Tema.

Desde su mismo comienzo (cap. l: l) este libro se anuncia como un apocalipsis o revelación, como un descorrer del velo de los misterios del futuro, que culminan con el triunfo de Jesucristo. Los escritos apocalípticos habían descollado entre la literatura religiosa judía durante más de dos siglos. En verdad, el primer apocalipsis que se conoce -el libro de Daniel-, apareció en el tiempo del cautiverio babilónico en el siglo VI a. C. Mediante las guerras de los Macabeos, cuando los judíos recobraron su independencia política 400 años más tarde, crecieron las esperanzas mesiánicas que se enfocaban en el anhelado nuevo reino judío, y apareció un conjunto de literatura apocalíptico que seguía en mayor o menor grado la forma literaria y los símbolos de Daniel. En el siguiente siglo, cuando la conquista romana deshizo las esperanzas de los judíos de que hubiera un reino mesiánico mediante los asmoneos , las expectativas mesiánicas llegaron a ser aún más intensas al anticipar los judíos a un mesías que venciera a los romanos. Durante el siglo 1 a. C. y el siglo 1 d. C., tales esperanzas continuaron siendo un incentivo para que hubiera más obras apocalípticas.

Por lo tanto, no hay por qué sorprenderse de que en el NT, escrito mayormente -si no del todo- por judíos y para una iglesia que era mayormente judía en su fondo religioso, Dios colocara un libro de carácter apocalíptico que expone el punto de vista cristiano de los sucesos que llevarían hasta el introducimiento del reino mesiánico. En sus mensajes a los hombres por medio de los profetas, Dios expresa su voluntad en lenguaje humano y en formas literarias con las cuales estaba familiarizada la gente a quien se dirigieron originalmente sus mensajes.

Aunque apocalipsis es en verdad profecía, difiere de otras profecías bíblicas (como las de Isaías, Jeremías, Ezequiel y los profetas menores) en varios aspectos importantes, y estos rasgos distintivos son las características de la literatura apocalíptica. Entre esas características distintivas sobresalen las siguientes:

l. El alcance cósmico de lo apocalíptico. Mientras que la mayoría de las profecías se refieren a los problemas nacionales e internacionales que giran en torno de la historia de Israel y el glorioso futuro que pudo haber sido suyo , lo apocalíptico desempeña su papel en el escenario mayor del universo, y tiene como tema central el gran conflicto entre Dios y Cristo contra Satanás y viceversa.

2. La base de lo apocalíptico en visiones y sueños. El escritor apocalíptico registra los sueños y visiones que recibió mientras estaba "en el Espíritu" (ver com. cap. l: 10). A menudo es arrebatado y llevado a lugares distantes donde contempla escenas de majestad y grandeza que sobrepujan toda descripción que pueda hacerse en lenguaje humano, y allí conversa con ángeles. Aunque también se registran estas experiencias repetidas veces en los otros profetas, son particularmente características de los escritores apocalípticos; en realidad, forman virtualmente todo el contenido de las secciones apocalípticas de Daniel y del Apocalipsis.

3. El uso de alegorías en lo apocalíptico. En términos generales, en la profecía los símbolos son lecciones objetivas concretas de la vida diaria; por ejemplo, el alfarero y la arcilla (Jer. 18: 1 - 10), el yugo (Jer. 27:2) y el adobe (Eze. 4:1-2). Por otra parte, en la profecía apocalíptico los símbolos empleados son casi siempre seres que nunca se ven en la vida real, como bestias policéfalas, ángeles que vuelan en el cielo y animales que hablan y obran con inteligencia. Los lapsos proféticos, aunque raros en las profecías comunes, se dan generalmente allí en años literales (Jer. 29:10), mientras que en Daniel y el Apocalipsis aparecen lapsos proféticos repetidas veces y generalmente deben entenderse de acuerdo con el principio de día por año.

4. La forma literaria de lo apocalíptico. Muchas de las profecías están en forma poética, mientras que la profecía apocalíptica (incluyendo la no canónica) está casi enteramente en prosa, excepto una inserción ocasional de poesía, particularmente de himnos (Apoc. 4: 11; 5:9-10; 11: 17-18; 15:3-4; 18:2-24; 19:1-2, 6-8).

Estas consideraciones destacan la regla de que para ser debidamente interpretada la literatura apocalíptica, debe ser entendida en términos de su estructura literaria característica y de su énfasis teológico. El centro de su mensaje es el tema del gran conflicto, que enfoca especialmente el fin catastrófico de este mundo y el establecimiento de otro nuevo. Todo esto se presenta en lenguaje eminentemente simbólico, que no siempre permite una exacta interpretación . Al hablar de las cosas sobrenaturales, el lenguaje literal es a veces completamente inadecuado para presentar las más primorosas realidades del cielo. El lenguaje figurado apocalíptico es en algunos aspectos semejante al de las parábolas, y deben tomarse las mismas precauciones al interpretar ambos .

El Apocalipsis es una "revelación de Jesucristo" en acción para perfeccionar un pueblo en la tierra a fin de que pueda reflejar su carácter inmaculado, y para guiar a su iglesia a través de las vicisitudes de la historia hacia la realización del propósito eterno de Dios. Aquí, en una forma más completa que en cualquiera otra parte de las Sagradas Escrituras, el velo que oculta lo invisible de lo visible se descorre para revelar "detrás, encima y entre la trama y urdimbre de los intereses, las pasiones y el poder de los hombres, los agentes del Ser misericordioso, que ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la voluntad de Dios" .

El Apocalipsis tiene cuatro divisiones principales o líneas proféticas:

(1) las siete iglesias, cap. 1-3;

(2) los siete sellos, cap. 4 a 8: 1;

(3) las siete trompetas, cap. 8:2 a 11 y

(4) los sucesos finales del gran conflicto, cap. 12-22.

Si se tiene en cuenta que el lenguaje del libro es a menudo sumamente figurado, es esencial descubrir la intención y el propósito de su autor inspirado y el significado de la obra para los lectores a quienes originalmente se dirigía. De otro modo, la interpretación de sus figuras -y por lo tanto de su mensaje- puede reflejar una simple opinión personal. Los primeros lectores eran cristianos que hablaban griego, y quienes, ya fueran judíos o gentiles, consideraban los escritos del canon del AT como la Palabra inspirada de Dios (ver Juan 5:39; Hech. 24:14; 2 Tim. 3:16-17) y estaban dispuestos a interpretar la nueva revelación en estrecha relación con la antigua. Por lo tanto, las siguientes observaciones y principios serán de utilidad para una correcta interpretación del Apocalipsis.

"En el Apocalipsis se encuentran y terminan todos los libros de la Biblia", y es, en un sentido especial, "el complemento del libro de Daniel" . Mucho de lo que estaba sellado en el libro de Daniel (ver Dan. 12:4) es revelado en el libro del Apocalipsis, y los dos deben estudiarse juntos. El Apocalipsis contiene citas o alusiones de 28 de los 39 libros del AT. De acuerdo con un erudito hay 505 citas y alusiones tales, de las cuales unas 325 son de los libros proféticos: Isaías, Jeremías, Ezequiel, y Daniel en particular. De los profetas menores son más comunes las referencias a Zacarías, Joel, Amós y Oseas. De los libros del Pentateuco se hace uso especialmente de Exodo. De las secciones poéticas se emplea Salmos (ver Luc. 24:44). Algunos también encuentran ecos de los siguientes libros del NT: Mateo, Lucas, 1 y 2 Corintios, Efesios, Colosenses y 1 Tesalonicenses, Hay ilustraciones de la forma en que Juan emplea el lenguaje y las figuras del AT

Una comprensión clara de estas citas y alusiones en su marco histórico en el AT, es el primer paso para la comprensión de los pasajes donde aparecen en el Apocalipsis. Entonces puede estudiarse el contexto en que las usa Juan para descubrir el significado que él les da. Esto se aplica particularmente a los nombres de personas y lugares, y a cosas, hechos y sucesos. Como muchos de los símbolos del libro del Apocalipsis ya eran conocidos en la literatura apocalíptico judía, esa literatura a veces ayuda a aclarar el significado de esos símbolos. Los que están familiarizados con la historia romana de ese tiempo también observarán que el lenguaje de Juan describe a menudo el Imperio Romano y las vicisitudes de la iglesia bajo su dominio. Por lo tanto, un estudio de la historia romana de ese período aclara algunos pasajes que de otra manera serían oscuros. Finalmente debe prestarse atención a las formas de pensamiento y expresión de la época a la luz del fondo cultural de ese tiempo.

Al determinar el significado de las escenas sucesivas que pasaron delante de Juan en visión, conviene recordar que el Apocalipsis fue dado para guiar, consolar y fortalecer a la iglesia no sólo de esa época sino a través de la era cristiana hasta el fin del tiempo . En él fue predicha la historia de la iglesia para el beneficio y vital consejo de los creyentes de los tiempos apostólicos, de los cristianos de las edades futuras y de los que viviesen en los últimos días de la historia de la tierra, a fin de que todos pudiesen tener una comprensión inteligente de los peligros y conflictos que les aguardaban . Por ejemplo, los nombres de las siete iglesias son símbolos de la iglesia en diferentes períodos de la historia. La iglesia local de Efeso llegó a ser símbolo de toda la comunidad cristiana de los tiempos apostólicos, pero el mensaje dirigido a ella fue registrado para animar a los creyentes de todas las edades .

Es razonable inferir que la descripción de la iglesia de Efeso y la admonición que recibe eran particularmente apropiadas para las necesidades de aquella iglesia en la época en que fue escrito el mensaje. También eran apropiadas para las necesidades de toda la iglesia cristiana en el período apostólico y, por lo tanto, en resumen, representa lo que estaba sucediendo durante ese período de la historia de la iglesia. Se registró para inspiración y ánimo de los creyentes de todas las edades, porque los mismos principios pueden aplicarse en circunstancias similares. Por analogía, lo mismo es cierto respecto a los mensajes de las otras iglesias. En vista de que las cuatro líneas mayores de profecía enfocan las escenas finales de la historia del mundo, los mensajes del libro del Apocalipsis tienen una importancia particular para la iglesia actual.

Que un solo pasaje profético pueda tener más de un cumplimiento, es evidente. Algunas de esas profecías tienen un cumplimiento inmediato y otro más remoto, y además hay en ellas principios que pueden aplicarse en general en todas las épocas. Más aún,debe recordarse que las promesas y las amenazas de Dios son igualmente condicionales.

De esta manera ciertas predicciones que podrían haber hallado un cumplimiento pleno en una época anterior de la historia, fueron diferidas a causa del fracaso de la iglesia que no se puso a la altura de sus privilegios y oportunidades .