La campana sonó indicando el fin de las clases y cada chica se marchó a su casa, Cristal caminaba por la calle en dirección al parque y sin pensarlo entró en él, los árboles aun eran verdes pero el color dorado de las hojas secas comenzaba a cubrirlos indicando la nueva estación.
- Que tranquilo, me agrada este lugar.
- A mi también.
- AAHH!! gritó Cristal al escuchar una voz a sus espaldas Cristóbal qué haces aquí?
- Quieres escuchar mi increíble y triste historia.
- Pruébame.
- Erase una vez...
- Podríamos comenzar desde la mitad. sonrió la chica interrumpiéndolo.
- Bueno pero te pierdes de una gran historia.
- Sobreviviré.
- Ayer mi padre me prestó su auto, y supuse que sería mío al menos durante los días en que ellos se fueran a Inglaterra.
- Enserio cuándo se fueron?
- Se irán hoy en la tarde, pero como te decía mi padre me prestó su carro y pues como todo buen adolescente comencé a retar a la velocidad.
- Ibas a alta velocidad, seguramente chocaste y te quitaron el carro.
- Nooo, el carro está intacto, lo que ocurrió es que me vi envuelto en una persecución mortal.
- Cómo?
- Iba muy feliz hace unas horas en el auto cuando un carro con vidrios polarizados apareció y sin quererlo me atravesé en su camino, con lo cual comenzó a seguirme insistentemente hasta que lo perdí en una cuadra.
- Sólo a ti te ocurren esas cosas sonrió Cristal ante el relato del chico.
- Cuando di la vuelta a la cuadra siguiente noté que aun me seguía a pesar que aumenté la velocidad y fue entonces cuando...
- Decidiste dejar de acelerar.
- No, por el contrario, traté de volver a perderlo y de hecho lo hice, pero...
- Pero?
- Me detuve en un alto y para mi mala suerte se estacionó justo frente a mí y se bajó el conductor...
- Y? preguntó Cristal al ver que Cristóbal hacía suspendido la historia en el clímax.
- Era mi papá respondió el chico
- Auch! Qué te dijo?
- "Con que quieres jugar carreritas pues juégalas a pie" y desde hace dos horas no tengo carro sonrió el chico.
- Ja, ja, ja, eres un tonto, sólo a ti te pasan esas cosas.
- Como se supone que iba a saber que era mi padre.
- Intuición? dijo la chica.
- No lo creo.
- Pues te lo mereces, así aprenderás a no acelerar cuando tengas un auto.
- Claro, pero ahora no tengo ningún medio de transporte por dos semanas.
- Pobrecito, lo siento pero no puedo hacer nada por ti, tal vez pueda regalarte una bicicleta para Navidad.
- Graciosa.
- Me tengo que ir Cristóbal, necesito preparar una venganza para mi querido hermanito.
- Qué te hizo?
- Me obligó a ir a la escuela.
- Uh, que crimen, recuérdame decirle a mis padres que no me den hermanas por favor.
- Gracioso, por cierto me preguntaba por qué rompiste tu compromiso de matrimonio.
- Cómo te enteraste? preguntó Cristóbal frunciendo un poco el ceño.
- En este mundo todo se sabe.
- No quería casarme con esa chica, simple no lo crees. sonrió.
- Entonces por que le propusiste matrimonio.
- Un grave error que no pienso volver a cometer.
- Quieres decir que no le propondrás matrimonio a nadie más.
- No he dicho eso.
- A quien te gustaría proponerle matrimonio en un futuro. bromeó Cristal.
- Aun no lo sé respondió Cristóbal mirando a Cristal a los ojos.
- Tengo que irme Cristal apartó la vista de la del chico y se alejó del lugar. "No, no puedo hacerlo" se repetía mientras corría, "Y si realmente no lo amara, si sólo me hubiera obsesionado por que fue el primer chico que me besó" al pensar en eso se detuvo en seco y levantó la vista. "Sí sólo fuera eso..."
- Hola una voz la sacó de concentración. Veo que estás mejor. volteó hacia la calle y desde un auto Gerardo saludó a Cristal.
- Eh?
- No me recuerdas? preguntó el chico.
- No, no, no es eso... es que estaba pensando en otras cosas, me decías.
- La torcedura no fue tan grave después de todo.
- Ah, no, para nada. sonrió Cristal "Ni siquiera sentí el dolor hace unos minutos" pensó me duele un poco todavía pero no fue nada serio.
- Quieres que te lleve?
- No gracias, muy amable pero prefiero caminar.
- Entonces puedo acompañarte.
- Eh?! Pero no es una molestia, seguro tienes muchas otras cosas que hacer como para perder el tiempo acompañándome a mi casa, además te pueden robar el carro si lo dejas aquí y....
- Si no quieres que te acompañe sólo dímelo en lugar de darme un discurso de pretextos.
- Lo siento, no quise parecer una antipática.
- No, en lo absoluto entonces me permites acompañarte.
- Este... pues... bueno. terminó diciendo Cristal y Gerardo la acompañó hasta su casa después de estacionar su auto, la casa de Cristal estaba cerca del lugar y no tuvieron que caminar mucho.
- Me permites entrar.
- No creo que sea conveniente, nos vemos después de acuerdo. con una sonrisa Cristal cerró el cancel de la entrada y corrió hacia su casa, estaba apunto de entrar pero se detuvo en la puerta, retrocedió unos pasos rectificando el rumbo, caminó por una vereda rodeada de arbustos perfectamente acicalados así como todos los jardines que rodeaban su casa, los pajarillos trinaban, eran los últimos días para escuchar tan alegre canto pues el invierno se aproximaba y pronto tendrían que emigrar para no verse afectados por el frío, acelerando el paso entró en un jardín cubierto de espinas en la entrada, las primeras rosas habían sido cortadas.
- Señorita Cristal.
- Gustavo. sonrió la chica al ver al jardinero. No esperaba verte aquí.
- Vino a cortar las rosas.
- Sí, quiero enviarle unas cuantas a Mabel. dijo acercándose a las rosas y cerrando los ojos aspiró el perfume de las flores como si quisiera grabarlo en su memoria, Gustavo sonrió ante el comentario de la chica.
- Haría una muy buena pareja con el hijo de la señora Mabel dijo, Cristal abrió los ojos y trató de ocultar su rostro sonrojado con la rosa.
- Con Cristóbal... murmuró la chica. No lo creo. respondió con una sonrisa mirando al hombre a los ojos.
- Acaso no se lo han dicho muchas veces su madre y la señora Mabel. agregó Gustavo, habían pasado muchos años desde que su madre y Mabel la madre de Cristóbal se conocieran, eran muy buenas amigas por las muchas visitas de Cristóbal a la casa Wings, durante ese tiempo Cristal era tratada con mucho amor por la señora Mabel, la conocía desde pequeña y la consideraba la hija que nunca tuvo.
- Mamá y Mabel sonrió cerrando los ojos.
Cristal tomó unas tijeras de la caja que llevaba Gustavo y acercándose a las rosas comenzó a cortar unas cuantas desde el tallo con delicadeza.
- Mi mamá ya llegó? cambiando el tema Cristal comenzó con una nueva conversación.
- Sí, señorita.
- Tenemos que terminar de cortar las flores esta semana, tenemos que podar los rosales o el frío quemará los capullos.
- Claro señorita.
- Gustavo, me podrías hacer el favor de hacer un arreglo con las rosas que estoy cortando.
- Quiere que las mande a la casa de la señora Mabel.
- Sí sonrió la chica escribiré una nota mientras usted me hace el arreglo.
Había cortado cerca de veinte rosas, blancas, rojas, rosas y unas cuantas híbridas que le ayudó a plantar Gustavo, de color amarillo con centro anaranjado, blancas con rojo, y unas cuantas de color verde.
- Gustavo cuando logres crear rosas azules me darás el placer de plantarlas en mi jardín verdad.
- Será un honor señorita. sonrió el anciano. pero será mejor que se marche ahora o no llegará a su práctica de patinaje.
- Eh?! Se me olvidó tengo práctica esta tarde, gracias por recordármelo Gustavo, nos veremos después te dejaré la nota con mi madre para que lleves el arreglo antes que se vaya Mabel.
- Lo llevaré de inmediato señorita. Cristal sonrió y entrando en su casa subió a su cuarto sacó su traje de entrenamiento y sus patines de hielo, metió en su maleta unas cuantas ropas y se cambió, colocándose los patines los cubrió con las guardas, escribió la nota para Mabel y se la dejó a su madre saludándola y despidiéndose al mismo tiempo, en la entrada el chofer la esperaba para llevarla a la pista.
***
Una flecha cruzó el cielo a una gran velocidad y cortando el aire se incrustó en el centro del blanco.
- Perfecto Fuu dijo una de sus compañeras como siempre. sonrió la chica y Fuu correspondió al amable gesto.
- No es para tanto Lisa, tu también tienes una puntería muy certera.
- Pero yo no atino 9 de 9 como lo haces tu, creo que tendré que practicar más si quiero ser incluida entre las participantes para el torneo.
- Lo lograrás, ya verás que lograremos una buena posición Lisa se disgustó con el comentario y miró a Fuu con cara de pocos amigos. Qué sucede?
- No te permito que digas que lograremos una buena posición sonrió en tu caso debemos afirmar que quedarás en el primero lugar y tendremos que hacerle espacio en la vitrina al trofeo.
Fuu comenzó a reír suavemente mientras el aire soplaba en el campo de tipo, levantó la vista percibiendo las fuertes ráfagas del aire.
- Este aire no es bueno. dijo Fuu.
- Puede llegar a desviar un tiro por unos cuantos centímetros verdad? Así no podremos acertar en el centro del blanco, las flechas se desviarán. Fuu recordó algo al escuchar a Lisa.
- Debes tener fe, si crees que tu tiro quedará en el centro así será.
- Si me lo dice alguien que acierta 9 de cada 9 tiros, creo que tiene algo de lógica sonrió Lisa y Fuu nuevamente sonrió levantó el arco y disparó nuevamente una flecha que terminó incrustada en el centro a pesar del fuerte viento que soplaba.
- Me retracto 10 de 10 parece que el aire es tu aliado Fuu, nunca desvía tus flechas. - agregó Lisa.
- Tal vez. - bajó un poco la vista - tal vez.
Hikaru
17 de Enero del 2001.