencia.