Ocean Born:

The Origin


Episodio XIII

"Nunca tiembles por lo que esta delante, lo tremendo siempre esta detrás"

 

A los pocos días de haber sucedido toda aquella pesadilla, Hikaru y Fuu regresaron a la tierra con la ayuda de Clef, ya que este tenia nuevos poderes mágicos. Ellas querían ver con sus propios ojos el estado en el que estaba la tierra, en fin, cuando llegaron, todo parecía como si nunca hubiese ocurrido nada. Incluso la gente lo ignoraba, mejor dicho, no lo recordaban. Cada una de ellas se despidió de sus seres queridos, aunque sabían que podían regresar cuando quisieran.
Por desgracia, Umi no pudo despedirse de sus padres, pues ella estaba muerta para todo el mundo y no tenia mas opciones que quedarse en Cefiro para siempre.

Los días pasaban...

En una elegante sala, cuyas paredes son color ámbar, provista de una mesa redonda de una fina madera y sillas del mismo material, tres jóvenes están sentadas alrededor de la mesa, en las sillas. En la mesa, hay una bandeja de plata, con un delicado juego de té. Las tres amigas están hablando a la vez que disfrutan de té caliente. Mokona, el simpático animalito andaba de un lado a otro alrededor de Umi.

Hikaru: Que rico esta el té.
Fuu: Sí, definitivamente muy delicioso.
Umi: Menos mal, pense que ya no recordaría como hacer algo tan sencillo.
Hikaru: No exageres Umi.
Umi: No exagero ¿Verdad Mokona? (Bebiendo un sorbo de té)

El impredecible animalito salto sobre la desprevenida Umi, a quien le hizo escupir el té.

Umi: ¡¡MOKONA!!
Mokona: ¿Pu Pu? ^^U
Umi: ¡AHH! ¡Me las vas a pagar!

Y así comenzó la cacería de Mokona. Por toda la sala, Mokona corría, mejor dicho rebotaba, perseguida por Umi (Quien de la nada saco un mazo para golpearla).
La pobrecita de Mokona se refugio en los brazos de Hikaru.

Umi: Ya veras Mokona... me las voy a cobrar. `-´
Hikaru: Cálmate Umi, asustaste a la pobrecita de Mokona.
Fuu: Me alegra que tengas ese entusiasmo Umi.

Umi toma asiento nuevamente, tanto Mokona como ella están cansadas de correr. Aun así, Umi no tarda en volver a acongojarse

Umi: No creas que es fácil.
Fuu: ¿Lo extrañas?
Umi: ¿Que?
Fuu: Me refiero a Irae.
Umi: Sí... mucho.
Hikaru: Se nota que... llegaste a amarlo mas que a Madoushi Clef.
Umi: ...amarlo...
Fuu: Hikaru, mejor cambiemos de tema, se supone que debemos alegrar a nuestra amiga, no deprimirla.
Hikaru: Lo siento. ¡Ya se! ¿Por que no vamos a un día de campo?
Umi: ¿Un día de campo?
Hikaru: Sí, solo nosotras tres.
Fuu: Me parece una buena idea.
Umi: ¡Sí! Hace mucho que no pasábamos tiempo juntas. Como en los viejos tiempos.
Hikaru: Entonces vamos rápido a buscar las cosas necesarias.
Fuu: Sí. Yo les avisare a los demás que nos ausentaremos del castillo por unas horas.

De esta manera, Hikaru y Umi prepararon las cosas y con Fuu se dispusieron a salir del castillo. Luego de caminar durante un rato, llegaron a una linda pradera, donde las flores eran movidas por la suave brisa. Las chicas colocaron un gran mantel color amarillo claro y luego de colocar el contenido de la gran canasta en él, se sentaron alrededor. El bello sol del mediodía, la cálida brisa mezclada con el aroma de la verde pradera, por la cual algunos simpáticos animalitos saltaban, le daban al paisaje el mejor de los aspectos.

Hikaru: ¡Es un precioso día!
Fuu: Así es Hikaru.
Umi: ¿Saben chicas? Creo que debería haberle dicho a Beryl que nos acompañara.
Hikaru: No te preocupes, Caldina siempre esta pendiente de todo el mundo.
Umi: Aun así, me siento egoísta.
Fuu: Es lógico Umi que te sientas así. Después de todo, ella ha sido tu compañía durante mucho tiempo. Pero no debes preocuparte, ella debe depender de si misma y no de ti.
Umi: Tienes razón. Pero no es por eso que me preocupa, últimamente ha estado muy deprimida y no sé por que.
Hikaru: Tal vez se sienta extraña en su nuevo hogar.
Fuu: Chicas... tengo algo que decirles.
Hikaru: Y yo.
Fuu: Empieza tu Hikaru.
Hikaru: No, mejor empieza tu.
Fuu: Bueno...
Umi: ¿Que sucede, por que tanto misterio?
Fuu: Ferio... Ferio me pidió que sea su esposa...
Umi: ¿Su...
Hikaru: ¿Esposa?

Ambas chicas se abalanzaron sobre Fuu.

Umi: ¡¡Eso es genial!!
Hikaru: ¡¡Fantástico!!
Fuu: Aun no decidimos la fecha.
Umi: Ya me parecía extraño que no pasara nada entre ustedes dos.
Fuu: ^^
Umi: ¿Y tu Hikaru? ¿Que ibas a decir?
Hikaru: Bueno... jeje... casi lo mismo que Fuu... Lantis me propuso matrimonio.
Fuu y Umi: ¡¡¡SÍ!!!

Y sucedió lo mismo que con Fuu, la pobre Hikaru casi es asfixiada por sus amigas.

Hikaru: Tampoco decimos la fecha.
Umi: Ahora solo faltan las fechas. Ummm... Fuu... ¿Has pensado? ¡Te convertirás en reina!
Fuu: Si, supongo que sí.
Umi: ¡¡AHH!! ¡¡¿¿Como puedes estar tan tranquila??!!
Fuu: No lo creas Umi. Estoy muy nerviosa.
Hikaru: Entonces, cuando Fuu se case, Ferio también será Rey. Porque hasta no contraer matrimonio será príncipe.
Umi: ¿¿Y los vestidos??
Hikaru: No te preocupes. Hablaremos con Caldina y seguro que nos ayudara.
Umi: Chicas... yo tengo una duda... ¿Como serán las bodas en Cefiro?
Hikaru: ¿Las bodas? Las bodas son... ummm... pues bien son...
Fuu: Creo que pasamos por alto ese "pequeño" detalle ¿Verdad?...

Todas comienzan a reír.
Mientras ellas disfrutaban de su día de campo, Beryl esta en el jardín interno del palacio, escondida entre los arbustos que rodean el extenso lugar. Esta escondida porque esta llorando y no quiere ser encontrada.

Beryl: Quiero ir a mi hogar... quiero volver al océano... ya no soporto estar aquí... porque no se que es lo que me hace llorar...

Ascot ingresa al jardín y se sienta en el borde de la fuente. Beryl esconde su llanto, para no ser escuchada, sin embargo, luego de unos minutos Ascot escucha un sollozo proveniente de unos arbustos. El se acerca y encuentra a Beryl, sentada en medio de las plantas rodeando sus piernas con sus brazos.

Ascot: ¿Que haces aquí?
Beryl: Nada.
Ascot: ¿Nada? Ya veo... conque llorar es hacer nada.
Beryl: ¿Que quiere joven Ascot?
Ascot: Solo llámame Ascot.
Beryl: ¿Que quieres Ascot?
Ascot: Nada en especial, solo quiero saber porque estas llorando.
Beryl: No lo sé... Hay cosas que desconozco de mi misma...
Ascot: ¿Puedo ayudarte en algo?
Beryl: No, no puedes.

La joven Beryl se marcho rápidamente de allí dejando al pobre Ascot algo confundido.

Ascot: ¿Que le sucederá? Es extraña.

El día había pasado rápido, y las tres amigas decidieron regresar al castillo antes de que oscureciera. Fuu se dirigió a su cuarto y Hikaru al suyo. Bueno... sus cuartos no estaban cerca los unos de los otros... sino más bien cerca de los cuartos de ciertas personas, como lo eran Ferio y Lantis. ^^
Umi se dirigía a su cuarto cuando diviso a Clef, quien iba caminando lentamente en dirección contraria a la de ella.

Clef: Umi...
Umi: Hola Madoushi Clef.
Clef: Hola...
Umi: ¿Que sucede?
Clef: Nada... ¿Por qué lo preguntas?
Umi: Estas distante.
Clef: No te preocupes.
Umi: Bueno, como digas.
Clef: Olvidaba preguntarte como te fue en tu día de campo con Hikaru y Fuu.
Umi: Estuvo muy divertido. Me contaron que Ferio y Lantis les habían propuesto matrimonio. Por lo visto, pronto habrá fiesta doble.
Clef: Así parece.
Umi: Bueno, me voy a mi cuarto. Hasta mañana.

Ella siguió caminando mientras Clef se detuvo a observar como ella seguía su camino.

Clef: <Otra oportunidad desperdiciada... Y ella se muestra tan despreocupada... como si jamas hubiese escuchado mis palabras.>


Desde aquella pesadilla, ya habían pasado tres semanas.
Ahora Cefiro se preparaba para hacer la mayor fiesta; la boda de el príncipe Ferio con Fuu. Esta era una ocasión única en la historia de Cefiro, pues jamas hubo reyes ni reinas, solo pilares. Y ahora, al contraer Ferio matrimonio con Fuu, ambos se convertirían en los reyes gobernantes del planeta. Tampoco perdieron tiempo Lantis y Hikaru al decidir festejar su boda el mismo día que Ferio y que Fuu.
Por supuesto, las princesas de Chizeta, quienes ya habían contraído matrimonio con unos apuestos jóvenes estaban presentes. También lo estaba la princesa Asuka, de Farem, y tampoco podemos olvidarnos de Eagle. Pobre Hikaru, la sorpresa que se llevo al saber que estaba con vida, casi la mata. En fin, el día de la doble boda los cielos de Cefiro se iluminaron de brillantes fuegos artificiales, y las risas y sonrisas eran audibles en todo los lugares.
La pobre de Fuu no podía acostumbrarse a su nuevo titulo, y Madoushi Clef, bueno, podemos decir que festeja el hecho de que Ferio se encargaría de Cefiro en vez de el, tantos papeles, tantas cosas que firmar, ahora era trabajo para el rey, al fin las preciadas vacaciones.
Fueron dos noches de celebración, que al principio no parecían acabar nunca.
Al fin, Hikaru y Lantis habían contraído matrimonio así como también Fuu y Ferio, ahora no había nada que pudiera separarlos.

Algunos días después de la celebración, el ambiente había cambiado totalmente. Ahora Hikaru y Fuu eran dos mujeres casadas, y con maridos que atender. ^^
Por otro lado, Umi seguía como siempre. De vez en cuando se ponía nostálgica, pero había ocasiones en las que parecía no haber cambiado nada. Por ejemplo las interminables persecuciones con Mokona. O los gritos que solían dar cuando se sorprendía por algo.
Clef había cambiado un poco su manera de ser. Pues si bien antes era un poco arisco con la gente, ahora lo era aun más, pero con Umi. Podemos decir que trataba de evitarla, aunque había veces que la buscaba solo para preguntarle alguna tontería que le viniera a la mente con tal de no decir su verdadera inquietud.
En cambio Beryl, bueno... ella estaba distante de todo, solo hablaba con Umi, y muy de vez en cuando. Había veces en las que sentía ganas de llorar, otras, sentía ganas de reír. Estaba diferente, sufría y no sabia él porque de sus lagrimas. Umi trataba de hablar con ella mas frecuentemente pero ella no parecía tener ganas de hablar ni con ella.

Una de esas noches, esas noches en las Umi solía salir a caminar por ahí, observando solo la oscuridad... Estaba en una gran sala, la misma es en realidad una gran biblioteca, cuyas paredes están cubiertas por grandes estanterías repletas de libros de todos los colores y tamaños. En una de las paredes, hay una gran ventana, por la cual los rayos de la luz de la luna se asoman.
En el centro de la sala hay un escritorio muy delicado, sobre el hay un libro abierto. Al lado del mueble hay solo una silla, y esta desocupada, pues Umi esta revisando los libros que están en una de las estanterías.

Clef: Umi ¿Qué haces aquí a estas horas?

La joven se exalto, Clef había aparecido repentinamente por la puerta que estaba abierta. A causa del susto, el libro que acababa de tomar del estante cayo al suelo.

Umi: Ay... Eres tu... Me asustaste.
Clef: Lo siento.

Umi recoge del suelo el libro que había caído.

Umi: Estaba buscando algo interesante para leer. Es que estaba aburrida.
Clef: No sabia que te gustara leer.
Umi: Bueno... hace años lo odiaba... pero... cuando las cosas cambiaron y cuando comencé a sentirme aburrida, además de sola... Irae me obsequiaba libros para entretenerme... No se como los conseguía pero eran de diversos temas.
Clef: Ya veo... ¿Buscas algo en especial? Aquí hay cientos de libros, si quieres puedo ayudarte a buscar algo que sea de tu agrado.
Umi: Te lo agradecería mucho. No tengo la menor idea de lo que hay en estas estanterías. Apuesto a que ni tu sabes que libros se encuentran en ellas.
Clef: Te equivocas. Esta biblioteca me pertenece, nadie mas viene aquí porque no les interesa, y no es por presumir pero recuerdo la ubicación exacta de cada libro.
Umi: Ay, perdón, no sabia que era tuya, y yo revolviendo todo como si nada, que tonta. Lo siento ^^¡.
Clef: No te preocupes. Mira...

Este se acerco a una de las estanterías que estaba a un lado de la estantería en la que Umi buscaba. El tomo uno de los libros y se lo mostró a Umi.

Clef: Este libro contiene hechizos... ummm... no, no creo que te agrade saber como son... y veamos...

Este comenzó a revisar la estantería mientras Umi lo observaba divertida. Clef sacaba y guardaba libros buscando algo que le agrade a Umi, pero al parecer no lo lograba encontrar nada. Entonces se dirigió a la otra estantería.

Clef: Tal vez aquí... Pero yo estoy seguro que lo guarde allá. Ummm... ¡Ya se!

Clef tomo una pequeña escalera móvil para alcanzar los libros que estaban en la parte superior de la estantería, que a pesar de Clef ser alto, no era lo suficiente como para llegar.

Clef: ¡¡No Esta!! ¡___¡

Umi se acerco a el, tratando de contener la risa.

Umi: ¿Buscas algo en especial?
Clef: ¿Que?
Umi: ¿Que si buscas algo en especial?
Clef: ¿¿Por que eres tu la que pregunta, si tu eres la que buscaba algo para leer??
Umi: Sip, pero yo no estoy colgada de una escalera. Si quieres te puedo ayudar a encontrar ese libro. "No es por presumir pero recuerdo la ubicación exacta de cada libro".

Umi comenzó a reír divertida a la vez que Clef bajaba de las escaleras.

Clef: Que chiste tan bueno ¬¬
Umi: -_-¡
Clef: Para tu información, recuerdo en donde esta cada libro.
Umi: ¿Buscaste en las gavetas del escritorio?
Clef: Ay por favor, ese no es lugar para un libro. Yo jamas guardaría un libro ahí.
Umi: Entiendo.

Y Clef siguió buscando... Y Umi lo seguía mirando chistosamente hasta que se le ocurrió revisar en la gaveta del escritorio y... ¡Bingo!

Umi: Madoushi Clef ¿Este es el libro?

Clef se acerco rápidamente.

Umi: ¿Es este?
Clef: Si ¿En donde estaba?
Umi: En-La-Gaveta-De-Tu-Escritorio. ^_^
Clef: -_-¡ Juro que yo no lo guarde allí.
Umi: Si Madoushi Clef, yo te comprendo. ^_^
Clef: Bueno ya, no te burles.
Umi: Yo no me estaba burlando.
Clef: Si lo hacías.
Umi: Que no.

Ambos comienzan a reír.

Clef: Bueno, como sea. ¿Te agrada el libro?
Umi: Aun no lo he abierto.

Ella lo abrió y contemplo maravillada las imágenes que este contenía.

Clef: Ese libro se trata de las diversas leyendas que han existido en Cefiro... Incluso la de las "Guerreras Mágicas", claro que no dice nada sobre... Atlántida.

Umi: Que hermosa... ¿De quien es esa estatua? (Señalando una imagen del libro que mostraba a una joven vestida con largo vestido y con largo cabello lacio, esculpida en mármol blanco)

Clef se acerco a Umi para contemplar la imagen. Al verla, su rostro denoto nostalgia...

Clef: Ella... Ella fue el pilar anterior a la Princesa Esmeralda.
Umi: El pilar... ¿Cual era su nombre?
Clef: Navea... Su nombre era Navea.
Umi: Es un bonito nombre. ¿No lo crees?
Clef: ...
Umi: Madoushi Clef ¿Te sucede algo?
Clef: ¿Eh? No, nada. Solo recordaba algo...
Umi: ¿Estas bien?
Clef: Sí. Perfectamente. Umi...
Umi: ¿Si?
Clef: ... ¿Sabes? Quiero decirte algo pero temo que te enojes...
Umi: Si es sobre lo que me había dicho aquella vez yo...
Clef: No es exactamente eso... Bueno, yo... no se como decirlo...
Umi: No te preocupes, no me voy a enojar.
Clef: No lo sé...
Umi: Anda, no voy a enfadarme. ¿Que sucede?

El se acerco y con un poco de miedo la beso, ella no se negó, pero tampoco lo correspondió. Solo se quedo inmóvil, sintiendo los labios del hechicero sobre los suyos. Aunque no podía negar que comenzaba a gustarle, la imagen de Irae apareció en su mente como un espectro... El libro que ella tenia en sus manos cayo al suelo y se separo bruscamente de Clef empujándolo con ambas manos hacia atrás. Umi se marcho corriendo y salió del castillo. El no la detuvo ni la siguió, solo se acerco a la ventana para observar como se alejaba y desaparecía en la oscuridad de la noche...
Clef se mantuvo observando por la ventana durante un rato... luego se quito esa enorme capa colocándola sobre el escritorio, tomo el libro que había caído al suelo y se sentó pesadamente en la silla que estaba a un lado del escritorio, con el libro entre sus manos.
Unas horas pasaron y Clef aun permanecía en la biblioteca... esperando que ella regresara... Finalmente, decidió ir a su cuarto a descansar. Algo que no pudo hacer, ya que había pensamientos que no podían negarse a la mente, aun con el sueño. Por esta razón, Clef se vistió (Sin su capa) y se sentó en una de las sillas de su cuarto observando el oscuro color de las paredes, que no hacían mas que agrandar la melancolía y la nostalgia, porque al menos, antes podía hablar con Umi, aunque solo fuera para aconsejarla, ahora temía que ni siquiera una simple amistad los uniera en los pocos minutos que podía mantenerse una conversación sin cerrar los ojos para recordar aquel pasado no muy grato.
Cuando por fin llego el amanecer, los rayos del sol iluminaron el lugar brindándole un cálido aspecto... al sombrío lugar... Aun así, ni la cálida luz ni el pesado sueño lograban aplacar esa intranquilidad que sentía... El temor al recordar esa imprudencia de su parte...

"Nunca mires de cerca aquello que necesites ver demasiado bien..."