El Fantasma de la Opera.
Capítulo 2
Desperté en una confortable cama de hotel, abrí los ojos al notar que alguien llamaba a mi puerta con insistencia, quién sería? Apenas eran las 6 de la mañana pero aun así el sol brillaba como si fuera mediodía.
- Quién? - pregunté acercándome a la puerta.
- Marina, es hora de levantarse - la voz de Ascot fue la que escuché del otro lado de la puerta.
- Pero son las 6 de la mañana.
- Las noticias no esperan - fruncí el ceño con enojo al escuchar esas palabras tenía sueño, era muy temprano pero el chico tenía razón, tal vez no debía haber aceptado la invitación a cenar que Lucy nos hubiera propuesto la noche anterior, pero conocimos a la familia de la chica, Latiz era el hermano menor de Zagato quien ahora se encontraba casado felizmente con Esmeralda la hermana de Paris, era un pequeño nudo de conocidos a mi forma de ver pues realmente había sido coincidencia que Lucy y Anaís fuesen amigas muchos años antes.
- Estaré lista en unos minutos.
- Te esperaremos en el restaurante.
- Sí. - Entré en el cuarto de baño y abrí la regadera para calentar el agua mientras me quitaba la bata, después del refrescante baño bajé a desayunar encontrando a Clef y Ascot conversando en una mesa.
- Buenos días - me saludó Clef, a estas alturas ya no me sonrojaba con tanta facilidad.
- Buenos días - respondí sentándome a la mesa al tiempo que un mesero llegaba para brindarme una taza de café que acepté con agrado.
- Y qué haremos el día de hoy? - preguntó Ascot.
- La torre Eiffel es el siguiente punto al que iremos - comenzó Clef al parecer había trazado ya una agenda de los temas que trataríamos en el artículo, vaya si era organizado, pero yo quería pasar más tiempo con las chicas en la "opera house"
- Tenemos la tarde libre? - pregunté.
- Por qué? - me respondió Clef con un poco de asombro.
- Es que... quiero ir a los ensayos de la tarde de la opera. - comenté, a Clef no pareció agradarle la idea de alejarlo del trabajo que significaría una calificación tan importante.
- Marina estamos aquí para hacer un trabajo recuerdas - dijo con voz clara y firme
- Lo sé, pero estaremos tres semanas y la casa de la opera es uno de los puntos a tratar, por que no me dejan esa investigación a mi.
- Segura Marina? - preguntó Ascot - no quieres conocer Paris.
- No estaré todo el tiempo en ese lugar es sólo que quiero pasar un poco más de tiempo ahí, no toda la vida.
- Tal vez podamos hacer algo al respecto - comenzó a decir Clef - El museo de Louvre es demasiado extenso como para cubrirlo en un solo día, necesitaremos ir los tres ese día, por lo que respecta a la torre, no tardaremos más de tres o cuatro horas, la catedral de Notre Dame tampoco nos costará mucho trabajo, el hotel de vil y el palacio de Versalles tendremos que posponerlos para mañana, supongo que si trabajamos arduamente todas las mañanas tendremos las tardes libres para ir a visitar la opera.
- En serio!! - me alegré en ese momento de contar con una persona tan organizada como Clef, yo habría sido un desastre para organizar correctamente el tiempo, probablemente habría dejado más tiempo del necesario dedicado a la casa de la Opera.
- En ese caso - Ascot se levantó - partamos de una vez.
- Acaso ya desayunaron? - pregunté.
- Claro. - respondió Ascot.
- Pero yo no, así que me tendrán que esperar - dije seriamente lo que sorprendió a los dos hombres, mi reacción fue de indignación al ver que se disponían a dejarme sin desayuno y mi instinto natural me advirtió que no probaría otro tipo de bocado hasta dentro un tiempo bastante amplio, además estaríamos en constante movimiento y necesitaba algo más que un café, Ascot se sentó tan pronto como terminé de hablar.
- Pero tendrás que apresurarte - me advirtió lo que no terminó de caerme muy en broma, no quería que nadie me apresurara, así que respondí simplemente desviando la mirada hacia donde el mesero se encontraba.
***
Llegamos a la punta de la Torre Eiffel y tanto Ascot como Clef se asomaban por el observador para ver las maravillas de Paris, yo por mi parte nunca creí que una altura de ese tipo me produciría el efecto de vértigo que en ese momento sentía recorrer todas las células de mi cuerpo.
- Marina acércate es bellísimo este paisaje. - dijo Ascot haciéndome una seña con la mano para que me acercara al borde, pero tan pronto daba un paso y veía el precipicio que me separaba del suelo emprendía la retirada hacia donde estaban las escaleras para bajar al cuarto de los elevadores.
- Gracias, prefiero verlo desde aquí.
- Pero ahí no puede verse bien, anda acércate. - insistió Ascot.
- Vamos Umi te pierdes de una hermosa vista - dijo Clef tomándome de la mano y guiándome hacia el lente observador, creo que no supe más de mí en ese momento, aunque cuando recobré el conocimiento estaba parada al borde del observatorio mirando al precipicio. - No mires hacia abajo. - me susurró en el oído - eso te dará más miedo.
- De acuerdo. - dije levantando la vista y encontrando la sonrisa de Clef, volteé a ver a Ascot y el chico sólo veía por el lente y no quiso voltear a verme.
- Es increíble que esta construcción tenga tantos años y se conserve en tan buen estado - dijo Ascot tratando de desviar el tema.
- Al parecer le dan mantenimiento. - dijo Clef observando los barandales, la pintura parecía ser nueva así como los remaches de la torre.
- Eso espero, no me gustaría que esta construcción se cayera - ese pensamiento llegó a mi mente y me llené de temor.
- No te preocupes, seguramente volverás aquí cuando ya estés casada y con muchos hijos. - bromeó Clef, tratando de decirme que era muy pronto para morir.
- Tu lo crees - dije mirándolo, me sonrojé en ese momento, pero él sólo sonrió y nos hizo una seña a Ascot y a mi.
- Debemos irnos ahora, es hora de regresar a la "casa de la opera"
- Sí. - dije con una sonrisa y regresamos a la opera.
***
Durante el trayecto comenzamos a platicar acerca de la producción que presentaba la opera.
- Es la producción de Londres?!! - dije sorprendida al escuchar las palabras de Clef.
- Según los periódicos parisinos es la versión presentada en Londres hace algunos meses, y ha tenido tanta popularidad que decidieron presentarla - comentó el chico mirando a Marina mientras hablaban.
- Entonces debemos aprovechar esto para documentar la presentación no creen, si tuvo tanto éxito en Estados Unidos será interesante saber si esa misma presentación tiene tanto éxito en Paris.
- Esa es una buena idea Ascot, además tenemos la exclusiva con los personajes no les parece.
- Sin embargo, nuestro trabajo no debe quedar en segundo termino chicos, el maestro tiene como tema el arte parisino lo olvidan.
- Pero la obra es un arte Clef. - agregué tan pronto comenzó a objetar a nuestra idea.
En ese momento el camino llegó a su fin y bajamos del transporte para dirigirnos hacia la opera, con igual cuidado nos escabullimos para ver los ensayos.
***
"Piensa en mí,"
"Piénsame tierno,"
"Fue un adiós no más."
"Recuérdame de vez en vez,"
"Promete que lo harás."
Sabía que el ensayo había comenzado cuando escuché la melodiosa canción de la señorita Hououji a través de los silenciosos pilares de la casa, la acústica era magnífica en ese lugar y podía escucharse la voz clara como el canto del agua.
"Es verdad"
"desde antes fue verdad"
"que habría de terminar así,"
"y si aún tú lo recuerdas piensa un poco en mí"
La canción me pareció un poco triste en ese momento, cuando entré en la sala Anaís se encontraba de frente en el escenario vistiendo su inmaculado vestido verde esmeralda interpretando su papel en el escenario, Paris frente a ella dirigía la orquesta mientras que los directores observaban a la chica, Lucy se encontraba sentada junto a Latiz en una de las primeras filas, y Aguila se encontraba junto al director de la obra conversando.
"piensa en mí,"
"si puedes piensa en mi,"
"y aunque no sepas aún que harás,"
"nunca el día llegará"
"que en ti no piense más."
En ese momento el ensayo fue detenido por el director.
- Señorita Hououji está magnífica su representación, es sublime. - decía el hombre halagando a la chica.
- Muchas gracias señor director. - sonrió la chica.
- Me haría brincar las lágrimas si pudiera pero aquí el Señor Aguila insiste en que el tiempo de su ensayo ha llegado a su fin, así que tome un descanso y continuaremos en la tarde. - dijo el director con enfado volteando a ver a Aguila y Lucy sonreía agachando la cabeza con una gotita de sudor en la frente al ver el rostro del director.
- No me importa lo que piense es mi turno del ensayo - dijo Aguila cruzándose de brazos mientras murmuraba entre dientes.
- Mejor no empieces Aguila tenemos suerte que nos deje ensayar aquí - dijo Lucy mirando al chico.
- Tu tienes mucho potencial para convertirte en una cantante de Opera Lucy, recuérdalo. - dijo Aguila cerrando los ojos enojado.
- Sí, claro - dijo Lucy con una gotita en la frente - como digas - dijo siguiéndole la corriente a Aguila.
- Aguila estamos listos - dijo Paris desde el estrado.
- Lucy. - Aguila miró a la chica y esta subió al escenario.
Anaís bajó del escenario y me acerqué a ella.
- Anaís muchas felicidades tienes una hermosa voz. - dije felicitándola.
- Muchas gracias Marina.
- Así que por fin tendremos oportunidad de escuchar la encantadora voz de la señorita Shidou. - dijo Ascot.
- Bueno su tono de voz es muy bueno después de tantos ensayos, pero... - Anaís sonrió con una pequeña gota en la frente.
- Pero?
- Ahora lo verán. - Anaís volteó a ver al escenario donde Lucy se encontraba.
Aguila le dijo a Lucy que cantara la misma parte que Anaís había cantado.
- De acuerdo así lo haré. - dijo Lucy y respiró profundamente antes de comenzar, Paris comenzó a interpretar la misma melodía.
"Al partiiir"
"Y libre has de partiiir"
"Cuando tú ya no estés aquíiii,"
"Si encontraras un momeeeento"
"pien-sa un po-co en míii."
Sonreí petrificada por la visión, era cierto que tenía una voz melodiosa pero la acentuación que le daba a las palabras hacía que algo que debiera verse hermoso se viera terroríficamente espeluznante, esa chica necesitaría más que un ensayo, necesitaba un milagro para poder cantar a la talla del personaje.
- je, je, je - reí casi mecánicamente al ver a la chica, mientras Anaís desviaba la mirada
"Piensa en un verano de esplendooor"
"no pienses en si pudo ser mejoooor..."
"Piensa en míii"
"Ya resignaaaada,"
"En silente amaaar"
"Evócameeee,"
"y es mi dolooor"
"tratando de olvidaaar"
Lucy terminó de cantar y Aguila comenzó a aplaudir.
- Muy bien Lucy has progresado. - Me congelé cuando escuché esas palabras "progresar" esa chica estaba hundida en el hoyo más profundo y se estaba ahogando, y Aguila diciéndole que había progresado, obviamente el chico quería probar un milagro y no un simple experimento.
- Sí, claro - dije aplaudiendo más por respeto que por halago.
- En verdad lo crees, he estado ensayando mucho. - Sonrió Lucy sinceramente y en ese momento creí que había criticado muy fuerte a la chica en mi interior, parecía que si estaba dando su mayor esfuerzo.
- Pero necesitamos muchos más ensayos si queremos estar listos para el estreno de pasado mañana. - dijo Aguila.
- Pasado Mañana!!! - dije creyendo imposible que Lucy estuviera lista en tan poco tiempo.
- Así es marina, pero por que lo dices de esa manera.
- Ehm, no, por nada en especial, es que creí que sería después.
- No, la producción quiere partir en 3 semanas así que comenzaremos las presentaciones el Lunes por la noche. - dijo Aguila.
- Ah - respondí y miré a Lucy con algo de preocupación.
Lucy sonrió y se volteó como si hubiera escuchado algo.
- Escucharon eso?
- Qué? - preguntó Aguila.
- Era como un piano... - dijo Lucy y volteó a ver la orquesta, vio al pianista tecleando dos notas al azar - ... disculpa fue mi imaginación - dijo Lucy con una sonrisa.
- Bueno chicos, continuemos con el ensayo.
Anaís se acercó a mi.
- Marina te gustaría almorzar algo.
- Sí, gracias, pero no esperamos a Lucy.
- No, Aguila la mantendrá aquí en las próximas horas ensayando, estoy segura que no querrás ver como la corrige, te invito a comer algo, sólo debo cambiarme de ropa.
- Te acompaño, Ascot, Clef espérenme aquí - dije y los chicos se sentaron junto a Latiz quien veía la escena con interés tratando de ayudar a Aguila.
Entramos por el escenario hacia un largo corredor que se extendía y subdividía en miles de pasillos.
- Vaya nunca habría pensado que este lugar fuera tan amplio, cualquiera podría perderse aquí.
- Hjm, no lo creas Marina, en menos de dos días puedes gravarte la mayoría de los corredores y camerinos, la mayoría son almacenes para guardar los vestuarios y escenografías, artículos de utilería que fácilmente pueden volver a usar en otras obras.
- Oh, ya veo.
- Este es mi camerino - La puerta tenía una pequeña placa dorada con la inscripción "Prima Dona"
- Eres la estrella de esta obra cierto? - pregunté con una sonrisa y Anaís me correspondió de igual forma
Una vez que entramos me sorprendió la elegancia del lugar, todo tenía terminaciones de fina madera y baño de oro, el espejo estaba adornado con un elegante contorno de focos de color que terminaban de formar parte de la decoración y la luz era suficientemente fuerte para detallar el maquillaje o cualquier cosa, una cortina vestidor estaba en el extremo opuesto del espejo había un guardarropa con todos los cambios que Anaís necesitaría para la obra y una cama con elegantes mantas adornaba uno de los rincones del cuarto, todo en excelente orden.
- Siéntate. - Me invitó Anaís mientras ella se dirigía hacia el guardarropa en busca de su traje.
- Sí.
- No tardaré mucho en cambiarme. - dijo Anaís desapareciendo tras el vestidor, me senté en el taburete que se encontraba en el tocador y admiré las pinturas y maquillajes que la actriz tenía.
- Todo esto lo ocupas cuando presentas una obra - dije reflexionando un poco, ni yo misma utilizaba tanto maquillaje.
- En efecto, el maquillista los utiliza todos, pero varía de escena en escena y de vestuario en vestuario.
- Vaya, me sorprende, son demasiadas.
- Lo mismo creo. - Anaís reapareció con un sencillo traje con una falda y una blusa verde. - Nos vamos.
- Sí - sonreí y salimos de la habitación. - Anaís debe ser muy difícil todo esto del teatro no, es decir, levantarse temprano para ensayar, y desvelarse para las presentaciones.
- No tanto Marina, me gusta cantar y no me pesa los sacrificios que hago con tal que me escuchen.
- Eso mismo siento con mi carrera, me agrada escribir los reportajes que hay en el mundo y que la gente se interese por ellos. - dije soñando en mi profesión, me veía a mi misma escribiendo un reportaje que agradara a todas las personas que lo leyeran.
- Así debe ser - dijo Anaís sonriéndome.
- Sí.
Notas de autora:
Bueno, he aquí el segundo capítulo de esta historia, comentarios, ovaciones y demás a Marinali40@hotmail.com
Nos vemos en el siguiente capítulo
Hikaru Shidou
3 de Mayo del 2001