NATURA
nº179 febrero
"Bárbaro", un macho de lince
adulto de 4 años, que con otros 6 ejemplares nacidos en el Parque
Nacional de Doñana fueron capturados y radioequipados por los investigadores
para su seguimiento, fue encontrado muerto de un disparo a corta distancia
en su flanco izquierdo, con 40 perdigones que le atravesaron el pulmón.
Aparte del agravante que supone el hecho mismo de tratarse de linces dispersivos
-ejemplares excepcionales que se adaptan a nuevos territorios y son utilizados
para consolidar la especie amenazada-, los investigadores descubrieron
que "Bárbaro" ya había sufrido la amputación de varios
dedos por un cepo furtivo.
El disparo, a corta distancia, demuestra
que no pudo haber confusión. Por otra parte, este era el último
lince de la camada de 1994. Su hermana, "Intrusa", resultó muerta
a los 15 días de iniciada la fase dispersiva. De los linces dispersantes
del último lustro, 5 han muerto por disparo, 3 atropellados, 6 desaparecidos
(posiblemente muertos por furtivos que eliminaron el collar de radioseguimiento)
y sólo 2 permanecen con vida. En el caso de "Bárbaro", además,
se da la circunstancia de que todo parece indicar que, poco antes, había
conseguido reproducirse, dado que se han avistado cachorros. Cachorros,
por cierto, que deberían estimular el celo de las autoridades en
poner los medios para hacer que la legislación se cumpla.
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