VI CUANDO el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.

1.

Vi.

Ver com. cap. 4: l. La visión continúa en el mismo escenario presentado en los cap. 4 y 5; pero comienza un nuevo aspecto de la acción. Los sellos del libro (cap. 5:1-5) están por ser abiertos.

El Cordero.

Ver com. cap. 5: 6.

Abrió uno de los sellos.

La siguiente declaración proyecta luz sobre el significado de los sellos: "Su [de los dirigentes judíos] decisión [de crucificar a Cristo] fue registrada en el libro que Juan vio en la mano de Aquel que se sienta en el trono, el libro que ningún hombre podía abrir. Con todo su carácter vindicativo aparecerá esta decisión delante de ellos el día en que este libro sea abierto por el León de la tribu de Judá" (PVGM 236). Esta declaración muestra que en el libro se registraron, entre otras cosas, las acciones de los judíos durante el enjuiciamiento de Cristo, y que en el gran juicio final (ver com. cap. 20:11-15) estos enemigos suyos tendrán que enfrentar el registro de sus impías acciones. Es razonable concluir que el libro contiene también un registro de otros acontecimientos significativos en el gran conflicto de los siglos. Parece que a Juan se le dio una visión anticipada de algunos de esos acontecimientos. En forma simbólica se presentó delante de él la historia del gran conflicto hasta llegar a su culminación en la vindicación del carácter de Dios en el día del juicio final (cap. 20:11- 15; ver com. cap. 5:13). El hecho de que Cristo "ha vencido para abrir el libro" (cap. 5:5) significa que es el vencedor del conflicto y el Señor de la historia. Puede considerarse que las escenas reveladas cuando se abren los sellos tienen una aplicación específica y además otra general (ver com. cap. 1: 11), como sucede con los mensajes a las siete iglesias. Las escenas representan específicamente las fases sucesivas de la historia por las cuales pasaría la iglesia en la tierra.

Seres vivientes.

Ver com. cap. 4: 6.

Ven y mira.

La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por la omisión de las palabras "y mira". Si se retienen, la orden se dirige a Juan; en caso contrario, la orden probablemente es para el caballo y su jinete (vers. 2), quienes al ser llamados se presentan en el escenario profético. Lo mismo puede decirse de esta frase en los vers. 3, 5, 7.

2.

Un caballo blanco.

Los cuatro caballos simbólicos de los primeros cuatro sellos (vers. 2-8) a menudo se han comparado con los cuatro caballos de la visión de Zacarías (Zac. 6:2-3). Hay algunas semejanzas en el simbolismo, pero también hay diferencias. El orden en que se mencionan los caballos es distinto. En el Apocalipsis los caballos tienen jinetes; en Zacarías tiran carros. La aplicación de los símbolos es también completamente diferente (ver Zac. 6).

Los comentadores han sostenido dos puntos de vista principales en cuanto a la interpretación del primer caballo y su jinete. Unos entienden que este símbolo representa a la iglesia de la era apostólica (c. 31-100 d. C.), cuando la pureza de su fe -sugerida por el color blanco- y su celo llevaron a conquistar los mayores triunfos espirituales de la historia cristiana. Sin duda, ningún siglo desde el primero de la era cristiana ha visto una expansión tan brillante del reino de Dios. El arco en la mano del jinete simbolizaría conquista, y la corona (st'fanos; ver com. Apoc. 2: 10), victoria. El Evangelio fue predicado tan rápida y extensamente, que cuando Pablo escribió a los colosenses alrededor del año 62 d. C., declaró que el Evangelio "se predica en toda la creación que está debajo del cielo" (Col. 1:23; cf. HAp 40, 462).

Otro grupo de comentadores cree que los caballos y jinetes no representan a la iglesia sino a las diversas condiciones adversas bajo las cuales vivía la iglesia, y a las cuales pudo sobrevivir por la gracia de Dios. En el simbolismo bíblico el caballo se relaciona con guerra (ver Joel 2:1, 4-5), y el equipo del jinete del caballo blanco indica que es un guerrero. Puede entenderse que la corona del jinete y la blancura del caballo simbolizan victoria; por lo tanto, el primer jinete representaría una época en la que el pueblo de Dios vivía en un mundo que se caracterizaba por la conquista y el dominio militar, cuando Roma "salió venciendo, y para vencer" y mantuvo un imperio virtualmente universal.

Los adventistas del séptimo día en general han sostenido que el primer caballo representa a la iglesia de la era apostólica (31 - 100 d. C.).

Un arco.

Símbolo de batalla.

Corona.

Gr. stéfanos (ver com. cap. 2: 10).

Venciendo, y para vencer.

Se describe así una victoria continua.

El jinete del caballo blanco.

¿Quién es este misterioso caballero y qué significa el color blanco? George Eldon Ladd ha señalado que en el Apocalipsis el blanco es siempre un símbolo de Cristo, o de algo relacionado con Cristo, o de victoria espiritual. Por eso el Cristo glorificado tiene una cabellera blanca como la lana (1:14); los fieles recibirán una piedrecita blanca con un nombre nuevo escrito en ella (2:17); van a usar ropa blanca (3:4, 5, 18); los 24 ancianos están vestidos de blanco; a los mártires se les dan ropas blancas (6:11) como asimismo a los de la gran multitud (7:9, 13); al Hijo del hombre se le ve sobre una nube blanca (14:14); regresa montado en un caballo blanco, acompañado de los ejércitos celestiales vestidos de blanco y que cabalgan caballos blancos (19:11, 14); en el juicio final vemos a Dios sentado en un trono blanco (20:11). De manera que el blanco es el color de Cristo y su justicia.

Entonces, ¿es Jesucristo el primer jinete? En Apocalipsis 19, tal como Ladd lo destaca más arriba, Jesús indiscutiblemente aparece cabalgando en un caballo blanco. Se lo presenta expresamente como Rey de reyes y Señor de señores, y como la Palabra de Dios. (Véase Apoc. 19:11-16). En S. Juan 1:1-3, "Palabra de Dios" es un nombre de Jesús. En Apocalipsis 19 Jesús tiene un arma y "combate", en forma muy similar al jinete del caballo blanco del primer sello.

El jinete es Cristo, entonces la conquista es el evangelio, los mártires que vemos en el quinto sello están ahí como resultado de la persecución que surge por la conquista del evangelio. El argumento de Hendriksen a favor de que Cristo es el jinete es como sigue: