Los cadáveres de dos jóvenes
linces ibéricos (Lynx pardina), de menos de un año de edad,
han sido descubiertos en las últimas horas en el Parque Nacional
de Doñana y sus alrededores. Se trata de los cuerpos de Javichu
y Elsa, dos de las tres crías marcadas para su seguimiento y estudio
con collares radiotransmisores, en 1997, por científicos de la Estación
Biológica de Doñana.Los pequeños gatos, de menos de
cinco kilogramos de peso, presentaban heridas de diferentes tipos y gravedades
que descartan la muerte natural.
Uno de los animales apareció
en la zona de El Raposo, dentro de los limites del Parque Nacional, y el
otro en la llamada Cañada Mayor, en lo que es considerado Parque
Natural. Las lluvias de los últimos meses habían convertido
Doñana en un barrizal, impidiendo el normal trabajo de los investigadores.
Cuando la llegada del buen tiempo les ha permitido reanudar sus labores
se han encontrado con la triste noticia. Un primer análisis, obtenido
antes de realizar la necropsia y en presencia de la guardia civil, reflejaba
que ambos ejemplares han muerto con aproximadamente una semana de diferencia
como consecuencia de unas profundas y extrañas heridas.
MORDISCOS
"No parece que hayan fallecido de
muerte natural "afirma, a la espera de que la necropsia confirme estas
primeras impresiones, Francisco Palomares, director de carnívoros
de la Estación Biológica de Doñana. "Uno de los cadáveres
presentaba una herida que podía haber sido producida por un mordisco
en el centro del pecho, que le había roto el esternón y varias
costillas. Otro golpe similar le partió el cráneo. El segundo
animal tenía los metatarsos de la pata trasera tocados, con al menos
dos de los cuatro huesos partidos. Pudo sufrir una muerte lenta, por hambre,
al no poder cazar....".
Algunas de las personas que han tenido
acceso a los cadáveres de los linces hablan de mordeduras de perros.
La presencia en Doñana y sus alrededores de jabateros, cazadores
furtivos que buscan jabalíes con perros de presa, es habitual en
determinadas zonas. Es muy posible que alguno de estos canes, capaces de
reducir a mordiscos a un animal de mas de 100 kilos, se haya cruzado en
el camino de los jóvenes e inexpertos gatos.
Se trata de un duro golpe para el
futuro de un animal que ostenta el triste titulo de felino más amenazado
del mundo. De los 1.200 ejemplares censados en 1987 se ha pasado a la muy
preocupante cifra de 600. Y es que son demasiados los problemas que amenazan
el futuro de este sigiloso animal, un consumado especialista que se alimenta
casi exclusivamente de conejos: la pérdida y transformación
de sus hábitats, los lazos y los cepos, la caza ilegal y, por supuesto,
las enfermedades que diezman a su presa favorita.
COLLARES.
En los 2.500 kilómetros cuadrados
que forman el Parque Nacional de Doñana y su entorno, el paraíso
mundial para la especie, viven alrededor de 50 linces, formando unas 20
parejas reproductoras. Los mas optimistas piensan que el pasado año
nacieron entre 12 y 15. "Ahora sabemos que dos de estas crías han
muerto, pero la cifra puede ser mucho mas alta, puesto que el resto de
cachorros carece de los radiotrasmisores que colocamos durante los programas
de estudio en la Estación Biológica", asegura Palomares.
"Nosotros estamos siguiendo un núcleo formado por tres hembras,
que el año pasado habían parido 10 crías. Dos ya están
muertas, y no seria raro que alguna de las otras se este pudriendo en el
campo", sentencia. "Pero, pese a todo, pese a lo grave
que resulta que en una población tan pequeña se produzcan
tantas bajas por causas no naturales, quiero ser optimista: el futuro del
lince depende de nosotros, esta en nuestras manos. Debemos seguir trabajando
duro".
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